Deben contemplarse en Valladolid los edificios siguientes:

Iglesias Parroquiales.

La catedral, fábrica de Herrera en un principio, fué continuada por Diego de Praves, Pedro Mazuecos y Alberto Churriguera. El arco de la puerta principal es esbelto y arrogante; pero las columnas son pesadas. El segundo cuerpo, y en particular, el tercero, tienen menos mérito y se ven señales de Churriguera. La sacristia y el archivo pertenecen á la primitiva iglesia, llamando la atención el magnifico artesonado del último. En el interior se contemplan diferentes cuadros de buenos pintores, y la custodia del Corpus es obra de Juan de Arfe y Villafañe.

La Magdalena, reedificada por D. Pedro de la Gasca, pacificador del Perú (más tarde obispo de Palencia y Sigüenza) conserva un magnífico sepulcro del insig ne prelado. El retablo mayor es bastante bueno. De muy bello puede calificarse el pequeño retablo florentino que adorna la capilla interior llamada de los Corrales.

Santa Maria la Antigua es bellísima obra de arte, de estilo bizantino en su origen, y lastimosamente desfigurada por góticas restauraciones. Se admira su antiguo pórtico de 15 arcos y su esbelta torre. El retablo del altar mayor de Juan de Juni es digno de la fama de este artista, y la capilla del fondo de la nave derecha, fundada por el conde de Cancelada, muestra algunas pinturas de gusto flamenco. El mencionado templo ha inspirado á la musa del insigne poeta valisoletano D. Emilio Ferrari el siguiente soneto:

Al calor de una fe viva y sincera

Y al impulso de un arte ingenuo y rudo
Naciste, oh monumento, en quien saludo
La edad gloriosa que surgir te viera.

La mole de tu fábrica severa,

Con la que el tiempo destructor no pudo,
De nueve siglos es testigo mudo,
De nueve siglos es reliquia austera.
Y esa torre, visión de lo pasado,
Símbolo me parece del anhelo
Que atormenta mi espíritu agitado,
Cuando en la noche contemplando suelo
Como indice de piedra levantado

Que me señala sin cesar el cielo.

San Martín, reedificada en 1621 por Francisco de Praves, conserva su torre bizantina. En el altar mayor se venera la imagen de Nuestra Señora de la Peña de Francia, que desde tiempo inmemorial estuvo en una ermita situada en el Prado de la Magdalena.

San Miguel, que se reedificó por los Reyes Católicos, manifiesta, en su retablo mayor, la efigie de San Miguel y las de los cuatro Evangelistas, de Pompeyo Leoni. Dicese que son de Gregorio Hernández San Francisco Javier y San Ignacio de Loyola, venerados respectivamente en los retablos colaterales del Evangelio y de la Epístola.

En San Pedro se halla el Santisimo Cristo de la Espiga, imagen de mucha devoción; en San Juan Bautista y San Esteban se ven pinturas de no escaso mérito; en San Andrés, donde estuvo enterrado D. Álvaro de Luna, hay un medio relieve que representa el Salvador bajando de la Cruz; en San Nicolás tres antiguas imágenes y un Hecce-Homo de Gregorio Hernández; y en San Lorenzo se adora, en el altar mayor, Nuestra Señora de San Lorenzo, y en la nave del Evangelio, en

1 Afirmase que un sacerdote de Consuegra la trajo á Valladolid y la escondió en una cueva inmediata al Pisuerga; pero hallada por un pastor se colocó por entonces sobre la puerta de los Aguadores.

otro altar, la Virgen de la Cabeza ó del Pozo. Es buena la imagen del patrono de la iglesia de Santiago. En el Salvador y San Ildefonso se encuentran apreciables retablos y pinturas, en particular, es digno de mucha estima el retablo gótico, que se halla en la capilla de San Juan Bautista de aquel templo.

Iglesias penitenciales.

La iglesia de la Pasión, fábrica churrigueresca, tiene las dos imágenes: el Salvador orando en el huerto y el Salvador atado á la columna; la de las Angustias, edificada por Francisco de Praves, según algunos y según otros, con más acierto, por Pedro Mazuecos, guarda la artística y hermosa escultura de Nuestra Señora de las Angustias, de Juan de Juni; la de la Cruz encierra la Dolorosa, el Ecce-Homo, el Señor atado á la columna, el Señor orando en el huerto y el Descendimiento, de Gregorio Hernández; Jesús y San Antón conservan algunas efigies regulares.

Iglesias y capillas particulares.

San Felipe Neri, Rosarillo, San Juan de Letrán, San Isidro y la Capilla del Real Palacio nada ofrecen de particular. En cambio, al estilo gótico pertenece la magnífica y grandiosa iglesia de San Benito, abierta nuevamente al culto en el año 1893; en el Carmen Descalzo se adora una hermosa imagen de la Virgen del Carmen; y en la capilla del Palacio Arzobispal se contempla un precioso y elegante retablo gótico. Á este estilo corresponde la bellísima capilla de San Gregorio, y la fachada de San Pablo es uno de los monumentos mejores de Valladolid y del arte ojival. El sabio y virtuoso arzobispo de Valladolid, D. Antonio M. Cascajares hace de estos últimos edificios el juicio siguiente: "San Pablo y el Colegio adjunto de San Gregorio son las joyas artísticas más preciadas de Valladolid. En la