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20 Y Jesus le dice: Las raposas tie-] 2 Y he aquí le presentáron un paralitico postrado en un lecho. Y viendo Jesus la fé de ellos, dijo al paralítico: Hijo, ten confianza, que perdonados te son tus pecados.

nen cuevas, y las aves del cielo nidos: mas el hijo del hombre no tiene en donde recueste la cabeza.

21 Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, déjame ir primero, y enterrar á mi padre.

22 Mas Jesus le dice: Sígueme, y deja que los muertos entierren á sus

muertos.

23 Y entrando él en un barco, le siguieron sus discípulos:

3 Y luego algunos de los Escribas dijéron dentro de sí: Este blasfema.

4 Y como viese Jesus los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensais mal en vuestros corazones?

5 ¿Qué cosa es mas fácil, decir: Perdonados te son tus pecados; ó decir:

24 Y sobrevino luego un grande al-Levántate, y anda? boroto en la mar, de modo que las ondas cubrian el barco; mas él dormia.

25 Y se llegáron á él sus discípulos, y le despertáron diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

26 Y Jesus les dice: ¿Qué temeis, hombres de poca fe? Y levantándose al punto, mandó á los vientos y á la mar, y se siguió una grande bonanza.

27 Y los hombres se maravilláron, y decian: ¿Quién es este, que los vientos y la mar le obedecen ?

28 Y cuando Jesus hubo pasado de la otra parte del lago á tierra de los Gerasenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados, que salian de los sepulcros, fieros en tal manera, que ninguno podia pasar por aquel camino.

29 Y empezaron luego á decir á gritos: ¿Qué tenemos nosotros contigo, છે. Jesus Hijo de Dios? ¿Has venido acá á atormentarnos antes de tiempo ?

30 Y no léjos de ellos andaba una piara de muchos puercos paciendo.

31 Y los demonios le rogaban, diciendo: Si nos echas de aquí, envíanos á la piara de puercos.

6 Pues para que sepais, que el hijo del hombre tiene potestad sobre la tierra de perdonar pecados, dijo entonces al paralítico: Levántate, toma tu lecho, y vete á tu casa.

7 Y levantose, y fuese á su casa. 8 Y cuando esto viéron las gentes, temiéron, y loáron á Dios, que dió tal potestad á los hombres.

9 Y pasando Jesus de allí, vió á un hombre, que estaba sentado al Banco, llamado Matéo, y le dijo: Sígueme. Y levantándose le siguió.

10 Y acaeció que estando Jesus sentado á la mesa en la casa, vinieron muchos publicanos y pecadores, y se sentáron á comer con él, y con sus discípulos.

11 Y viendo esto los Fariséos, decian á sus discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los publicanos y pecadores?

12 Y oyéndolo Jesus: dijo: Los sanos no tienen necesidad de Médico, sino los enfermos.

13 Id pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio: 32 Y les dijo. Id. Y ellos saliéron, Porque no he venido á llamar justos, y se fuéron á los puercos, y en el mismo sino pecadores. punto toda la piara corrió impetuosa- 14 A esta sazon se llegáron á él los mente, y por un despeñadero se pre-discípulos de Juan, y le dijeron: ¿Por cipitó en la mar: y murieron en las qué nosotros y los Fariseos ayunamos aguas. muchas veces, y tus discípulos no ayu33 Y los pastores huyéron: y veni-nan? dos á la ciudad, lo contáron todo, y el 15 Y Jesus les dijo: ¿Por ventura suceso de los endemoniados. pueden estar tristes los hijos del es 34 Y salió luego toda la ciudad á en-poso, mientras que está con ellos el contrar á Jesus: y cuando le viéron, le esposo? Mas vendrán dias, en que les rogaban, que saliese de sus términos. será quitado el esposo y entonces ayu

CAPITULO IX.

narán.

16 Y ninguno echa remiendo de paño Sana el Señor á un paralitico. Murmuraciones recio en vestido viejo: porque se lleva de los Escribas. Vocacion de Matéo el Pub- cuanto alcanza del vestido, y se hace licano. Responde á los Fariséos que le calum-peor la rotura.

nian. Libra á una muger de un flujo de san- 17 Ni echan vino nuevo en odres gre. Resucita una niña, y da vista à dos cie-viejos. De otra manera, se rompen los gos. Sana á un endemoniado mudo, y obra odres, y se vierte el víno, y se pierden otros milagros. Parábola de la mies y de los los odres. Mas echan vino nuevo en trabajadores. nuevos, y así se conserva lo uno y otro.

Y

ENTRANDO en un barco, pasó
á la otra ribera, y fué á su ciudad.

lo

18 Diciéndoles él estas cosas, he aquí

un príncipe se llegó á él, y le adoró,, La mies verdaderamente es mucha, mas diciendo: Señor, ahora acaba de morir los obreros pocos.

mi hija: mas ven, pon tu mano sobre ella, y vivirá.

19 Y levantándose Jesus, le fué siguiendo con sus discípulos.

38 Rogad pues al Señor de la mies, que envie trabajadores á su mies.

CAPITULO X.

20 Y he aquí una muger, que pade-Vocacion de los doce Apóstoles. Avisos que

cia flujo de sangre doce años habia, y llegándose por detrás, tocó la orla de su vestido.

21 Porque decia dentro de sí: Si tocare tan solamente su vestido: seré

sana.

22 Y volviéndose Jesus, y viéndola, dijo: Tén confianza, hija, tu fé te ha sanado. Y quedó sana la muger desde aquella hora.

23 Y cuando vino Jesus á la casa de aquel príncipe, y vió los tañedores de flautas, y una tropa de gente, que hacia ruido, dijo:

24 Retiraos: pues la muchacha no es muerta, sino que duerme. Y se mofaban de él.

25 Y cuando fué echada fuera la gente, entró y la tomó por la mano. Y se levantó la muchacha.

:

25 Y corrió esta fama por toda aquella tierra.

27 Y pasando Jesus de aquel lugar, le siguieron dos ciegos gritando, y diciendo: Tén misericordia de nosotros, hijo de David.

28 Y llegado á la casa, viniéron á él los ciegos. Y les dice Jesus: ¿Creeis, que puedo hacer esto á vosotros? Ellos dijéron: Si Señor.

29 Entónces tocó sus ojos, diciendo: Segun vuestra fe os sea hecho.

30 Y fuéron abiertos sus ojos: y Jesus les amenazó diciendo: Mirad, que nadie lo sepa.

31 Mas ellos, saliendo de allí, lo publicáron por toda aquella tierra.

32 Y luego que saliéron, le presentáron un hombre mudo, poseido del demonio.

33 Y cuando hubo lanzado el demonio, habló el mudo, y maravilladas las gentes, decian: Nunca se vió tal cosa en Israél.

34 Mas los Fariséos decian: En virtud del príncipe de los demonios lánza los demonios.

35 Y rodeaba Jesus por todas las ciudades, y villas, enseñando en las Sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del reino, y sanando toda dolencia, y toda enfermedad.

36 Y cuando vió aquellas gentes, se compadeció de ellas: porque estaban fatigadas y decaidas, como ovejas, que no tienen pastor.

37 Entonces dice á sus discípulos:

les da el Señor. Les dice, que no ha venido a traer la paz, sino la guerra: cómo deben confesarle delante de los hombres: cómo han de llevar su Cruz: y que contará como hecho á sí mismo, lo que hicieren á otros por amor suyo.

HABIENDO convocado á sus doce discípulos, les dió potestad Y sobre los espíritus inmundos, para lanzarlos, y para sanar toda dolencia, y toda enfermedad.

2 Y los nombres de los doce Apóstoles son estos. El primero : Simon, que es llamado Pedro, y Andres su hermano.

3 Santiago de Zebedéo, y Juan su hermano: Felippe y Bartolomé: Tomás, y Matéo el Publicano: Santiago de Álféo, y Taddéo.

4 Simon Cananéo, y Judas Iscariotes, aquel que lo entregó.

5 A estos doce envió Jesus, mandándoles, y diciendo: No vayais á camino de Gentiles, ni entreis en las ciudades de los Samaritanos:

6 Mas id antes á las ovejas, que pereciéron de la casa de Israél.

7 Id, y predicad, diciendo: Que se acercó el reino de los cielos.

8 Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, lanzad demonios: graciosamente recibisteis, dad gracio

samente.

9 No poseais oro ni plata, ni dinero en vuestras fajas:

10 No alforja para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni baston: porque digno es el trabajador de su alimento.

11 Y en cualquier ciudad ó aldea en que entrareis, preguntad quien hay en ella digno: y estaos allí hasta que salgais.

12 Y cuando entreis en la casa, saludadla, diciendo: Paz sea en esta casa.

mas

13 Y si aquella casa fuere digna, vendrá sobre ella vuestra paz: sino fuere digna, vuestra paz se volverá á vosotros.

14 Y todo el que no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, al salir fuera de la casa, ó de la ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies.

15 En verdad os digo: Que será mas tolerable á la tierra de los de Sodoma, y de Gomorra en el dia del juicio, que á aquella ciudad.

16 Ved que yo os envio como ovejas en medio de lobos. Sed pues prudentes

como serpientes, y sencillos como palomas.

17 Y guardáos de los hombres. Porque os harán comparecer en sus Audiencias, y os azotarán en sus Sinagogas:

18 Y sereis llevados ante los Gobernadores, y los reyes por causa de mí, en testimonio á ellos, y á los Gentiles.

19 Y cuando os entregaren, no penseis cómo, ó qué habeis de hablar: porque en aquello hora os será dado lo que hayais de hablar.

20 Porque no sois vosotros los que hablais, sino el Espíritu de vuestro Padre, que habla en vosotros.

21 Y el hermano entregará á muerte al hermano, y el padre al hijo y se levantarán los hijos contra los padres, y los harán morir:

22 Y sereis aborrecidos de todos por mi nombre: mas el que perseverare hasta la fin, este será salvo.

23 Y cuando os persiguieren en esa ciudad, huid á la otra. En verdad os digo, que no acabareis las ciudades de Israel, hasta que venga el Hijo del Hombre.

24 No es el discípulo mas que su Maestro, ni el siervo mas que su Se

ñor.

25 Bástale al discípulo, ser como su Maestro; y al siervo, como su Señor. Si llamáron Beelzebub al padre de familias: ¿cuánto mas á sus domésticos ?

26 Pues no los temais: porque nada hay encubierto, que no se haya de descubrir, ni oculto, que no se haya de saber.

contra su padre, y á la hija contra su madre, y á la nuera contra su suegra: 36 Y los enemigos del hombre, los de su casa.

37 El que ama á padre, ó á madre mas que á mí, no es digno de mí. Y el que ama á hijo, ó á hija mas que á mí, no es digno de mí.

38 Y el que no toma su cruz, y me sigue, no es digno de mí.

39 El que halla su alma, la perderá: y el que perdiere su alma por mí, la hallará.

40 El que á vosotros recibe, á mí recibe y el que á mí recibe, recibe á aquel me envió.

41 El que recibe á un Profeta en nombre de Profeta, galardon de Profeta recibirá : y el que recibe á un justo en nombre de justo, galardon de justo recibirá.

42 Y todo el que diere á beber á uno de aquellos pequeñitos un vaso de agua fria tan solamente en nombre de discípulo: en verdad os digo, que no perderá su galardon.

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27 Lo que os digo en tinieblas, á sus doce discípulos, pasó de allí á decidlo en la luz: y lo que ois á la oreja, enseñar y predicar en las ciudades de predicadlo sobre los tejados. ellos.

28 Y no temais á los que matan el cuerpo, y no pueden matar el alma: temed antes al que puede echar el alma y el cuerpo en el infierno.

29 Por ventura no se venden dos pajarillos por un cuarto: y uno de ellos no caerá sobre la tierra sin vuestro padre ?

30 Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.

31 No temais pues: porque mejores sois vosotros que muchos pájaros.

32 Todo aquel pues que me confesáre delante de los hombres, lo confesaré yo tambien delante de mi Padre, que está en los cielos:

33 Y el que me negáre delante de los hombres, lo negaré yo tambien delante de mi Padre, que está en los cielos.

2 Y como Juan estando en la cárcel oyese las obras de Cristo, envió dos de sus discípulos,

3 Y le dijo: ¿Eres tú el que ha de venir, ó esperamos á otro?

4 Y respondiendo Jesus, les dijo: Id y contad á Juan lo que habeis oido, y

visto.

5 Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y á los pobres les es anunciado el Evangelio:

6 Y bienaventurado, el que no fuere escandalizado en mí.

7 Y luego que ellos se fuéron, comenzó Jesus á hablar de Juan á las gentes: ¿Qué salisteis á ver al desierto? una caña movida del viento?

8¿ Mas qué salisteis á ver? ¿un hom34 No penseis, que vine á meter bre vestido de ropas delicadas? Cierto paz sobre la tierra: no vine á meter los que visten ropas delicadas, en casas paz, sino espada.

reyes están.

35 Porque vine á separar al hombre 9 Mas qué salisteis á ver? ¿ un Pro

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11 En verdad os digo que entre los nacidos de mugeres no se levantó mayor que Juan el Bautista: mas el que menor es en el reino de los cielos, mayor es que él.

12 Y desde los dias de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos padece fuerza, y los que se la hacen, lo arrebatan.

13 Porque todos los Profetas y la Ley hasta Juan profetizáron :

14 Y si quereis recibir, él es aquel Elías, que ha de venir.

15 El que tiene orejas para oir, oiga. 16 Mas á quién diré que es semejante esta generacion? Semejante es á unos muchachos que están sentados en la plaza y gritando á sus iguales.

17 Dicen: Os cantamos, y no bailasteis: lloramos, y no planisteis.

18 Porque vino Juan, que ni comia, ni bebia, y dicen: Demonio tiene.

19 Vino el hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre gloton, y bededor de vino, amigo de Publicanos, y de pecadores. Mas la sabiduría ha sido justificada por sus hijos.

20 Entonces comenzó á reconvenir á las ciudades, en que fuéron hechas muy muchas de sus maravillas, de que no habian hecho penitencia.

21 ¡Ay de tí, Corozain! ¡Ay de tí, Bethsaida! que si en Tiro, y en Sidón se hubieran hecho las maravillas, que han sido hechas en vosotras, ya mucho ha que hubieran hecho penitencia en cilicio y en ceniza.

22 Por tanto os digo: Que habrá ménos rigor para Tiro y Sidón, que para vosotros en el dia del juicio.

27 Mi Padre puso en mis manos todas las cosas. Y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni conoce ninguno al Padre, sino el Hijo, y aquel á quien lo quisiere revelar el Hijo.

28 Venid á mí todos los que estais trabajados, y cargados, y yo os aliviaré. 29 Traed mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, qué manso soy, y humilde de corazon: y hallaréis reposo para vuestras almas.

30 Porque mi yugo suave es, y mi carga ligera.

CAPITULO XII.

Los Fariseos calumnian á los discipulos porque cogian espigas en dia de Sábado, y el Señor los defiende. Cura en Sábado à uno que tenia una mano seca, probando que es lícito en el dia de Sábado hacer bien al prójimo. Sana á un endemoniado ciego y mudo. A los que le pedian que hiciese un milagro en prueba de su ministerio, responde, que su Resurreccion, figurada en Jonás, seria la señal que pedian. Declara, que los que hicieren la voluntad de su Padre, serán sus hermanos, amigos y parientes.

N aquel tiempo andaba Jesus un

dos: y sus discípulos, como tuviesen hambre, comenzáron á cortar espigas, y á comer.

2 Y los Fariséos, cuando lo viéron, le dijéron: Mira que tus discípulos hacen, lo que no es lícito hacer en Sábado.

3 Pero él les dijo: ¿No habeis leido lo que hizo David, cuando él tuvo hambre, y los que con el estaban ?

4¿ Cómo entró en la casa de Dios, y comio los panes de la proposicion, que no le era lícito comer, ni á aquellos que con él estaban, sino á solos los Sacerdotes?

5 ¿O no habeis leido en la Ley, que los Sacerdotes los Sábados en el templo quebrantan el Sábado, y son sin pecado?

23 Y tú Capharnaum, por ventura te alzarás hasta el cielo? hasta el infierno descenderás. Porque si en Sodo-es ma se hubieran hecho los prodigios, que han sido hechos en tí, tal vez hubieran permanecido hasta este dia.

24 Por tanto os digo, que en el dia del juicio habra ménos rigor para la tierra de Sodoma que para tí.

6 Pues dígoos, que aquí está, el que mayor que el templo.

7 Y si supieseis qué es: Misericordia quiero, y no sacrificio: jamas condenariais á los inocentes :

8 Porque el Hijo del hombre es Señor aun del Sábado.

9 Y habiendo pasado de allí, vino á la Sinagoga de ellos.

25 En aquel tiempo respondiendo Jesus, dijo: Doy gloria á tí, Padre, 10 Y he aqui un hombre, que tenia Señor del cielo y de la tierra, porque la mano seca, y ellos por acusarle, le escondiste estas cosas á los sabios y preguntáron, diciendo: Si es lícito cuentendidos, y las has descubierto á los rar en los Sábados? párvulos.

26 Así es, Padre: porque así fué de tu agrado.

11 Y él les dijo: ? Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si esta cayere el Sábado en un hoyo,

por ventura no echará mano, y la sacará?

12 ¿ Pues cuánto mas vale un hombre que una oveja? Así que lícito es hacer bien en Sábados.

13 Entónces dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fué restituida sana como la otra.

14 Mas los Fariseos saliendo de allí, consultaban contra él, cómo le harian morir.

15 Y Jesus sabiéndolo, se retiró de aquel lugar y fueron muchos en pos de él, y los sanó á todos:

sen.

32 Y todo el que dijere palabra contra el hijo del hombre, perdonada le será: mas el que la dijere contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo, ni en el otro.

33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno : ó haced el árbol malo, y su fruto malo porque el árbol por el fruto es conocido.

34 Raza de víboras, ¿cómo podeis hablar cosas buenas, siendo malos? porque de la abundancia del corazon habla la boca.

35 El hombre bueno del buen tesoro

16 Y les mandó, que no le descubrie-saca buenas cosas: mas el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas.

17 Para que se cumpliese, lo que fué dicho por el Profeta Isaías, que dice:

18 He aquí mi siervo, que escogí, mi amado, en quien se agradó mi alma. Pondré mi espíritu sobre él, y anunciará justicia á las gentes.

36 Y dígoos, que de toda palabra ociosa, que hablaren los hombres, darán cuenta de ella en el dia del juicio.

37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

19 No contenderá, ni vozeará, ni oirá 38 Entonces le respondiéron ciertos ninguno su voz en las plazas : Escribas y Fariséos, diciendo: Maes20 No quebrará la caña que está cas-tro, queremos ver señal de tí. cada, ni apagará la torcida que humea, hasta que saque á victoria el juicio :

21 Y las gentes esperarán en su

nombre.

22 Entonces le trajéron un endemoniado, ciego y mudo, y le sanó; de modo que habló y vió.

23 Y quedaban pasmadas todas las gentes, y decian: ¿Por ventura es este el Hijo de David?

39 El les respondió diciendo: La generacion mala y adulterina señal pide: mas no le será dada señal, sino la señal de Jonás el Profeta.

40 Porque así como Jonás estuvo tres dias, y tres noches en el vientre de la ballena; así estará el Hijo del hombre tres dias, y tres noches en el corazon de la tierra.

41 Los Ninivitas se levantaron en 24 Mas los Fariséos, oyéndolo, de-juicio con esta generacion, y la condecian Este no lanza los demonios sino narán: porque hicieron penitencia por en virtud de Beelzebub príncipe de los la predicacion de Jonás. Y he aquí en demonios. este lugar mas que Jonás.

25 Y Jesus sabiendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, desolado será: y toda ciudad, ó casa dividida contra sí misma, no subsistirá.

26 Y si Satanás echa fuera á Satanás, contra sí mismo está dividido: ¿ pues cómo subsistirá su reino ?

27 Y si yo lanzo los demonios en virtud de Beelzebub, en virtud de quién los lanzan vuestros hijos? Por eso serán ellos vuestros jueces.

28 Mas si yo lanzo los demonios por el espíritu de Dios, ciertamente á vosotros ha llegado el reino de Dios.

29 ¿O cómo puede alguno entrar en la casa del fuerte, y saquear sus alhajas, si primero no hubiere atado al fuerte ? y entonces saqueará su casa.

42 La reina del Austro se levantará en juicio con esta generacion, y la condenará porque vino de los fines de la tierra á oir la sabiduria de Salomón, y he aquí mas que Salomón.

43 Cuando el espíritu inmundo ha salido de un hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no le halla.

44 Entonces dice: Me volveré á mi casa, de donde salí. Y cuando viene, hállala desocupada, barrida, y alhajada.

45 Entónces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entran dentro, y moran allí: y lo postrero de aquel hombre es peor que lo primero. Así tambien acontecerá á esta generacion muy mala.

46 Cuando estaba todavía hablando á las gentes, he aquí su madre y hermanos estaban fuera, que le querian

30 El que no es conmigo, contra mí es: y el que no allega conmigo, esparce. hablar.

31 Por tanto os digo: Todo pecado y 47 Y le dijo uno: Mira que tu mablasfemia serán perdonados á los hom-dre, y tus hermanos están fuera, y te bres, mas la blasfemia del espíritu no buscan.

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será perdonada.

48 Y él respondiendo al que le ha

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