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fera que estos dias atrás tenia en zozobra á todos vosotros, y que movió á unos á esconderse en sus casas, á otros á la de sus vecinos, y á muchos á ausentarse de sus pueblos; creidos acaso que mi levantamiento sería para hacer derramar sangre, y estender el luto y el llanto en todo este vasto y delicioso país. No, amados compatricios; no ha sido este mi intento. Ha sido, sí, unirme con la mayor y más sana parte de toda la provincia, para sostener y defender con la vida los dulces y sagrados nombres de Religion, Rey é Inquisicion; arrollar y esterminar á cuantos masones, carbonarios, comuneros y demás nombres inventados por los maquiavelistas, que no han obtenido el indulto que S. M. se dignó dispensarles, si dentro de un mes se retractaban de sus errores.

>> Habitantes del campo de Tarragona: Deponed todo temor de insulto ni vejacion por las tropas de mi mando, volvéos á vuestras casas y hogares: continuad en seguir el comercio y todos los ramos de industria, que yo os garantizo la seguridad de vuestras personas y propiedades. No intento causaros el menor trastorno, al paso que no dudo os prestareis con vuestras posibilidades en aquella parte que tendrá á bien detallaros la autoridad competente, á fin de que pueda yo mantener la fuerza armada. Voy desde luego á reunir una junta provisional del corregimiento, que merezca la confianza de los pueblos, con la cual espero tratar y establecer el sistema de gobierno que por de pronto sea más conforme para desterrar, si es posible, los abusos y arbitrariedades de que tanto se lamentan los buenos españoles, y hacer renacer las dulces prendas de la equidad y justicia, tanto tiempo há desconocidas casi en todo el vasto dominio del más bondadoso é idolatrado monarca, el señor don Fernando VII (que Dios guarde). Ya he nombrado al señor don Antonio Castells y Rius, señor dominical de Mañanet, y condecorado por S. M. con la cruz de la junta provincial de Cataluña, por comisario de guerra de la division de mi mando; y al propio tiempo le autorizo para que ejerza, ínterin y hasta que la suprema autoridad de la provincia disponga otra cosa, las funciones de intendente, administrador general de rentas unidas y aduanas, y comandante general del resguardo, en todo el territorio del corregimiento de Tarragona y demás pueblos de la estension de mi mando....

โอ

>>Habitantes del campo de Tarragona: digo, catalanes todos: y mejor diré españoles de ambos mundos: ya veis manifestadas las sendas por donde me dirige el impulso de mi levantamiento que es el de toda la provincia: ya veis que todos los ramos de las administraciones civiles y judiciales van á establecerse con todo el órden que corresponde, como lo desea la junta superior provisional, establecida en la ciudad de Manresa, en su manifiesto de 31 del próximo pasado agosto. Yo deseo coo. perar á tan justas y laudables ideas con todo el esfuerzo posible; á cuyo efecto me he puesto ya en correspondencia con dicha junta y con el comandante general del ejército; y solo falta que todos vosotros os decidais á seguirme; los jóvenes y robustos, con las armas; los padres de familia, con parte de sus sudores y afanes; y los ancianos, mujeres y niños, rogando á Dios para el feliz éxito de nuestra justa empresa. Si así lo practicais, no dudo que el cielo nos continuará la proteccion que tan notoriamente nos ha manifestado en la rápida propagacion de este levantamiento, que ya ha llegado á todos los ángulos de la provincia; y

que mediante la divina gracia, alcanzaremos la gloria inmortal de estinguir los enemigos del trono de Fernando y de la sacrosanta religion de Jesucristo que profesamos.

» Reus 13 de setiembre de 1827.

>> JUAN RAFÍ VIDAL.>>

Decidido Vidal á obrar con energía, bloqueó la plaza de Tarragona para impedir la salida de las tropas, y detuvo por espacio de un dia la entrada de víveres. Ocupó militarmente el Coll de Balaguer, con intento de obligar al tercer batallon del regimiento de San Fernando á que depusiera al pasar las armas, pero se resistió, trabándose una leve escaramuza que ocasionó algunos muertos y heridos de ambas partes.

De acuerdo con la junta de Manresa, imponia contribuciones, sacaba multas y se apoderaba de los caudales públicos, reprendiendo en Valls los escesos cometidos por los realistas de su columna.

Siguióle en su campaña don Alberto Olives, capitan retirado, quien en su declaracion no se manifestó muy amigo de Vidal, su compañero de armas, y de cadalso luego.

Don Alberto Olives, fué obligado por Rafí Vidal á concurrir al ayuntamiento, donde se penetró del desórden que reinaba, por lo cual procuró evadirse de todo compromiso. Solicitado vivamente, se prestó á tomar partido «para libertarlos del saqueo, y aliviar la crítica situacion de aquel pueblo, como lo consiguió.» Impuso Vidal una contribucion de 100,000 duros á los dueños de las tiendas, y Olives la levantó.

Decidido nuevamente á separarse, condescendió á los ruegos del cura párroco y algunos indivíduos del ayuntamiento, que le prometieron salir en todo tiempo garantes de su persona y conducta. Siguió, pues, con Vidal, y vióseles luego de acuerdo en todas las providencias adoptadas para asegurar el buen éxito de la campaña.

RETO DEL REY A VIDAL.

XLIV.

Vidal, valiente adalid de la insurreccion que jura la muerte ó la victoria, depone voluntariamente las armas no vencidas, y se presenta al rey á su paso por Vinaróz.

Esta presentacion, ni fué hija del arrepentimiento, ni inspirada porque conociese la impotencia de sus fuerzas. Avistóse con el rey, esponiéndole con militar franqueza las quejas de los sublevados y sus pro

pios sentimientos, y sin duda no fué muy amistosa aquella secreta entrevista, cuando, olvidando Rafí la persona con quien hablaba, dijo con altanera arrogancia:

-Señor, aun tengo tropas, y puedo mucho.

Retrocediendo entonces Fernando para oponer entre los dos una respetable distancia, le contestó con dignidad:

-Marcha á ponerte á la cabeza de tus sublevados: voy á pasar el Coll de Balaguer..... espérame allí si te atreves..... Marcha.-Y volviendo el rey la espalda á Vidal, siguió por un largo corredor, sin atender á las repetidas veces que Rafí le llamó diciendo:

-Señor, señor.....

Ya al fin del corredor fué cuando el rey llamó á Mirasol, y le preguntó si podrian pasar el Coll de Balaguer, previniéndole se dejara á Vidal en libertad, para que hiciese de ella el uso que tuviera por conveniente.

Rafí Vidal reunió las tropas que habia sobre aquel punto; y el conde de España detuvo á un ayudante de Rafí con una carta que este dirigia á los sublevados, diciéndoles que las tropas que iban eran las mismas que habian ellos batido los dias anteriores, que tuvieran ánimo, y que al pasar el Coll podrian rechazarlas de nuevo, apoderarse de la persona del rey, y conseguir sus planes.

Al dia siguiente habíase cumplido la voluntad del rey.
Terrible fué para Vidal el reto.

Con más nobles intenciones que la mayor parte de los sublevados, tomó Vidal las armas para defender los derechos del rey, que creia vulnerados; y cuando vió al monarca aferrarse en el sistema que Vidal tenia por desastroso, y que trataba de desleales á los que como él lidiaban por su causa, debió sufrir horriblemente.

Su situacion entonces era crítica. El paso del rey por el Coll, destruyó el prestigio de Rafí. Solo le quedaba un estremo para conquistarle entre sus compañeros, á saber: declararse con entusiasmo por la guerrra, y emprenderla á muerte. Pero conocia que con esto iba solamente á vengar un resentimiento personal, á costa de raudales de sangre inocente, y prefirió ver herido su amor propio, decaer su dignidad, y desvanecerse cuanto ama el hombre en sí mismo, á aumentar las desgracias de sus compatriotas. Consagremos este tributo de justicia á Vidal: tal proceder le honraba, y le hacia digno de servir mejor causa que la de la satisfaccion de personales intereses, y en la que se invocaba la religion, ultrajándose sus santas doctrinas.

Vidal era religioso, era realista: respetaba á su rey y obedecia á su conciencia. Si faltó en un instante de acaloramiento, se arrepintió luego; decimos mal, no tenia por qué arrepentirse. Conoció en el rey una do

ble conducta, y se convenció de que los que le habian lanzado al combate le hacian servir de juguete de ocultos planes. ¿Qué hacer entonces? Despreciarlos, sufrir y resignarse.

Esto hizo Vidal. La autoridad, sin embargo, no lo creyó así; y fuera que en realidad conspirase, ó que interesara su captura y aun su muerte, lo cierto es, que hallándose al poco tiempo jugando un dia en un billar, fué preso.

MUERTE DE RAFÍ VIDAL.

XLV.

Encerrado en un calabozo del fuerte de Tarragona, no sabia, en sn su buena fé, á qué atribuir su prision.

El conde de España encargó al de Mirasol la instruccion del proceso, por medio de un oficio (1), en el que fijaba los particulares que habia de abrazar el interrogatorio, y los estremos que era preciso indagar.

Vidal solo dejó de contestar á los cargos que le hubieran hecho faltar al secreto que ofreciera guardar. Manifestó, sin embargo, estar en inteligencia con Romagosa y con el marqués de Cupigní, gobernador de Tarragona y subinspector de realistas, plaza que, á no haber sido relevado oportunamente de su gobierno, hubiera quizá caido en poder de los sublevados.

A todos asombró la prision de Vidal. Le habian visto en completa libertad, tan pacífico en sus acciones como en sus palabras, y no acertaban á esplicar su arresto.

En cuanto á ser adicto al rey, pocos hacian alarde de mayor respeto y consideracion hácia la real persona. Otro motivo mayor habia para estrañar su prision; la presencia del rey en Tarragona, de aquel rey que ofreció proceder como padre con aquellos que conocieran su error. Es verdad que se reservó el derecho de castigar á los jefes; pero ¿ cabe el de quitar la vida á quien despues de presentado se le ve hablar con el rey y pasear libremente por la misma poblacion donde se hallaba la córte, y por el mismo palacio? Díjose que conspiró luego en Tarragona con algunos del cabildo eclesiástico y otros de la poblacion, por lo que fué preso. Pero ni tenemos pruebas de esto, ni se habló entonces de tal

(1) Véase el número 14 de los documentos.

cosa. Además de que si hubiera conspirado con algunos eclesiásticos, estos hubieran sido presos.

Aun fué mayor la estrañeza cuando empezó á divulgarse la noticia de que iba á ser fusilado. Pocos la creyeron, y los que pasaban por mejor informados, la consideraron como una consecuencia de los maquiavélicos planes de la insurreccion.

-Rafí, decian, posee importantes secretos que pueden comprometer á elevadas personas: con su muerte, morirán ellos.

No sabemos si por la libre voluntad del rey, ó por empeño de su ministro de Gracia y Justicia, se ordenó la muerte de Vidal.

La gravedad de este hecho y lo encontrados que se hallan los pareceres de las personas á quienes hemos consultado sobre tal acontecimiento, exigen de nosotros los documentos comprobantes de nuestra opinion, basada en vista de probados antecedentes. Sobre la muerte de Vidal se han hecho inculpaciones injustas, que debe destruir la historia, si ha de cumplir su mision, y elevarse sobre las pasiones de los hombres.

«Mas de Rubasa, 6 de noviembre de 1827.-Mi apreciable amigo: Siento dar á vd. tan penosa comision; pero las órdenes del rey nuestro señor deben ser puntualmente ejecutadas. Cuidado con poner dobles las centinelas, y la mitad de las tropas sobre las armas. A Lassala, que ayude á Pepe. Para mañana están dadas con reserva las disposiciones para fuera del fuerte. Dos cañonazos anunciarán á vd. la hora de la ejecucion. Mucho silencio y secreto. Queda de vd. afectísimo amigo Q. S. M. B.-Conde de España. - Señor conde de Mirasol. »

«Capitanía general del ejército y principado de Cataluña - Entre las ocho y las nueve de esta misma noche, pasará V. S. al calabozo en que se halla preso el coronel graduado de infantería Rafí Vidal, y su segundo el capitan Olives, acompañado del oficial que ha actuado como secretario en sus declaraciones, y notificará V. S. á los dos espresados que deben disponerse á morir cristianamente, en cumplimiento de la órden del rey nuestro señor (Q. D. G.), por haber faltado como militares y como vasallos á la fidelidad que le debian, por haber sido jefes y autores de la criminal y escandalosa sublevacion en el corregimiento de Tarragona, y formado en él una junta revolucionaria.

» La sentencia debe ejecutarse mañana 7 del actual por la mañana, á las siete de ella en punto, debiendo ser pasados por las armas en el mismo fuerte real. V. S. se verá con el brigadier don Pedro Besiana, que tiene órden mia para introducir en el fuerte dos padres confesores, que no deben salir de él sino despues de verificada la ejecucion, para lo cual V. S. dispondrá lo conveniente.

>> Impongo á V. S. el mayor sigilo y secreto. Dios guarde á V. S. mu

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