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21 La muerte, y la vida en mano de la lengua: los que la aman, comerán los frutos de ella.

22 Quien buena muger halla, halla un bien; y recibirá contentamiento del Señor.

Quien repudia la muger buena, desecha el bien: mas el que retiene la adúltera, es necio é impío.

23 Con plegarias hablará el pobre; y el rico responderá con aspereza.

24 El hombre amable en el trato, será amigo, mas que un hermano.

CAPITULO XIX.

17 A Dios da á logro el que hace misericordia con el pobre; y sus réditos se los dará á él.

18 Enseña á tu hijo, no desesperes : mas no intentes llegar hasta matarlo.

19 El que es impaciente, soportará el daño; y cuando lo quitare, añadirá otro. 20 Øye el consejo, y recibe la correccion, para que seas sabio en tus postrimerías.

21 En el corazon del hombre hay muchos pensamientos: mas la voluntad del Señor permanecerá.

22 El hombre necesitado es miseri

La sabiduria maestra de la verdad, de la man-cordioso; y mejor es el pobre, que el hombre mentiroso.

sedumbre y de la paciencia.

MEJOR es el pobre, que anda en su

sencillez, que el rico que frunce

sus labios, y es insensato.

2 En donde no hay ciencia del alma, no bay bien; y quien presuroso es de pies, tropezará.

3 La necedad del hombre da un traspie á sus pasos; y hierve contra Dios

en su corazon.

4 Las riquezas multiplican mucho los amigos mas del pobre aun aquellos,

que tuvo, se separan.

23 El temor del Señor es para vida; y en hartura morará, sin la visita pésima. 24 Esconde el perezoso su mano debajo del sobaco, y no la lleva á su boca.

25 Azotado el pestilencial, el necio será mas sabio: mas si corrigieres al sabio, entenderá el aviso.

26 Quien aflige al padre, y ahuyenta á su madre, es infame é infeliz.

27 No ceses, hijo, de oir la doctrina, y no ignores las palabras de ciencia. 5 El testigo falso no será sin cas- 28 El testigo inicuo se burla del tigo; y el que habla mentiras, no es-juicio y la boca de los impíos traga la eapara.

6 Muchos honran la persona del poderoso, y son amigos del que da regalos.

7 Los hermanos del hombre pobre le aborrecen asimismo los amigos se retiráron léjos de él.

Quien sigue palabras solamente, nada tendrá :

iniquidad.

29 Aparejados están los juicios para los burladores; y mazos golpeadores para los cuerpos de los necios.

CAPITULO XX.

De las cosas de que el hombre debe guardarse.
Los grandes males piden grandes remedios.

8 Mas el que es poseedor de entendi- LUXURIOSA cosa es el vino, y la

miento, ama su alma, y el guardador de prudencia hallará bienes.

9 El falso testigo no quedará sin castigo; y el que habla mentiras, perecerá. 10 Al necio no le están bien las delicias ni al siervo el dominar á los príncipes.

11 La doctrina del hombre por la paciencia se conoce; y su gloria es pasar por encima de las cosas injustas.

12 Como bramido de leon, tal es la ira del rey; y como el rocío sobre la yerba, tal tambien su jovialidad.

13 Dolor del padre, el hijo necio; y tejado con continuas goteras, la muger rencillosa.

14 Casas y riquezas los padres las dan mas muger prudente propiamente el Señor.

15 La pereza trae sueño, y el alma floja hambreará.

embriaguez tumultuaria : cualquiera que se deleita en estas cosas, no será sabio.

2 Como bramido de leon, así la ira del rey: el que lo irrita, peca contra su propia alma.

3 Honra es para el hombre, que se separa de contiendas: mas todos los insensatos se mezclan en contumelias.

4 El perezoso no quiso arar por causa del frio mendigará pues en el estío, y no le será dado.

5 Como el agua profunda, así el consejo en el corazon del varon: mas el hombre sabio lo sacará.

6 Muchos hombres son llamados misericordiosos: ¿mas un hombre fiel quien lo hallará ?

7 El justo, que anda en su sencillez, dejará despues de sí hijos dichosos.

8 El rey, que se sienta sobre el trono de justicia, con una mirada suya disipa todo mal.

16 Quien guarda el mandamiento, guarda su alma: mas quien menospre- 9 Quien puede decir: Limpio está cia su camino, incurrirá en la muerte. mi corazon, puro soy de pecado?

10 Peso y peso, medida y medida: ámbas cosas son abominables delante del Señor.

11 Por sus inclinaciones se conoce en el niño, si sus obras serán limpias y

rectas.

12 Oreja que oye, y ojo que ve, ámbas cosas bizo el Señor.

13 No ames el sueño, para que no te oprima la indigencia: abre tus ojos, y hartate de pan.

14 Malo es, malo es, dice todo comprador; y despues que se retirare, en tonces se gloriará.

15 Hay oro, y multitud de piedras preciosas; y el vaso precioso son los labios de ciencia.

16 Tómate el vestido del que salió fiador por un extraño, y quitale la prenda por las deudas agenas.

17 Sabroso es al hombre el pan de mentira: mas despues se llenará su boca de chinas.

18 Los proyectos se corroboran con los consejos, y las guerras se han de manejar con la prudencia.

19 Con aquel, que descubre los secretos, y anda con solapa, y abre mucho sus labios, no te mezcles.

20 Quien maldice a su padre y á su madre, apagada será su candela en medio de las tinieblas.

21 La herencia, que se allega con apresuracion en el principio, carecerá de bendicion en el fin.

22 No digas: Tornaré mal: espera al Señor, y te librará.

23 Abominacion es delante del Señor peso y peso: la balanza engañosa no es

buena.

24 Por el Señor son guiados los pasos del hombre: mas quien de los hombres puede entender su camino?

ཅན་

25 Ruina es al hombre devorar los antos, y despues de los votos retratarlos.

26 El rey sabio disipa los impíos, y encorva sobre ellos el arco.

27 Antorcha del Señor el espíritu del hombre, que escudriña todos los secretos del interior.

COMO

MOMO los repartimientos de las aguas, así el corazon del rey en mano del Señor: á cualquiera parte que quisiere, lo inclinará.

2 Al hombre le parecen derechos todos sus caminos: mas el Señor pesa los corazones.

3 Hacer misericordia y justicia, agrada mas al Señor, que las víctimas.

4 Altanería de ojos es hinchazon de corazon: el fanal de los impíos es el pecado.

5 Los pensamientos del fuerte siempre son en abundancia: mas todo perezoso siempre está en pobreza.

6 Quien recoge tesoros con lengua mentirosa, vano y sin juicio es, y dará en lazos de muerte.

7 Las rapiñas de los impíos los desmenguarán, porque no quisiéron hacer lo justo.

8 El camino del hombre perverso es ageno: mas el que es limpio, su obra es recta.

9 Mas vale estarse en rincon de un terrado, que en una misma casa con muger rencillosa.

10 El alma del impío desea el mal, no tendrá él compasion de su prójimo.

11 Castigado el pestilencial, quedará mas sabio el párvulo; y si siguiere al sabio, aprenderá saber.

12 El justo de la casa del impío toma pensamiento, para apartar de mal á los impíos.

13 El que cierra su oreja al clamor del pobre, el tambien clamará, y no será oido.

14 El regalo secreto apaga las iras ; y la dádiva en el seno la mayor indignacion.

15 Gozo es al justo practicar la justicia; y susto á los que obran la iniquidad.

16 El varon, que se extraviare de camino de la doctrina, irá á estar en la junta de los gigantes.

17 Quien ama banquetes, en pobreza será: quien ama el vino y el buen bocado, no se enriquecerá.

28 La misericordia, y la verdad guar-y dan al rey, y su trono se corrobora con la clemencia.

29 La alegría de los mancebos es la fuerza de ellos; y la dignidad de los

viejos son sus canas.

30 El cardenal de la herida limpia les males; y las llagas en lo mas secreto

del vientre.

CAPITULO XXI. Dios es el que todo lo gobierna: no hay cosa mejor, que agradarle, y usar bien de la razon, y de sus beneficios.

18 El impio es entregado por el justo; el inicuo por los rectos.

19 Mas vale morar en tierra yerma, que con muger rencillosa é iracunda.

20 Hay tesoro apetecible, y aceite en la morada del justo mas el hombre imprudente lo disipará.

21 El que sigue la justicia y la misericordia, hallará vida, justicia, y gloria, 22 El sabio subió á la ciudad de los fuertes, y destruyó la fortaleza de su confianza.

23 Quien guarda su boca, y su lengua, guarda su alma de angustias.

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1

24 El soberbio y arrogante es llamado necio, porque en la cólera obra con soberbia.

25 Los deseos matan al perezoso: porque no quisiéron sus manos obrar cosa alguna:

26 En todo dia codicia y desea : mas el que es justo dará, y no cesará.

27 Las víctimas de los impíos son abominables, porque son ofrecidas de la maldad.

el

28 El testigo mentiroso perecerá hombre obediente contará la victoria. 29 El hombre impio descaradamente pára firme su rostro: mas el que es recto, corrige su camino.

30 No hay sabiduría, no hay prudencia, no hay consejo contra el Señor.

31 Se previene el caballo para el dia de la batalla : mas el Señor da la salud.

CAPITULO XXII.

Que debemos mirar adelante, huir las ocasiones, y aplicarnos al trabajo.

EJOR es el buen nombre, que

Muchas riquezas: la buena gra

cia es sobre el oro y la plata.

2 Se encontráron el rico y el pobre el Señor es hacedor del uno y del otro.

:

14 Hoya profunda la boca de la muger agena: aquel con quien esté airado el Señor, caerá en ella.

15 La necedad está ligada al corazon del muchacho, y la vara de la correccion la ahuyentará.

16 Quien calumnia al pobre, para acrecentar sus riquezas, él dará al mas rico, y quedará necesitado.

17 Inclina tu oreja, y oye las palabras de los sabios: y aplica tu corazon a mi doctrina :

18 La cual te será hermosa, cuando la guardares en tu corazon, y rebosará de tus labios :

19 Para que sea en el Señor tu confianza, y por eso te la he mostrado hoy á tí tambien.

20 He aquí que te la he representado en tres maneras, con pensamientos y con la ciencia:

21 Para mostrarte la firmeza, y palabras de la verdad, á fin que respondas con estas cosas á aquellos, que te enviáron.

22 No hagas violencia al pobre, porque es pobre: ni quebrantes al necesitado en la puerta :

23 Porque el Señor juzgará su causa, 3 El prudente vió el mal, y se escon-y traspasará á los que le traspasaron el dió el simple pasó adelante, y recibió

el daño.

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9 Quien inclinado es á misericordia, será bendito porque de sus panes dió al pobre.

Victoria y honra adquirirá, quien dones da porque arrebata el alma de los que los reciben.

alma.

24 No quieras ser amigo del hombre iracundo, ni andes con el hombre furioso:

25 No sea que aprendas los senderos de él, y tomes escándalo para tu alma.

26 No estés con aquellos, que aprie tan sas manos, y que se ofrecen por fiadores de deudas:

27 Porque si no tienes con que pagar, ¿qué razon hay para que te quiten la cubierta de tu cama?

28 No traspases los términos antiguos, que pusieron tus padres.

29 Viste un hombre puntual en su obra? delante de los reyes estará, y no estará delante de los de baja esfera.

CAPITULO XXIII.

Moderacion en la mesa de los grandes: educa cion de los hijos: templanza, y constancia en el temor santo del Señor.

YUANDO te sentares á comer con

10 Echa fuera al escarnecedor, y sal- A principe, mira con atencion las drá con él la reyerta, y cesarán los pleytos y agravios.

11 Quien ama la sinceridad de corazon, por la gracia de sus labios tendrá por amigo al rey.

12 Los ojos del Señor guardan la ciencia; y son puestas bajo de los pies las palabras del inicuo.

13 Dice el perezoso: El leon está fuera, en medio de las plazas me metará,

cosas, que te han puesto delante.

2 Y pon un cuchillo en tu garganta, si es que eres dueño de tu alma.

3 No apetezcas las viandas de aquel, en quien hay pan de mentira.

4 No quieras trabajar para enriquecerte mas pon coto á tu prudencia.

5 No alzes tus ojos á las riquezas, que no puedes tener; porque ellas se

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9 No hables á las orejas de los necios porque despreciarán la doctrina de tus palabras.

10 No toques los términos de los pequeñuelos: ni entres en el campo de los huérfanos:

11 Porque fuerte es el pariente de ellos; y él juzgará la causa de ellos contra tí.

28 Acecha ella en el camino como ladron, y matará á los que viere incautos.

29 ¿A quien el ay? ¿á qué padre el ay?á quien las rencillas? ¿á quien los precipicios? ¿á quien las heridas sin causa? ¿á quien el enturbiarse los ojos?

30 Acaso no son para aquellos, que se detienen largo tiempo en el vino, y ponen su placer en agotar copas ?

31 No mires al vino cuando rojća, cuando resplandeciere su color en el vidrio él entra blandamente,

32 Mas al fin morderá como culebra, y derramará veneno como basilisco.

33 Verán tus ojos mugeres agenas, y hablará tu corazon cosas perversas.

34 Y serás como quien duerme en medio del mar, y como piloto adormecido, perdido el timon:

12 Dé entrada tu corazon á la doc- 35 Y dirás: Me azotáron, y no me trina; y tus orejas á las palabras de dolió: me arrastráron, y no lo sentí: ¿cuándo despertaré, y hallaré otra vez

ciencia.

13 No escasees al muchacho la corr-vinos? eccion: porque si le golpeares con vara, no morirá.

14 Tú le sacudirás con vara; y librarás su alma del infierno.

CAPITULO XXIV.

Gloria, prosperidad, prudencia del varon sabio.
Socorrer à los oprimidos.

15 Hijo mio, si fuere sabio tu ánimo, Nenvidies á los hombres malos, ni

mi corazon se gozará contigo:

16 Y se regocijarán mis entrañas, cuando tus labios hablaren lo recto.

17 No envidie tu corazon á los pecadores: mas todo dia está firme en el temor del Señor :

18 Porque esperanza tendrás en tu última hora, y tu esperanza no te será quitada.

19 Oye, hijo mio, y sé sabio; y endereza tu corazon en el camino.

20 No quieras hallarte en los convites de los bebedores, ni en los banquetes de aquellos, que llevan el escote de carne para comer juntos:

estar con ellos :

2 Porque su mente medita rapiñas, y sus labios hablan engaños.

3 Con la sabiduría se edificará la casa, y con la prudencia se afirmará.

4 Mediante la doctrina se henchirán las recámaras de todo haber preciado y muy hermoso.

5 El varon sabio es fuerte; y el varon docto es robusto y valiente.

6 Porque con el buen órden se conduce la guerra; y habrá salud en donde hay muchos consejos.

7 Para el necio es árdua la sabiduría: no abrirá él su boca en la puerta. 8 Quien piensa hacer males, se lla

21 Porque pasando el tiempo en be-mará necio. ber, y en dar escotes, se consumirán, y 9 El pensamiento del necio es pesu adormecimiento será vestido de an-cado; y el detractor es abominacion de drajos. los hombres.

22 Oye á tu padre, que te engendró; 10 Si perdieres la esperanza desmayy no desprecies á tu madre, cuando en-ando en el dia de la angustia, tu fortale vejeciere. za será menguada.

23 Compra verdad, y no quieras vender sabiduria, ni doctrina, ni inteligencia.

:

11 Liberta á aquellos, que son llevados á la muerte; y no ceses de librar á los que son arrastrados al degolladero.. 24 Salta de gozo el padre del justo 12 Si dijeres: No alcanzan mis fuerel que engendró al hijo sabio, se alegra-zas. el que es inspector del corazon, él rá en él. lo considera, y al guardador de tu alma nada se le esconde, y galardonará al hombre segun sus obras.

25 Gózese tu padre, y tu madre, y regocijese la que te engendró.

26 Dame, hijo mio, tu corazon; y tus ojos observen mis caminos.

27 Porque hoya profunda es la ramera; y pozo angosto, la agena.

13 Come miel, hijo mio, porque es buena, y el panal será muy dulce á tu garganta.

14 Tal tambien será la doctrina de la 583

sabiduria para tu alma: la cual en ha-STAS son tambien parábolas de Hlándola, tendrás esperanza en las postrimerías, y tu esperanza no perecerá.

15 No aceches, ni busques impiedad en la casa del justo, ni perturbes su

reposo.

16 Porque siete veces caerá el justo, y se levantará: mas los impíos se precipitarán en el mal.

17 Cuando cayere tu enemigo, no te alegres, ni se regocije tu corazon en su ruina:

18 Para que el Señor que vé esto, no se ofenda, y aparte de él su ira.

19 No entres en porfias con los perversos, ni envidies á los impíos :

20 Porque los malos no tienen esperanza de lo venidero, y la candela de los impíos se apagará.

21 Teme al Señor, hijo mio, y al rey; y no te mezcles con los detractores:

22 Porque de repente se levantará la perdicion de ellos; y el quebranto de ambos quien lo sabe?

23 Estas cosas tambien para los sabios: Tener acepcion de personas en el juicio no es bueno.

24 Nos que dicen al impio: Justo eres los maldecirán los pueblos, y los detestarán las tribus.

25 Los que lo reprenden, serán alabados; y sobre ellos vendrá la bendicion.

26 El que responde palabras rectas, dará ósculos sobre los labios.

27 Apareja de fuera tu obra, y labra cuidadosamente tu campo: para que despues edifiques tu casa.

28 No seas testigo en vano contra tu prójimo ni adules á nadie con tus labios.

29 No digas: Como él me trató á mí, así le trataré yo á él: volveré á cada uno segun su obra.

30 Pasé por el campo de un hombre perezoso, y por la viña de un hombre necio:

31 Y ví que estaba todo lleno de ortigas, y las espinas habian cubierto su superficie, y la cerca de piedras estaba destruida.

32 Lo que habiendo yo visto, puselo en mi corazon, y con este ejemplo aprendí doctrina.

33 Un poco, dije, dormirás, dormitarás otro poco, un poquito tendrás cruzadas las manos, para descansar :

34 Y te sobrevendrá la necesidad como correo, y la mendicidad como hombre armado.

CAPITULO XXV.

Gloria de los reyes, y de los particulares. cer bien aun á sus enemigos.

Salomón, que copiáron los siervos de Ezequías rey de Judá.

2 Gloria de Dios es ocultar la palabra, y gloria de los reyes indagar la sen

tencia.

3 Como el cielo en su altura, y la tierra en su profundidad, así el corazon de los reyes inescrutable.

4 Quita la escoria á la plata, y saldrá un vaso muy puro.

5 Aparta la impiedad de la presencia del rey, y será afirmado por la justicia

su trono.

6 No aparezcas jactancioso delante del rey, y no te pongas en el lugar de los magnates.

7 Porque mejor es, que te digan : Sube acá que no que seas humillado delante del príncipe.

8 Lo que viéron tus ojos, no lo digas luego en la contienda: no sea que haciendo deshonor á tu amigo, despues no lo puedas emendar.

9 Trata tu causa con tu amigo, y tu secreto no le descubras á un extraño:

10 No sea que te insulte luego que lo oyere, y no cese de echártelo en cara.

La gracia y la amistad hacen libres: guárdalas para tí, porque no caygas en desprecio.

11 Manzanillas de oro en lechos de plata, el que habla palabra á su tiempo. 12 Zarcillo de oro, y perla brillante, el que corrige al sabio, y a la oreja obediente.

13 Como frio de nieve en tiempo de siega, así el mensagero fiel á aquel, que lo envió, hace descansar su alma.

14 Nubes y viento, á que no se sigue la lluvia, es el varon jactancioso, y que no cumple lo prometido.

15 Con la paciencia se aplacará el príncipe, y la lengua blanda quebrantará la dureza.

16 Hallaste miel, come cuanto te basta, no sea que harto de ella la yomites.

17 Retira tu pié de la casa de tu vecino, no sea que harto de tí te aborr

ezca.

18 Dardo, y espada, y saeta aguda, el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio,

19 Quien espera en el desleal en el dia de la angustia, es diente podrido, y pie descoyuntado,

20 Y pierde la capa en el dia del

frio.

Vinagre en el nitro, quien canta canciones á un corazon pésimo.

Como la polilla al vestido, y la car Ha coma á la madera: así la tristeza daña, al corazon del hombre.

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