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nas de su barbacana, y el ancho y profundo foso, como también los puentes, antes levadizos, que á levante y á poniente le dan entrada. Llama la atención el patio grande y la esbelta galería que lo domina 1.

En las espaciosas salas del Archivo de Simancas se guardan documentos y papeles que son un rico depósito de nuestras grandezas y glorias. Gracias mil merece el laborioso archivero D. Tomás González, que en 1815 vino à reparar todos los desórdenes y trastornos causados por la guerra de la independencia. De los papeles conducidos à París al principio de la guerra, fueron

histórica que bajo la firma de El Cronista Castellano vió la luz pública en la obra intitulada Castillos y Tradiciones feudales de la Península Ibérica, págs. 633-638. Madrid, 1874.

1 Inscripciones que de real orden se han puesto en el archivo de Simancas.

Sobre la puerta de la entrada principal que está en el patio se lee en letras de oro:

Ferdinandus. VII. P. F. P. P. magnum.

Castellae. Chartophilacium. injuria. temporum.
Saevaque. in. Gallos. belli. clade.

Pene. evulsum. in. novum. traxit. nitorem.

Sumptu. regio. anno. MDCCCXV.

Encima de las puertas de bronce del Archivo de los testamentos de los reyes en el Rotundin, llamado Patronato Real Antiguo, se escribió en letras de oro:

Vetustissimi. codices. Regii. Patronatus. hic. à Caroli. V. temporibus. custoditi. Gallorum. irruptione. Lutetiam. deportati. fuerunt. anno. MDCCCXI. Ferdinandus. VII. paterna. sollicitudine. restituit. anno. MDCCCXVI.

Á la subida de la escalera principal se halla la siguiente inscripción:

Ferdinando. VII. Felici. Augusto.

Una. Cum. Egregia. Conjuge. Josepha. Amalia.

Regium. Tabularium. Invisenti.

X Kalendas. Augusti. Anno. MDCCCXXVIII.

En la mampara de la sala 4. de Estado se ve este letrero: Sacramentum Regis abscondere bonum est.

devueltos la mayor parte en 1816 "excepto la correspondencia diplomática íntegra con aquella corte y otros interesantes instrumentos extraídos de diferentes negociados, cuya remisión no ha conseguido el gobierno á pesar de las reiteradas instancias hechas al intento en diversas ocasiones, 1. Véase lo que sobre el particular escribía el Sr. Ribot y Fontseré, comisionado del gobierno para buscar ciertos documentos en el archivo: "Impenetrables, ó poco menos, como han sido hasta ahora muchos archivos, nadie hubiera explotado los ricos manantiales, cuya pérdida lamentamos, si el poder absorbente de Napoleón no los hubiese sacado de la obscuridad en que yacían, y el mundo literario carecería hoy de las páginas más brillantes con que ha enriquecido Capefigue su Historia de la Reforma, de la Liga y del reinado de Enrique IV, y de la grande obra de Mr. Minguet, titulada: Negociaciones relativas á la sucesión de España....

"Las sustracciones precipitadas de que fué víctima el archivo de Simancas, no son la única causa del desorden en que se halla: no fueron los franceses los únicos culpables. Por espacio de muchos años el castillo. fué ocupado por una guarnición que permitía á los jefes, y hasta á los soldados, penetrar en todas las salas, aumentar la confusión de los documentos y acarrear tal vez la pérdida de muchos muy importantes. Para mayor desgracia, cuando la soldadesca, de cuyo espíritu destructor quedan en el archivo restos manifiestos, hubo evacuado el edificio, penetraron en él los paisanos de las comarcas vecinas y completaron la obra de devastación arrancando cubiertas y mezclando legajos. Por fortuna, el ilustrado D. Tomás González, comisionado al efecto por Fernando VII, trabajó incesantemente

1 Semanario Pintoresco Español, t. IV, pág. 500.

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en restituirlos al orden, y llegó á conseguirlo en grau parte, 1.

Á D. Francisco Díaz después, y al presente á D. Claudio Pérez Gredilla, jefes del Archivo, se les debe eterno agradecimiento por la inteligencia y cuidado que han tenido para reunir, coleccionar y clasificar todos los papeles que se conservan en el histórico Archivo general.

La antigua iglesia de San Salvador fué destruída por un incendio poco antes de la guerra de las Comunidades, y las llamas sólo respetaron su bella torre bizantina, afeada hoy con un moderno remate.

El nuevo templo, construído al estilo ojival del siglo XVI, no carece de gusto, y son elegantes sus tres naves iguales, sostenidas por columnas cilíndricas de estrecho capitel. Dicese que el retablo lo labró Juan de Juni y que no se acabó de pintar hasta el año de 1571. El obispo Acuña fué sepultado en uno de los ángulos de la claustra, la cual servía provisionalmente para el culto. También descansan en dicha iglesia los restos de Juan Gallo, secretario de Felipe II. En la nave de la izquierda y en el exterior de la primera capilla se encuentra una lápida, cuyo letrero en caracteres romanos dice así: "Esta sepultura es del Secretario Juan Gallo de Andrada, fundador de esta capilla que está junto à la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación y de los sucesores en su casa y mayorazgo. Año de MDC, 2.

Es hermoso el antiguo puente de diez y siete arcos sobre el Pisuerga, cortado en 1812 por lord Wellington, retirándose ante el general Souham 3, y merecen contemplarse los restos de muralla que rodean el pueblo.

1

El Cronista Castellano, O. C. pág. 638.

2 Dicha capilla pertenece hoy á D. Demetrio Ayala. 3 Lafuente, Hist. de España, t. XXV, pág. 242.

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