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7 Por lo cual saldrán ahora á la frente de los que irán cautivos: y se destruirá la gavilla de los lascivos.

5 Y dije: Señor Dios, ruégote, que ceses ya: ¿quién levantará a Jacob, porque está extenuado?

6 Tuvo el Señor misericordia sobre esto: Tampoco esto será, dijo el Se

8 Juró el Señor Dios por su vida, dice el Señor Dios de los ejércitos: Yo detesto la soberbia de Jacob, y aborrez-ñor Dios. co sus casas, y entregaré la ciudad con sus moradores.

9 Y si quedaren diez hombres en una casa, ellos tambien morirán.

10 Y le tomará su pariente, y le quemará para sacar fuera de casa los huesos: y dirá al que está en lo mas interior de la casa: ¿Hay aun alguno contigo?

11 Y responderá: No hay. Y le dirá Calla, y no hagas mencion del nombre del Señor.

:

12 Porque he aquí el Señor dará sus órdenes, y herirá la casa mayor con ruinas, y la casa menor con aberturas.

13¿Acaso pueden correr los caballos entre las piedras, ó puede ararse con búfalos, por cuanto trocasteis en amargura el juicio, y el fruto de justicia en ajenjo?

14 Los que os alegrais sobre la nada: los que decis: ¿ Pues no nos hemos ganado el poder por nuestra fuerza ?

15 Mas he aquí levantaré una gente sobre vosotros casa de Israél, dice el Señor Dios de los ejércitos: y os acabará desde la entrada de Emáth, hasta el arroyo del desierto. ·

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2 Y acaeció: cuando acabó de comer la yerba de la tierra, dije: Señor Dios, ruégote que tengas clemencia: ¿quién levantara á Jacob, porque está extenuado?

3 Tuvo el Señor misericordia sobre esto: No será, dijo el Señor.

4 Esto me mostró el Señor Dios: y

7 Esto me mostró el Señor: y ví, que el Señor estaba sobre un muro embarrado, y en su mano una llana de albañil.

8 Y me dijo el Señor: ¿Qué vés tú, Amós? y dije: Una llana de albañil. Y dijo el Señor: He aquí yo dejaré la llana de albañil en medio de mi pueblo de Israél: no le embarraré ya mas.

9 Y serán demolidas las alturas del ídolo, y destruidos los santuarios de Israél: y marcharé sobre la casa de Jeroboam con espada.

10 Y Amasías sacerdote de Bethél envió á Jeroboam rey de Israél, diciendo: Amós se ha conjurado contra tí en medio de la casa de Israél: no podrá la tierra soportar todas sus palabras.

11 Porque esto dice Amós: A espada morirá Jeroboam, y cautivo será transportado Israél de su tierra.

12 Y dijo Amasías á Amós: Tú que tienes visiones, vete, huye para la tierra de Judá: y come allí tu pan, y allí profetizarás.

13 Y en Bethél no tornes mas á profetizar: porque santuario es del rey, y casa es del reino.

14 Y respondió Amós, y dijo á Amasías: No soy profeta, no soy hijo de profeta; sino que yo guardo unas vacas, y voy repelando cabrahigos.

15 Y mé tomó el Señor cuando iba tras el ganado, y me dijo el Señor : Ve á profetizar á mi pueblo de Israél.

16 Y ahora escucha la palabra del Señor: Tú dices: No profetices sobre Israél, ni destiles sobre la casa del ídolo.

17 Por tanto esto dice el Señor: Tu muger fornicará en la ciudad: y tus hijos y tus hijas á cuchillo caerán, y tu tierra con cuerda será medida: y tú morirás en tierra manchada, é Israél saldrá cautivo de su tierra.

CAPITULO VIII.

El Señor en vision muestra al profeta la final y terrible ruina, que amenazaba á Is aél por sus extorsiones, avaricia, fraudes é idolatria. amenazándole al mismo tiempo de privarle de toda luz, y del consuelo de su palabra en me dio de sus mayores calamidades.

STO me mostró el Señor Dios: y

he aquí el Señor Dios llamaba el juicio Eun garabato para coger frupara fuego, y devoró un grande abismo, y consumio asimismo una parte.

tas.

2 Y dijo: ¿Qué vés tú, Amós? Ytaré á espada hasta el ínfimo de ellos : dije: Un garabato para frutas. Y me ninguno escapará. Huirán, y ninguno dijo el Señor: Venido es el fin sobre de los que huyere se salvará.

mi pueblo de Israél: no le dejaré ya 2 Si descendieren hasta el infierno, pasar mas adelante. de allí los sacará mi mano: y si subie3 Y rechinarán los quicios del tem-ren hasta el cielo, de allí los arranplo en aquel dia, dice el Señor Dios: caré. muchos morirán en todo lugar habrá 3 Y si se escondieren en la cima del largo silencio. Carmelo, los iré buscando y sacaré de allí: y si se escondieren de mis ojos en lo profundo de la mar, allí mandaré á la serpiente, y los morderá.

4 Oid esto los que oprimis al pobre, y los que haceis desfallecer á los menesterosos de la tierra,

5 Diciendo: ¿Cuando pasará el mes, y venderemos los géneros; y el sábado para abrir los graneros, para achicar la medida, y aumentar el siclo, y substituir balanzas falsas,

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6 Para hacernos dueños de los pobres con la plata, y de los necesitados con un par de sandalias, y vender las aechaduras del trigo?

7 Juró el Señor contra la soberbia de Jacob: No, no me olvidaré hasta el fin de todas las obras de ellos.

8¿ Pues qué no se estremecerá la tierra sobre esto, y no plañirá todo el que mora en ella: y saldrán todos así como un rio grande, y serán echados, y correrán como el rio de Egipto?

9 Y acaecerá en aquel dia, dice el Señor Dios: se pondrá el sol al mediodia, y haré cubrir de tinieblas la tierra en su mayor luz:

10 Y trocaré vuestras fiestas en llanto, y todos vuestros cánticos en lamento: y echaré saco sobre todas vuestras espaldas, y calvez mesadura sobre todas vuestras cabezas: y la pondré como llanto de un hijo único, y sus postrimerías como dia amargo.

11 He aquí vienen los dias, dice el Señor y enviaré hambre sobre la tierra: no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oir la palabra del Señor.

12 Y se conmoverán de mar á mar, y desde el aquilon hasta el oriente: discurrirán buscando la palabra del Señor, y no la hallarán.

13 En aquel dia desmayarán de sed las vírgenes hermosas, y tambien los mancebos.

14 Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Vive tu Dios de Dan; y vive el camino de Bersabee, y caerán, y no se levantarán jamas.

CAPITULO IX. Venganza del Señor sobre su pueblo de Israel. Su ruina y dispersion. Restablecimiento de la casa de David. Libertad y restablecimiento de los hijos de Israél.

I al Señor que estaba sobre el al

4 Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré á la espada, y los matará: y pondré mis ojos sobre ellos para daño, y no para bien.

5 Y el Señor Dios de los ejércitos, el que toca la tierra, y queda seca: y se enlutarán todos los moradores de ella: y subirá ella como todo rio, y se hundirá como el rio de Egipto.

6 El que fabrica en el cielo su subida, y fundó sobre la tierra su hacecillo: el que llama las aguas de la mar, y las derrama sobre la haz de la tierra, el Señor es su nombre.

7 Pues vosotros, hijos de Israél, no sois tales para conmigo, como los hijos de los Etiopes, dice el Señor? ¿pues no hice yo salir á Israél de tierra de Egipto: y á los Palestinos de Cappadocia, y á los Siros de Cirene?

8 He aquí los ojos del Señor están sobre el reino pecador, y lo destruiré de la haz de la tierra: no obstante destruyéndolo no destruiré del todo la casa de Jacob, dice el Señor.

9 Pues he aquí yo mandaré, y hare que la casa de Israél sea agitada entre todas las gentes, como se criba el trigo en un harnero, y no caerá en tierra ní una piedrecita.

10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo: los que dicen: No se acercará, ni vendrá el mal sobre nosotros.

11 En aquel dia levantaré el tabernáculo de David, que cayó: y repararé los portillos de sus muros, y repararé lo que habia caido: y lo reedificaré como en los dias antiguos.

12 Para que posean las reliquias de la Iduméa, y todas las naciones; porque mi nombre ha sido invocado sobre ellos: dice el Señor hacedor de estas

cosas.

13 He aquí vienen los dias, dice el Señor: y alcanzará el que ara al que siega, y el que pisa las uvas al que siembra: y los montes destilarán dulzura, y todos los collados serán cultivados.

Var, dijo: Hiere en el quicio, 14 Y levantaré el cautiverio de mi y estremézcanse los dinteles: porque pueblo de Israél: y edificarán las ciuavaricia en la cabeza de todos, y ma- dades abandonadas, y las habitarán: y

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VISION de Abdías. Esto dice Señor Dios á Edom: Nosotros hemos oido la palabra del Señor, y envió su legado á las gentes: Levantaos, y vamos contra él en batalla.

lém: tú tambien eras como uno de ellos. 12 Y no te burlarás en el dia de tu hermano, en el dia de su destierro: ni te alegrarás sobre los hijos de Judá en el dia que se perdiéron: ni se gloriará tu boca en el dia de la angustia.

13 Ni entrarás por la puerta de mi pueblo en el dia de su ruina: ni te burlarás tú tampoco de sus males en el dia de su desolacion: ni serás enviado contra su ejército en el dia de su

2 Mira que te he hecho pequeñuelo entre las naciones: tú eres desprecia- derrota. ble en extremo.

14 Ni te pararás á las salidas para 3 La soberbia de tu corazon te ha matar á los que huyeren: y á los que engreido á tí, que moras en las aber-quedaren de ellos no los encerrarás en turas de las peñas, que elevas tu asien-el dia de su tribulacion.

to que dices en tu corazon: ¿Quién 15 Porque cercano está el dia del me derribará en tierra? Señor sobre todas las gentes: así como hiciste, se hará contigo: tu galardon tornará él sobre tu cabeza.

4 Si te remontares como águila, y si pusieres tu nido entre las estrellas; de allí te derribaré, dice el Señor.

5 Si ladrones hubieran entrado á tí, si robadores de noche, ¿cómo hubieras callado? ¿no te hubieran robado lo que les bastára? si vendimiadores hubieran entrado á tí, ¿no te hubieran dejado siquiera un racimo?

6 ¿En qué modo escudriñáron á Esaú, investigáron sus escondrijos?

7 Te echaron hasta los confines: todos los varones tus aliados te se burláron se levantáron contra tí los varones de tu paz: los que comen contigo pondrán asechanzas debajo de tí: .no hay en él cordura.

8 ¿Qué acaso en aquel dia, dice el Señor, no destruiré los sabios de Iduméa, y el saber del monte de Esaú?

9 Y temerán tus valientes del mediodia, de modo que morirá todo varon en el monte de Esaú.

10 Por la mortantad, y por el agravio que hiciste á tu hermano Jacob, serás tú cubierto de confusion, y perecerás para siempre,

16 Porque de la manera que bebisteis sobre mi santo monte, beberán de continuo todas las gentes: y beberán y tragarán, y serán como si no fueren.

17 Y en el monte de Sión habrá salvamento, y será santo: y la casa de Jacob poseerá á los que la habian poseído.

18 Y será la casa de Jacob fuego, y la casa de Joseph llama, y la casa de Esaú paja seca: y se encenderán en ellos, y los consumirán: y no quedarán reliquias de la casa de Esaú, porque el Señor habló.

19 Y los que están hacia el mediodia se harán dueños del monte de Esaú, y los de las campiñas de los Filistéos: y poseerán el territorio de Efraim, y el territorio de Samaria: y Benjamin poseerá á Galaad.

20 Y el cautiverio de este ejército de los hijos de Israél, todos los lugares de los Cananéos hasta Sarepta y el cautiverio de Jerusalém, que está en el Bósforo, poseerá las ciudades del me

11 El dia que saliste contra él, quan- diodia. do los extraños llevaban cautivo su 21 Y subirán salvadores al monte de ejército, y los extraños entraban por sus Sión á juzgar el monte de Esaú: y quepuertas, y echaban suerte sobre Jerusa-dará el reino del Señor.

LA PROFECIA DE JONAS.

CAPITULO 1.

Jonas, enviado por Dios à predicar contra Ninive,huye por mary levantando el Señor una grande tempestad, los marineros descubren que Jonás era la causa de ella: él mismo lo confiesa, y por su propia sentencia es echado en la mar, y cesa la tormenta.

Y

VINO palabra del Señar á Jonás hijo de Amathi, diciendo: 2 Levántate, y ve á Nínive ciudad grande, y predica en ella: porque subió su malicia delante de mí.

mar ciendo.

se iba levantado, y embrave 12 Y les dijo: Tomadme, y echadme en la mar, y la mar se os quietará : que bien sé yo que por mí ha venido sobre vosotros esta grande tormenta.

13 Y remaban los hombres para tor nar á la tierra, y no podian: porque la mar iba subiendo, y embraveciéndose contra ellos.

14 Y clamáron al Señor, y dijéron Te rogamos, Señor, que no perezcamos por la vida de este hombre, y no hagas 3 Y se levantó Jonás para huir á caer sobre nosotros la sangre inocente: Társis de la presencia del Señor, y de- porque tú, Señor, has hecho, así como scendió á Joppe, y halló un navío que has querido.

iba á Társis y dió su flete, y entró en 15 Y tomáron á Jonás, y lo echáron el para ir con ellos á Társis huyendo en la mar: y cesó luego el furor de la del Señor.

mar.

4 Mas el Señor envió un viento recio 16 Y concibieron los hombres un en la mar: y se movió gran tormenta grande temor al Señor y ofreciéron en la mar, y el navío estaba á riesgo de víctimas al Señor, é hicieron votos. estrellarse. CAPITULO II.

5 Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamó á su Dios: y echaron eu la mar los equipages que traian en el navío para aligerarle de su peso: mas Jonás habia descendido al fondo del navío, y dormia con profùndo sueΓιο.

6 Y se llegó á él el piloto, y le dijo: ¿Cómo te estás tú con tan pesado sueno? levántate, invoca á tu Dios, si por ventura Dios cuidará de nosotros, y que no perezcamos.

7 Y dijo cada uno á su compañero: Venid, y echemos suertes, y sepamos por qué nos ha acaecido este mal. Y echáron suertes: y cayó la suerte sobre Jonás.

8 Y le dijeron: Dinos, ¿por qué nos ha acaecido este mal? ¿qué oficio tienes? ¿cuál es tu tierra, y á dónde vas? ¿o de cuál pueblo eres tú?

9 Y les dijo: Yo soy Hebréo, y yo temo al Señor Dios del cielo, que hizo la mar y la tierra.

10 Y los hombres temiéron mucho, y le dijeron: ¿Pues por qué has hecho esto? porque entendieron los hombres que huía de la cara de Dios, porque él se les habia dado á entender.

Un grande pez se traga á Jonás, en cuyo vientre hace oracion al Señor, exponiéndole su extrema afliccion: y el Señor despues de estar alli Jonas tres dias, milagrosamente le salvi y echa en tierra.

Y

TENIA dispuesto el Señor un grande pez que se tragó á Jonás: y estuvo Jonás en el vientre del pez tres dias y tres noches.

2 E hizo Jonás oracion al Señor Dios suyo desde el vientre del pez;

3 Y dijo: en mi tribulacion llámé al Señor, y me oyó: del seno del sepulcro exclamé, y oiste mi voz.

4 Y me echaste en lo profundo en el corazon de la mar, y la corriente mě cercó: todos tus remolinos, y tus ondas pasáron sobre mí.

5 Y yo dije: Arrojado he sido de la vista de tus ojos: pero aun veré otrá vez tu santo templo.

6 Me cercáron las aguas hasta el alma: el abismo me cercó, el piélago cubrió mi cabeza.

7 Descendí hasta las raices de los montes: los cerrojos de la tierra me encerráron para siempre: mas tú preservarás de la corrupcion mi vida, Señor Dios mio.

11 Y le dijeron: ¿Qué haremos de 8 Cuando mi alma se angustiaba 1, y se nos quietará la mar? porque la dentro de mí, me acordé del Señor

para que llegue á tí mi oracion á tu santo templo.

9 Los que inútilmente observan cosas vanas, abandonan su misericordia.

10 Mas yo con voz de loor te ofreceré á tí sacrificio: pagaré al Señor todo lo que he prometido por mi salud.

11 Y el Señor mandó al pez: y vomitó á Jonás en tierra.

CAPITULO III.

El Señor manda de nuero & Jonás que vaya Ninire, é intime allí su juicio. Jonás va y cumple su comision. Los Ninivitas compun gidos con su predicacion, hacen penitencia publica, y Dios revoca su amenaza.

Y

VINO otra vez palabra del Señor á Jonás, diciendo:

2 Levántate, y ve á Nínive ciudad grande y predica en ella el sermon que yo te digo.

3 Y se levantó Jonás, y partió para Ninive, segun la palabra del Señor: Y Ninive era una ciudad grande, á tres dias de camino.

4 Y comenzó Jonás á entrar en la ciudad, andando por ella un dia: y clamó, y dijo: Aun cuarenta dias, y Ninive será destruida.

5 Y los Ninivitas creyéron en Dios: y publicáron ayuno, y se vistieron de saco desde el mayor hasta el menor.

6 Y llegó la palabra hasta el rey de Ninive: y se levantó de su trono, y se despojó de su vestido, y se vistió de saco, y se sentó sobre ceniza.

7 Y dió voces y dijo en Nínive de órden del rey, y de sus principales ministros: Hombres, y bestias, y bueyes y ganados no gusten cosa alguna ni pazcan, ni beban agua.

8 Y los hombres, y las bestias vistan sacos, y clamen al Señor con ahinco, y conviertase cada uno de su mal camino, y de la iniquidad que hay en las manos de ellos.

9 ¿Quién sabe si se volverá Dios, y nos perdonará y si se aplacará del furor de su ira, y no pereceremos?

10 Y vió el Señor las obras de ellos : como se apartáron de su mal camino: y tuvo Dios misericordia acerca del mal que habia hablado que les haria, y no lo hizo.

CAPITULO IV.

Jonás, apesadumbrado en vista de la misericordia que Dios habia usado con los Ninivitas, se lamenta amargamente; pero el Señor le reprende, y con el ejemplo de una planta, que en poco tiempa se secó y pereció, le da una leccion, y corrige de su error.

Y

JONAS tuvo una grande afliccion, y se enojó:

2 Y oró al Señor, y dijo: Ruégote, Señor, no es esto lo que yo me rezelaba, cuando aun estaba en mi tierra? por esto me adelanté à huir á Társis. Porque sé que tú eres un Dios clemente y misericordioso, paciente y de mucha piedad, y que perdonas los pecados.

3 Y ahora, Señor, ruégote que me quites la vida: porque mejor me es la muerte que la vida.

4 Y dijo el Señor: ¿Crees tú que tienes razon para enojarte ?

5 Y salió Jonás de la ciudad, y se sentó frente á la puerta Oriental de la ciudad y se hizo allí una cabaña, y se estaba sentado bajo de ella á la sombra, hasta ver qué aconteceria á la ciudad.

6 Y preparó el Señor Dios una yedra, y subió sobre la cabeza de Jonás, para hacer sombra á su cabeza, y cubrirle, porque estaba muy fatigado: y Jonás tuvo muy grande gozo por aquella yedra.

7 Y al otro dia al rayar del alba envió Dios un gusano: y picó la yedra, y se secó.

8 Y cuando hubo salido el sol, hizo el Señor venir un viento caliente y abrasador: é hirió el sol sobre la cabeza de Jonás, y se abrasaba: y demandó con toda su alma la muerte, y dijo: Mejor me es morir, que vivir.

9 Y dijo el Señor á Jonás: ¿Crees tú que tienes razon para enojarte por la yedra? Y dijo: Razon tengo para estar disgustado hasta desear la muerte.

10 Y dijo el Señor: Tú te dueles por la yedra, en que no trabajaste, ni la hiciste crecer: la que en una noche nació, y en una noche pereció.

11 Y yo no perdonaré á Ninive ciudad grande, en la que hay mas de ciento y veinte mil hombres, que no disciernen lo que hay entre su derecha y su izquierda, y muchas bestias?

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