Imágenes de páginas
PDF
EPUB

ÁLAVA.

CAPITULO I.

HISTORIA POLITICA.

Alava durante las ocupaciones romana y gótica.-No fué ocupada por los moros. Estado independiente desde el siglo VIII.-Primeros señores.-No estuvo sujeta á D. Alonso el Magno.-Tampoco á Mauregato y Fruela.—Señorío de Fernan Gonzalez. - Señores posteriores á este conde.-Los reyes de Navarra señores de Alava. — Gobernadores bajo el señorío de los reyes de Navarra.-Unese Alava á Castilla despues del asesinato de D. Sancho el de Peñalen. Señores de Alava hasta los tiempos de la reina Doña Urraca. — Unese Alava á Navarra durante el reinado de D. Alonso el Batallador.-Fundacion de Vitoria por D. Sancho el Sabio.-Union de Alava á Castilla en 1200.Opinion del P. Berganza sobre la provincia de Alava.-Se refuta una opinion de Landazuri.-Conquista de Vitoria por D. Alonso VIII.-Señores de Alava hasta D. Alonso el Sabio.-El infante D. Fernando señor de Alava.-Privile gio de 18 de Enero de 1258. Pruébase con él, que la cofradía de Arriaga era propietaria de todo el territorio alavés.-Alava durante el reinado de Don Sancho IV.-Señores de Alava hasta D. Alonso XI.-Sentencia arbitral de 8 de Febrero de 1332.-Confírmase en ella la propiedad del territorio en favor de la cofradía de Arriaga.—Alava fué una gran behetría de mar á mar.-Pruebas de esta opinion.

Gui

Si oscura se presenta la historia política de Vizcaya y púzcoa desde que estas provincias han tenido existencia propia, con tanta ó mayor oscuridad aparece la de Álava desde principios del siglo VIII en que cayó el imperio gótico. Es para nosotros casi cierto, que los catorce pueblos llamados por Plinio Alavanenses y comprendidos entre los Vardulos, ocupaban la mayor parte del territorio conocido hoy por provincia

de Álava, y que la ciudad titulada Alva, destruida cuando la invasion sarracena, existia desde la ocupacion romana en conmemoracion de la rival antigua de su gran ciudad. Al hablar en nuestro tomo I de la audiencia de Clunia, expresamos, que entre los catorce pueblos de los Varduli, acudian al territorio de dicha Audiencia los alavanenses. Vestigios romanos hallados en Alava y el campamento de Carasta (corrupcion de Castra), cuyas huellas aun hoy se perciben en las alturas sobre el Ebro entre Miranda y Puentelarrá, no dejan duda de haber sentado allí su planta aquellos guerreros.

En cuanto á la ocupacion gótica, supónese que si no todo, una parte del territorio alavés pertenecia al tiempo de la invasion árabe á la gran provincia de Cantabria, de la que era duque D. Pedro, padre de D. Pelayo; pero nosotros creemos que, si no en totalidad, correspondió en gran parte á la Vasconia.

Dejamos indicado anteriormente que el título de provincia de Álava se percibe ya desde el siglo IX en que así la nombra el obispo Sebastian, confirmándolo el monge de Albelda. De forma, que aunque Plinio nos hable, segun su particular modo de expresarse, de los pueblos alavanenses como incluidos en la Vardulia, no se designa la provincia de Álava como territorio apartado, hasta que de él hablan los escritos mas antiguos del siglo IX. En cuanto á la etimología, creyó encontrarla Garibay en el nombre de una montaña que supone tenia el de Uraba, convertido luego en Áraba y últimamente en Álava; pero el P. Henao, que recopiló esta y otras versiones extrañas sobre etimología, las desechó todas como infundadas.

En el capítulo preliminar de esta seccion adujimos el texto del obispo Sebastian asegurando, que Alava, Vizcaya, Aicona y Orduña fueron defendidas por sus habitantes y siempre poseidas por ellos. El arzobispo D. Rodrigo admite el texto de Sebastian. en lo que se refiere al momento de la invasion diciendo, que los sarracenos ocuparon toda España destruyendo á los godos, y sin que en ninguna parte encontrasen resistencia, excepto la

de algunos pequeños restos en las montañas de Asturias, Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, Ruconia y Aragon. El P. Enrique Florez en las genealogías de los reyes de Navarra escritas durante el reinado de San Fernando y publicadas en las memorias de las reinas Católicas, dice: «Galiza, Asturias, Álava, Vizcaya, Vidona, Edearri, Barroesa, en todos tiempos fueron de Christianos que nunca las perdieron.» Por último, la crónica general de D. Alonso el Sabio al tratar de esta época añade: «E los moros quebrantaron el poder de los Godos de guisa que no habie ninguno que se les defendiese sinon unos pocos que fincaron e se alzaron otrosí en las Asturias e en Vizcaya, e en Álava e en Lipúzcoa, porque son muy fuertes montañas e

en los montes Rucones.>>

Pero pasado el siglo VIII, ya en el IX aparece, segun algu nos autores, invadida por los árabes la provincia de Alava; porque D. Lúcas de Tuy al referir las victorias de D. Alonso el Católico asegura, que conquistó tambien de moros la provincia de Alava. En esta opinion le siguió el arzobispo D. Rodrigo, y la crónica de D. Alonso el Sabio incluye á la provincia entre aquellas de donde fueron expulsados los árabes por el Católico. El P. Fr. Francisco Sota que escribió la crónica de los príncipes de Asturias y Cantabria, adoptó la misma opinion seguida por Moret y Ohyenart. El P. Risco admite tambien esta invasion de Alava por los moros, pero la califica de ligera correría; de modo, que todo el fundamento de esta corta ocupacion de la provincia de Alava por los árabes, estriba en el dicho del Tudense, historiador de un siglo posterior, que siguió la corte de D. Alonso IX y que dedicó su pluma al ensalzamiento de este rey y de sus antecesores.

Pero contra la opinion del Tudense existe la mas coetanea del monge de Albelda que escribió á fines del siglo IX, como contemporáneo de los sucesos. Asegura, que cuando los moros preparaban la invasion de Alava, fueron rechazados. por el conde D. Vela Jimenez, auxiliado del conde de Castilla, batiéndolos completamente en la batalla de Cilorigo junto á

Santo Domingo de la Calzada. Corrobora esta opinion el monge de Silos, que hablando de D. Sancho el Mayor, rey de Navarra, dice: «que arrojó á los árabes desde los Pirineos hasta Nájera franqueando el camino de la peregrinacion á Compostela, que antes se hacia por las sendas de Alava.» El mismo Sebastian, obispo de Salamanca, seguido en esto por el Tudense, afirma, que al verse obligado D. Alonso el Casto à huir de Asturias por la usurpacion de Mauregato, se refugió á la provincia de Álava que estaba libre de moros, y en donde vivian y tenian mucho poder los parientes de su madre Doña Munia, mujer del rey D. Fruela. Cosa parecida dicen de Álava Sampiro, obispo de Astorga y el arzobispo D. Rodrigo cuando D. Alonso el Magno tuvo que refugiarse en Álava perseguido por Fruela, consiguiendo rehacerse en ella y destronar al tirano. De estos antecedentes, discutidos por Ambrosio Morales en todas sus fases, saca la consecuencia de ser cosa notoria, que Vizcaya nunca fué perdida por los cristianos, y que lo mismo se tiene de Alava y Orduña. A excepcion pues de la pequeña correría que se supone á fines del siglo IX, hay unanimidad en los escritores antiguos para suponer, que la provincia de Álava no fué dominada por los moros.

Todo induce á creer que en este territorio acaeciese durante el siglo VIII con los restos de cristianos que á él se acogieron, lo mismo que acacció en Asturias, Sobrarbe, Navarra y Cataluña. El deseo general inspirado por el interés y necesidad comun, dió por resultado simultáneo, sin prévio acuerdo, sin mas que los arranques religiosos y patrióticos, la señal de resistencia. Los héroes de Covadonga, Uruel, Borunda, Ainsa, el Pano, Ausona y demas puntos montañosos, empezaron á formar nuevos estados, que si bien independientes unos de otros, se unian para combatir al enemigo comun y reconquistar lo perdido. Vestigios y tradiciones quedan de la fundacion de estos estados que fueron luego agregándose y compusieron las monarquías españolas de la edad media. De estos pequeños estados uno fué el formado, digámoslo así, por accesion, 22

TOMO VIII.

en el territorio que hoy ocupa la provincia de Alava. Así como en otras partes eligieron los nobles por reyes, ó mas bien caudillos militares, á Pelayo, García Jimenez ó Iñigo Arista, imponiéndoles pactos y condiciones reflejadas en los monumen– tos legales que aun hoy se conocen, los alaveses y nobles alli refugiados adoptaron, segun todas las indicaciones, un sistema de gobierno en cierto modo aristocrático, estableciendo una corporacion en que estuviesen representadas las dos clases mas influyentes de aquella sociedad, cuales eran la nobleza y el clero, á la que dieron el nombre de cofradía, como pudieran haberle dado el de Estamento, Senado ú otro cualquiera, y el sobrenombre de Arriaga por el sitio ó campo donde anualmente acostumbraban reunirse. Esta conducta se halla perfectamente de acuerdo con el criterio político de la época inmediata á la invasion sarracena. La clase popular no tiene la menor representacion en el gobierno de los estados nacientes, y se prescinde completamente de ella. En Asturias sigue el sistema gótico: los palatinos y obispos son los únicos admitidos á legislar é influir en la gobernacion de aquella corona. En Sobrarbe, Navarra y Aragon los príncipes y senniores son la fuente principal del poder, y mas tarde se da participacion al brazo eclesiástico. Poco mas o menos sucede lo mismo en Cataluña donde dominan los emperadores francos; de manera, que así la creacion como la existencia de la Cofradía de Arriaga con las circunstancias y condiciones que se presenta oficialmente en los siglos posteriores, tiene todos los caractéres de lógica, conformidad y asimilacion al sistema unánimemente creado por causas idénticas Y comunes á todos.

En los demas estados adoptan por jefe supremo un rey, un jauna, un señor ó un conde, como jefes militares y supremos, cuya autoridad se limita con los pactos y condiciones impuestas por los electores; y la cofradia alavesa elige tambien su jefe supremo militar á que dá el título de señor, quien uniéndose alternativamente á los jefes de los estados inmediatos, contribuye á la obra comun de combatir al invasor

« AnteriorContinuar »