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cumentos y una relacion exacta de lo operado en la mision de tierra á dentro. Mas ¿cómo queria su Ilma. que lo hicieran así los jesuitas, despues de haber visto que su predecesor se habia servido de los tales datos y documentos, para pedir la transformacion de las misiones en doctrinas, y la prohibicion de internarse en el territorio araucano? Por desgracia, no todos sabian apreciar como ellos la salvacion de un alma, aunque fuese de un bárbaro ó de un párvulo. Los PP. de Chiloé no tenian porqué abrigar semejantes temores; sino que esperar proteccion y fomento. Los resultados de estas misiones eran mas plausibles que los de aquellas; y no por culpa de los misioneros. Oigamos al mismo obispo en su citado informe sobre su visita.

23. «Las misiones de Sta. Fe, Sta. Juana, S. Cristóbal y la Mocha tenian <«<iglesias nuevas, y competentes y equivalentes ornamentos, con los edificios «necesarios à su cómoda habitacion. En Arauco se estaba edificando casa é «iglesia. Solo la de Tucapel estaba destituida de un todo. En lo formal estoy «persuadido que los nueve sujetos que las sirven llenan el ministerio con toda <«<edificacion, teniendo las de Sta. Fe, Sta. Juana y Arauco sus entradas al «año á la tierra, con el destino que la de Tucapel, que interna en ella, á bau«tizar párvulos y catequizar adultos; aunque el fruto de estos no corresponde «al celo de dichos PP., por la obstinacion de los indios bárbaros en sus ritos «gentilicos: y así estoy en la inteligencia de que, aunque tengan estos obre«ros evangélicos todo el celo que se experimenta de su santo instituto, jamás «reducirán á estos indios á vida política y cristiana, hasta que estén predomi«nados de nuestras armas españolas, y sujetos á la dominacion de nuestro so«berano.» Siendo chileno este prelado, bien pudiera haber recordado los progresos que habian hecho algunas misiones entre los indios independientes en las épocas de paz; y tambien cuántos millares se habian reducido por conviccion y otros medios pacíficos. Por lo tanto, rechazando su opinion, alabamos su celo, que se la hizo concebir, y en virtud del cual tomó sérias providencias para mejorar el estado de su diócesis.

24. Una de ellas fué convocar su clero á sínodo; la que inauguró el 11 de Octubre de aquel mismo año 1744. Asistieron á ella como consultores el Padre Pedro de Toro, rector de nuestro colegio, el P. Manuel Alvarez, rector del convictorio de S. José, y los PP. Eugenio Valencia é Ignacio Ahumada; y para los puntos relativos à las misiones, los PP. Francisco Kuen, Francisco Javier Bolfesen, Juan Evangelista Sertel y Juan Lazo, todos de la Compañía; de las otras órdenes religiosas solo asistió un P. de cada una de ellas. Los cuatro primeros de nuestros PP. fueron nombrados examinadores sinodales. De las sabias constituciones decretadas por esta sínodo, solo pondremos aquí las que en alguna manera se refieran al objeto principal de nuestra Historia.

25. En la 2. constitucion se recomendó al Gobernador y á sus subalternos, hicieran observar lo convenido en el parlamento del año 1726, de que no entrasen españoles en la tierra de indios á comerciar, fuera de las tres ó cuatro ferias anuales en él estipuladas.—En la 3.a se prohibió, bajo pena de excomunion mayor ipso facto incurrenda, que ninguno pudiese introducir en la tierra.

armas de hierro, acero ó de otro metal, ni frenos, espuelas, estribos ó caballos; segun lo proveido por la ley 31, título I, lib. VI de Indias.-En la 4.* se prohibió, bajo la misma pena, se les vendiese vino, ni otro licor espirituoso.— En la 6. se suplicó al Gobernador impidiese que los indios ladinos, cimentados entre los españoles y ya bautizados, se volviesen á la tierra; y que los reclamase de los indios á los que se hubiesen ido; y se mandó tambien que los dueños de hacienda denunciasen á los curas ó misioneros los pehuenches y demás indios infieles que se viniesen de sus tierras, para que así pudieran ser doctrinados, y á su tiempo bautizados, ó echados del país, si fuesen tenaces en no querer recibir el santo bautismo.-En la 7.' se tiene por laudable la costumbre de bautizar los párvulos, hijos de los indios de Chile, por no reputarse sus padres rigorosamente infieles, y ofrecerlos ellos mismos libre y espontáneamente al bautismo. En la 8. se recomienda al Gobernador y á las demás autoridades procuren reducir á pueblos à los indios de la tierra, para que puedan más fácilmente ser instruidos y mejor educados en la religion.-En la 11.' que los clérigos hagan los ejercicios espirituales de S. Ignacio, segun lo dispuesto por Clemente XII á 14 de Setiembre de 1733 en el capítulo V, constitucion 5.o; y que todos los curas aprendan en el término de un año el idioma araucano, para poder instruir y confesar á los indios. Alábase con esta ocasion á los jesuitas, por saberlo con expedicion, á pesar de ser extranjeros los más de ellos.En la constitucion 29. se recomendó á los curas recibiesen y tratasen bien à los misioneros de la Compañía, que cada año daban mision en todos los curatos; y se les dió á estos facultad para administrar todos los sacramentos, excepto el del matrimonio. Un brillante elogio del celo con que las daban los PP. de la Compañía consignó la sínodo en este capítulo, en el cual recomienda además á sus superiores la continuacion de tan importante obra. En la constitucion 1.* del capítulo IX ordenó que los PP. franciscanos, que administraban los sacramentos parroquiales en los cinco castillos de Valdivia, fuesen examinados por el ordinario. Consta por las actas de la misma sínodo que aquella diócesis tenia diez y nueve curatos; uno en Concepcion, catorce en la campaña al norte de la Araucania, uno en Valdivia y tres en Chiloé.

26. Y consta tambien por ellas que el convictorio de S. José, perteneciente á nuestra mínima Compañía, florecia con grande utilidad de la república, y que en él continuaban incorporados los seis seminaristas de la diócesis; haciéndose mencion, por fin, de la mision de los PP., que anualmente recorrian el obispado. La catedral se componia (1) del obispo, dean, arcediano, canónigo magistral, y otro de provision. Entre todos los conventos y edificios públicos de aquella ciudad el colegio de la Compañía era el más desahogado, decente y bien trabajado. El colegio de Chillan habia acabado tambien su bonita iglesia, y su rector el P. José Valdivia habia comprado en cinco mil cuatrocientos pesos por el año de 1743 á D. Josefa García de Sobarzo la hacienda de S. Emerico, llamada tambien Caymauchin, de mil doscientas cuadras de terreno.

(1) Jorje Juan en sus viajes.

CAPÍTULO XVI

1. El P. Garcia funda el beaterio de las Rosas.-2. Bendicion de su iglesia.-3. Capilla doméstica del colegio máximo.-4. Canales de la Calera y del Chequen.-5. Con ventajas para Santiago.-6. Manso es Virrey del Perú.-7. Obando funda el pueblo y mision de Chonchi.-8. Ortiz celebra parlamento en Tapigüe.—9. Notable fallecimiento de Provinciales.-10. El P. Haymhaussen trae HH. artesanos.—11. Y joyas preciosas.-12. Estado de esta Provincia.-13. Informe juridico en su fa, vor.-14. Estudios y ministerios en Concepcion.-15. Séptima Congregacion Provincial.-16. Trabajase la casa de ejercicios de Ntra. Sra. de Loreto.-17. Con auxilios del Sr. Araoz.-18. Incendio de Valdivia.-19. Poca piedad de sus vecinos. -20. Trasládase la mision del bajo Tolten á la Mariquina.-21. Progresos de San Luis y Mendoza.-22. Nueva iglesia en S. Juan.

1. La caridad no es ambiciosa ni busca su propio interés ; antes bien se complace en buscar el de sus hermanos, mayormente cuando los vé desvalidos, y espera que por su medio podrá cooperar al acrecentamiento de la gloria divina. El hecho con que vamos á principiar este capítulo nos demuestra, segun esto, que los PP. del colegio máximo la poseian en grado eminente. En efecto; despues de transformado en convento de religiosas capuchinas el beaterio de las Brionas por el año de 1727, algunas señoras piadosas se reunieron en una casa particular, con el noble designio de fundar otro en honor de Santa Rosa de Lima. Los nuestros eran de ordinario sus confesores y directores de espíritu; y lo hacian con gran consuelo, por ver sus progresos en el camino de la perfeccion. Mas esto no bastaba para que ellas pudieran realizar su plan, que requeria una gran cantidad de dinero. ¿Y de dónde lo sacarian siendo unas señoras pobres, y sin valimiento con gentes poderosas ó acaudaladas? Compadeciéndose de su miseria el P. Ignacio García, y habida la licencia de sus superiores, tomó á su cargo el favorecerlas en lo temporal, como ya lo venia haciendo en lo espiritual; con la íntima persuasion de que el establecimiento proyectado seria de grande gloria de Dios nuestro Señor, y para la santificacion de muchas almas. Aunque más pobre que ellas, por no tener, ni ser capaz de poseer cosa alguna, emprendió aquella santa obra, contando con el tesoro inmenso de su confianza en Dios; y no tardó en realizarla. El Señor, á quien servia con todo su corazon, le habia concedido un gran prestigio con el público; y así, cuando supo este sus piadosos intentos, pronto le ofreció recursos suficientes. Un penitente suyo fué el primero que le suministró una gruesa suma, para comenzar aquella obra; y de otros fué recogiendo otras limosnas, con que la dió tanta priesa, que en 1742 la casa é iglesia estuvieron concluidas.

2. Esta no era muy grande, pero sí bonita y bien proporcionada; adornada con un magnífico altar mayor y provista de los ornamentos y vasos sagrados necesarios para celebrar con decencia los divinos oficios. Bendíjose el 3 de Junio

de aquel año, saliendo de nuestro colegio máximo la procesion, en que fueron con velas encendidas lo mejor y más lucido de la ciudad. El marqués de la Pica llevaba el guion; seguia el convictorio de S. Javier con su santo patrono en andas; luego los de la Compañía con roquete, llevando á nuestro santo Padre Ignacio; en seguida el clero secular con la Señora de Pastoriza, ó sea la divina Pastora, en andas rica y vistosamente adornadas; últimamente el cabildo eclesiástico acompañando al Santísimo Sacramento, junto al cual iban doce bellos niños vestidos de ángeles, con ricos ropajes y preciosas alhajas; cerraba la procesion la real audiencia con su presidente el Sr. Manso (1). Al salir de la iglesia, uno de los angelitos pronunció un tierno y piadoso discurso ante el Santisimo, que excitó la admiracion y piedad de aquel numeroso concurso; y entre los armoniosos acentos de melifluas voces y bien concertados instrumentos lo acompañaron al nuevo templo de Sta. Rosa. Al llegar á la calle de Santo Domingo salió á recibir la procesion la órden venerable de predicadores, llevando en andas á su santo patriarca y á la gloriosa Sta. Rosa de Lima, y se agregó á ella en pos de nuestro santo P. Ignacio. Al llegar á la nueva iglesia fueron colocados el Santisimo Sacramento en su tabernáculo, nuestra Señora de Pastoriza en su trono del altar mayor, y en sus nichos los demás santos; y se cantaron las vísperas con gran solemnidad. Al otro dia se celebró una misa solemne con la mejor orquesta de la ciudad; y el P. Ignacio García, principal móvil de aquella fiesta, hizo un elocuente y fervoroso panegírico. Las buenas beatas solemnizaron la inauguracion de su iglesia con otros muchos actos de devocion. Desde entonces se miraron como hijas de la Compañía; y aunque esta no las recibió bajo su obediencia, por serle prohibido, todavía las tomó á su cargo para confesarlas y dirigirlas en su espíritu. Doce años despues veremos cómo llevaron este nuevo plantel á su último grado de perfeccion.

3. El colegio máximo emprendió poco despues la reedificacion de su hermosa capilla doméstica, de nueve varas de ancho y treinta de largo, con fuerte y precioso artesonado, trabado de cuatro en cuatro varas con sus colleras ó sean vigas pareadas y enlazadas entre sí con listones, relieves, calados, y molduras muy vistosas. Su altar mayor no era de mal gusto, aunque estuviese casi enteramente cubierto de tallas, tan finas y bien ejecutadas, que las más fueron trasladadas al nuevo altar mayor de la iglesia grande en el año pasado de 1857. Al pié de la iglesia habia un coro alto, cerrado con graciosas celosías, y varias tribunas de igual forma en el costado de la epístola, que daba al colegio. El púlpito era asimismo bueno y primorosamente entallado; escaños colocados sobre una elevada tarima corrian todas las paredes, menos la del presbiterio, con altos y muy labrados respaldos. Todas estas obras, y el mismo techo, estaban pintadas y adornadas con ricos dorados, repartidos con gusto, aunque con profusion. Las paredes estaban decoradas con la vida de nuestro Sto. P. Ignacio, pintada en lienzos de una vara de ancho y casi dos de alto, traidos del Cuzco en el año 1744 (2). En el año 1745 concluyóse esta capilla,

(1) P. Manuel Alvarez, Vida del P. Ignacio García.—(2) Archivo de la tesorería de este gobierno. Libro de cuentas del colegio máximo.

en la que se habian gastado ocho mil novecientos treinta y seis pesos, sin contar el importe de los cuadros y de otros adornos; y seria mucho más, como decia su rector el P. Timoteo Viñales, al rendir sus cuentas, por no haberse apuntado todas las partidas que se habian invertido en ella. Los bienechores, entre los cuales figuraba por la erogacion mayor el marqués de la Pica, solo contribuyeron con ochocientos pesos. Es admirable el entusiasmo de aquellos buenos PP. para emprender nuevas obras, levantar nuevas iglesias, ó reparar las antiguas. Y no era, por cierto, que tuviesen grandes caudales, ni que recibieran cuantiosas limosnas. Registrense sus libros de cuentas, conservados en el archivo de la tesorería de este gobierno, y se verá que las limosnas fueron raras en aquellos tiempos, y ningunas en los posteriores; por el contrario, nunca antes del año 1752 se les hallará sin grandes deudas. Estas ascendian á quince mil setecientos ochenta pesos en el año de que vamos hablando. Pero de estas sus grandes y preciosas obras nada existe. ¡Qué dolor! Nosotros sus hijos, aunque indignos, hemos tenido el sentimiento de verlas derribar y deshacer hasta sus cimientos. Para la iglesia trabajaron en el año de 1746 una magnífica custodia, de una vara, un pié y siete pulgadas de alto; sobre una peana sencilla, pero elegante; está de pié un ángel, precioso por su forma y propiedad, con los brazos abiertos y levantados en alto para sostener el cuerpo principal de la custodia, que tambien descansa sobre su cabeza; la cual tiene levantada, en ademan de mirar con respeto y devocion al Santísimo (1). El centro es un óvalo formado con cuatro semicírculos, un poco rebajados los de los costados, y algun tanto prolongados los otros dos; tres órdenes de rayos se desprenden de ellos, distribuidos unos sobre otros vistosamente; preciosos arabescos cubren su empalme con los mismos, y una como guirnalda de espigas, pámpanos y racimos corre por encima de estos, desprendiéndose de la cabeza del ángel y pasando por el remate, que es una cruz; entre esta y el óvalo sobresale una imágen de alto relieve representando al Padre Eterno y al Espíritu Santo en un trono de nubes, con la cabeza inclinada hácia el viril, en ademan de mirar al Hijo divino. Toda ella es de plata sobredorada; y su pesò es tal, que solo los materiales costaron mil seiscientos pesos, erogados graciosamente por los fieles. El colegio solo tuvo que gastar en la manutencion de los H. que la trabajaron.

4. No han corrido suerte tan desgraciada las mejoras puramente materiales, que los PP. mismos estaban entonces realizando en sus haciendas. Los talleres, que dijimos haber armado en la de la Calera, estaban muy adelantados. En el año 1747, no solo trabajaban tejidos, sino tambien cordoncillos, bayetas y frazadas; y en el 1753 se elaboraban asimismo estameñas y paños, para los cuales tenian un batan, movido por la misma agua que regaba sus potreros (2). Una nueva toma se abrió para esto en el rio Maipú, con el costo de tres mil pesos, en el 1750: tres años despues trabajaron un socavon (+) por

(1) Archivo de la tesorería. Libro de cuentas del colegio máximo, leg. 32.—(2) Archivo de la tesorería. Libro de cuentas del colegio máximo, leg. 32.—(+) Túnel lo llaman ahora en los ferro-carriles.

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