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servar entre algunos millares de radiografías algunas causas de error que deseamos señalar. La fig. 1.a representa los maxilares superiores de un sujeto con dientes sanos; si nos fijamos atentamente, veremos que encima de los ápices de los 515 segundos bicuspides de ambos lados y a un centímetro y medio aproximadamente del borde alveolar existe un orificio por defecto de calcificación. Este orificio, que pudiéramos llamar normal, o por lo menos congénito, da en la radiografía la misma imagen que dan los dientes con periodontitis apical muertos sin caries, como puede observarse en la fig. 2., en donde además se ven unos ensanchadores colocados lo más perfectamente que puede conseguirse y sin embargo, no llegan todos hasta el mismo ápice, como pretenden algunos ilusos de la profesión de buena o mala fe.

En el maxilar derecho, fig. 1.a también, puede verse la raíz distal del primer molar superior 6 que sobresale a través de la cortical externa y cuya dehiscencia ósea congénita puede tomarse por adquirida y ser una causa de error diagnóstico si se limita nuestra exploración al examen radiográfico.

En el maxilar inferior, fig. 3., pueden verse otros defectos de calcificación ósea al nivel del cen

tral y canino 3.1 derechos y que la radiografía, fig. 5., si tuviera dientes, induciría al diagnóstico de focos supurados.

No queremos consignar radiografías de un mismo caso, pero con distintas exposiciones y manipulaciones donde las zonas blanquecinas aparecen en unas sí y en otras no, induciendo a error a los noveles y poco iniciados, por no desacreditar el procedimiento que hoy creemos insustituíble.

Las periodontitis en vías de curación, también pueden dar zonas claras.

Aparte de estas causas de error. todavía queda el capítulo de una vez diagnosticado bien radiográficamente, saber si aquel foco repercutirá de un modo ostensible sobre la economía y aún después de encontrar un órgano a distancia afecto en el mismo sujeto, conocer si fué debido y lo es actualmente por un diente responsable.

Como puede colegirse por las ideas que vamos exponiendo, el diagnóstico de los focos apicales de repercusión general no debe limitarse a la radiografía, que por lo demás es utilísima; es necesario acumular más pruebas; los antecedentes son muy útiles por los datos de antiguas periodontitis, la percusión del diente que ha de estar sensible al menos; la palpación de la zona periapical, algo alterada. casi siempre; el electro-diagnóstico dentario y quien sabe si necesitaremos en plazo próximo recurrir a la hemocultura y suero-diagnósticos, para buscar en la sangre los gérmenes y anticuerpos correspondientes, etc., etc.

Por todo lo que vamos consignando, es demasiado prematuro entregarse, como lo han hecho muchos profesionales, en brazos de la cirugía radical, extrayendo dientes, coronas puentes, etc., apenas la radiografía acusa la zona clásica de periodontitis, no ya en los que se sospeche que un padecimiento interno pueda tener un origen dentario sino, por si acaso, como medicina preventiva, para que el día de mañana no los tengan, sin tener en cuenta que la medicina guarda muchísimos secretos, entre los cuales está la imposibilidad de quitar todos los focos de infección que anidan en otros órganos, como el pus de los acnés y forúnculos en la piel, los germenes de las criptas

amigdalares, etc., etc., y hasta quién sabe si esos focos, que sin duda continuamente están mandando productos al interior sirven, cuando no causan trastornos aparentes, para inmunizarnos contra mayores invasiones extrañas. No sigamos la conducta de algunos cirujanos que al más mínimo trastorno por el apéndice, trompas, ovario, etc., los quitan con el afán noble, pero ciego y prematuro, de evitar una complicación que sólo está en su fantasía, olvidando que la naturaleza siempre se está defendiendo contra lo que pueda alterar su funcionalismo y es de sabios el no perturbarla y sí sólo ayudarla.

DR. LANDETE ARAGO

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Maxilar inferior, en el que se observan dos pérdidas de substancia al nivel del central y canino inferiores derechos y de naturaleza congénita, fáciles de inducir a error.

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Gratamiento de los canales ra= diculares por la Dicloramina C.

En un artículo publicado recientemente en La Odontología, describíamos el método de esterilización de los canales radiculares por la Yonización de la forma en que lo hemos practicado en la clínica del Dr. Prinz, de Fhiladelphia.

Se funda este procedimiento en la disociación de una solución de cloruro de sodio colocada dentro de los conductos para-pulpares, por medio de la corriente eléctrica, lo que da lugar a la producción de cloro libre, que es el agente que produce la esterilización del canal en tratamiento. La aplicación de este proceder requiere un aparato costoso, conocimientos especiales, y disponer del tiempo que algunas veces se necesita para llevar a cabo esta operación con la minuciosidad necesaria.

El método que vamos a describir en este artículo, no es más que una simplificación de la electro-esterilización, pero su fundamento es el mismo la utilización del cloro como agente desinfectante, pero apli cado de manera mucho más sencilla y sin necesidad de material ni conocimientos especiales.

El agente del cual se obtiene el cloro es un nuevo compuesto llamado Dicloramina T., seleccionado por

el Dr. H. D. Dakin, para la esterilización de heridas, y probado en su aplicación para la Odontología, por el Dr. Prinz.

El cloro ha sido usado en numerosas preparaciones, desde hace mucho tiempo, como antiséptico para la curación de heridas. El agua de Favelle, la solución de Labarraque, el electrozone, etc., se han empleado como consecuencia del gran poder bactericida que demuestran en las pruebas de laboratorio. Sin embargo, en su aplicación práctica, no producen resultados tan satisfacto rios, por lo que su empleo en la clínica ha disminuído grandemente.

La dicloramina T. es la abreviatura de para-tolueno-sulfo-dicloramida; la letra T la distingue de compuestos similares, conteniendo benceno, etc., en vez de tolueno.

Es un polvo blanco, amarillento, cristalino, de olor picante y conteniendo un poco más del 29 por 100 de cloro aprovechable. En estado. sólido y guardado en la obscuridad es estable. Es prácticamente insoluble en agua, pero se disuelve en casi todos los disolventes orgánicos, como el cloroformo, benceno, eucaliptol, etcétera.

En contacto con materias orgáni

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