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real palacio, la de Cabezón, que más tarde tomó el nombre de Don Rodrigo; en la Corredera de San Pablo, la de la Peñolería ó de la Esgueva; al fin de la calle de las Damas, la de los Baños; en la de Cantarranas, la de la Peletería; á la entrada de la Platería, la del Azoguejo 1; junto à la puentecilla de la Rinconada, la del Postigo del Trigo; y después é inmediata á San Benito, la del Hierro. Los dos únicos templos que había en Valladolid, eran: San Julián (situado entre San Benito el Real y el convento de monjas de Santa Isabel), y San Pelayo (plazuela de San Miguel), 2.

Valladolid debe su engrandecimiento al conde Don Pedro Ansúrez. El ilustre magnate se educó en la corte de Fernando I el Magno, al lado de su padre Ansur Diaz, conde de Monzón, Husillos, Saldaña, Liébana y Carrión. No figuró D. Pedro en el reinado de Sancho II; pero más tarde acompañó á Alfonso VI, cuando destronado éste por su hermano, se refugió en la corte del emir de Toledo. Asesinado D. Sancho al pie de las murallas de Zamora, D. Alfonso fué reconocido rey de Castilla y León, y en premio de los servicios del conde Ansúrez, le dió el gobierno de Valladolid. En compañía de su mujer D.a Eylo (Eloísa), y con toda su familia, vino á la heróica ciudad, donde hizo un magnífico palacio (hoy Hospital de Esgueva), las iglesias de Santa

1 La palabra arábiga az-zog significa mercado.

2 Págs. 37 y 38.

Maria la Antigua, Santa María la Mayor (al presente terreno cercado, y en parte construído, adosado á la moderna Catedral y enfrente de la Universidad), San Nicolás, un hospital en la calle de la Solana Alta (actualmente de las Parras) y el puente Mayor sobre el Pisuerga 1. Comenzó á formarse el barrio de San Martin y ȧ extenderse el del Puente. Al abad y colegio de clérigos de Santa María la Mayor les cedió algunas buenas haciendas, y conservó y mejoró el famoso gobierno municipal de la villa 2. Á la muerte de Alfonso VI, heredó la corona su hija D." Urraca. Habíase criado esta reina en Valladolid al lado de su ayo D. Pedro y doña Eylo, y viuda de su primer marido Raimundo de Borgoña, casó con Alfonso I de Aragón, en cuyos estados vivió algún tiempo. D. Pedro, durante la ausencia de D. Urraca, gobernó el reino. De livianas costumbres la reina, y de carácter rudo y áspero el Batallador, las desavenencias conyugales fueron causa de la separación de ambos, y aun de la guerra entre castellanos y aragoneses. Como D. Pedro hubiese de reprender la conducta poco recatada de D." Urraca, ésta, no solamente le arrojó de su lado, sino que le quitó las villas y lugares que Ansúrez poseía en Castilla, teniendo que retirarse á los estados de Urgel, de cuyo gobierno estaba encargado durante la menor edad de su nieto D. Armengol. En cambio, Alfonso I le dió tierras y castillos, jurando él pleito-homenaje à su nuevo señor. Vencidos

1 Dicese que Pedro Miago, mayordomo de D. Pedro, fundó también un hospital en la calle de Herradores.

2 El régimen municipal estaba vinculado en diez familias, las cuales se reunían en la casa llamada de linajes, calle del Río, junto á San Lorenzo, pasando luego, divididas en dos grupos, llamado el uno de Tovar y Mudarra, y el otro de Reoyo y Cuadra, el primero á la iglesia mayor, y el segundo (desde el siglo XIII) á la de San Pablo, para distribuir los oficios de justicia.

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los castellanos por los aragoneses en las batallas de Valldespina y Villadangos, y anulado el matrimonio de D. Alfonso y D.a Urraca, á causa de ser ambos biznietos de Sancho el Mayor de Navarra, el conde D. Pedro y otros nobles pidieron al aragonés que les eximiese del juramento prestado. El romance se expresa de esta

manera:

Lealtad de Pedro Ansúrez.

Muerto es el rey Alfonso,
el que á Toledo ganara,
y por ser el Rey tan bueno
su muerte fué muy llorada.
Por ser querida de toda
esa gente castellana,
esa Doña Urraca Alfonso
los sus reinos heredaba.
No ha el rey otro heredero;
segunda vez la casara
con ese rey de Aragón;
mas juntos poco duraban,
por ser parientes cercanos,
y la Iglesia lo vedaba.
El Rey se vuelve á Aragón,
en Castilla ella quedara,
la Reina pidió sus tierras,
que del su padre heredara,
á aquéllos que las tenian
y les fuera dado en guarda;
y ellos luego se las dieran,
y el homenaje quebraran
que al Rey de Aragón hicieron
cuando á ella se juntara.

El conde Don Pedro Anzures
quebrantara su palabra.

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