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5 Alaben el nombre del Señor. Porque él dijo, y fuéron hechas las cosas: él mandó, y fuéron criadas.

6 Las estableció para siempre, y por siglo de siglo: precepto puso, y no dejará de cumplirse.

7 Alabad al Señor los que sois de la tierra, vosotros dragones, y todos los abismos.

8 El fuego, el granizo, la nieve, la helada, el espíritu de tempestades, que ejecutan la palabra de él.

hizo, y los hijos de Sión regocijense en su rey.

3 Alaben su nombre con danza: con pandero, y salterio táñanle salmos:

4 Porque se ha complacido el Señor en su pueblo, y ensalzará á ios mansos para la salud.

5 Se regocijarán los santos en la glo ria: se alegrarán en sus moradas.

6 Los ensalzamientos de Dios en su boca, y espadas de dos filos en sus ma

nos.

9 Los montes, y todos los collados: los árboles frutales, y todos los ce-nes: reprensiones en los pueblos. dros.

7 Para hacer venganza en las nacio

10 Las bestias, y todos los ganados: los reptiles, y las aves aladas :

11 Los reyes de la tierra, y todos los pueblos: los príncipes, y todos los jueces de la tierra.

12 Los jóvenes, y las doncellas: los viejos con los mancebos alaben el nombre del Señor :

13 Porque el nombre de solo él es ensalzado.

14 Su alabanza sobre el cielo, y la tierra; y ensalzó el poder de su pueblo.

Himno digan todos sus santos: los hijos de Israel, el pueblo cercano suyo. Aleluya.

SALMO CXLIX.

El profeta convida á su pueblo á cantar un cán tico nuevo en accion de gracias por la salud, que ha dado á Israél.

1 Aleluya.

cancion

8 Para aprisionar los reyes de ellos con grillos, y sus nobles con esposas de hierro.

9 Para hacer sobre ellos el juicio decretado: esta gloria es para todos sus santos. Aleluya.

SALMO CL.

Se ha de alabar al Señor, porque solo él es digno de que se le alabe de todas maneras.

poder.

1 Aleluya.

al Señor santuario

alabadlo en el firmamento de su

2 Alabadlo por sus poderíos: alabadlo segun la muchedumbre de su grandeza.

3 Alabadlo con sonido de trompeta : alabadlo con salterio, y cítara.

4 Alabadlo con pandero, y danza: alabadlo con cuerdas, y órgano.

5 Alabadlo con cimbalos sonoros:

CANTAD al Señor captioia de los alabadlo con cimbalos de jubilo

santos.

6 Todo espíritu alabe al Señor. Ale

2 Alégrese Israél en aquel, que le luya.

EL LIBRO DE LOS PROVERBIOS.

CAPITULO I.

6 Acertará la parábola y su interprePere-tacion, las palabras de los sabios, y sus enigmas.

Convite para entrar á oir la sabiduría.
cen los que la desprecian.
ARABOLAS de Salomón, hijo de

PDavid, rey de Israel.

2 Para aprender sabiduría y doctrina:

7 El temor del Señor es el principio de la sabiduría. Los necios desprecian la sabiduría y la doctrina.

3 Para entender palabras de pruden- 8 Escucha, hijo mio, la instruccion cia, y recibir erudicion de doctrina, jus-de tu padre, y no dejes la ley de tu ticia, y juicio y equidad:

4 Para dar á los niños astucia, al mancebo sabiduría y entendimiento.

madre:

9 Para que se añada bella gracia á tu cabeza, y un collar á tu cuello.

10 Hijo mio, si te halagaren los peca

5 Oyéndolas el sabio, mas sabio será; y entendiéndolas, poseerá el gober-dores, no condesciendas con ellos.

nalle.

11 Si dijeren: Ven con nosotros,

pongamos asechanzas á la sangre, escondamos armadijos sin motivo contra el inocente:

12 Traguémosle vivo como sepulcro, y entero como al que cae en sima; 13 Hallarémos todo género de bienes preciosos, llenarémos nuestras casas de despojos.

14 Echa tu suerte con nosotros, sea una sola la bolsa de todos nosotros. 15 Hijo mio, no andes con ellos, veda tu pié de las veredas de ellos.

16 Porque los piés de ellos á lo malo corren, y van apresurados á derramar sangre.

17 Mas en vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas.

18 Aun ellos mismos ponen asechanzas contra su propia vida, y traman engaños contra sus almas.

19 Así las veredas de todo avaro roban las almas de los poseedores.

20 La sabiduría predica por fuera, en las plazas da sus voces:

21 A la cabecera de los concursos grita, en las entradas de las puertas de la ciudad profiere sus palabras, diciendo:

CAPITULO II.

Utilidad de la sabiduría, la cual comunica muchos y grandes bienes.

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[IJO mio, si recibieres mis palabras, mis preceptos, y tuvieres escondidos dentro de ti

2 De manera que oiga tu oreja la sabiduría: inclina tu corazon á conocer la prudencia.

3 Porque si llamares á la sabiduría, é inclinares tu corazon á la prudencia : 4 Si la buscares como el dinero, y la desenterrares como los tesoros :

5 Entonces entenderás el temor del Señor, y hallarás la ciencia de Dios:

6 Porque el Señor da la sabiduría; y de su boca la prudencia, y la ciencia.

7 El es el custodio de la salud de los en sencillez, rectos, y el protector de los que andan

8 El que conserva las sendas de la justicia, y el que guarda los caminos de los santos.

9 Entonces entenderás la justicia, y el juicio y la equidad de toda buena senda.

10 Si entrare la sabiduría en tu cora 22¿Hasta cuándo, ó niños, amaréis zon, y la ciencia agradare á tu alma: las niñerías, y los necios codiciarán las 11 El consejo te guardará, y la prucosas, que les son nocivas, y los imprudencia te conservará : dentes aborrecerán la ciencia?

23 Volveos á mi correccion: ved aquí que os declararé mi espíritu, y os mostraré mis palabras.

24 Por cuanto os llamé, y dijisteis que no: extendí mi mano, y no hubo quien mirase:

25 Despreciasteis todo mi consejo, y de mis reprensiones no hicisteis caso:

26 Yo tambien me reiré en vuestra muerte, y os escarneceré, cuando OS viniere aquello, que temiais.

27 Cuando se dejáre caer de repente la calamidad, y se echáre encima la destruccion, como una tempestad: cuando viniere sobre vosotros la tribulacion y la angustia:

28 Entonces me llamarán, y no oiré madrugarán, y no me hallarán:

:

12 Para que te libres de mal camino, y de hombre que habla cosas perversas:

y andan por caminos tenebrosos :
13 Los que dejan el camino derecho,

14 Los que se alegran cuando hacen mal, y saltan de contento en cosas malísimas:

15 Cuyos caminos son torcidos, é infames los pasos de ellos.

16 Para que te libres de muger agena, blandas, y de la extraña, que usa de palabras

17 Y deja el caudillo de su puber

tad,

18 Y se ha olvidado del pacto de su Dios. la muerte, y sus sendas á los infiernos. Porque la casa de ella inclina á volverán, ni tomarán otra vez las sendas 19 Todos los que entran á ella, no

29 Porque aborrecieron la instruccion, y no recibieron el temor del Se- de la vida. ñor,

20 A fin que tú andes en el buen 30 Ni condescendiéron á mi conse-camino, y guardes las veredas de los jo, y desacreditáron toda reprension justos.

mia.

31 Comerán pues los frutos de su camino, y se hartarán de sus consejos.

32 El desvio de estos aniñados los matará, y la prosperidad de los necios los perderá.

33 Mas el que me oyere, reposará sin temor, y gozará de abundancia, quitado el miedo de males.

rán en la tierra, y los sencillos permane 21 Porque los que son rectos, moraceran en ella.

de la tierra; y los que obran maldad, 22 Mas los impíos serán destruidos serán quitados de ella.

CAPITULO III. Frutos de la sabiduría: bendiciones de los juz los, y ruina de los impios

HIJO

IJO mio, no olvides mi ley, y guarde tu corazon mis preceptos. 2 Porque ellos te añadirán largos dias, y años de vida, y paz.

3 No se aparten de tí la misericordia y la verdad: rodéalas á tu garganta, y cópialas en las tablas de tu corazon: 4 Y hallarás gracia y buen proceder delante de Dios y de los hombres.

5 De todo tu corazon ten confianza en el Señor, y no te apoyes en tu prudencia.

6 En todos tus caminos pon tu pensamiento en él, y él mismo enderezará tus pasos.

7 No seas sabio en tu opinion: teme á Dios, y apártate de lo malo :

8 Pues esto será sanidad para tu ombligo, y riego de tus huesos.

9 Honra al Señor con tu hacienda, y dale las primicias de todos tus frutos : 10 Y se llenarán tus trojes de hartura, y vino rebosaran tus lagares.

11 No deseches, hijo mio, la correccion del Señor: ni desmayes, cuando él te castiga:

12 Porque al que ama el Señor, lo castiga; y se complace en él, como un padre en su hijo.

13 Bienaventurado el hombre, que

26 Porque el Señor estará á tu lado, y guardará tu pié para que no seas preso. 27 No estorbes hacer bien á aquel, que puede: si puedes, hazlo tu mismo tambien.

28 No digas á tu amigo: Vete, y vuelve: mañana te daré, pudiendo dar desde luego.

29 No maquines mal contra tu amigo, puesto que él en tí tiene confianza. 30 No porfies sin razon contra aquel hombre, que no te hizo mal ninguno. 31 No envidies al hombre injuste, ni imites sus caminos :

32 Porque abominacion del Señor es todo burlador, y su conversacion es con los sencillos.

33 Indigencia de parte del Señor en la casa del impío: y las habitaciones de los justos serán benditas.

34 El se burlará de los burladores, y á los mansos dará gracia.

35 Gloria poseerán los sabios: el ensalzamiento de los necios les es ignominia.

CAPITULO IV.

El sabio con su propio exemplo exhorta á buscar la sabiduría, demostrando asimismo sus utilidades. Recomienda la guarda del corazon, de la boca y de los pasos.

halló la sabiduría, y que es rico en pru-OID, hijos, los documentos de un

dencia:

14 Mejor es su adquisicion que la grangería de la plata, y sus frutos mejores que la del oro mejor y mas puro :

padre, y estad atentos para aprender la prudencia.

2 Un buen don os daré á vosotros, no abandoneis mi ley.

3 Porque yo fuí tambien hijo de mi ri-padre, tiernecito, y unigénito delante de mi madre:

15 Mas preciosa es que todas las quezas; y cuantas cosas son de desear, no se pueden comparar con ella.

16 Largueza de dias en su derecha, y en su izquierda riquezas y gloria.

17 Sus caminos, caminos hermosos, y todas sus sendas son de paz.

18 Arbol de vida es para aquellos, que la alcanzaren; y bienaventurado el que la tuviere asida.

19 El Señor por la sabiduría fundó la tierra, estableció los cielos por la prudencia.

20 Por su sabiduría se abrieron los abismos, y las nubes se condensan en rocío.

21 Hijo mio, no se escapen estas cosas de tus ojos: Guarda la ley y el consejo :

22 Y tendrá vida tu alma, y bella gracia tu garganta.

23 Entonces andarás confiadamente en tu camino, y tu pie no tropezará : 24 Al dormirte no temerás: reposarás, y será apacible tu sueño.

25 No te asustarás de espanto repentino, ni de las valentías, que vengan sobre ti, de los impíos.

4 Y enseñábame, y decíame: Reciba tu corazon mis palabras, guarda mis preceptos, y vivirás.

5 Posee la sabiduría, posee la pru dencia: no te olvides, ni te desvies de las palabras de mi boca.

6 No la dejes, y te guardará: ámala, y te conservará.

7 Principio de sabiduría, posee la sabiduría, y con todo lo que posees adquiere la prudencia :

8 Tómala con ansia, y te ensalzará : ella te dará gloria, cuando la hubieres abrazado.

9 Dará á tu cabeza acrecentamientos de gracias, y una ínclita corona te cubrirá.

10 Escucha, hijo mio, y recibe mis palabras, para que se multipliquen los años de tu vida.

11 El camino de la sabiduria te mostraré, te guiaré por las sendas de la equidad:

12 En las cuales despues que hubieres entrado, no se estrecharán tus pasos, y corriendo no tendrás tropiezo

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7 Ahora pues, hijo mio, escúchame, y no te apartes de las palabras de mi boca.

8 Aleja de ella tu camino, y no te acerques á las puertas de su casa. 9 No des tu honra á las agenas, ni tus años á una cruel.

10 Para que no se llenen los extraños

16 Porque no duermen, si ántes no han hecho mal; y el sueño es arreba-de tus haberes, y tus trabajos esten en la tado de ellos, si no han armado alguna casa agena, zancadilla.

17 Comen el pan de la impiedad, y beben el vino de la maldad.

18 Mas la senda de los justos, como luz que resplandece, va adelante, y crece hasta el dia perfecto.

19 El camino de los impíos es tenebroso no saben donde caerán.

20 Hijo mio, escucha mis palabras, é inclina tu oreja á mis dichos.

11 Y gimas en las postrimerías, cuando hayas consumido tus carnes y ta cuerpo, y digas:

12¿Por qué aborrecí la correccion, y no se aquietó mi corazon á las reprensiones,

13 Nioí la voz de los que me enseñaban, ni incliné mi oreja á los maestros ?

14 Casi en todo lo malo me hallé, en

21 No se aparten de tus ojos, guárda-medio de la iglesia y de la synagoga. los en medio de tu corazon :

22 Porque vida son para los que los hallan, y sanidad para toda carne.

15 Bebe el agua de tu algibe, y los raudales de tu pozo :

16 Reviertan fuera tus fuentes, y en

23 Guarda tu corazon con toda cus-las plazas reparte tus aguas. todia, porque de él procede la vida.

24 Aparta de tí la lengua maligna, y los labios, que desacreditan, léjos sean de tí.

25 Tus ojos vean cosas derechas, y tus párpados vayan delante de tus pa

SOS.

26 Endereza la senda para tus piés, y todos tus caminos serán firmes.

17 Tenlas tú solo, y los extraños no tengan parte en ellas.

18 Sea bendita tu vena, y alégrate con la muger de tu mocedad:

19 Sea como cierva muy amada, y muy gracioso cervatillo. Sus cariños te inunden de alegría en todo tiempo, en su amor busca siempre tu placer.

20 Por qué, hijo mio, te dejarás engañar de la agena, y reposarás en el seno de otra ?

27 No declines á la diestra ni á la siniestra aparta tu pié de lo malo: porque el Señor conoce los caminos, que 21 El Señor mira atentamente los caestan á la derecha; y los que están á laminos del hombre, y considera todos izquierda son torcidos. Mas él ende-sus pasos. rezará tus carreras, y guiará tus caminos

en paz.

CAPITULO V.

22 Sus propias maldades prenden al impío, y es apretado con las ataduras de sus pecados.

23 El mismo morirá, porque no abraEl amor conyugal es opuesto á los amores ilici-zó la amonestacion, y se hallará engatos, que deben evitarse. ñado de su mucha locura.

IJO mio, atiende á mi sabiduría,

é

CAPITULO VI.

He inclina tu oreja á mi pru-De los fudores. Contra la pereza. De siete

dencia,

2 Para que guardes los pensamientos, y conserven tus labios la instruc

vicios, que aborrece Dios.

cion. No atiendas á la superchería de HIJO mio, si salieres fiador por tu

la muger:

3 Porque son panal, que destila miel, los labios de la ramera, y mas lustrosa que el aceite su garganta.

4 Mas los dejos de ella amargos como el axenjo, y agudos como espada de dos filos.

5 Sus piés descienden á la muerte, y sus pasos penetran hasta los infier

nos.

amigo, has empeñado con un extraño tu mano,

2 Te has enlazado con palabras de tu boca, y preso por tus propios dichos.

3 Haz, pues, lo que te digo, hijo mio, y líbrate á tí mismo; porque en mano de tu prójimo caiste. Corre á todas partes, apresúrate, despierta á tu amigo:

4 No des sueño á tus ojos, ni duer6 Por sendero de vida no andan: man tus párpados. vagos son sus pasos, é investigables.

5 Escapate como gamo de su mano, y como ave de la mano del pajarero.

6 Ve á la hormiga, ó perezoso, y considera sus caminos, y aprende sabiduría:

7 La cual no teniendo guia, ni maestro, ni caudillo,

8 Previene para sí el sustento en el estío, y en tiempo de la mies allega lo que ha de comer.

9 Hasta cuándo, perezoso, dormirás? ¿cuándo te levantarás de tu sueño?

10 Un poquito dormirás, dormitarás un poquito, un poquito cruzarás las manos para dormir ;

prójimo, no será limpio cuando la hu biere tocado.

30 No es grande culpa, cuando alguno hurtare: porque hurta para hartar su alma hambrienta:

31 Sobre esto si fuere cogido, pagará siete tantos, y dará demas todo el haber de su casa.

32 Mas el que es adúltero, por la mengua de su corazon perderá su alma: 33 Allega para sí infamia é ignominia, y el oprobrio de él no se borrará: 34 Porque el zelo y la saña del marido no perdonará en el dia de la venganza,

11 Y te vendrá la indigencia como caminante, y la pobreza como hombre 35 Ni se aquietará á ruegos de ninarmado. Mas si fueres diligente, ven-guno, ni recibirá dones en recompensa, drá como fuente tu mies, y la indigencia aunque sean muchísimos. huirá léjos de tí.

12 El hombre apóstata es un hombre inútil, camina con boca perversa,

13 Guiña con los ojos, da pataditas, habla con los dedos:

14 Con corazon bellaco maquina mal, y siembra rencillas á toda hora.

15 A este vendrá repentinamente su perdicion, y de improviso será quebrantado, y no tendrá mas remedio.

16 Seis cosas son las que aborrece el Señor, y la séptima la detesta su alma:

17 Ojos altivos, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, 18 Corazon que maquina designios pésimos, piés ligeros para correr al mal,

19 Testigo falso que profiere mentiras, y aquel que siembra discordias entre los hermanos.

CAPITULO VII.

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6 Porque desde la ventana de mi 20 Guarda, hijo mio, los mandamien-casa miré por las celosías, tos de tu padre, y no dejes la ley de tu madre.

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7 Y viendo unos párvulos, considero un mancebo insensato,

8 El cual pasa por la plaza junto á la esquina, y se anda por cerca de la casa de aquella

9 En lo obscuro, cuando ya va anocheciendo, en las tinieblas y obscuridad de la noche.

10 Y he aquí una muger que le sale al encuentro con atavío de ramera, prevenida para cazar las almas: parlera, y cantonera,

11 Sin sufrir sosiego, y que no puede tener sus piés puestos en casa,

12 Acechando unas veces fuera, otras en las plazas, otras á las esquinas.

13 Y asiendo del mancebo lo besa, y con semblante desvergonzado le acaricia, diciendo:

14 Sacrificios ofrecí por tu salud, hoy he cumplido mis votos.

15 Por esto he salido á tu encuentro, deseosa de verte, y te he hallado.

16 He encordado mi lecho, y le he

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