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19 Y marchando de Rethma, acam-Moáb, sobre el Jordán enfrente de Jepáron en Remomphares. richó. 20 De donde habiendo salido, viniéron á Lebna.

21 De Lebna, acampáron en Ressa. 22 Y habiendo salido de Ressa, vinieron á Ceelatha.

23 De donde marchando, acampáron en el monte de Sephér.

24 Habiendo salido del monte de Sephér, viniéron á Arada.

25 Partiendo de alli, acampáron en Macelóth.

26 Y marchando de Macelóth, viniéron á Thaháth.

27 De Thaháth, acampáron en Tharé. 28 De donde habiendo salido, fixáron las tiendas en Methca.

49 Y acampáron allí desde Bethsi. móth hasta Abelsatím en los lugares mas llanos de los Moabitas,

50 En donde habló el Señor á Moysés: 51 Manda á los hijos de Israel, y diles: Quando hubiereis pasado el Jordan, entrando en la tierra de Chânaán,

52 Destruid á todos los moradores de aquella tierra: quebrad los títulos, y desmenuzad las estatuas, y asolad todos los altos,

53 Limpiando la tierra, para habitar en ella. Porque yo os la he dado en posesion,

54 La que os repartireis por suerte. A los mas dareis la mas ancha, y á los 29 Y de Methca, acampáron en Hes-ménos la mas angosta. A cada uno

mona.

30 Y marchando de Hesmona, vinieron á Moseróth.

31 Y de Moseróth, acampáron en Benejaacán.

32 Y marchando de Benejaacán, viniéron al monte de Gadgad.

33 De donde marchando, acampáron en Jetebatha.

34 Y de Jetebatha, viniéron á Hebrona.

35 Y habiendo salido de Hebrona, acampáron en Asiongabér.

36 Marchando de allí, viniéron al desierto de Sin, esta es Cades.

57 Y habiendo salido de Cades, acampáron en el monte de Hor, en los últimos confines de la tierra de Edóm. 38 Y subió Aarón el Sacerdote al monte de Hor por mandado del Señor: y murió allí el año quarenta de la salida de los hijos de Israél de Egypto, el mes quinto, el dia primero del mes,

39 Siendo de ciento y veinte y tres años. 40 Y el Chânanéo Rey de Arád, que habitaba ácia el Mediodia, oyó como los hijos de Israél habian venido á la tierra de Chânaán.

41 Y marchando del monte de Hor, acampáron en Salmona.

42 De donde habiendo salido, viniéron á Phunón.

como le cayere la suerte, así le será dada su heredad. Por tribus y familias se dividirá la posesion.

55 Mas si no quisiereis matar á los moradores de la tierra: los que quedaren, serán para vosotros como clavos en los ojos, y lanzas en los costados, y se os opondrán en la tierra de vuestia morada:

56 Y todo lo que tenia pensado hacer con ellos, haré con vosotros.

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2 Manda á los hijos de Israél, y les dirás: Luego que hubiereis entrado en la tierra de Chânaán, y os hubiere caido por suerte en posesion, serán estos sus términos.

3 La parte del Mediodia comenzará desde el desierto de Sin, que está cerca de Edóm; y tendrá por términos ácia el Oriente el mar muy salado.

4 Los quales irán rodeando la parte austral por la subida del Escorpion, de modo que pasarán por Senna, y llegarán desde el Mediodia hasta Cadesbarne, desde donde saldrán los confines hasta una aldea llamada Adar, y se exten

43 Y marchando de Phunón, acam-derán hasta Asemona. páron en Obóth.

5 Y el término irá dando vuelta desde 44 Y de Obóth, vinieron á Ijeabarím, Asemona hasta el Torrente de Egypto, que está en los confines de los Moabitas. y se finalizará en la playa del mar 45 Y marchando de Ijeabarím, fixáron las tiendas en Dibongád.

46 De donde habiendo salido, acampáron en Helmondeblathaím.

grande.

6 Y la parte occidental comenzará desde el mar grande, y se cerrará con el mismo mar.

47 Y habiendo salido de Helmonde- 7 Y por la parte septentrional comenblathaím, vinieron á los montes de Aba-zarán los términos desde el mar grande, rim enfrente de Nabo. llegando hasta el monte altísimo,

48 Y marchando de los montes de 8 Desde el qual vendrán ácia Emáth Abarím, pasáron á las campiñas de hasta los términos de Sedada:

9 Y se extenderán los confines hasta Zephrona, y hasta la aldea de Enán. Estos serán los términos por la parte del Septentrion.

10 Desde allí se señalarán los términos por el lado oriental desde la aldea de Enán hasta Sephama,

11 Y desde Sephama descenderán los términos á Rebla enfrente de la fuente de Daphnis: desde allí llegarán al Oriente hasta el mar de Ceneréth,

12 Y se extenderán hasta el Jordan, y por último se cerrarán con el mar muy salado. Esta tierra poseereis con sus términos al contorno.

13 Y mandó Moysés á los hijos de Israel, diciendo: Esta será la tierra, que poseereis por suerte, y que mando el Señor que se diera á las nueve tribus, y á la media tribu.

14 Porque la tribu de los hijos de Ruben con sus familias y la tribu de los hijos de Gad segun el número de las parentelas, y la media tribu de Manassés,

voluntario. Condiciones que lo han de acompañar.

a Moyses en las campiñas de Moab sobre el Jordan, enfrente de Jericho: 2 Manda á los hijos de Israél que de sus posesiones den á los Levitas

STAS cosas habló tambien el Señor

3 Ciudades para habitar, y los exidos de ellas en su contorno: para que ellos moren en las ciudades, y los exidos sean para sus ganados y bestias:

4 Los quales se extenderán desde los muros de las ciudades afuera, por espacio de mil pasos al rededor.

5 Acia el Oriente serán dos mil codos, y ácia el Mediodia serán asimismo dos mil: y ácia el mar, que mira al Occidente, habrá la misma medida, y en iguales términos será acotada la parte septentrional: y las ciudades estarán en en medio, y fuera los exidos.

6 Y de las mismas ciudades, que dareis á los Levitas, habrá seis separadas para asylo de los fugitivos, para que escape á ellas el que derramare 15 Esto es, dos tribus y media, reci- sangre: y sin contar estas, otras quabiéron su porcion al otro lado del Jor-renta y dos ciudades, dan enfrente de Jerichó ácia la parte del Oriente.

16 Y dixo el Señor á Moysés: 17 Estos son los nombres de los varones que os repartirán la tierra: Eleazár el Sacerdote, y Josué hijo de Nun,

18 Y uno de los Príncipes de cada tribu,

19 Cuyos nombres son estos: De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jephone. 20 De la tribu de Simeón, Samuél hijo de Ammiúd.

21 De la tribu de Benjamin, Elidád hijo de Chaselón.

22 De la tribu de los hijos de Dan, Bocci hijo de Jogli.

23 De los hijos de Joseph de la tribu de Manassés, Hanniél hijo de Ephód. 24 De la tribu de Ephraim, Camuel hijo de Sephthán.

25 De la tribu de Zabulón, Elisaphan hijo de Pharnách.

26 De la tribu de Issachár, el Caudillo Phaltiel hijo de Ozán.

27 De la tribu de Asér, Ahiúd hijo de Salomi.

28 De la tribu de Néphthali, Phedaél hijo de Ammiúd.

7. Esto es, entre todas quarenta y ocho con sus exidos.

8 Y de estas ciudades, que los hijos de Israél darán de sus posesiones, se tomarán mas, de los que tienen mas: y de los que menos, ménos. Cada uno dará ciudades á los Levitas á proporcion de su heredad.

9 Dixo el Señor á Moysés:

10 Habla á los hijos de Israél, y les dirás: Quando hubiereis pasado el Jordan á la tierra de Chânaán,

11 Determinad qué ciudades deban servir de asylo para los fugitivos, que sin querer hayan derramado sangre:

12 En las quales quando estuviese el refugiado, no podrá matarle el pariente del muerto, hasta tanto que se presente delante de la multitud, y sea juzgada su causa.

13 Y de las mismas ciudades, que se separan para asylo de los fugitivos.

14 Habrá tres de la otra parte del Jordan, y tres en la tierra de Chanaan,

15 Tanto para los hijos de Israél como para los extrangeros y peregrinos, para que se acoja á ellas el que sin querer derramáre sangre.

16 Si alguno hiriere con hierro, y mu29 Estos son los que mandó el Señorriere el herido: será reo de homicidio, y que repartieran á los hijos de Israél la él mismo morirá. tierra de Chânaán.

CAPITULO XXXV. Se destinan quarenta y ocho ciudades para los Levitas, y sus exidos para pastos de sus ganados: de estas se señalan seis, que lo sean de asylo, para los que cometieren homicidio in

17 Si tirare una piedra, y el herido muriere: será castigado del mismo modo.

18 Si llega á morir el que fué herido con palo: será vengado con la sangre del que le hirió.

19 El pariente del muerto, matará al homicida, luego que lo hubiere á las manos, le matará.

20 Si uno por ódio rempujare á un hombre, ó echare sobre él alguna cosa por asechanzas:

CAPITULO XXXVI.
Leyes para que las tribus no se mezclen unas
con otras por medio de los matrimonios, y que
asi no lleguen á confundirse las posesiones,
pertenecen á cada uno.

que

LLEGARONSE los Príncipes de

si siendo su enemigo, le hiriere Y las familias de Galaad hijo de Ma

con la mano, y aquel muriere: el agresor, será reo de homicidio. El pariente del muerto, luego que le hallare, le matará.

22 Mas si por accidente, y no por

ódio

23 Ni por enemistades hiciere alguna de estas cosas,

chír, hijo de Manassés de la estirpe de
los hijos de Joseph: y habláron á Moy-
sés en presencia de los Príncipes de Is-
raél, y dixéron:

2 El Señor te ha mandado á tí que
eres nuestro señor, que dividieras lá
tierra por suerte á los hijos de Israél, y
que á las hijas de Salphaad nuestro her-
mano dieras la posesion que era debida

24 Y se justificare esto oyéndolo el
pueblo, y hubiere sido ventilada la cau-á su padre:
sa de sangre entre el matador y el
pariente:

25 Será librado el inocente de la mano del vengador, y por sentencia se le volverá á la ciudad, á donde se habia refugiado, y se estará allí hasta que muera el sumo Sacerdote, que fué ungido con el óleo santo.

26 Si el matador estando fuera de los términos de las ciudades, que están destinadas para los desterrados,

27 Fuere hallado, y muerto por aquel que es vengador de la sangre: será sin culpa el que le matare.

28 Por quanto el fugitivo debia residir en la ciudad hasta la muerte del Pontifice. Mas despues que este muriere, el homicida se volverá á su tierra.

29 Estas cosas serán perpétuas, y se guardarán como ley en todas vuestras moradas.

30 El homicida sera castigado por dicho de testigos: ninguno será condenado por testimonio de uno solo.

31 No recibireis precio de aquel, que es reo de sangre, sino que el mismo morirá luego.

32 Los desterrados y fugitivos de ningun modo podrán volver a sus ciudades antes de la muerte del Pontífice:

33 No amancilleis la tierra de vuestra morada, que se contamina con la sangre de los inocentes: ni puede purificarse de otro modo, que con la sangre de aquel que derramó sangre de otro.

3 A las que si tomaren por mugeres hombres de otras tribus, las irá siguiendo su posesion, y transladada á otra tribu, se disminuirá de nuestra heredad:

4 Y así sucederá, que quando viniere el Jubiléo esto es, el año quinquagésimo de remision, se confundirá la distribucion de las suertes, y la posesion de los unos pasará á los otros.

5 Respondió Moysés á los hijos de Israél, y mandándolo el Señor, les dixo: Bien ha hablado la tribu de los hijos de Joseph.

6 Y esta ley acerca de las hijas de Salphaad se promulgó por el Señor: Cásense con quien quieran, con tal que sea con hombres de su tribu :

7 Para que no se mezcle la posesion de los hijos de Israél de tribu en tribu. Por lo qual todos los varones tomarán mugeres de su tribu y parentela:

8 Y todas las mugeres tomarán marido de su tribu: para que la heredad permanezca en las familias,

9 Y no se mezclen entre sí las tribus, ántes permanezcan así

10 Como han sido separadas por el Señor. Y lo hicieron las hijas de Salphaad como se les mandó :

11 Y Maala, y Thersa, y Hegla, y Melcha, y Noa se casáron con los hijos de su tio paterno

12 De la familia de Manassés, que fué hijo de Joseph: y la posesion, que en la tribu y familia de su padre. les habia sido adjudicada, permaneció

13 Estos son los mandamientos y los 34 Y de esta manera será purificada vuestra tierra, morando yo con vosotros.juicios, que mandó el Señor por mano Porque yo soy el Señor que habito entre los hijos de Israél.

campiñas de Moáb sobre el Jordan ende Moysés á los hijos de Israél en las frente de Jericho.

153

EL DEUTERONOMIO.

CAPITULO I.

Se hace una recapitulacion de los principales sucesos, que acontecieron á Israel en el desierto por espacio de quarenta años.

ESTAS son las palabras, que habló Moysés á todo Israél de la otra parte del Jordán en la campiña del desierto, en frente del mar Roxo, entre Pharán y Thophél y Labán y Haseróth, donde hay muchísimo oro:

2 A once jornadas de Horéb por el camino del monte Seír hasta Cades

barne.

3 En el año quadragésimo, en el undécimo mes, el primer dia del mes, habló Moysés á los hijos de Israél todas las cosas, que le mandó el Señor que les dixera :

sabios y nobles, y los estableci por Príncipes, Tribunos, y Centuriones, y Cabos de cinquenta y de diez, que os instruyeran de cada cosa.

16 Y mandéles, diciendo: Oidlos, y juzgad lo que es justo ya sea el ciudadano, ya extrangero.

17 Ninguna distincion habrá de personas, del mismo modo oireis al pequeño que al grande: ni tendreis acepcion de persona alguna, porque el juicio es de Dios. Mas si alguna cosa os pareciere dificil, dadme a mí parte, y yo la oiré.

18 Y mandé todas las cosas, que deberiais hacer.

19 Y partiendo de Horéb, pasamos por un desierto terrible y grandísimo, 4 Despues que hirió á Sehón Rey de que habeis visto por el camino del monlos Amorrhéos, que habitaba en Hese-te del Amorrhéo, como nos lo habia bón: y á Og Rey de Basán, que moró mandado el Señor Dios nuestro. Y como en Astaroth y en Edrai, hubiesemos llegado á Cadesbarne,

5 De la otra parte del Jordán en la tierra de Moab. Y comenzó Moysés á explicar la ley, y á decir:

6 El Señor Dios nuestro nos habló en Horéb, diciendo: Bástaos que habeis estado en este monte:

7 Volved, é id al monte de los Amorrhéos, y á los demas lugares que le estan vecinos, campiñas y montañas, y los mas baxos ácia el Mediodia, y junto á la ribera del mar, á la tierra de los Chânanéos, y del Líbano hasta el grande rio Euphrates.

8 Mirad, dixo, que os la he dado: entrad y poseed la tierra, sobre la qual juró el Señor, á vuestros padres Abraham, Isaac, y Jacob, que se la daria á ellos, y a su posteridad despues

de ellos.

20 Os dixe: Habeis llegado al monte del Amorrhéo, que el Señor Dios nuestro nos ha de dar.

21 Mira la tierra, que te da el Señor tu Dios: sube y poséela, como el Señor Dios nuestro lo prometió á tus padres: no quieras temer, y de nada te espantes.

22 Y os llegasteis á mí todos, y dixisteis: Enviemos hombres que reconozcan la tierra: y nos informen por qué camino debemos subir, y á qué ciudades hemos de ir.

23 Y habiéndome parecido bien el aviso, envie de vosotros doce hombres, uno de cada tribu.

24 Los que habiendo partido, y subido á las montañas, llegáron hasta el Valle del racimo: y reconocida la tierra,

25 Tomando de los frutos de ella, 9 Y os díxe en aquel tiempo: para mostrar su fertilidad, traxéronlos 10 No puedo yo solo soportaros: por- a nosotros, y dixéron: Buena es la tierque el Señor Dios vuestro os ha mul-ra que el Señor Dios nuestro nos ha tiplicado, y sois hoy muy muchos, como las estrellas del cielo.

11 (El Señor Dios de vuestros Padres añada á este número múchos miles, y os bendiga así como lo dixo.)

12 No puedo yo solo sostener el peso de vuestros negocios y pendencias.

13 Presentad de entre vosotros varones sabios y experimentados, cuyo proceder sea aprobado en vuestras tribus, para ponéroslos por Caudillos.

14 Me respondisteis entónces: Buena cosa es, la que quieres hacer.

15 Y tomé de vuestras tribus varones

de dar.

26 Y no quisisteis subir, sino_que incrédulos á la palabra del Señor Dios nuestro

27 Murmurasteis en vuestras tiendas, y dixisteis: Nos aborrece el Señor, y por esto nos sacó de la tierra de Egyp to, para entregarnos en mano del Amorrhéo, y destruirnos.

28¿A dónde subiremos? Los mensageros han aterrado nuestro corazon, diciendo: Muy grande es el gentío que hay, y de estatura mas alta, que la nuestra: las ciudades son grandes, y forti

ficadas hasta el cielo, hemos visto allí hijos de los Enaceos.

29 Y os dixe: No querais temer, ni hayais miedo de ellos :

30 El Señor Dios que es vuestro conductor, él mismo peleará por vosotros, como lo hizo en Egypto viéndolo todos. 31 Y en el desierto (tú mismo lo has visto) te llevó el Señor Dios tuyo, como suele llevar un hombre á su hijo pequenito, por todo el camino por donde anduvisteis, hasta llegar á este lugar. 32 Y ni aun así ereisteis al Señor Dios

vuestro,

33 Que fué delante de vosotros en el camino, y demarcó el lugar en que debiais plantar las tiendas, mostrándoos de noche el camino con fuego, y de dia con columna de nube.

34 Y quando oyó el Señor la voz de vuestros discursos, indignado juró y dixo:

45 Y como despues de haber vuelto lloraseis delante del Señor, no os oyó, ni quiso condescender con vuestra voz. 46 Por eso os estuvisteis parados en Cadesbarne mucho tiempo.

CAPITULO II.

Manda Dios á los Israelitas, que no pasen por
los términos de la Iduméa. Se refiere aqui la'
victoria que consiguieron de Schón Rey de
Hesebón; y otros beneficios con que el Se-
ñor distinguió á su pueblo.

PARTIENDO de allí llegamos al
desierto, que va al mar Roxo, co-
mo el Señor me lo habia dicho: y ro-
deamos el monte de Seír largo tiempo.
2 Y me dixo el Señor :

3 Harto habeis rodeado este monte, id ácia el Septentrion:

4 Y manda al pueblo diciendo: Pasareis por los confines de vuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seír, y os temerán.

35 No verá ninguno de los hombres de esta generacion pésima la buena tier- 5 Mas vosotros guardaos bien de ra, que con juramento prometí á vues-moveros contra ellos. Porque no os tros padres: daré de su tierra ni siquiera lo que puede pisar la huella de un pie, por quanto dí á Esaú en heredad el monte de Seír.

36 Sino Caleb hijo de Jephone. Porque él la verá, y daré la tierra, que pisó, á él y á sus hijos, porque ha seguido al Señor.

37 Ni es extraña la indignacion contra el pueblo, por quanto enojado el Señor tambien contra mí por causa de vosotros dixo: Ni tú entrarás allá :

38 Sino Josué hijo de Nun tu servidor, él entrará por tí. Exhórtale á este y aliéntale, y él repartirá por suerte la tierra á Israél.

39 Vuestros pequeñuelos, de quienes dixisteis que serian llevados cautivos, y los hijos que hoy no conocen la diferencia del bien y del mal, estos entrarán : y á ellos daré la tierra, y la poseerán. 40 Mas vosotros volveos, á id al desierto por el camino del mar Roxo.

41 Y me respondisteis: Hemos pecado contra el Señor: subiremos y pelearemos, como lo ha mandado el Señor Dios nuestro. Y quando armados os encaminabais ácia el monte,

6 Comprareis de ellos por dinero los víveres, y comereis: sacareis el agua comprada, y bebereis.

7 El Señor Dios tuyo te bendixo en toda obra de tus manos: conoció tu camino, como has pasado este gran desierto, morando contigo el Señor Dios tuyo por espacio de quarenta años, y nada te ha faltado.

8 Y luego que pasamos de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seír, por el camino de la campiña de Eláth, y de Asiongabér, llegamos al camino, que conduce al desierto de Moáb.

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9 Y el Señor me dixo: No pelees contra los Moabitas, ni entres en batalla con ellos: porque no te daré nada de su tierra, por quanto he dado á Ar por posesion a los hijos de Loth.

10 Sus primeros pobladores fuéron 42 Me dixo el Señor: Diles: No los Emiméos, pueblo grande y fuerte, y querais subir, ni peleeis, pues no estoy de estatura tan alta, que como de la ra con vosotros: no sea que perezcais de-za de Enacím, lante de vuestros enemigos.

11 Eran tenidos por gigantes, y seme43 Os lo dixe, y no lo oisteis: sino jantes á los hijos de los Enacéos. Fi que oponiéndoos al mandamiento del nalmente los Moabitas los llaman EmiSeñor, é hinchados de soberbia subisteis méos.

al monte.
12 Mas en Seír habitáron ántes los
44 Por lo que habiendo salido el Horrhéos: y habiendo sido estos arro-
Amorrhéo, que habitaba en los montes, jados y destruidos, habitáron los hijos
y viniéndoos al encuentro, os persiguió, de Esaú, como hizo Israel en la tierra
como suelen perseguir las abejas de su posesion, que le dió el Señor.
y os acuchilló desde Seír hasta Hor-

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13 Levantándonos pues para pasar el torrente de Zaréd, llegamos á él.

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