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blo pobre y menesteroso y esperarán en el nombre del Señor.

13 Las reliquias de Israél no harán injusticia, ni hablarán mentira, y no será hallada en la boca de ellos lengua engañosa porque serán ellos mismos apacentados, y sestearán, y no habrá quien los espante.

tí, el fuerte él te salvará: se gozará
sobre tí con alegría, callará por su amor,
se regocijará sobre tí con loor.

18 Yo recogeré los vanos que se ha-
bian apartado de la ley, porque tuyos
eran: para que no padezcas mas con-
fusion à causa de ellos.

19 He aquí yo mataré á todos aque

14 Da loor, hija de Sión: canta, Is-llos, que te afligiéron en aquel tiempo: raél: alégrate y gózate de todo cora- y salvaré á la que coxeaba y recogeré aquella que habia sido desechada: y zon, hija de Jerusalém. los pondré por loor, y por renombre en toda la tierra de la confusion de ellos.

15 El Señor ha borrado tu condenacion, ahuyentó tus enemigos: rey de Israel, el Señor en medio de tí, nunca mas temerás mal.

16 En aquel dia se dirá á Jerusalém : No temas: Sión, no se descoyunten tus

manos.

17 El Señor Dios tuyo en medio de

20 En aquel tiempo en que os traeré: y en el tiempo en que os recogeré: porque os daré por renombre, y por loor á todos los pueblos de la tierra, cuando tornare vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice el Señor.

LA PROFECIA DE AGGEO.
CAPITULO I.

8 Subid al monte: traed maderas, y labrad la casa: y me será agradable, y seré glorificado, dice el Señor.

El Profeta reprende el descuido de los Judios en edificar el templo del Señor: les declara, 9 Esperabais lo mas, y ved que os que por esto los habia Dios castigado los años pasados, y los exorta á que se apliquen á esta vino lo menos: y lo metisteis en vuesobra. Movidos con esta exortacion, le obe- tra casa, y yo lo disipé en un soplo: decen, y él les asegura de la asistencia y ben-¿por qué razon, dice el Señor de los ejércitos? porque mi casa está abandonada, y la prisa que mostrais cada de dia primero para su casa.

dicion de Dios.

N el año segundo de Darío rey, EN

del mes, vino palabra del Señor por mano de Aggéo Profeta á Zorobabel hijo de Salathiel, príncipe de Juda, y á Jesus, hijo de Josedéc, sumo sacerdote, diciendo:

2 Esto es lo que dice el Señor de los ejércitos: Este pueblo dice: No es llegado aun el tiempo de que la casa del Señor se edifique.

3 Y vino palabra del Señor por mano de Aggéo Profeta, diciendo :

4 Con que teneis vosotros tiempo para morar en casas artesonadas, y esta casa será desierta?

5 Y ahora esto dice el Señor de los corazones ejércitos: Poned vuestros sobre vuestros caminos.

6 Sembrasteis mucho, y encerrasteis | poco: comisteis, y no os saciasteis: bebisteis, y no os embriagasteis : os cubristeis, y no os calentasteis: y el que recogió salarios, los puso en saco

roto.

7 Esto dice el Señor de los ejércitos: Poned vuestros corazones sobre vues tros caminos:

10 Por esto se prohibió á los cielos que diesen agua para vosotros, y se prohibió á la tierra que diese su fruto:

11 Y llamé la sequedad sobre la tierra, y sobre los montes, y sobre el trigo, y sobre el vino, y sobre el aceite, y quanto produce la tierra, y sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda labor de manos.

12 Y oyó Zorobabel hijo de Salathiel, y Jesus hijo de Josedéc, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo la voz del Señor su Dios, y las palabras de Aggéo Profeta, así como el Señor su Dios le envió á ellos y temió el pueblo ante la faz del Señor.

13 Y Aggéo, uno de los enviados del Señor hablo, diciendo al pueblo : Yo soy con vosotros, dice el Señor.

14 Y movió el Señor el espíritu de Zorobabél hijo de Salathiel, príncipe de Judá, y el espíritu de Jesus hijo de Josedéc, sumo sacerdote, y el espíritu del resto de todo el pueblo y viniéron, y hacian obra en la casa del Señor de los ejércitos su Dios.

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CAPITULO II.

El Señor alienta á los Judios, que trabajaban en la fábrica del templo, con la promesa de que el Mesias entraria en él, y con la de la predicacion del Evangelio, que se anunciara por todo el mundo. A la construccion del templo preceden los castigos del Señor; y á la misma siguen sus bendiciones.

A

VEINTE y cuatro dias del mes, en el sexto mes, en el año segundo de Darío rey.

2 En el séptimo mes, á veinte y un dias del mes, vino palabra del Señor por mano de Aggéo Profeta, diciendo:

3 Habla á Zorababél hijo de Salathiél, príncipe de Judá, y á Jesus hijo de Josedéc, sumo sacerdote, y al resto del pueblo, diciendo:

4¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su primera gloria? y cuál os parece esta ahora? acaso no es ella ante vuestros ojos, así como si no fuera ?

5 Pues ahora, Zorababél, ten buen ánimo, dice él Señor y ten buen ánimo, Jesus hijo de Josedec, sumo sacerdote, y ten buen ánimo, todo el pueblo de la tierra, dice el Señor de los ejércitos y trabajad, pues yo soy con vosotros, dice el Señor de los ejércitos.

6 La palabra que concerté con vosotros cuando saliais de la tierra de Egipto y mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temais.

7 Porque esto dice el Señor de los ejércitos: Aun falta un poco, y yo conmoveré el cielo, y la tierra, y la mar, y todo el universo.

ficada en la orla de su vestido, y con su ala tocáre pan, ó vianda, ó vino, ó aceite, ú otra cosa de comer, ¿quedará acaso santificada? Y respondiendo los sacerdotes, dijeron: No.

14 Y dijo Aggéo : Si el que fuere inmundo por razon de un muerto, tocáre alguna de todas estas cosas, ¿ quedará ella inmunda? Y respondiéron los sacerdotes, y dijéron: Inmunda quedará.

15 Y respondió Aggéo, y dijo: Así este pueblo, y así esta gente delante de mí, dice el Señor, y así toda obra de las manos de ellos y todas las cosas que ofreciéron allí, serán contaminadas.

16 Y ahora poned vuestra atencion desde este dia y atrás, ántes que se pusiera piedra sobre piedra en el templo del Señor.

17 Cuando os acercabais á un monton de veinte celemines, y se tornaban diez y entrabais al lagar para sacar cincuenta cántaros, y no salian mas de veinte.

18 Os herí con viento quemador, y con añublo y con pedrisco todas las obras de vuestras manos: y no hubo entre vosotros quien se volviese á mí, dice el Señor.

19 Poned vuestra atencion desde este dia y en lo venidero, desde el dia veinte y cuatro del mes nono, desde el dia en que se echáron los cimientos del templo del Señor, parad` vuestra atencion.

20 No veis que aun no brota la siૐ miente: y que la viña, y la higuera, y el granado, y el árbol de oliva no están aun en flor? desde este dia yo daré mi

8 Y moveré todas las gentes: Y VEN-bendicion. DRA EL DESEADO de todas las gentes: y henchiré esta casa de gloria, dice el Señor de los ejércitos.

9 Mia es la plata, y mio es el oro, dice el Señor de los ejércitos.

21 Y vino palabra del Señor segunda vez á Aggéo á los veinte y cuatro dias del mes, le dijo:

22 Habla á Zorobabel príncipe de Judá, y dile: Yo moveré á una el cielo

10 Grande será la gloria de esta últi-y la tierra. ma casa, mas que la de la primera, dice 23 Y trastornaré el solio de los reinos, el Señor de los ejércitos: y en este lu-y quebrantaré la fuerza del reino de gar daré yo la paz, dice el Señor de los las gentes: y trastornaré el carro, y al que sube en él y caerán los caballos, y sus caballeros: cada uno á la espada de su hermano.

ejércitos.

11 A veinte y cuatro dias del mes nono, en el año segundo del rey Darío, vino palabra del Señor á Aggéo Profeta, diciendo:

:

24 En aquel dia, dice el Señor de los ejércitos, te tomaré, ó Zorobabel 12 Esto dice el Señor de los ejérci-hijo de Salathiel, siervo mio, dice el tos: Pregunta á los sacerdotes acerca Señor: y te pondré como un sello, porde la ley, diciendo : que á tí te escogí, dice el Señor de los 864

13 Si un hombre llevare carne santi- ejércitos.

LA PROFECIA DE ZACARIAS.

Estos son los que envió el Señor a re correr la tierra.

ñor, que estaba parado entre los mirtos, 11 Y respondiéron al ángel del Se

CAPITULO 1. Zacarias exorta á los judios á que se convierά tan al Señor, y & que no imiten á sus padres, que fueron castigados por haber despreciado los avisos de los Profetas. Propone dos vi- y dijeron: Hemos recorrido la tierra, siones, de las cuales la una representa la res-y he aquí toda la tierra está poblada, y tauracion de la Iglesia, y la otra la destruc- en reposo.

cion de sus enemigos.

EN el mes octavo del segundo año y

12 Y respondió el ángel del Señor,

dijo: Señor de los ejercitos, hasta del rey Darío, vino palabra del cuándo no te apiadarás de Jerusalém, Señor á Zacarías Profeta, hijo de Ba- y de las ciudades de Judá con las que rachias hijo de Addo, y le dijo: estás enojado? Este año es ya el septuagésimo.

2 El Señor ha estado irritado de enojo contra vuestros padres.

3 Mas les dirás á estos: Así dice el Señor de los ejércitos: Volveos á mí, dice el Señor de los ejércitos, y yo me volveré á vosotros, dice el Señor de los ejércitos.

13 Y respodió el Señor al ángel, que hablaba conmigo palabras buenas, palabras de consolacion.

14 Y díjome el ángel, que hablaba conmigo: Clama, diciendo: Esto dice el Señor de los ejércitos: Zelé á Jeru 4 No seais como vuestros padres, á salém y á Sión con grande zelo. fos que exortaban los primeros Profe- 15 Y con ira grande estoy yo enotas, diciendo: Esto dice el Señor de los jado con las naciones poderosas: porejércitos: Convertíos de vuestros malos que yo estaba algo enojado, mas ellas caminos, y de vuestros designios mal-la han agravado para mal. vados y no oyéron, ni me escucháron, dice el Señor.

16 Por tanto esto dice el Señor: me volveré hácia Jerusalém con misericor5¿ Vuestros padres en dónde están? dia: y mi casa será edificada en ella, y los Profetas vivirán acaso para dice el Señor de los ejércitos: y la plosiempre ? mada será tendida sobre Jerusalém.

6 Pues mis palabras, y mis preceptos, 17 Clama aun, diciendo: Esto dice que mandé á mis siervos los Profetas, el Señor de los ejércitos: Mas ciudades ¿por ventura no alcanzáron á vuestros aun ahundarán de bienes: y el Señor padres y se convirtiéron, y dijeron: aun consolará á Sión, y aun escogerá á Como pensó el Señor de los ejércitos Jerusalém. hacer con nosotros segun nuestros ca18 Y alcé mis ojos para mirar: y ví minos, y segun nuestras obras, así lo cuatro astas. hizo con nosotros.

19 Y dije al ángel, que hablaba con

7 A veinte y cuatro dias del mes un-migo: Qué cosas son estas? y me décimo Sabáth, el año segundo de Da- dijo: Estas son las astas, que aventáron río, vino palabra del Señor á Zacarías á Judá, y á Israél, y á Jerusalém. hijo de Barachias, hijo de Addo, Profe- 20 Y mostrome el Señor cuatro ta, y dijo:

obreros.

8 Tuve de noche una vision, y he 21 Y dije: Qué vienen á hacer esaquí un hombre montado sobre un ca- tos? Y el me respondió, diciendo: ballo bermejo, y él estaba parado en Estas son las astas, que aventáron á unos mirtos, que habia en un hondo y los varones de Judá uno por uno, y en pos de él caballos bermejos, mancha- ninguno de ellos alzó su cabeza y estos dos y blancos. viniéron para aterrarlos, para derribar 9 Y dije: ¿Qué son estos, señor las astas de las gentes, las que levantaron mio? y me dijo el ángel, que hablaba su fuerza contra la tierra de Judá á fin conmigo: Yo te mostraré, qué cosas de arruinarla.

son estas.

CAPITULO II.

10 Y respondió el hombre, que es- Gloria de Jerusalém, y muchedumbre de sug taba parado entre los mirtos, y dijo: habitadores: Dios será si muralla. 36 863

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II hh

ran castigados los enemigos de Israel. Mu-1

2 Y dijo el Señor á Satán: El Señor chos pueblos vendrán á Sión á servir al Se-te increpe, ó Satán: y te reprima el ñor, que habitará en medio de ellos.

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ñor.

7 Huye, ó Sión, tú que moras cerca de la hija de Babilonia:

8 Porque esto dice el Señor de los ejércitos: Despues de la gloria me envió á las gentes, que os despojáron : porque el que os tocare, toca la niña de mi ojo:

9 Porque he aquí yo alzo mi mano sobre ellos, y serán presa de los que fuéron sus esclavos: y conocereis, que el Señor de los ejércitos me ha enviado. 10 Da loor, y alegrate, hija de Sión: porque mira que yo vengo, y moraré en medio de tí, dice el Señor.

11 Y se allegarán muchas gentes al Señor en aquel dia, y serán mi pueblo, y moraré en medio de tí: y sabrás, que el Señor de los ejércitos me ha enviado á tí.

12 Y poseerá el Señor á Judá como á porcion suya en la tierra santificada: y escogerá aun á Jerusalém.

13 Calle toda carne ante el acatamiento del Señor: porque se ha levantado de su santa morada.

CAPITULO III.

Zacarias describe otra vision, por la que en la

Señor, que ha escogido á Jerusalém : pues no es este un tizon que ha sido sacado del fuego?

3 Y Jesus estaba vestido de ropas sucias, y estaba en pié delante del ángel.

4 El cual respondió, y habló á los que estaban en su presencia, diciendo: Quitadle las ropas sucias: Y le dijo á él: Mira que he quitado de tí tu maldad, y te he hecho vestir ropas de fiesta.

5 Y dijo: Ponedle una tiara limpia sobre su cabeza. Y pusieron una tiara limpia sobre su cabeza, y le mudáron de vestidos: y el ángel del Señor estaba en pie.

6 Y el ángel del Señor hacia esta protesta á Jesus, diciendo:

7 Esto dice el Señor de los ejércitos: Si anduvieres en mis caminos, y guardares mis observancias: tú tambien juzgarás mi casa, y guardarás mis átrios, y te daré algunos de estos que están aquí que vayan contigo.

8 Oye, Jesus, sumo Sacerdote, tu y tus amigos que moran delante de tí, porque son varones de portento. Mira que yo HARE VENIR À MI SIERVO EL

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El Señor muestra al Profeta un candelero con dos olivos, que destilaban aceite para mantener la luz de las siete lámparas de aquel candelero. Los dos olivos figuran a Jesus y Zorobabel, el cual habia de concluir la fábri· ca del templo.

Y conmigo, y me desperto, como á VOLVIO el ángel que hablaba un hombre a quien se le despierta de su sueño.

persona del Sacerdote Jesus da el Señor una 2 Y me dijo: ¿Qué es lo que tú ves? seguridad de la renovacion de su gracia para Y dije: Miré, y ví un candelero todo con su pueblo; y juntamente una promesa de de oro, y su lampara sobre la cabeza de la venida del Mesias, para fundar y purificar él, y sus siete antorchas sobre él:! su Iglesia, y hacerla gozar de la verdadera siete canales para las antorchas, que es pas y eterno reposo. taban sobre su cabeza.

ME mostró el Señor á Jesus sumo

3 Y dos olivos sobre él: uno á la derecha de la lámpara, y otro á su

Y
Sacerdote, que estaba en pié de-
lante del ángel del Señor, y Satán es- izquierda.
taba á su derecha para oponérsele.

4 Y respondí, y digo al ángel que

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hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué cosas son estas, señor mio?

5 Y respondió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Pues qué no sabes qué es esto? Y dije: No, señor mio.

6 Y respondió, y me habló, diciendo; Esta es la palabra del Señor que dice á Zorobabél: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dice el Señor de los ejércitos.

7¿Quién eres tú, ó gran monte, delante de Zorobabél? serás allanado: Y sacará la piedra primaria, é igualará su gracia á la gracia de aquel.

8 Y vino a mí palabra del Señor, diciendo:

9 Las manos de Zorobabél cimentáron esta casa, y sus manos la acabarán : y sabreis que el Señor de los ejércitos me ha enviado á vosotros.

10 Porque ¿quién despreció los dias cortos? pues se alegrarán, y verán la piedra de estaño en la mano de Zorobabél. Estos son los siete ojos del Señor, que recorren toda la tierra.

11 Y respondí, y le dije: ¿Qué son estos dos olivos á la derecha del candelero, y á la izquierda de él?

12 Y hablé segunda vez, y le dije: ¿Qué son los dos racimos de los olivos, que están junto á los dos picos de oro, en que están los canales de oro ?

13 Y me respondió, diciendo: ¿ Pues qué no sabes lo que es esto? Y dijé: No, señor mio.

14 Y dijo: Estos son dos hijos del aceite, que están delante del Dominador de toda la tierra.

CAPITULO V.

El Profeta vé un libro que vuela, sobre el cual serán juzgados los malos. Vé una muger, que se llama la impiedad, sentada sobre un raso, que se sella con una masa de plomo. Dos mugeres con alas trasládan este vasa á la tierra de Sennaar.

5 Y salió fuera el ángel que hablaba conmigo y me dijo: Alza tus ojos, y mira qué es eso que sale.

6 Y dije: Qué cosa es? Y dijo: Este es un cántaro que sale. Y dijo: Este es el ojo de ellos en toda la tierra. 7 Y ví que traian un talento de plomo, y ví á una muger sentada en medio del cántaro.

8 Y dijo: Esta es la impiedad. Y la echó en medio del cántaro, y puso la masa de plomo sobre su boca.

9 Y alcé mis ojos, y miré: y he aquí dos mugeres que salian, y viento en sus alas, y tenian alas como alas de milano : y alzaron el cántaro entre la tierra y el cielo.

10 Y dije al ángel que hablaba conmigó: ¿A dónde llevan éstas el cántaro?

11 Y me dijo: Para que le sea labrada casa en tierra de Sennaar, y quede allí sentada, y puesta sobre su basa.

CAPITULO VI.

Cuatro carrozas que salen de medio de dos mon-
tañas, y van á diversas partes del mundo.
Coronas sobre la cabeza del grande sacerdote
Jesus, y del que se llama oriente, el cual re-
edificará el templo del Señor.

Y
ME volví, y alcé mis ojos, y mire:
y he aquí cuatro carrozas que sa-
lian de entre dos montes: y estos montes
eran montes de bronce.

2 En la primera carroza habia caballos bermejos, y en la segunda carroza caballos negros,

3 Y en la tercera carroza caballos blancos, y en la cuarta carroza caballos manchados y fuertes.

4 Y respondí, y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué cosas son estas, señor mio ?

5 Y respondió el ángel, y me dijo: Estos son los cuatro vientos del cielo, que salen para estar delante del Domi

Y ME volví, y alcé mis ojos: y miré, nador de toda la tierra.

y ví un volúmen que iba volando. 2 Y me dijo: ¿Qué vés tú? Y dije: Yo veo un volúmen que vuela; y es de veinte codos de largo, y de diez codos de ancho.

3 Y me dijo: Esta es la maldicion que sale sobre la haz de toda la tierra: porque todo ladron, así como está allí escrito, será juzgado: y todo el que jura, será asimismo juzgado por él.

4 Lo sacaré, dice el Señor de los ejércitos y vendrá á la casa del ladron, y á la casa del que jura en mi hombre falsamente: y morará en medio de su casa, y la consumirá á ella, y á sus maderas, y sus piedras.

6 En la que habia caballos negros, salian hácia la tierra del aquilón y los blancos salieron en pos de ellos : : y los manchados saliéron hácia tierra del mediodia.

7 Y los que eran mas fuertes, saliéron, é intentaban ir, y correr por toda la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra: y recorriéron la tierra.

8 Y me llamó, y me habló, diciendo: He aqui los que salen hácia la tierra del aquilón hicieron reposar mi espíritu en la tierra del aquilón.

9 Y vino á mí palabra del Señor, diciendo:

10 Toma de los del cautiverio, de

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