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que proporcionalmente constaba la dotacion de la armada española de doble oficialidad que la francesa; lo cual movia al conde Aranda á decir, quejándose de ello, con su natural desenfado: «pero nuestra numerosa oficialidad se queda á comer su racion, y cuando la hacen trabajar se sofoca por po estar zurrada (1). »

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(Sacado del Nuevo Almanack náutico para el presente año de 1786)

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Concluirémos esta breve reseña repitiendo con un crudito escritor: «La educacion científica de los marinos en España era muy notable y distinguida en tiempo de Cárlos, siendo los conocimientos teóricos y las luces de los oficiales de marina muy conocidas en todo el orbe; testimonio de lo cual están dando los viages científicos de sus indivíduos, y el depósito de cartas marinas establecido en Madrid. »

IX.

Llegamos á la parte que dió mas esplendor y mas brillo al reinado de Cárlos III, al desarrollo del movimiento intelectual, al impulso que recibió la instruccion pública en todos sus ramos, á los rápidos progresos que hicieron las ciencias, las letras y las artes. Las reformas literarias, ha dicho bien un escritor, empezaron en el reinado de Felipe V., continuaron en el de Fernando VI., y produjeron la brillante época literaria del reinado de Carlos III.» Nosotros dijimos

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tambien al final del libro VII. de esta tercera parte: «Los reinados de Felipe V. y de Fernando VI., así en las letras como en la política, así en la economía como en las artes, así en la marina como en la agricultura, en el comercio como en la administracion, en la índole del espíritu religioso como en la tendencia de las costumbres públicas, fueron una feliz y provechosa preparacion, y sentaron los cimientos y las bases, y desembarazaron y allanaron grandemente el camino para el mas ilustrado y más próspero reinado de Cárlos III. »

Y así fué en verdad. Todos los ramos del saber humano que eran conocidos en aquella época todos los grados de la enseñanza en su inmensa escala, deзde los rudimentos de las primeras letras hasta las altas elucubraciones de la mas elevada filosofía en todo lo que se alcanzaba en aquel tiempo, todos los establecimientos de instruccion, desde las escuelas primarias hasta las cátedras en que las profundas investigaciones del entendimiento humano se detienen ante los misterios impenetrables de lo sobrehumano y divino, todo recibió impulso, fomento, desarrollo, reformas, mejoras y adelantos hasta donde entonces se podia.

Creacion y multiplicacion de escuelas de párvulos, ereccion y dotacion de casas y colegios de educacion y pupilage para los jóvenes, de seminarios conciliares para instruccion de los que se consagráran al servicio

de la Iglesia, de estudios reales para la enseñanza de lenguas sábias, de filosofía y de ciencias exactas, de escuelas especiales de botánica, de historia natural, de agricultura, de náutica, de arte militar y de otras particulares materias, provision de cátedras por oposicion, distinciones y privilegios á los maestros y profesores, eleccion y designacion de buenos libros de testo, reglamentos orgánicos, formacion de bibliotecas, todo indicaba un sistema de fomento y proteccion á los estudios y á las letras, un pensamiento de difundir las luces, de promover la aplicacion de ennoblecer el profesorado. Lo que contribuyeron las Sociedades Económicas á propagar los conocimientos útiles y á impulsar este movimiento de la inteligencia, como poderosos auxiliares de un gobierno civilizador, excede á todo encarecimiento. Fué una creacion tan atrevida como feliz la de aquellas asociaciones. Un monarca receloso como Felipe II. las habria extinguido por peligrosas, si las hubiera encontrado establecidas: Cárlos III. las creó, y pudo felicitarse de su obra. Aquél habria hecho bien en estinguirlas, cómo éste hizo bien en crearlas. Las asambleas populares, siquiera - sean pacificas y de carácter puramente literario y científico, son incompatibles con los gobiernos sombríos y adustos y enemigos de la discusion y de la publicidad, prestan fecunda ayuda los gobiernos espansivos, que aman la luz y gustan de di'undir la ilustracion.

Digno de alabanza fué el intento, como lo habria

que

sido el pensamiento solo de reformar, mejorar y reducir á un plan uniforme los estudios universitarios, concentrar su direccion, corregir la anarquía de métodos y estatutos que regian aquellas viejas escuelas, y poner la enseñanza superior de España al nivel de la de las naciones mas cultas en Europa, y de lo exigia el estado del mundo científico. ¿Estrañarémos que el espíritu tradicional y rutinario, que el monopolio doctrinal y directivo, que la reacia y cómoda inmovilidad en que vivian muchas universidades españoles, opusieran al gobierno de Cárlos III. resistencia firme y obstáculos fuertes para hacer de una vez la reforma y plantear de un golpe un sistema universitario uniforme y completo? Ni los ministros de Cárlos III. lo intentaron tampoco: y harto hicieron, y con harta prudcacia y discrecion obraron, en ir venciendo paulatina y gradualmente la oposicion de las escuelas mas reaccionarias y mas enemigas de toda innovacion; en irlas haciendo deponer añejas preocupaciones, acomodarse á métodos mas razonables, admitir nuevas asignaturas y enseñanzas, sujetarse á directores y censores régios, y preparar así el terreno para un plan general en circunstancias y tiempo oportuno. Harto hicieron en ir quebrantando el escolasticismo, y desterrando el peripatismo, y desautorizando los bandos y disputas de las escuelas tomista, escotista, suarista y otras que lastimosamente las dividian, y desacreditando las cuestiones abstractas de

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