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Sucedió al conde de Floridablanca en el ministerio el anciano conde de Aranda, á quien nuestros lectores conocen ya por su larga intervencion en los negocios

en indultar al señor conde de Floridablanca de toda la responsabilidad que podia tener por el tiempo que sirvió de primer secretario de Estado, y ha mandado que desde el día en que se le confiscaron sus bienes y suspendieron sus sueldos, se le dé integramente y durante su vida el de consejero de Estado, no obstante el real decreto para la rebaja del 4 pol y de la que se hace del 25 p a los de su clase; declarando que si en todo este tiempo ha gozado de menor asignación, se le complete hasta la seDalada.

«Permite S. M. á dicho señor conde que viva en el pueblo y provincia que le acomode, pero le prohibe regresar de modo a.guno à Madrid, ni sitios reales, y asi mismo ha ordenado que se le ponga en libre posesion de todos sus bienes y alhajas que se le hubiesen embargado con motivo de las causas que se le han formado.

Como la que se le sigue por el marques de Manca y otros asocia dos es puramente un negocio entre partes, no se puede presci dir de su conclusion en términos jurídicos, mas podrá S. E. valiendose de la persona ó personas que sean de su agrado, tratar de reconciliacion y composicion con los demandantes para que se deu por satisfechos.

«Por lo respectivo à la causa de abuso de autoridad en el tiempo de su ministerio, S. M. le absuelve como queda dicho, de toda responsabilidad.

«Así mismo de la disipacion de intereses de la corona, especialmente en el empréstito de cuarenta y dos millones de reales que hi

zo à don Juan Bautista Condon, pero si este en virtud de los cargos que se le hacen tuviese que tepetir personalmente contra dicho señor, podrà ejecutarlo en los espresados términos jurídicos y S. E. componerse con él por los medios que estime conducentes, bajo el supuesto de que en adelante de ningun modo se han de tratar ya estos asuntos como de Estado, sino por los trámites ordinarios de justicia y con arreglo á lo que disponen las leyes.

Copio hoy la presente real órden al referido señor conde para su gobierno y satisfaccion; la comunico tambien al Ministerio de Hacienda en la parte de sueldos para el abono en lo sucesivo, y lo hago á V. E. a fin de que lo noticie al Consejo y disponga el cumplimiento puntual de lo demás que de ella le perter ece.

«Dios guarde á V. E. muchcs años -San Ildefonso, 28 de setiembre de 1795.-El Príncipe de la Paz. Señor Obispo Gobernador del Consejo.»>

Aun la que seguian el marqués de Manca y consortes no llegó á terminarse, por los muchos incidentes forenses que se atravesaron, y que fatigalon y llegaron à enfriar a los dos principales interesados, y tambien porque la fortuna de Salucci llegó á menguar visiblemente. Era Salucci un rico toscano, vecino de Liorna, que vino á España en seguimiento de un pleito muy ruidoso sobre la presa y embargo de la fragata Tetis, hecha por los armadores de Murcia, y en queja de los usurpadores de las riquezas de aquel buque de su pertenencia.

públicos, ya como militar, ya como magistrado, ya como consejero, y ya como embajador, durante todo el reinado de Carlos III (1),

(1) «He determinado (decia el real decreto) se encargue el conde de Aranda interinamente, y hasta que Yo ordene otra cosa, de la primera Secretaría de Estado y del Despacho, de que he venido en exonera al conde de Floridablanca. Tendráse entendido en el Consejo de Estado.-Rubricado de la Real mano.-En Aranjuez á 28 de febrero de 1792.-A don Eugenio de Llaguno Amirola.» Gacela del 2 de marzo.

En cuanto la separacion de Floridablanca del ministerie, don Manuel Godoy en sus Memorias (cap. 11 y 37) niega con formal empeño haber tenido parte en ella. «Entre la multitud de especies falsas, dice, esparcidas por mis enemigos, una de ellas fué la que hicieron correr, imputandome la caida del conde de Floridablanca en febrero de 1792. Lejos de haber tenido en ella parte alguna, para mi fué un gran motivo de sentimiento, porque además del respeto y estimacion que yo

le profesaba, le era deudor de un aprecio particular que me mostró más de una vez en presencia de Carlos IV......... Sabidos fueron ios verdaderos motivos de su caida; sabidas las viejas enemistades que le tenian el clero y la nobleza, y el fuerte empuje que le dió para su desgracia su enemigo capital el conde de Aranda, que recogió el fruto de ella sucediendole en el ministerio. Público fué, ea fin, que llegado yo al mando, uno de mis primeros actos fue el de levantar su destierro al conde de Floridablanca, y volver!e al pleno goce de sus rentas y honcres, etc..

Todas son recriminaciones mútuas entre Floridablanca, Aranda y Alcudia, lo mismo que entre don Manuel Godoy y don Audres Muriel, escritor apasionado del conde de Aranda y enemigo declarado de príncipe de la Paz. Esta es una dificultad grande para la historia.

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Restablecimiento del Consejo de Estado. Política del conde de Aranda. Su conducta con la Asamblea francesa.-Terribles sucesos de junio y agosto de 1792 en París.-Asalto del Palacio.-Desenfreno popular. Sangrientas jornadas de setiembre. Asesinatos horribles.-Guerra entre Francia, Austria y Prusia.-La Con-vencion.-Proceso de Luis XVI.-Sobresalto en España.-Cuestiones que se presentan en el Consejo de Estado.-Resolucion: circular á los embajadores: sistema precaucional: instruccion al ministro español en París.-Situacion de la Francia.-Neutralidad española. Separacion del conde de Aranda. - Reemplázale en el ministerio don Manuel Godoy, duque de la Alcudia.-Noticias de este personage, y causas de su rápida elevacion.-Disgusto general. - Arrecia en Francia el furor revolucionario. Esfuerzos de España para salvar á Luis XVI.-Sentencia y suplicio del desventurado monarca.-Terror en Francia.-Asombro é indignacion en Europa. Declaracion de guerra entre Francia y España.-Calor y entusiasmo de los españoles.-Ofrecimiento prodigioso de personas y caudales.—Formacion de tres ejércitos.—Campañas de 1793. -Penetra Ricardos en Francia por Cataluña.-Victorias y conquis

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tas del ejército español.-Ricardos vencedor de cuatro gencrales de la república. -Excelente comportamiento del ejército español en el Pirineo Occidental.-Famosa reconquista de Tolon por los republicanos franceses.--Dáse á conocer Napoleon Bonaparte.-Vituperable conducta del almirante inglés.-Generosidad del español.-Estado de la Francia.-Suplicio de la reina María Antonia. -Los terroristas.-El gobierno español resuelve la continuacion de la guerra.-Caida y destierro del conde de Aranda.-Muerte de Ricardos y de O'Reilly.-El conde de la Union.-Campaña de 1794. -El ejército españo del Pirineo Oriental pierde todas las conquistas de la campaña anterio.-Es arrojado á España.-Entrega vergonzosa de la plaza de Figueras.-Piérdense por el Occidente Fuenterrabia, Pasages y San Sebastian.-Amenazan los franceses á Pamplona.-Cambio político en Francia.-Suplicio de Robespierre. -Primeros tratos de paz.-Campaña de 1795.-Pérdida de Rosas.-Toman los franceses á Vitoria y Bilbao.-Por Oriente son arrojados de ambas Cerdañas.-Nuevas proposiciones de paz.-Firmase en Basilea el tratado de paz entre Francia y España.-Don Manuel Godoy, príncipe de la Paz.

Al nombramiento del conde de Aranda para el ministerio de Estado (98 de febrero, 1799) no habia sido estraño el jóven militar cuyo influjo se iba haciendo ya sentir en todo por la confianza de que gozaba con la reina, don Manuel Godoy. Así por lo menos lo declaró el mismo conde en una representacion que más adelante dirigió al rey, refiriendo las circunstancias de su elevacion al ministerio (1). Dos condiciones suplicó Aranda para aceptar este puesto, y ambas le fueron

(1) Representacion de Aranda á Carlos IV. en 1794, con ocasion de su destierro. En ella dá cuenta de una carta que Godoy le habia escrito cuatro dias antes de la caida de Floridablanca para que se pre

sentase en Aranjuez à los reyes, lo cual verificó, y en aquella entrevista fué cuando SS. MM. le anunciaron su resolucion de conferirle aquel cargo.

concedidas: la una, la de no tomarlo en propiedad, sino interinamente, para no separarse de su carrera y carácter militar; otra, que se restableciese el Consejo de Estado, en reemplazo de aquella Junta suprema de Estado creada por Floridablanca en 1787. Ambos decretos se expidieron simultáneamente. El referente á la cesacion de Floridablanca llevaba la cláusula de exoneracion. En el relativo al Consejo de Estado se prescribia que los Secretarios de Estado y del Despacho serian tambien consejeros ordinarios: que el título de decano no se daria precisamente al más antiguo, sino á aquel á quien S. M. considerase con mejores cualidades para ello; y concluía nombrando decano del Consejo al conde de Aranda (1). No tardó en esperimentar á su costa este magnate que la nueva planta del Consejo no estaba exenta de influencias, aun más perniciosas que las que él y otros habian censurado en la antigua Junta de Estado.

Hombre de larga esperiencia el de Aranda, conccido y reputado en toda Europa, veterano en los consejos como en la milicia, estimado y respetado en España por sus muchos y grandes servicios en diferentes carreras, relacionado con los hombres eminentes de otros paises, conocedor del espíritu, de las ideas, de los sucesos y de los principales actores de la revolucion trancesa (asunto que llamaba y preocupaba entonces la

(1) Gaceta del 2 de marzo de 1792.

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