Imágenes de páginas
PDF
EPUB

contra sus enemigos y perseguidores. | tes, y el dia catorce cesáron de malar, Y ninguno se atrevió á resistir, por cuan- El cual dia establecieron que fuese soto todos los pueblos estaban poseidos del temor de la grandeza de ellos.

3 Porque aun los jueces de las provincias, y los gobernadores, y los procuradores, y todos los de alguna dignidad, que en cada lugar presidian á las obras, ensalzaban á los Judíos por temor de Mardochéo :

4 El cual sabian ser el principal del palacio, y que tenia grande poder: y la fama de su nombre crecia todos los dias, y andaba volando por las bocas de todos. 5 Con esto los Judíos hicieron un grande estrago en sus enemigos, y los matáron, tornándoles lo que les tenian prevenido á ellos :

6 En tanto grado, que en la misma Susán matáron quinientos hombres, sin contar los diez hijos de Amán Agagéo enemigo de los Judíos: cuyos nombres

son estos :

lemne, y que en el tiempo venidero perpetuamente se celebrase con banquetes, con regocijos y convites.

18 Y los que habian ejecutado la matanza en la ciudad de Susán, empleáron en ella el dia trece y catorce del mismo mes: y cesáron de matar el dia quince. Y por esta razon establecieron que se solemnizase el mismo dia con banquetes y regocijos.

19 Mas los Judíos, que moraban en ciudades sin muros y en aldeas, señaláron el dia catorce del mes de Adár para convites y alegría, de modo que en este dia tienen grande fiesta, y se envian unos á otros algunos porciones de sus banquetes y viandas.

20 Escribió pues Mardochéo todas estas cosas, y reduciéndolas á una carta, la envió á los Judíos, que moraban en todas las provincias del rey, tanto cer

7 Pharsandatha, y Delphón, y Espha-canas, como distantes. tha,

8 Y Phoratha, y Adalía, y Aridatha, 9 Y Phermesta, y Arisaí, y Aridai, y Jezatha.

10 Y cuando los hubiéron muerto, no quisiéron tocar los despojos de sus haciendas.

11 Y luego se dió cuenta al rey del número de los que habian sido muertos en Susán.

21 Para que admitiesen entre los dias festivos el dia catorce y el quince del mes de Adár, y que á la vuelta de cada año lo celebrasen con solemne honor:

22 Porque en estos dias los Judíos se vengáron de sus enemigos, y el llanto y la tristeza se mudáron en gozo y alegría, y que estos dias lo fuesen de banquetes y de regocijo, y que se enviasen unos á otros porciones de manjares, y diesen regalitos á los pobres.

12 Y él dijo á la reina: Los Judíos han muerto quinientos hombres en la 23 Y los Judíos admitiéron por rito ciudad de Susán, y además los diez solemne todo lo que habian comenzado hijos de Amán: ¿cuán grande crees tú á hacer en aquel tiempo, y lo que Marque sea la mortandad que hacen en to-dochéo en su carta les habia mandado das las provincias? ¿Qué otra cosa pi- que hiciesen. des, y qué quieres que mande hacer?

13 Y ella le respondió: Si es del agrado del rey, dése permiso á los Judios, que como hoy han hecho en Susán, así lo hagan mañana, y que los diez hijos de Amán sean colgados en patíbulos.

14 Y mandó el rey que así se hiciese. E inmediatamente se fijó en Susán el edicto, y fuéron colgados los diez hijos de Amán.

15 Habiendose juntado los Judíos el dia catorce del mes de Adár, fuéron muertos en Susán trescientos hombres mas ellos no saqueáron sus bienes. . 16 Y del mismo modo en todas las provincias, que estaban sujetas al dominio del rey, se pusieron los Judíos en defensa de su vida, matando á sus enemigos y perseguidores: en tanto número que llegó á setenta y cinco mil el de los muertos, y ninguno tocó cosa alguna de sus bienes.

:

24 Porque Amán, hijo de Amadati, del linage de Agág, enemigo y adversario de los Judíos, concibió contra ellos el mal designio de matarlos, y de exterminarlos: y echó para esto el Phur, que en nuestra lengua se traslada suerte.

25 Y despues se presentó Esthér al rey, suplicándole que los intentos de Amán quedasen sin efecto mediante una carta del rey: y que el mal, que habia pensado contra los Judíos, recayese sobre su cabeza. Por último á él y á sus hijos los pusieron en una cruz,

26 Y desde aquel tiempo estos dias se llamáron Phurím, esto es, de las suertes: porque el Phur, esto es, la suerte habia sido echada en la urna. Y todas las cosas, que pasáron, se contienen en el volúmen de una carta, esto es, de este libro:

27 Y lo que padeciéren, y la mudanza que despues hubo, los Judíos lo tomáron 17 Y el dia trece del mes de Adár fué á cargo suyo y de sus descendientes, y el primero de la matanza en todas par-de todos los que quisiéron agregarse a

su religion, que á ninguno sea lícito pasar sin solemnidad estos dos dias, que señala este escrito, y que piden determinados tiempos, en los años que perpetuamente se han de suceder.

28 Estos son dias, que ningun olvido borrará jamas: y que todas las provincias de generacion en generacion celebrarán en toda la tierra: ni hay ciudad alguna, en que los dias de Phurím, esto es, de las suertes, no se guarden por los Judíos, y por la posteridad de los que se obligáron á estas ceremonias.

29 Y la reina Esther hija de Abihail, y Mardochéo Judío enviáron aun una segunda carta, para que con el mayor cuidado quedase establecido este dia solemne para lo sucesivo.

[blocks in formation]

2 Y su poder y dominio, y el alto grado de grandeza, á que ensalzó á Mardochéo, se hallan escritos en los 30 Y enviáron á todos los Judíos, que libros de los Medos, y de los Persas: moraban en las ciento y veinte y siete 3 Y como Mardochéo Judío de naprovincias del rey Asuero, para que tu-cion, fué el segundo despues del rey viesen la paz, y recibiesen la verdad, Asuero y grande entre los Judíos, y

31 Observando los dias de las suer- querido del comun de sus hermanos, tes, y los celebrasen á su tiempo con procurando bienes á sus pueblos, y habgozo así como lo habian establecido lando aquello, que condueia á la tranMardochéo y Esthér, y ellos se obligá-quilidad de su linage.

EL LIBRO DE JOB.

CAPITULO 1.

Job varon santo y rico, ofrece sacrificios al Senor por sus hijos. El Señor permite à Satanás que lo tiente, y haga prueba de su virtud. Quitale de golpe toda la hacienda, y mátale los hijos. El paciente Job, oidas las nuevas, prorumpe en alabanzas de Dios.

HA

ABIA en tierra de Hus un hombre, por nombre Job, y él era hombre sencillo, y recto, y temeroso de Dios, y que se apartaba del mal:

2 Y le nacieron siete hijos, y tres hijas.

uno de ellos, Porque decia: No sea caso que hayan pecado mis hijos, y bendecido á Dios en sus corazones. Así hacia Job todos los dias.

6 Pues un cierto dia, como hubiesen ido los hijos de Dios para asistir delante del Señor, se halló tambien entre ellos Satanás.

7 Al cual dijo el Señor: De dónde vienes? El respondió, diciendo: He rodeado la tierra, y la he recorrido.

8 Y le dijo el Señor: Por ventura has reparado en mi siervo Job, que no hay semejante á él en la tierra, hombre sencillo, y recto, y que teme á Dios, y se aparta del mal?

3 Y fue su posesion siete mil ovejas, y tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, y quinientas borricas, y mu- 9 Y Satanás le respondió, y dijo: chísima familia: y este varon era gran-¿ Por ventura Job teme á Dios de de entre todos los orientales.

valde ?

4 Y sus hijos iban, y, hacian convite 10 ¿Acaso no has cercado á él, y á en sus casas, cada uno en su dia. Y su casa, y á toda su hacienda en redeenviaban á llamar á sus tres hermanas, dor, has bendecido las obras de sus mapara que comiesen y bebiesen con ellos. nos, y sus posesiones han crecido en la 5 Y cuando habia pasado el turno de tierra?

los dias del convite, enviaba Job á ellos, 11 Mas extiende un poquito tu mano, y los santificaba, y levantándose de y toca á todo lo que posee, y verás si madrugada, ofrecia holocaustos por cada no bendice cara á cara.

12 Dijo pues el Señor á Satanás: respondiendo, dijo: He rodeado la Mira, que todo lo que tiene, está en tu tierra, y la he recorrido toda. mano: solamente no extiendas tu mano contra él. Y salió Satanás de la presencia del Señor.

13 Y como un dia sus hijos é hijas estuviesen comiendo, y bebiesen vino en la casa de su hermano el primogénito,

14 Vino á Job un mensagero, que le dijo: Los bueyes estaban arando, y las borricas paciendo junto á ellos,

15 Y acometieron los Sabéos, y se lleváron todo, y han pasado á cuchillo á los mozos, y yo solo he escapado para darte la noticia.

16 Y estando aun hablando este, llegó otro, y dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, é hiriendo á las ovejas y á los pastores los consumió, y escapé yo solo para darte la noticia.

17 Y mientras que este aun hablaba, llegó otro, y dijo: Los Caldéos formáron tres cuadrillas, y diéron sobre los camellos, y se los lleváron, y tambien pasáron á cuchillo á los mozos, y yo solo escapé á darte la noticia.

18 Aun estaba hablando este, y he aquí que entró otro, y dijo: Estando comiendo tus hijos é hijas, y bebiendo vino en la casa de su hermano el primogénito,

19 Se dejó caer de improviso un viento impetuoso de la parte del desierto, y estremeció las cuatro esquinas de la casa, la cual cayendo oprimió á tus hijos, y murieron, y escapé yo solo para darte la noticia.

20 Entónces Job se levantó, y rasgó sus vestiduras, y repelada la cabeza, postrándose en tierra, adoró,

3 Y dijo el Señor á Satanás: ¿Por ventura has reparado en mi siervo Job, que no hay semejante á él en la tierra, varon sencillo y recto, y temeroso de Dios, y que se aparta del mal, y que aun conserva su inocencia? Mas tú me has incitado contra él, para que le afligiese en vano.

4 Y Satanás respondió, diciendo: Piel por piel, y todo cuanto el hombre tiene, dará por su alma:

5 Y si no, extiende tu mano, y toca sus huesos y carne, y entonces verás como te bendice cara a cara.

6 Dijo pues el Señor á Satanás: He ahí, en tu mano está, mas guarda su vida.

7 Con lo que saliendo Satanás de la presencia del Señor, hirió á Job con una úlcera muy mala, desde la planta del pie hasta lo alto de la cabeza:

8 Y él sentado en un estercolero, con un casco de teja se raía la podre.

9 Y su muger le dijo: Aun te estás tú en tu simplicidad? bendice á Dios, y muérete.

10 El le dijo: Como una de las mugeres necias has hablado. mano de Dios hemos recibido los bienes, ¿Si de la por qué no recibirémos los males? En todas estas cosas no pecó Job con sus labios.

11 Y como tres amigos de Job oyesen todo el mal, que le habia acaecido, vinieron cada uno de su lugar, Elifáz de Temán, y Baldád de Suhá, y Sofår de Naamát. certado entre sí de venir juntos á visiPorque habian contarle, y consolarle.

21 Y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá : ojos, no le conocieron, y exclamando 12 Y cuando desde léjos alzáron los el Señor lo dió, el Señor lo quito: como lloraron y rasgadas sus vestiduras, esagradó al Señor, así se ha hecho: ben-parciéron polvo sobre su cabeza hácia dito sea el nombre del Señor.

22 En todas estas cosas no pecó Job con sus labios, ni habló contra Dios alguna cosa necia.

CAPITULO II.

Salanás obtenido el permiso del Señor, hiere d Job con una llaga muy dolorosa. Hace que le insulte hasta su propia muger. Vienen tres amigos suyos á visitarle, permanecen siete dias en silencio sentados con él sobre la tierra.

Y ACONTECIO, que un dia vinié

ron los hijos de Dios, y compareciéron delante del Señor, y vino tambien

el cielo.

13 Y estuvieron sentados con él en tierra siete dias y siete noches, y ninguno le hablaba palabra: porque veian que su dolor era vehemente.

[blocks in formation]

3 Perezca el dia en que nací, y la

Satanás entre ellos, y se puso en su pre-noche en que se dijo: Concebido ha sencia,

sido un hombre.

2 De modo que dijo el Señor á Sa- 4 Conviértase en tinieblas aquel dia, tanás: ¿De dónde vienes? El cual no tenga Dios cuenta de él desde

arba, y no sea esclarecido de lumbre.

5 Obscurézcanle tinieblas, y sombra de muerte, ocúpele obscuridad, y sea envuelto en amargura.

6 Tenebroso torbellino posea aquella noche, no sea contada entre los dias del

CAPITULO IV.

Elifás acusa á Job de impaciencia, y quiere persuadirle, que Dios le azota por sus pecados, suponiendo que nunca envia adversidades á los inocentes.

año, ni sea puesta en el número de los Y RESPONDIO Elifaz de Temán,

meses.

7 Sea solitaria aquella noche, y no digna de alabanza :

8 Maldiganla los que maldicen el dia, los que estan prontos para despertar á Leviatán:

9 Entenebrézcanse las estrellas con su obscuridad: espere la luz y no la vea, ni el nacimiento de la aurora cuando se levanta:

10 Porque no cerró las puertas del vientre, que me llevó, ni quitó de mis ojos los males.

11¿Por qué no he muerto en la matriz, ó luego que salí del vientre no perecí?

12 ¿Por qué fuí recibido en las rodillas ?¿por qué me diéron de mamar los pechos ?

13 Pues ahora durmiendo estaria en silencio, y en mi sueño reposaria:

14 Juntamente con los reyes y consejeros de la tierra, que edifican soledades para sí:

15 O con los príncipes, que poseen oro, y llenan sus casas de plata:

16 O como abortivo, que esconden, no subsistiria, ó como los que habiendo sido concebidos, no viéron la luz.

17 Allí los impíos cesáron del tumulto, y allí reposáron los de fuerzas cansadas.

18 Y los en otro tiempo juntos con grillete, estan sin molestia, no oyéron la voz del sobrestante.

19 El chico y el grande allí estan, y el siervo libre de su Señor.

20 Por qué fué concedida luz al miserable, y vida á aquellos, que estan en amargura de ánimo?

21 Que aguardan la muerte, y no viene, como los que cavan en busca de

un tesoro :

22 Y se gozan en extremo, cuando hallan el sepulcro.

23 A un hombre cuyo camino es escondido, y á quien Dios cercó de tinieblas ?

24 Suspiro antes de comer: y mi rugido, como aguas que inundan: 25 Por cuanto el temor que temia, me ha venido: y me ha acontecido lo que rezelaba.

26 Por ventura no disimulé? ¿no callé? no estuve sosegado? y vino indignacion sobre mí.

diciendo :

2 Si comenzáremos á hablarte, tal vez lo tomarás á mal, ¿ mas quién podrá detener la palabra una vez concebida?

3 He aquí que enseñaste á muchos, y diste vigor á manos cansadas:

4 Tus palabras sostuviéron á los que vacilaban, y diste firmeza á rodillas que temblaban:

5 Y ahora ha venido sobre tí el azote, y has flaqueado: te ha tacado, y te has turbado.

6 ¿En dónde está tu temor, tu fortaleza, tu paciencia, y la perfeccion de tus caminos?

7 Recapacita, te ruego, ¿qué inocente pereció jamás? ¿ó cuando los justos fuéron destruidos ?

8 Antes bien he visto, que los que obran iniquidad, y siembran dolores, y los siegan,

9 Pereciéron al soplo de Dios, y fuéron consumidos por el aliento de su ira.

10 El rugido del leon, y la voz de la leona, y los dientes de los cachorros de los leones fuéron deshechos.

11 El tigre pereció, porque no tenia presa, y los cachorrillos del leon fuéron disipados.

12 En verdad á mí me ha sido dicha una palabra escondida, y mi oreja, así como á hurtadillas, percibió una parte de su zumbido.

13 En el horror de una vision nocturna, cuando un profundo sueño suele ocupar los hombres,

14 Un espanto, y un temblor se apoderó de mí, y todos mis huesos se estremeciéron:

15 Y pasando por delante de mí un espíritu, erizáronse los pelos de mi

[merged small][merged small][ocr errors]

17 ¿Por ventura el hombre en comparacion de Dios será justificado, ó el varon será mas puro que su Hacedor?

18 He aquí que los mismos que l sirven, no son estables, y en sus ánge les halló torcimiento:

19 ¿Cuanto mas aquellos, que moran en casas de barro, que tienen un cimiento

[blocks in formation]

2 Verdaderamente al necio quita la vida la ira, y al apocado le mata la envidia.

3 Yo ví al necio con firmes raices, y al punto maldije su belleza.

4 Léjos de la salud estarán sus hijos, y hollados serán en la puerta, y no habrá quien los libre.

5 Cuya mies comerá el hambriento, y á él le arrebatará el armado, y los sedientos beberán sus riquezas.

6 Nada se hace en la tierra sin motivo, y de la tierra no nace el dolor.

7 El hombre nace para el trabajo, y el ave para volar.

3 Por tanto yo rogaré al Señor, y á

Dios volveré mi habla:

[blocks in formation]

23 Aun con las piedras de los campos tendrás tu pacto, y las bestias de la tierra serán pacíficas para tí.

24 Y sabrás que tiene paz tu tienda, y visitando lo hermoso de ella, no pecarás.

25 Sabrás tambien que se multiplicará tu linage, y tu descendencia como la yerba de la tierra.

26 Entrarás con abundancia en el sepulcro, como se encierra el monton de trigo á su tiempo.

27 Mira que esto es así, como lo habemos investigado: lo que oido, piénsalo en tu interior.

CAPITULO VI.

Job justifica sus quejas se lamenta de ær abandonado de sus amigos, y reprende con fuerza á estos tres que habian ido á consolarle; y pide que le oigan con paciencia.

YOjalá se pesasen en una ba lanza mis pecados, por los que he mere nú-cido la ira, y calamidad, que padezco.

RESPONDIENDO Job, dijo:

9 El cual hace cosas grandes, é investigables, y maravillosas sin

mero:

10 Que da lluvia sobre la haz de la tierra, y todo lo riega con las aguas : 11 Que pone en lo alto á los bajos, y á los tristes levanta con salud:

3 Se veria que esta era mas pesada, como la arena de la mar: por lo que mis palabras están tambien llenas de dolor:

4 Porque las saetas del Señor en mí están, cuya indignacion apura mi espíritu, y espantos del Señor militan con

12 Que desvanece los pensamientos de los malignos, para que sus manos no puedan cumplir lo que habian comen- tra mí. zado:

5 Por ventura rebuznará el asno 13 Que coge á los sabios en la astu-montes cuando tuviere yerba? ¿ó bra cia de ellos, y disipa el designio de los mará el buey cuando estuviere delante malvados: del pesebre lleno?

14 De dia se encontrarán con tinieblas, y al mediodia andarán á tientas como de noche.

6 ¿O podrá comerse lo desabrido, que no está sazonado con sal? ¿ó puede alguno gustar, lo que gustado causa

15 Mas él salvará al menesteroso de muerte? la espada de la boca de ellos, y al pobre de la mano del violento.

7 Las cosas, que antes no queria tocar mi alma, ahora por la congoja son mi

16 Y habrá esperanza para el menes-comida. teroso, y la iniquidad comprimirá su 8¿Quién diese que se cumpliera mi peticion y que Dios me concediera lo que espero ?

boca.

17 Bienaventurado el hombre, á quien Dios corrige: no desprecies pues la correccion del Señor:

18 Porque él mismo hace la llaga, y da la medicina: hiere, y sus manos curarán.

9 ¿Y que el que comenzó, él mismo me desmenuce: suelte su mano, y me corte? 10 Y seria este mi consuelo, que affigiéndome con dolor, no me perdonára,

1

« AnteriorContinuar »