EMPRESAS POLÍTICAS: IDEA DE UN PRÍNCIPE POLÍTICO CHRISTIANO REPRESENTADA EN CIEN EMPRESAS DON DIEGO DE SAAVEDRA FAXARDO; Caballero del Órden de Santiago, del Con- HECA BOU EN MADRID: AÑO DE MDCCLXXXIX. EN LA OFICINA DE D. BENITO CANO. 275.0.210.. NY DEDICATORIA AL PRÍNCIPE. P ropongo, Señor, á V. A. la idea de un Príncipe Político Christiano representada con el buril y con la pluma para que por los ojos y por los oidos (ins a 3 tru : lives cop trumentos del saber) quede mas informado el ánimo de V. A. en la ciencia de reynar, y sirvan las figuras de memoria artificiosa. Y porque en las materias políticas se suele engañar el discurso si la experiencia de los casos no las asegura, y ningunos exemplos mueven mas al sucesor que los de sus antepasados, me valgo de las acciones de los de V. A.; y así no lisongeo sus memorias encubriendo sus defectos, porque no alcanzaria el fin de que en ellos aprenda V. A. á gobernar. Por esta razon nadie me podrá acusar que les pierdo el respeto: porque ninguna libertad mas importante a los Reyes y a los Reynos, que la que sin malicia ni pasion refiere cómo fuéron las acciones de los gobiernos pasados para enmienda de los presentes. Solo este bien queda de haber tenido un Príncipe malo en cuyo cadáver haga anatomía la prudencia, conociendo por él las enfermedades de un mal mal gobierno para curarlas. Los pintores y estatuarios tienen museos con diversas pinturas y fragmentos de estatuas donde observan los aciertos ó errores de los antiguos. Con este fin refiere la historia libremente los hechos pasados, para que las virtudes queden por exemplo y se repriman los vicios con el temor de la memoria de la infamia. Con el mismo fin señalo aquí las de los progenitores de V. A. para que unas le enciendan en gloriosa emulacion y otras le cubran el rostro de generosa vergüenza, imitando aquellas y huyendo de éstas. No menos industria han menester las artes de reynar que son las mas dificiles y peligrosas habiendo de pender de uno solo el gobierno y la salud de todos. Por esto trabajáron tanto los mayores ingenios en delinear al Príncipe una cierta y segura carta de gobernar, por donde reconociendo los escollos y baxíos, pudiese seguramente conducir |