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XII.

Don Diego Lopez de Haro III, sucedió á su padre D. Lope, y desavenido en un principio con San Fernando se desnaturalizó de Castilla y se retiró á Vizcaya; pero avenido luego, siguió al rey á la conquista de Sevilla. Muerto San Fernando riño con D. Alonso el Sábio; se desnaturalizó de nuevo, y al pasar al reino de Aragon, murió de accidente desgraciado en 4 de Octubre de 1254.

XIII.

Don Lope Diaz de Haro, sucedió a su padre y estuvo alternativamente al servicio de los reyes de Aragon y Castilla. Por sus consejos, decision y apoyo, ocupó el trono D. Sancho el Bravo en perjuicio de sus sobrinos los de la Cerda, muriendo desgraciadamente en Alfaro asesinado por el rey en una comida el año 1289; y no jurídicamente decapitado como se ha supuesto en la discusion del Senado.

XIV.

Don Diego Lopez de Haro IV, sucedió á su padre y estuvo desavenido del rey de Castilla, pasando en Aragon los tres años hasta el de su fallecimiento en 1292, usurpándole el señorío el rey D. Sancho.

XV.

Don Diego Lopez de Haro V, sucedió á su sobrino por falta de descendencia legítima, y con el auxilio del rey de Aragon y de los vizcainos libertó el señorío del dominio de Castilla, despues de la muerte de D. Sancho el Bravo. La reina viuda Doña María empeñó en su amistad y servicio á D. Diego Lopez,

quien siguió disfrutando el señorío hasta 1309 en que murió. Estuvo casado con Doña Violante, hija legítima de D. Alonso el Sábio.

XVI.

Doña María Diaz de Haro I, y por razon de matrimonio su marido el infante D. Juan. Por renuncia de D. Lope Diaz de Haro, hijo de D. Diego, hecha durante la vida de este, á instancia de D. Fernando IV, entró á poseer el señorío esta Doña María hija de D. Lope Diaz de Haro XIII señor de Vizcaya, poseyéndole tranquilamente su marido el infante D. Juan, tutor y gobernador del reino, hasta que falleció en 26 de Junio de 1319 en una batalla con los moros. Su mujer Doña María siguió siendo señora algunos años despues de la muerte de su marido, y por último en 1327 se retiró al convento de Perales donde falleció en 3 de Noviembre de 1342.

XVII.

Don Juan por sobrenombre el Tuerto. Motivos hay para dudar si este D. Juan tuvo ó no el señorío de Vizcaya, porque si bien era hijo legitimo del infante D. Juan y de Doña María Diaz de Haro, esta le sobrevivió aun quince años, y la vemos otorgar carta de fueros á Ondarroa en 28 de Setiembre de 1327, dos dias antes de la muerte violenta dada á D. Juan en Toro por D. Alonso XI, quien le confiscó todos sus bienes, menos el señorio de Vizcaya, porque no podia.

XVIII.

Doña María Diaz de Haro II, y por razon de matrimonio D. Juan Nuñez de Lara. Al saber el aya que criaba á Doña María Diaz, hija única de D. Juan el Tuerto, el asesinato del padre de esta, abandonó la Vizcaya y se refugió con la niña

en Bayona. Pasado algun tiempo se casó con el rico-hombre D. Juan Nuñez de Lara, quien tomó posesion del señorío á nombre de su mujer, y sostuvo tenaces campañas con el rey de Castilla. Este por su parte, figuró una compra del señorío con Doña María Diaz de Haro, abuela de la mujer de D. Juan Nuñez, retirada como hemos dicho en el monasterio de Perales, y desde 1332 empezó á usar el título de señor de Vizcaya; pero en paz luego con el de Lara, cesó de usarle. Don Juan Nuñez ayudó eficazmente al rey en la batalla del Salado, conquistas de Alcalá y Algeciras y sitio de Gibraltar. Murió en 1350, enemistado con el rey D. Pedro, dejando á su hijo D. Nuño de Lara y dos hijas Doña Juana y Doña Isabel.

XIX.

Don Nuño de Lara sucedió á su padre D. Juan, pero temiendo su aya Doña Mencía, que se hallaba con el niño en Paredes de Nava, al rey D. Pedro, procuró ponerle en salvo y lo consiguió refugiándose en Vizcaya, no sin tener que romper un arco del puente de Larrá para evitar pasase el rey, que de cerca los seguia. Furioso D. Pedro atacó la Vizcaya, pero los vizcainos defendieron tenazmente el señorío, no habiendo logrado otras ventajas que tomar la casa fuerte de Orozco y el castillo de Arangua en las Encartaciones. El niño D. Nuño murió al poco tiempo en 29 de Agosto de 1352.

XX.

Doña Juana de Lara y por razon de matrimonio el infante D. Tello. Muerto el niño D. Nuño, recayó el señorío en su hermana mayor Doña Juana, casada luego con el infante D. Tello hijo de D. Alonso XI y de Doña Leonor de Guzman. Unido D. Tello á los enemigos de Doña María de Padilla, se atrajo la cólera del rey, quien intentó desposeerle del señorío de Vizcaya por fuerza de armas en favor del infante D. Juan de Aragon,

TOMO VIII.

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que casó con Doña Isabel de Lara, hermana menor de Doña Juana: pero D. Tello se defendió valerosamente en Vizcaya, destrozando las tropas castellanas en Gordejuela y Ochandiano. Mas cauto, sagaz y peor intencionado el rey que D. Tello, logró firmase este y sancionasen los vizcainos un compromiso en 24 de Junio de 1356, que le sirvió luego para desposeer del señorío á D. Tello, matar en Bilbao al infante D. Juan que le reclamaba el señorío, y envenenar á Doña Juana y Doña Isabel de Lara. Disfrutó D. Pedro el señorío hasta su primer destronamiento por D. Enrique de Trastamara, en que le ocupó de nuevo D. Tello, quien se cree que para ser obedecido de los vizcainos fingió que su mujer Doña Juana de Lara vivia aun, haciendo vida marital con una manceba que se parecia á la desgraciada señora, envenenada por D. Pedro. Sea ó no cierta esta farsa, D. Tello poseyó el señorío hasta 15 de Octubre de 1370 en que murió; sin que llegase á disfrutarle nunca el príncipe de Gales á quien se lo donó D. Pedro, porque los vizcainos le rechazaron.

XXI.

El infante D. Juan. Extinguidas con las muertes de D. Nuño, Doña Juana y Doña Isabel de Lara la descendencia de D. Lope Diaz de Haro, XIII señor, y la de D. Diego Lopez de Haro, XV, la sucesion de las casas de Haro, Lara y Villena, recayeron en Doña Juana Manuel, mujer del rey D. Enrique II. Esta señora renunció el señorío en su hijo primogénito el infante D. Juan, quien le conservó, incorporándole cuando fué rey al señorio de la corona, y añadiendo este título mas á los de los reyes de Castilla. Por herencia, pues, y sucesion legítima pasó el señorío á la corona, y no por voluntad ni albedrío de D. Enrique II, como inexactamente se ha sostenido en la discusion del Senado sobre los fueros de las provincias. Desde entonces nuestros monarcas han sido y se han titulado señores de Vizcaya, como de un estado independiente agregado á su

corona.

En la cronología de Guernica no se menciona ni existe el retrato de ninguna señora de Vizcaya, cuando sabido es que si el infante D. Juan, hijo de D. Alonso XI fué señor de Vizcaya, lo debió á estar casado con Doña María Diaz de Haro, hija de D. Diego, señora propietaria, como se demuestra con el hecho, de que habiendo muerto el infante D. Juan en 1319 quedó la viuda en posesion del señorío. D. Juan Nuñez de Lara fué señor por estar casado con Doña María de Haro. El señorío de D. Tello, hermano del rey D. Pedro, le provino por estar casado con la señora propietaria Doña Juana. De manera que no encontramos razon alguna para que en el salon de juntas de Guernica no estén los retratos de las señoras propietarias y sí los de los señores por razon de matrimonio. Tanto valdria en este caso borrar de la cronología de los reyes á Doña Sancha, Doña Berenguela, Doña Petronila, Doña Isabel la Católica, Doña Juana y las reinas propietarias de Navarra. En el señorío de Vizcaya se vino sucediendo con ligerísimas excepciones por derecho hereditario de varon en varon, y á falta de estos, en hembra de mejor línea y grado, y no aparece señal alguna de homenaje de los señores, como tales, á los reyes de Castilla, que pudiera hacer creer á Vizcaya feudo de la corona. Vemos, sin embargo, que algunas veces los reyes, despues que el señorío se vinculó en la corona y excediéndose de su derecho, atendidas las relaciones políticas entre el señorío y el rey, le donaron sin gran escrúpulo á quien bien les placia, como hacian con los demas estados, á pesar de existir leyes hechas en Córtes prohibiendo la enajenacion ó donacion del realengo D. Pedro para pagar sus servicios al príncipe de Gales, le ofreció entre otras cosas el señorío de Vizcaya, cuya donacion resistieron con razon y justicia los vizcainos, hasta que destronado el tirano volvió al señorío el infante D. Tello. D. Enrique IV hizo tambien grandes donaciones parciales de territorio vizcaino, siendo una de las principales causas por que el señorío desconoció su autoridad y se entregó á la princesa Doña Isabel, que enmendó y anuló tan desaforadas donaciones.

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