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con negros, el olor de los quales es pernicioso en tales ocasiones. Ahuyentando pues como esta dicho el mal olor, se purificara el ayre, encendiendo fuegos por toda la casa, al tiempo que anochezca, y amanezca de leña de enzina, sarmientos, oliua, enebro, tomillo, arrayhan, ò romero. En el qual fuego, se eche cantidad de encienso, mirrha, estoraque, ó menjuy. El vello de la enzina es muy buen perfume, segun Galeno, quando dize, que Hipocrates libró a Grecia, de vna terrible peste, que auia venido de Etiopia, con solos fuegos. Los modernos tienen por muy eficaz remedio esparcir poluora muy claramente, por la casa, y apossentos, y pegarle fuego, para que desseque el ayre de toda ella. Tambien es de prouecho disparar algu nos tiros de poluora dentro de casă, de suerte que echen el ayre con su estampida, por las ventanas, y puertas.

En los brasseros que estan por los apossentos, se echaran pastillas hechas en la botica desta suerte.

Rescipe, labdani optimi vnciam semicem stiracis liquidæ & belzoini an scrupulos duos gariophilorum spice, calami aromatici & amomi añ dragmam vnam, ambræ & moschi an grana quatuor cum cremore dragaganthi fiant pastila.

Si el tiempo fuere caliente, ô no muy frio se rociaran las piezas de casa con vinagre aguado, y el aposento donde se asiste de ordinario con agua de olores.

En el zaguan, ó portal de casa se hara vna hornaza, en la qual este siempre hiruiendo vna olla llena de vinagre, romero, rosas, y cortezas de cidras. Las ventanas de casa que miran al Norte, dize Auicena, que esten auiertas mas ordinariamente, y por la mañana quando comienza a calentar el sol, las del Oriente, de suerte que entren los rayos del sol, y por la tarde si ay sol los del Occidente.

No es de menos importancia lo quarto, para la conseruacion, y preseruacion de la peste, que es la razon de alimentarse (en tales tiempos) y modo de viuir, en las cosas no naturales. Aduiertase pues, que el alimento sea facil de digestion, de buena calidad, y en menos cantidad, que en otros tiempos. Quales sean estos, ya esta dicho muchas vezes. Mezclasse en los guissados, aquello que tiene virtud de resistir la putrefacion, como es, agrio de limon, vinagre, y otros semejantes. Todo alimento gruesso es malo, como carne de vaca, de lechon, de liebre, y conejo: la leche, y lo que della se haze es prohibido. Si se comiere algun pescado sera de rio claro, guisado con canela, clauos, y pimienta, ajos, y naranja, ó limon. Ayunar de suerte que se padezca hambre, es malo, porque se enflaqueze, y se enciende el calor.

Peruertir el orden, comiendo al fin de la mesa lo que se deue comer al principio, y por el contrario, ofende estrañamente. No se vse fruta alguna, para principio, y fin de la messa, si no tocare en agrio. Y de las yeruas son permitidas borrajas, chicorias, escarolas, azederas, alcaparras, y esparragos. Los rauanos comidos con vinagre, posseen virtud contra el veneno, y assi por esta razón, como porque deleytan se puede mezclar, desde el principio con lo que se fuere comiendo, segun sentencia de Marsilio. Del ajo ya esta dicho en otra parte su grande excelencia, y virtud, solo se aduierta, que Galeno le llamo triaca, y yo é leydo autor asaz graue, que le antepone en semejantes casos a la misma triaca.

Es bueno en tiempo de peste, cerrar la comida, y cena, con confitura de culantro, y vltimamente comer dos bocados de pan tostado, sin beuer, para que enjugue las humedades del vientre.

Los flacos de estomago, beuan vino blanco aguado, con agua cozida con betonica, ó angelica, ò escorzonela, ò cortezas de cidra. Y los robustos de estomago, beuan alguna destas aguas en moderada cantidad. Es consejo de doctos varones, que los que pudieren beuan en vassos de oro, ò de cuerno de vnicornio, ò de marfil, o de enebro, repossandose algun espacio la beuida en estos vassos.

El exercicio (en tal tiempo) sea moderado por la mañana, y dentro de casa los dias nublados, mas los dias claros, en el campo al rayo del sol, de suerte que no cause cansancio, y huyendo todos los comercios, y tratos de las gentes, las comedias, sermones, y juegos publicos, y fiestas.

Vistasse (el que teme la peste) galanamente de tafetan, ó raso, o de olandillas, y bocaci, y de todo aquello, que es liso, y sin pelo, perfumandose muchas vezes con buenas pastillas, y rociando el vestido con agua de olor, mudando vestidos con frequencia, importa tambien mucho afeytar la barba, y cabello, antes que este muy crecido.

El sueño de medio dia, y tarde es muy nociuo, principalmente en los que no tienen costumbre, y el de la noche, dize Hipocrates, que sea muy moderado.

El animo este tranquilo, sin miedo, ni otro accidente que le altere: procuren alegria moderada causada de musica suane de instrumentos, y vozes: pues de Tales Cretense se lee, que libro con sola musica de peste a los Lacedemones, segun dize Pratinas, y lo refiere Plutarco, y Homero dize, que con dulce musica, se ahuyento vna mortal peste de entre los Griegos.

El que vsare el acto venereo en tiempo de peste, dize el docto Plinio, que morira en breues dias.

Por epilogo de todo lo que esta dicho acerca desta sentencia, y preseruacion de la peste, trayra el prudente siempre muy firmes en la memoria dos versos, que el doctissimo Sauanarola refiere. De los quales el vno contiene cinco cosas, que comienzan con F. y ofenden en tiempo de peste; y el otro otras cinco, que tambien comienzan con F. y son de grande importancia para preseruarse de ella. Las cinco cosas que ofenden son.

Fames, fatigatio, fructus, fœmina, flatus.

Las cinco cosas que preseruan de peste.

Flebotomia, focus, fuga, fricatio, fluxus.

FINIS.

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Al comentar Sorapan el Refran XL, sienta lo siguiente hacia el fin de su glosa: «En cuanto al modo de usar la vénus no hay qué decir, ni en cuanto á la cantidad, pues ya se ha advertido que ha de ser moderada y medida con la fuerza, complexion y edad de cada uno; no haciendo caudal de aquel Refran que viene á este propósito, y le escribe el Comendador entre los demás, el cual se entiende del ayuntamiento, segun él dice, del hombre y la mujer. » Ahora bien, como se hace presumible que algun lector no recuerde al pronto, ó ignore de todo punto, cuál es el Refran á que se alude en esta ocasion, dirémos que es aquél que dice: Una es escaseza; dos, gentileza; tres, valentía; y cuatro, bellaquería; el cual explica Hernan Núñez, el Comendador Griego, por estas palabras: «Dicen algúnos que esto se dice del ayuntamiento del varon á la mujer. »

Semejante cláusula de dicen algúnos, nos manifiesta desde luego no ser ésta la opinion general; y así creo yo que debió de torcer la primitiva significacion de dicho Refran algun garañon en figura de hombre ó alguna nueva Mesalina, cuando nó algun zumbon de más de la marca; atendidos los cuales respectos seguramente, recomienda con harta oportunidad el Autor de la Medicina Española contenida en Proverbios vulgares de nuestra lengua que no se haga aprecio alguno de semejante Refran.

Tal vez se refiera la genuina significacion de éste al uso y abuso que, respectivamente, debe hacerse y huirse en la comida de los huevos, por lo que toca á su cantidad, de acuerdo con aquel proverbio frances que dice:

Un œuf n'est rien, deux font grand bien,
trois est assez, quatre est trop,

cinq donnent la mort.

J. M. S.

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