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Ojos, y me dijo: Vé à la piscina de 30 Aquel hombre les respondió, y Siloé, y lávate. Y fuí, me lavé, y veo. dijo: Cierto que es esta cosa mara12 Y le dijeron: En dónde está villosa, que vosotros no sabeis de dónde aquel? Respondió él: No sé. es, y abrió mis ojos.

13 Lleváron á los Fariséos al que habia sido ciego.

14 Y era Sábado, cuando hizo Jesus el lodo, y le abrió los ojos.

15 Y de nuevo le preguntaban los Fariséos, cómo habia recibido la vista. Y él les dijo: Lodo puso sobre mis ojos, y me lavé, y veo.

16 Y decian algunos de los Fariséos: Este hombre no es de Dios, pues que no guarda el sábado. Y otros decian: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estos milagros? Y habia di

sension entre ellos.

17 Y vuelven á decir al ciego: ¿Y tú qué dices de aquel que abrió tus ojos? Y él dijo: Que es Profeta.

31 Y sabemos que Dios no oye á los pecadores: mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, á este

oye.

32 Nunca fué oido, que abriese alguno los ojos de uno que nació ciego. 33 Si este no fuese de Dios, no pudiera hacer cosa alguna.

34 Respondiéron, y le dijeron: ¿En pecado eres nacido todo, y tú nos enseñas? Y le echáron fuera.

35 Oyó Jesus, que le habian echado fuera y cuando le halló, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?

36 Respondió él, y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?

37 Y Jesus le dijo: Y lo has visto, y el que habla contigo, ese mismo es. 38 Y él dijo: Creo, Señor. Y pos

18 Mas los Judíos no creyéron de él, que hubiese sido ciego, y que hubiese recibido la vista, hasta que lla-trándose, le adoró. máron á los padres del que habia recibido la vista:

19 Y les preguntáron, y dijéron ¿Es este vuestro hijo, el que vosotros decís, que nació ciego? ¿Pues cómo vé ahora?

20 Sus padres les respondiéron, y dijéron: Sabemos, que este es nuestro hijo, y que nació ciego :

21 Mas no sabemos cómo ahora tenga vista: ó quién le haya abierto los ojos, nosotros no lo sabemos: preguntadlo á él: edad tiene, que hable él por sí

mismo.

22 Esto dijéron los padres del ciego, porque temian á los Judíos: porque ya habian acordado los Judíos, que si alguno confesase á Jesus por Cristo, fuese echado de la sinagoga.

23 Por eso dijeron sus padres: Edad tiene, preguntadle á él.

24 Volvieron pues á llamar al hombre, que habia sido ciego, y le dijeron: Dá gloria á Dios; nosotros sabemos que ese hombre es pecador.

25 El les dijo: Si es pecador, no lo sé: una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.

39 Y dijo Jesus: Yo vine á este mundo para juicio: para que vean los que no vén, y los que vén sean hechos ciegos.

40 Y lo oyéron algunos de los Fariséos, que estaban con él, y le dijeron: Pues qué nosotros somos tambien ciegos?

41 Jesus les dijo: Si fueseis ciegos, no tendriais pecado: mas ahora porque decís: Vemos; por eso permanece vuestro pecado.

CAPITULO X.

Propone el Señor á los Judios la parábola del bueno, y del mal pastor. Cristo es la puerta de las ovejas, y el buen pastor; el cual tiene tambien otras ovejas que conducir al mismo redil :

: y deja su vida para volverla á tomar. Los Judios quieren apedrearle, por parecerles que blasfemaba, oyéndole decir que era Ho de Dios, y una misma cosa con su Padre. Les hace ver, que su proposicion no es una blasfe biendo de entre sus manos, se retira al deQuieren prenderle. Y Jesus, sa

mia.

sierto.

26 Y ellos le dijeron: ¿Qué te hizo? EN verdad, en verdad os digo: Que ¿Cómo te abrió los ojos?

entre par la puerta en el aprisco de las ovejas, mas sube por 27 Les respondió: Ya os lo he dicho, otra parte, aquel es ladron y salteay lo habeis oído; ¿por qué lo quereis dor.

oir otra vez? ¿por ventura quereis voso- 2 Mas el que entra por la puerta, tros tambien haceros sus discípulos? pastor es de las ovejas.

28 Y le maldijéron, y dijéron: Tú seas su discípulo que nosotros somos discípulos de Moisés.

oyen su voz, y á las ovejas propias lla3 A este abre el portero, y las ovejas

ma por su nombre, y las saca. 29 Nosotros sabemos que habló Dios 4 Y cuando ha sacado fuera sus ove á Moisés: mas este no sabemos de jas, vá delante de ellas: y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

dónde sea.

5 Mas al extraño no le siguen, ántes

25 Jesus les respondió: Os lo digo,

huyen de él: porque no conocen la voz y no me creeis: las obras que yo hago de los extraños. en nombre de mi Padre, estas dan testi

6 Este proverbio les dijo Jesus.monio de mí: Mas ellos no entendiéron lo que les decia.

7 Y Jesus les dijo otra vez: En verdad, en verdad os digo, que yo soy la puerta de las ovejas.

8 Todos cuantos viniéron, ladrones son y salteadores, y no los oyéron las ovejas.

9 Yo soy la puerta. Quien por mí entráre, será salvo: y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

10 El ladron no viene, sino para hurtar, y para matar, y para destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en mas abundancia.

11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas.

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, del que no son propias las ovejas, vé venir al lobo, y deja las ovejas, y huye: y el lobo arrebata, y esparce las ovejas: 13 Y el asalariado huye, porque es asalariado, y porque no tiene parte en las ovejas.

14 Yo soy el buen pastor: y conozco mis ovejas, y las mias me conocen.

15 Como el Padre me conoce, así conozo yo al Padre: y pongo mi alma por mis ovejas.

16 Tengo tambien otras ovejas, que no son de este aprisco: es necesario que yo las traiga, y oirán mi voz, y será hecho un solo aprisco, y un pastor.

17 Por eso me ama el Padre: porque yo pongo mi alma para volverla á to

mar.

18 No me la quita ninguno: mas yo la pongo por mí mismo; poder tengo para ponerla, y poder tengo para volverla á tomar: Este mandamiento recibí de mi Padre.

19 Y hubo nuevamente disension entre los Judíos por estas palabras.

20 Y decian muchos de ellos: Demonio tiene, y está fuera de sí: ¿por qué le escuchais?

21 Otros decian: Estas palabras no son de endemoniado: ¿por ventura puede el demonio abrir los ojos de los ciegos?

22 Y se celebraba en Jerusalém la fiesta de la Dedicacion: y era invierno. 23 Y Jesus se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.

24 Y los Judíos le cercáron, y le dijéron: Hasta cuando nos acabas el alma? si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.

26 Mas vosotros no creeis, porque no sois de mis ovejas.

27 Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen :

28 Y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamas, y ninguno las arrebatará de mi mano.

29 Lo que me dió mi Padre, es sobre todas las cosas: y nadie lo puede arrebatar de la mano de mi Padre.

30 Yo y el Padre somos una cosa. 31 Entonces los Judíos tomáron piedras para apedrearle.

32 Jesus les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cual obra de ellas me apedreais ?

33 Los Judíos le respondiéron: No te apedreamos por la buena obra, sino por la blasfemia: y porque tú, siendo hombre, te haces Dios á tí mismo."

34 Jesus les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, Dioses sois?

35 Pues si llamó Dioses á aquellos, á quienes vino la palabra de Dios, y la escritura no puede faltar:

36 A mí, que el Padre santificó, y envió al mundo, vosotros decís: ¿Qué blasfemas: porque he dicho, soy Hijo de Dios?

37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creais.

38 Mas si las hago, aunque á mí no me querais creer, creed á las obras; para que conozcais, y creais que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

39 Y ellos querian prenderle : mas se salió de entre sus manos.

40 Y se fué otra vez á la otra ribera del Jordán á aquel lugar, en donde primero estaba bautizando Juan: y se estuvo allí.

41 Y viniéron á él muchos, y decian : Juan en verdad no hizo ningun milagro.

42 Mas todas las cosas que Juan dijo de éste, eran verdaderas. Y muchos creyéron en él.

CAPITULO XI.

Vuelve el Señor à Judea, y resucita á Lázaro. Muchos por este milagro creen en él y otros le denuncian á los sacerdotes y Fariséos, que convocando su sinedrio, resuelven hacerle morir. Profetiza Caifás, que Jesus debia morir, para que se salvase todo el pueblo. Jesus se retira à la ciudad de Ephrem.

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24 Marta le dice: Bien sé que rêsu citará en la resurreccion en el último dia. 25 Jesus le dijo: Yo soy la resurreccion y la vida: el que cree en mí, aunque hubiere muerto, vivirá :

26 Y todo aquel, que vive, y cree en mí, no morirá jamas. ¿Crees esto?

27 Ella le dijo: Sí Señor, yo he creido, que tú eres el Cristo el Hijo de Dios vivo, que has venido á este mundo.

28 Y dicho esto, fué y llamó en secreto á María su hermana, y dijo: El Maestro está aquí, y te llama.

29 Ella cuando lo oyó, se levantó luego, y fué á él.

30 Porque Jesus aun no habia llegado á la aldea, sino que se estaba en aquel lugar, en donde Marta habia salido

7 Y pasados estos dijo á sus discipu-á recibirle. los: Vamos otra vez á Judéa.

31 Los Judíos pues, que estaban en

8 Los discípulos le dijeron: ¿Maes-la casa con ella, y la consolaban, cuantro, ahora querian apedrearte los Judíos, do viéron que María se habia levantado y vas allá otra vez? apresurada, y habia salido, la siguieron, diciendo: Al sepulcro va a llorar allí.

9 Jesus respondió: ¿Por ventura no son doce las horas del dia? El que anduviere de dia, no tropieza, porque vé la luz de este mundo:

32 Y María cuando llegó á donde Jesus estaba, luego que le vió, se postró sus pies, y le dice: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto.

10 Mas si anduviere de noche, tro-á pieza, porque no hay luz en él.

11 Esto dijo, y despues los dijo: Lázaro nuestro amigo duerme : mas voy á dispertarle del sueño.

12 Y dijeron sus discípulos: Señor, si duerme, será sano.

13 Mas Jesus habia hablado de su muerte y ellos entendiéron que decia del dormir de sueño.

14 Entónces Jesus les dijo abiertamente: Lázaro es muerto:

15 Y me huelgo por vosotros de no haber estado allí, para que creais.

Mas vamos á él.

16 Dijo entónces Tomás, llamado Didimo, á los otros condiscípulos : Vamos tambien nosotros, y muramos con él.

17 Vino pues Jesus, y halló que habia ya cuatro dias que estaba en el sepulcro.

18 Y Betania distaba de Jerusalém como unos quince estadios.

19 Y muchos Judíos habian venido á Marta y á María, para consolarlas de su hermano.

20 Marta pues cuando oyó que venia Jesus, le salió á recibir: más María se quedó en casa.

21 Y Marta dijo á Jesus: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto:

22 Mas tambien sé ahora, que todo lo que pidieres á Dios, te lo otorgará Dios. 23 Jesus le dijo: Resucitará tu her

mane.

33 Jesus cuando la vió llorando, y que tambien lloraban los Judíos que habian venido con ella, gimió en su áni mo, y se turbó á sí mismo,

34 Y dijo: En dónde le pusisteis ? Le dicen: Ven, Señor, y lo verás. 35 Y lloró Jesus.

36 Y dijéron entónces los Judíos: Ved cómo le amaba.

37 Y algunos de ellos dijeron: Pues este, que abrió los ojos del que nació ciego, no pudiera hacer que ests no muriese?

38 Mas Jesus gimiendo otra vez er sí mismo, fué al sepulcro. Era una gruta y habian puesto una losa sobre ella.

39 Dijo Jesus: Quitad la losa. Marta, que era hermana del difunto, le dice: Señor, ya hiede, porque es muerto de cuatro dias.

40 Jesus le dijo: ¿No te he dicho, que si creyeres, verás la gloria de Dios?

41 Quitáron pues, la losa: y Jesus alzando los ojos á lo alto, dijo: Padre, gracias te doy porque me has oido.

42 Yo bien sabia que siempre me oyes: mas por el pueblo, que está al rededor, lo dije: para que crean que tú me has enviado.

43 Y habiendo dicho esto, gritó en alta voz, diciendo: Lázaro, ven fuera.

44 Y en el mismo punto salió el que habia estado muerto, atados los pies y

pues seis dias antes de la

las manos con vendas, y cubierto el JESUSua vino a Betania, en donde

rostro con un sudario. Jesus les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

45 Muchos pues de los Judíos, que citó. habia muerto Lázaro, al que Jesus resuhabian venido á ver á María y á Marta,

2 Y le diéron allí una cena: y Mar

y viéron lo que hizo Jesus, creyéron ta servia, y Lázaro era uno de los que en él. estaban sentados con él á la mesa.

46 Mas algunos de ellos se fuéron á los Fariséos, y les dijéron lo que habia hecho Jesus.

47 Y los príncipes de los sacerdotes, y los Fariséos juntáron concilio, y decian: ¿Qué hacemos, porque este hombre hace muchos milagros?

48 Si lo dejamos así, creerán todos en él y vendrán los Romanos, y arruinarán nuestra ciudad y nacion.

49 Mas uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo pontífice de aquel año, les dijo: Vosotros no sabeis nada,

50 Ni pensais que os conviene, que muera un hombre por el pueblo, y no que toda la nacion perezca.

51 Mas esto no lo dijo de sí mismo: sino que siendo sumo pontífice aquel año, profetizó, que Jesus habia de morir por la nacion,

unguento de nardo puro de gran precio, 3 Entónces María tomó una libra de los pies con sus cabellos: y se llenó la y ungió los pies de Jesus, y le enjugó casa del olor del ungüento.

4 Y dijo uno de sus discípulos, Júgar: das Iscariotes, el que le habia de entre

5 ¿Por qué no se ha vendido este ha dado á pobres ? ungüento por trescientos denarios, y se

6 Y dijo esto, no porque él cuidase y teniendo sus bolsillos, traía lo que se de los pobres: sino porque era ladron, echaba en ellos.

para el dia de mi entierro.
7 Y dijo Jesus: Dejadla que lo guarde

teneis con vosotros: mas á mí no siem-
8 Porque á los pobres siempre los
pre me teneis.

52 Y no solamente por la nacion, mas tambien para juntar en uno los hi-de Judíos, que Jesus estaba allí: y 9 Entendió pues un crecido número jos de Dios, que estaban dispersos.

53 Y así desde aquel día pensáron cómo le darian la muerte.

54 Por lo cual no se mostraba ya Jesus en público entre los Judíos, sino que se retiró á un territorio cerca del desierto á una ciudad, llamada Efrem: y allí moraba con sus discípulos.

él, sino tambien por ver á Lázaro, al
viniéron, no solamente por causa de
tos.
que habia resucitado de entre los muer-

pensáron matar tambien á Lázaro : 10 Y los príncipes de los sacerdotes 11 Porque muchos por él se separa55 Y estaba ya cerca la Pascua de ban de los Judíos, y creían en Jesus. los Judíos y muchos de aquella tierra muchedumbre de gente, que habia veni12 Y el dia siguiente una grande subiéron á Jerusalém ántes de las Pas-do á la fiesta, cuando oyéron que venia cua, para purificarse. Jesus á Jerusalém :

56 Y buscaban á Jesus: y se decian unos á otros, estando en el templo: ¿Qué os parece, de que no haya venido à la fiesta? Y los príncipes de los sacerdotes, y los Fariséos habian dado mandamiento, que si alguno sabia en dónde estaba, lo manifestase, para prenderle.

CAPITULO XII.

liéron á recibirle, y clamaban: Hosan-
13 Tomáron ramos de palmas, y sa-
na, bendito el que viene en el nombre
del Señor, el rey de Israél.

sentó sobre él, como está escrito:
14 Y halló Jesus un jumentillo, y se

15 No temas, hija de Sion: he aquí tu rey, que viene sentado sobre un pollino de una asna.

16 Esto no entendiéron sus discípulos Jesus, entonces se acordáron, que estaal principio: mas cuando fué glorificado ban estas cosas escritas de él, y que le hicieron estas cosas.

Cena el Señor en casa de Lázaro. Marta le sirve: Maria le unge con un unguento muy precioso y Júdas lo murmura. gloriosa de Jesu-Cristo en Jerusalém. DeEntrada sean verle algunos gentiles, y dice, que está 17 Y daba testimonio la mucha gente, ya cercana su glorificacion: mas que el gra-a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de que estaba con Jesus, de cuando llamó no de trigo, para que fructifique, ha de morir primero. Vos del Padre, que quiere glorifi

car su nombre. Da el santo evangelista razon, por qué muchos no creyéron en el Señor. •De la ceguedad de los Judios anunciada por Isaías. En Cristo es honrado, ó despreciado el Padre.

entre los muertos.

las gentes: porque habian oido, que él
18 Y por esto viniéron á recibirle
habia hecho este milagro :

19 Mas los Fariséos dijéron unos á
otros: ¿No veis, que nada adelanta-

mos? mirad que todo el mundo se va en pos de él.

20 Y habia allí algunos gentiles de aquellos, que habian subido á adorar en el dia de la fiesta.

21 Estos pues se llegáron á Felipe, que era de Betsaida de Galiléa, y le rogaban, diciendo: Señor, queremos ver á Jesus.

22 Vino Felipe, y lo dijo á Andres y Andres, y Felipe lo dijéron á Jesus. 23 Y Jesus les respondió, diciendo: Viene la hora, en que sea glorificado el Hijo del hombre.

24 En verdad, en verdad os digo, que si el grano de trigo, que cae en la tierra, no muriere: él solo queda: mas si muriere, mucho fruto lleva.

25 Quien ama su alma, la perderá: y quien aborrece su alma en este mundo, para vida eterna la guarda.

26 Si alguno me sirve, sígame: y en donde yo estoy, allí tambien estará mi ministro. Y si alguno me sirviere, le honrará mi Padre.

Y

27 Ahora mi alma está turbada. qué diré? Padre, sálvame de esta hora. Mas por eso he venido á esta hora.

:

del profeta Isaías, que dijo: Señor, quién ha creido á nuestro oído? ¿yá quién ha sido revelado el brazo del Señor?

39 Por esto no podian creer, porqué dijo Isaías en otro lugar:

40 Les cegó los ojos, y les endureció el corazon, para que no vean de los ojos, ni entiendan de corazon, y se conviertan, y los sane.

41 Esto dijo Isaías, cuando vió su gloria, y hablo de él.

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42 Con todo eso aun de los príncipes muchos creyéron en el mas por causa de los Fariséos no lo manifestaban, por no ser echados de la sinagoga :

43 Porque amáron mas la gloria de los hombres, que la gloria de Dios.

44 Y Jesus alzo la voz, y dijo: Quien cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me envió.

45 Y el que me vé á mí, vé á aquel que me envió.

46 Yo he venido luz al mundo: para que todo aquel que en mí cree, no permanezca en tinieblas.

47 Y si alguno oyere mis palabras, y no las guardare; no le juzgo yo. Por28 Padre, glorifica tu nombre. En-que no he venido á juzgar al mundo, tónces vino una voz del cielo, que dijo: sino á salvar al mundo. Ya lo he glorificado, y otra vez lo glorificaré.

48 El que me desprecia, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue: la 29 Las gentes que estaban allí, cuan-palabra que he hablado, ella le juzgará do oyéron la voz, decian que había sido en el dia postrimero. un trueno. Otros decian: Un ángel le ha hablado.

30 Respondió Jesus, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros.

31 Ahora es el juicio del mundo: ahora será lanzado fuera el príncipe de este mundo.

32 Y si yo fuere alzado de la tierra, todo lo atraeré á mí mismo.

33 Y decia esto, para mostrar de qué muerte habia de morir.

34 La gente le respondió: Nosotros habemos oido de la ley, que el Cristo permanece para siempre: pues cómo dices tú, conviene que sea alzado el Hijo del hombre? ¿Quién es este Hijo del hombre?

35 Jesus les dijo: Aun hay en vosotros un poco de luz. Andad, mientras que teneis luz, porque no os sorprehendan las tinieblas: Y el que anda en tinieblas, no sabe á donde vá.

49 Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dió mandamiento de lo que tengo de decir, y de lo que tengo de hablar.

50 Y sé, que su mandamiento es la vida eterna. Pues lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así lo hablo.

CAPITULO XIII.

Despues de la cena lava el Señor los pies à sus
discipulos. Los exorta con su ejemplo á ser
virse, y asistirse los unos á los otros. Declara
mas en particular á Juan quién era el
habia de entregar. Se levanta el traidor, y
que le
sale para venderle. El Señor les dice que su
gloria está cercana, por estarlo tambien su
muerte. Se despide de ellos, y les encomienda
que se amen unos á otros, dándoles esta par
única señal de ser sus discípulos. Predice &
Pedro que le negará tres veces.

ANTES del dia de la fiesta de la

36 Mientras que teneis luz, creed en la luz, para que seais hijos de luz. Esto dijo Pascua, sabiendo Jesus que era Jesus; y se fué, y se escondió de ellos. venida su hora de pasar de este mundo 37 Mas aunque habia hecho á pre-al Padre: habiendo amado á los suyos, sencía de ellos tantos milagros, no creían que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

en él :

38 Para que se cumpliese la palabra

2 Y acabada la cena, como el diablo

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