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corrian cada año el distrito asignado á ella, y por consiguiente las tierras de Tolten (+).

21. Dias más felices gozaba la Compañía en la otra banda de la cordillera. La residencia de S. Luis de la Punta habia trabajado ya su casa é iglesia. El colegio de Mendoza, despues de haberse proporcionado una buena renta y costeado su magnífico templo, abrió una casa de ejercicios à ocho cuadras al sur de la plaza mayor; y entonces, ó poco despues, trabajaron en ella la capilla del Buen Viaje, de treinta y seis varas de largo y siete y un pié de ancho; y dos capillas, una en cada lado, formando como un crucero á fuera del presbiterio. Su órden de arquitectura así en el interior, como en la fachada era el jónico, bien distribuido y hábilmente ejecutado; sus materiales cal y ladrillo; por lo cual despues de un siglo se conservaba todavía intacta, formando el mejor ornamento de aquella provincia, fuera de tres iglesias mayores, que descoIlaban en el centro de la ciudad. En S. Juan era rector de aquel colegio en 1750 el P. Luis de Santalices (1), que echó los cimientos de una bella iglesia, de cincuenta y ocho varas de largo y once de ancho, que tiene además cuatro capillas por costado, de unas cuatro varas de profundidad, elevadas media vara del suelo, sin haber paso de la una á la otra. Entre capilla y capilla hay dos pilastras, separadas entre sí por un lienzo de tres varas de frente, en el cual hay una tribuna muy vistosa, debajo de ella un nicho de buenas proporciones, y más abajo sobre el pavimento un confesonario. Hay tambien en cada costado su gran puerta en un hueco, que pudiera formar una quinta capilla. Al pié de la iglesia se halla un coro, sostenido por un arco elíptico bastante plano, que estriba en el último órden de pilastras. El presbiterio tiene de profundidad dos de dichos intercolumnios y el arco de otra capilla; los cuales por estar desocupados, le dan holgura. La fábrica es muy elevada y airosa; tiene una hermosa cornisa, que descansa sobre las pilastras, y corre por sobre las tribunas y los arcos de las capillas; termina la iglesia en una bóveda semicircular entrecortada por tantos arcos un poco salientes cuantas pilastras tiene cada costado; y estando las ventanas rasgadas en la bóveda entre cada par de arcos, dejan la iglesia bien iluminada. La arquitectura es del órden jónico, bien proporciada y perfectamente ejecutada. La sacristía al lado del presbiterio, es bonita, pero demasiado pequeña á proporcion de la iglesia. Todo es trabajado de cal y ladrillo, hasta la bóveda y el mismo tejado, convertido en una buena azotea; la fachada es sencilla, pero hermosa, con una elegante torrecita en cada esquina; el costado de la epístola da á la calle, y aunque su arquitectura es más sencilla que la de la fachada, guarda primorosa armonía con ella. Contribuyó con una gruesa limosna á esta fábrica D. Pedro José Jofré, vicario de aquella ciudad; cargo que renunció en el año siguiente para entrar en la Compañía (2). Por cierto que esta no tenia en todo Chile una iglesia tan bella y

(+) Así se lo comunicó el P. Provincial Diego Cordero al Sr. Gobernador en un oficio fechado en 1755, segun consta del archivo del ministerio del interior.-(1) Archivo del ministerio del interior.—(2) Archivo del Jesús de Roma.

perfecta como aquella, por más que se compare con la del colegio de S. Miguel, y á pesar de ser esta mucho más grande, grave y majestuosa. Creemos que la razon palmaria de esta notable diferencia son los temblores, que en Chile retraian de emprender grandes obras, y destruian ó maltrataban las que se hacian. Ni dejaria de serlo la falta de recursos, por lo mucho que costaban las reparaciones necesarias despues de los grandes temblores, aquí demasiado frecuentes, y casi desconocidos en las provincias de Cuyo.

CAPÍTULO XVII

1. Terremoto del año 1751.—2. La mar lo arrasa todo en Penco.-3. Colócase á Nuestra Sra. de las Nieves en nuestra casa de ejercicios.-4. Nuestros PP. socorren á los necesitados.-5. Salamanca funda la casa de ejercicios.-6. Conflicto de las autoridades por la traslacion de Penco.—7. Los jesuitas trazan su plan y edifican en ella.-8. Traslacion de Chillan, y edificacion de la residencia de Talca.-9. Se decreta el abandono de la de Melipilla.-10. El P. Diaz la rehabilita.—11. Ruina de la poblacion de Juan Fernandez.

1. No se habian cumplido todavía veintiun años desde que un horrible temblor habia arruinado gran parte de las iglesias de Santiago, y producido mayores pérdidas en otras ciudades de este país, cuando uno nuevo lo hizo extremecer por entero á 25 de Mayo de 1751, causando horrendos estragos en todo él (+). La iglesia del colegio máximo quedó tan averiada, que fué preciso derribar su elevada cúpula, su hermosa torre y la gruesa bóveda de cal y ladrillo, que cubria su nave principal y el crucero, y lás cúpulas menores que cubrian las capillas (1). La desgracia fué inmensamente mayor en Concepcion; donde, por haberse sentido el dia 23 un temblor bastante fuerte, sus vecinos estaban muy descuidados, cuando el 25, entre la una y las dos de la noche, sintieron otro, con un estruendo tan espantoso, que recordó á los más dormidos. Apresuráronse todos à salir de sus casas; mas no todos lo habian logrado aún, cuando el segundo remeson (++) arruinó completamente la ciudad, dejando muy mal paradas las pocas casas que quedaban en pié.

2. Tres veces retiróse la mar á causa de los fuertes vaivenes de la tierra, y otras tantas volvió sobre esta, entrándose hasta llegar cerca de las lomas contiguas, á donde se habia refugiado la gente (2). Con estas entradas, y mucho más al volverse las aguas à su seno marítimo, acabaron de derribar los edificios, y arrastraron gran parte de sus ruinas, muebles y demás efectos, junto con algunos infelices, que se creyó no pasarian de diez y siete; entre los cuales cupo tan fatal suerte à un H. coadjutor de nuestra Compañía, hombre muy devoto y ejemplar religioso. Todas las iglesias se vinieron al suelo, hasta la catedral, concluida seis años atrás, con ser toda ella de cal y ladrillo. La de nuestro colegio, que estaba en la esquina de la plaza al lado del sur, y todo el lienzo del puelche, ó sea del naciente, en que estaban la sacristía y las cla

(+) No habiendo podido conseguir hasta ahora la detallada narracion que de esta catástrofe se halla en nuestro archivo de Roma, tendré que limitarme à referir los pocos datos que de ella han llegado á mi noticia.—(1) Vida del P. Varas.—(++) Excusado es decir que remeson significa sacudimiento. Zorobabel Rodriguez en su «Diccionario de chilenismos,» que acabamos de recibir, quiere que se escriba remezon, como si la palabra viniera de remecer; pero otros preferirán, tal vez, deducirla de remesar, ó volver á mesar, en sentido figurado. De todos modos esta voz mereceria adoptarse en nuestra lengua por lo expresiva. (Nota del editor).—(2) Cartas edificantes, tomo XV, pág. 406 de la edicion española.

ses de teología, filosofía y gramática, se cayeron al primer remeson, por ser de adobes. El lienzo que caia sobre la plaza, aunque era de cal y ladrillo, trabado en todas direcciones con una plancha de hierro, que corria por dentro de la pared, y con otras muchas llaves y amarras de lo mismo, que trababan las paredes y las bóvedas, tambien de ladrillo, las cuales formaban el techo de las piezas bajas, ocupadas por otras tantas tiendas de alquiler, y tambien de las altas en que estaba la biblioteca, la más completa que habia en aquella ciudad, se arruinó enteramente; perdiéndose los géneros, é inutilizándose la mayor parte de los libros, por haberse mojado con el agua del mar, que se elevó dos varas en nuestro colegio, y con la del cielo, que luego cayó copiosamente. El segundo patio, igualmente de cal y ladrillo, quedó muy deteriorado, pero no del todo arruinado; porque era de un solo piso, y por lo mismo quedaron en pié las más de las piezas.

3. Aquel colegio levantaba á la sazon una casa de ejercicios en un lugar elevado, inmediato á la ciudad; y allí acomodaron cuanto antes los de la Compañía una capilla, en que predicaron por nueve dias consecutivos, con gran mocion del pueblo, que lloraba amargamente sus culpas y acudia en tropel á expiarlas en el sagrado tribunal; y concluyeron con una procesion de penitencia (1). No tardaron los otros religiosos en imitar este ejemplo, levantando sus capillas; mas la de nuestros PP., por haber sido la primera, fué favorecida con la imágen de nuestra Señora de las Nieves, trasladada á ella en hombros de sacerdotes, en razon del mal estado en que quedó la suya propia. Allí se le hicieron sus novenas; y el cabildo secular renovó su voto de ir cada año en procesion de penitencia à celebrar su fiesta.

4. Por grandes que fuesen las pérdidas de aquel colegio así en el edificio, como en sus bienes, socorrió abundantemente su rector al vecindario; el cual, con haber perdido menos, quedaba en suma miseria. Con los géneros del almacen que tenia para proveer sus haciendas, vistió á muchos desnudos; haciendo lavar prontamente con agua dulce las piezas que se habian mojado con la salada del mar. Hizo tambien traer muchas reses de sus chacras y haciendas, para repartirlas entre los pobres; y dió buenas cantidades de dinero á ciertas familias, antes acomodadas, y entonces miserables, que se habrian avergonzado de mandar por una racion de carne, ó por otros víveres. Así procuraron los de la Compañía aliviar las grandes necesidades corporales causadas por aquella terrible catástrofe, mientras trabajaban en reparar las espirituales, que las habrian ocasionado. Gracias à Dios, los pecadores no se hicieron sordos al llamamiento divino. Humillados con tamaño castigo, se convirtieron, pidiendo perdon de sus culpas; y no contentos con confesarse de ellas, arreglaron sus vidas de un modo verdaderamente cristiano (2). Hasta las señoras moderaron sus trajes, y deponiendo sus galas y vanidades, se vistieron sencilla y modestamente.

5. La casa de ejercicios, que acabamos de mencionar, tuvo enseguida un

(1) Archivo del ministerio del interior.-(2) Cartas edificantes ya citadas.

insigne bien hechor, que donó dos mil pesos para su reparacion, y la hacienda de los Perales para su dotacion. Este fué Manuel Salamanca, el maestre de campo de quien varias veces hemos hablado en esta Historia. De extrañar es que el Sr. Eyzaguirre en la suya, titulada «Historia Eclesiástica de Chile,» se atreva á tratar de ladron, y de ladron fanático á este honrado caballero, diciendo que robaba para tener que dar. Los documentos del archivo del ministerio del interior, que hablan de esta donacion, y de otra, de que daremos razon á su tiempo, no dicen ni indican nada de esto; antes bien todo lo contrario. Pero aun dado caso que, recelando haber perjudicado en algo al público y á los indios en los muchos años que comerció con ellos, mandando ora como maestre de campo en la frontera, ora como Gobernador en todo Chile, hubiese hecho estas fundaciones para reparar en alguna manera el daño causado, no seria digno de crítica, sino de alabanza; al modo que el santo Evangelio alaba á Zaqueo de una resolucion semejante. Esta casa de ejercicios, que fué más fá- · cil de reparar, por no haber sufrido una ruina tan grande como el colegio, prestó en aquel entonces un importante servicio á los jesuitas de aquella ciudad, que trasladaron á ella su habitacion para mientras rehabilitaban su colegio (1). En este construyeron nueve aposentos, con palizadas y tablazon de pellin, en que pasar la vida, hasta tanto que se definiera la cuestion, bien trascendental, suscitada despues del temblor.

6. En efecto; por ser esta la tercera vez que la mar invadia aquella desgraciada poblacion, arrastrando á sus abismos la mayor parte de sus edificios, pensaron sériamente los vecinos trasladarla á un lugar no expuesto à tales inundaciones. Varias fueron las opiniones que sobre esto se emitieron ; de las que se originaron graves disgustos y un escandaloso conflicto entre las autoridades. La mayor parte eligió para la traslacion el valle de la Mocha, distante de allí tres leguas y media, y situado à las márgenes del caudaloso Biobio; el cual, si bien entonces poco se navegaba, se podia prever que con el tiempo seria un excelente canal de navegacion, y fuente de un activo comercio con el interior del país. Pero, desgraciadamente, despues de haber dado el obispo su voto por la traslacion, mudó de parecer (2). Los historiadores de Chile narran largamente este conflicto. ¡Ojalá que lo hicieran todos sinceramente, refiriendo los hechos con fidelidad y calificándolos con la debida justicia! Segun la version que hallamos en el archivo del gobierno sobre las censuras que en este caso fulminó su Ilma., estas no fueron contra los que se trasladasen á la Mocha, sino contra las personas que los obligaran á ello; lo cual era abogar por la libertad de los débiles: cosa muy laudable en si misma. No queremos abordar la cuestion de si alcanzaban á tanto sus facultades, mas sí diremos que los amantes de la libertad no deben echar en cara á su Ilma. la entereza con que abogó por ella, sin desórdenes ni motines, solo por el medio que, segun las ideas comunes de aquella época, se miraba por justo y razonable.

(1) Archivo de la tesorería de este gobierno.-(2) El P. Vidaurre. Historia de Chile, libro I, cap. vII.

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