DE GIBRALTAR. POR DON IGNACIO LOPEZ DE AYALA, ESTUDIOS DE ESTA CORTE. CON LICENCIA. EN MADRID: POR DON ANTONIO DE SANCHA AÑO DE M. DCC. LXXXII. Edicción facsimil de la CAJA DE AHORROS DE JEREZ De esta segunda edición -facsimil de la primera editada en 1782- realizada por la Caja de Ahorros de Jerez, se han impreso mil ejemplares, numerados del 1 al 1.000, sobre papel vergurado crema, de los cuales los 100 primeros son encuadernados con tapas grabadas en oro. Ejemplar N. 796 DP 302 63816 17820 Οὐδὲν ἀφετέον ἐργον, ουδ' ἐν αὐτῇ τῇ φύσει κείμε · ἀποδεικτικῇ δέ μᾶλλον τη διηγήσει χρησέον. POLYB. LIB. IV. Ninguna cosa ha de omitirse en la historia, ni aun de las que envuelve la naturaleza... pero es lo mas conveniente usar narraciones que demuestren. «Escribir historia» es una labor tan antigua como la propia Historia de la humanidad. El hombre necesita justificar su paso por el mundo, mostrar sus señas de identidad, en cuanto al pasado y al presente. Y, en cuanto al futuro, además de evitar que la muerte, entendida como olvido total, se cierna sobre él, la historia le servirá para marcar la pauta a toda una colectividad que necesita de guías. La «historia» se escribe de muchas maneras. Existe la historia de un individuo, siempre importante, escrita o mandada escribir por él mismo para su mayor gloria (los ejemplos son muchos), o la de una galería de individuos ejemplares traídas a cuento en épocas en que se hace notar la ausencia de virtudes que, pretendidamente, poseían aquellos biografiados. O, en el polo opuesto, la que se propone excusar, explicar ciertos hechos que aparecen como nefastos a todos menos a quien los llevó a cabo. Son los «<memoriales». (Por la proximidad temática, geográfica y cronológica, así como por la cercanía de su fecha de publicación, no me resisto a citar el admirable libro El siglo XI en 1.a persona, a cargo del ilustre arabista E. García Gómez, (en colaboración con E. Levi-Provençal), Alianza Tres, Madrid, 1981 (3.a edic.). Este tipo de «historias individuales» se acercan mucho a la literatura de «vidas ejemplares», frecuentes en todos los tiempos, pero particularmente abundantes durante la Edad Media, con el obvio objetivo de endoctrinar, haciendo hablar a dioses y muertos. El personaje de la «historia» puede ser también una colectividad, si bien a través de sus más notorios representantes. En este caso, este tipo de «historia» se halla muy cerca de la mitología, en la que es muy frecuente encontrar, al lado del acontecimiento, la fábula que lo entronca con un origen divino. Pues la divinidad preside, como es sabido, los destinos de los pueblos (incluso del más humil The University of lowe |