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Un canónigo salió de Madrid con instrucciones reservadas, y se puso de acuerdo en Cataluña con varios clérigos que le comunicaban la voluntad de sus superiores. Estos tuvieron antes dos reuniones, una en la parte de Besalú, y otra en la de Tortosa. Sus nombres figuran en el proceso como autores de la rebelion.

Aunque no eran permanentes las juntas del clero superior ni ejercian una autoridad directa sobre los insurrectos, estimulaban con celo la creacion de otras pequeñas juntas de eclesiásticos, que recibiendo las inspiraciones de sus jefes, organizaron el levantamiento en todo el Principado, para lo cual contaban con sobrados elementos, y no les faltaba gente.

INSURRECCION EN MANRESA.

XXV.

Alterada algun tanto la opinion pública con siniestros augurios, alarmóse el teniente coronel mayor del regimiento infantería segundo de línea, y reunió á sus oficiales para manifestarles sus temores, y ver si podia contar con su adhesion. Mentida esta en muchos, fué el motivo que decidió á los conspiradores, quienes al amanecer del 25 de agosto interrumpieron el sueño de los tranquilos manresanos con los gritos de ¡viva la religion, viva Fernando VII! Los vítores al rey ocultaban al público las secretas intenciones de los sublevados.

Doscientos voluntarios realistas y seis caballos al mando de don Francisco Pará, que obedecia las órdenes de Saperes, titulado comandante general de la vanguardia del ejército real de Cataluña, fueron los que en union con algunos oficiales del regimiento de la Reina que guarnecia la plaza, hicieron frente á las fuerzas leales, que contestaron á balazos los gritos sediciosos.

Roto el fuego en todos los puntos que guarnecian las tropas, se trabó una verdadera accion, aumentándose su ruido con el toque á somaten en la torre de la iglesia de la Seo, atalaya que domina el castillo de Puigterra, en la elevada del Cármen, y en la del convento de las monjas de Santa Clara, asentado en una de las mayores alturas de Manresa.

A las tres horas se habia rendido el regimiento con su plana mayor, y caido en poder de los vencedores las banderas, y prisioneros el gobernador y el alcalde mayor de la ciudad, enseñoreándose de ella la junta insurrecta (1). Veíase á esta aclamar al rey, al mismo tiempo que batia

(1) Véase documento, núm. 13.

á sus tropas, deponer las autoridades legales, ajar la dignidad de la corona, y empañar el escaso brillo que aun tenia la régia diadema.

ALOCUCIONES.

XXVI.

Puesto Saperes á la cabeza de las fuerzas sublevadas, trató de infundirles la energía de que se hallaba poseido, á fin de operar instantáneamente para asegurar el éxito de la rebelion. A este objeto y en la misma mañana que se hizo dueño de Manresa, publicó la siguiente interesante proclama, desconocida, como casi todos los documentos, que, como comprobantes insertamos, é inéditos, especialmente los que emanan de las filas insurrectas.

Dice así:

«Españoles buenos.

»Ha llegado ya el momento en que los beneméritos realistas vuelven á entrar en lucha, más sangrienta, quizá, que la del año 20 aunque de menor duracion ;lucha en que va á decidirse la suerte próspera ó adversa del mundo católico, y en particular la de nuestra amada España. Testigo ocular de vuestras virtudes y sacrificios en favor de la justa causa el año 22 y 23, no os recordaré las obligaciones en que tonolrealista se halla de contribuir por cuantes medios estén á su alcance, á rechazar un enemigo tan infame, que despues de habernos introducido una guerra civil en nuestro suelo inteta arrebatarnos el precioso don de la santa religion y del rey absoluto. ¿Y será posible haya entre vosotros quien no se exalte y desee ardientemente sacrificarse por sostener la posesion de un tesoro de tanta estima? Pues resuelto estoy á cumplir el juramento que tengo hecho de defender á toda costa los sagrados derehos de nuestro amado monarca y la santa religion. Podeis estar seguros sabré seguir ejemplos de los buenos héroes. Una muerte honrosa es preferible mil veces. Huyamos, pues, buenos realistas, de las reconvenciones que puede hacernos la posteridad por falta de energía y grandeza de alma; y procuremos llevar adelante la santa lucha que hemos emprendido, poniendo en movimiento cuantos resortes consideremos capaces de afianzar el triunfo sobre los malvados, aun antes de medir sus aceros con los nuestros. En la union estriba la victoria. Trabajemos por lo tanto en estrechar mas los vínculos de fraternidad, y desengañemos de una vez á los fanáticos, políticos y carbonarios, de que sus esfuerzos no servirán sino para precipitar su ruina. Para cooperar por una parte al laudable objeto de mantener la union y órden en caso que sca necesario adoptar medidas estraordinarias, he tenido á bien, en uso de las farcultades que me manda la justicia recta, ordenar lo siguiente:

1.

»Toda persona que desde este dia se entretenga en esparcir directa ó indirectamente noticias melancólicas, ó con sus escritos, ó conversa

ciones contra la opinion de los buenos realistas, será reputado como traidor, y enemigo de los defensores de la justa causa.

2. El sugeto á quien se le justifique estar en correspondencia con alguno de los sectarios, será tratado como espía, aun cuando no tenga roce con él.

3.o >> Todo voluntario que trate de inspirar desaliento, ó influya de algun modo para que los demás no se defiendan, será tratado como traidor vendido á los enemigos.

» Manresa, 25 de agosto de 1827.-El coronel comandante general de la vanguardia.-Agustin Saperes, alias, Caragól.»

En otro manifiesto dijo despues:

«En los pueblos por donde transiten las divisiones realistas deben publicarse los artículos siguientes:

1.o »Todo vecino que tenga armas y municiones de cualquiera especie que sean, las presentará al comandante de realistas, dentro del término de una hora, pena de la vida.

2. »Toda persona que haga resistencia á las armas realistas, será fusilada dentro del término de tres horas, y por cada realista que muera se fusilarán seis indivíduos de la poblacion, en fuerza del derecho de represalias.

3. »Todo voluntario realista que no quiera seguir las divisiones realistas, á la órden de sus jefes, deberá entregar el armamento y vestuario, y será reconocido como enemigo.

4. »Será castigado todo realista que no cumpla las órdenes de sus jefes á proporcion del delito.-Cuartel general de Manresa, etc.>>

Saperes, en virtud de las atribuciones que se confirió, creó una junta provincial, de la que se nombró presidente, para que interinamente atendiera al buen gobierno de la provincia.

La junta publicó una alocucion el 31 de agosto, en que manifestaban sus indivíduos los sentimientos que les animaban, y decian á los catalanes, que estaban «hollados y combatidos de un modo vil y cobarde por los agentes de la rebelion del año 20 los soberanos derechos de su carísimo objeto don Fernando VII, por lo cual quedaba otra vez el infeliz reino sujeto al duro yugo constitucional.» Atribuian á estas causas un tropel de males, desgracias, y persecuciones, que originarian destierros, cadenas y cadalsos, y convencido de ello el pueblo catalan, añadian: «tiempo hace hubiera levantado el grito, si desgraciadamente, á causa de fines cobardes y de propio interés, no se hubiera contenido el santo ardor de un pueblo, que está resuelto á dar mil veces la vida antes de permitir que queden menoscabadas en lo más mínimo sus preciosas margaritas de rey absoluto y religion..... La mayor parte de este Principado ha empezado la gloriosa empresa que visiblemente proteje el Todopoderoso, de aterrar para siempre los trastornadores de la corona y leyes fundamentales de España, contando que las demás provincias, en union con nosotros, cooperarán como cooperan ya, al feliz resultado. La

ciudad de Manresa, entre nosotros, es la que ofrece un ejemplo á la faz del universo, que quizás ni la historia antigua ni la moderna presenta igual. Catalanes: los que todavía os manteneis frios espectadores del resultado de la empresa que marcha tan felizmente, decidios sin mas tardar..... Escuchad á los inmortales héroes sacrificados que dende el silencio de su sepulcro nos están advirtiendo de cuanto somos capaces, siempre que todos elevemos nuestro patriotismo á la par de sus ilustres virtudes. Oidlos como están animándoos á redoblar vuestros esfuerzos..... Observadlos alentando el ejército con el ejemplo de los esforzados defensores, y persuadiéndole al rigor de la disciplina..... Vedlos dirigiéndose á las demás provincias, escitándolas á venir á nuestra ayuda, enseñándolas cuanto deben esperar de las heróicas disposiciones que sabe producir nuestro suelo, siempre que Cataluña se vea ayudada de sus hermanas. Asi sea, y quedad seguros que esta escelentísima junta empleará todas sus luces para llenar el grande objeto á que es llamada.»

Tal documento, poniendo en evidencia la ilustracion de sus firmantes, hombres de carrera eclesiástica los más, da á conocer á los sectarios que pretendian sustituir á las luces del siglo las de las hogueras de la Inquisicion, á los que cerraban las universidades para abrir las escuelas de tauromaquia, y á los que proponian la supresion, como nula, de la junta de instruccion pública.

Esto, en cuanto á los que daban impulso á la sedicion: los que eran su instrumento, publicaron escritos que, si no esceden en su estilo á los de la junta, son superiores por su originalidad.

El comandante del primer batallon de voluntarios realistas de Manresa, don Joaquin Vilarressay y Rubí, dirigió tambien la palabra á sus fieles voluntarios, felicitándoles y felicitándose á sí mismo por el triunfo que acababan de obtener; alentábales á proseguir en su empresa para esterminar completamente á sus enemigos, y terminaba diciéndoles: «Union y disciplina, y mas que todo, temor de Dios, y vuestros anhelos y los mios serán cumplidos, viendo asegurada la soberanía sobre el cimiento de las leyes fundamentales del reino, y la religion de Jesucristo libre del embate de las pasiones que intentan derrocarla. Viva el rey, viva la religion, viva la Inquisicion y viva la constancia para el esterminio de las sectas masónicas.>>

En esta alocucion se declara más francamente el intento de los sublevados al victorear al santo tribunal, lo cual no habia hecho aun la junta, á pesar de hallarse de acuerdo con tales principios, en favor de los que trabajaba en secreto. No veia aun asegurado el triunfo de la rebelion, y temia comprometerse soltando prenda difícil de recoger. Así se ve en todos los documentos públicos aclamar á Fernando, con cuyo

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rebozado lema alucinaban á los crédulos realistas y á los incautos paisanos, que corrian á las armas creyendo hacer un importante servicio al soberano. ¡Desgraciados instrumentos de unos conspiradores que lanzaban al combate á unos hombres cuyas vidas les estaban encomendadas á la par que sus conciencias!

Sin vacilar un momento sobre la veracidad de las palabras de sus jefes, hacian de ellas los rebeldes la enseña de sus principios, y peleaban con la conciencia del que cumple con su deber, con el valor proverbial de los belicosos catalanes, con la fé del que sigue á sus jefes religiosos, á sus pastores evangélicos.

XXVII.

Ya vimos como fué llamado Busons á Manresa, y colocado en la presidencia de su junta, la cual le dió á conocer el 19 de setiembre por comandante general de las divisiones realistas del Principado de Cataluña.

Cuando todos se creian con derecho de echar á volar proclamas á los españoles, en las que, demostrando sus sentimientos, exigian que correspondiesen los demás á ellos, pocos tan autorizados como Busons, el primer jefe militar de los sublevados, y el que unia á la decision por la causa que defendia, un gran prestigio entre sus partidarios. Dirigióse, pues, á ellos el mismo dia que fué dado á conocer como jefe, y bajo el epígrafe de union, fidelidad y constancia, hizo una nueva edicion de lo que publicaron otros. Hay, sin embargo, un párrafo notable, que formaba parte del credo político de los insurrectos.-«Concurrid, manresanos, españoles todos, decia, á sostener este patrimonio de gloria, y vereis disipar la impiedad, abatir los negros, reponer á los oficiales y demás empleados realistas que fueron separados de sus destinos con la mas descarada arbitrariedad, para colocar á los exaltados constitucionales que atentaron contra la real persona de S. M., y aun á los mismos milicianos voluntarios, en contravencion á los repetidos sabios decretos de S. R. M., y acabar con todos los liberales del suelo español. Despues de esta virtuosa ocupacion, retiraos al seno de vuestras familias, ciertos de que vuestras casas y hogares serán respetados, vuestros derechos sostenidos, y defendidas vuestras propiedades.>>

He ahí el modo virtuoso con que queria obrar el conocido por el Jep del Estanys, y á quien, segun manifiesta él mismo en su declaracion, se le dijo que varios prelados habian decidido ayudar y sostener el levantamiento, por estar de acuerdo con los principios proclamados.

Poco despues los causantes de la revolucion se vieron despreciados por los mismos que les habian obedecido. Algunos sacerdotes lanzaban

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