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9 Y al bajar ellos del monte, les mandó Jesus, diciendo: No digais á nadie la vision, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

25 De los extraños, respondió Pedro. Jesus le dijo: Luego los hijos son francos.

26 Mas porque no los escandalicemos, ve á la mar, y echa el anzuelo y ef 10 Y sus discípulos le preguntáron, y primer pez que viniere, tómalo; y dijeron: Pues porqué dicen los escri-abriéndole la boca, hallarás un estabas, que Elías debe venir primero? tero: tómalo, y se lo darás por mí, y 11 Y él les respondió, y dijo: Elías por tí. en verdad ha de venir, y restablecerá todas las cosas.

12 Mas os digo, que ya vino Elías, y no le conociéron, antes hicieron con él cuanto quisiéron. Así tambien harán ellos padecer al Hijo del hombre.

13 Entonces entendiéron los discípulos, que de Juan el Bautista les habia hablado.

CAPITULO XVIII.

Enseña el Señor, que la humildad es la llare para entrar en el reino de los cielos. Expli ca cuán grande mal es, y qué castigo tan recio merece el pecado de escándalo. Propone la parábola del buen pastor, que dejando las novento y nueve ovejas, va en busca de una sola que se habia descarriado. Dice el órden que se ha de guardar en la correccion frater

na.

Da á entender á San Pedro, que hemos de perdonar siempre al que nos injuriare; lo cual amplifica con una excelente parábola.

14 Y cuando llegó á donde estaba la gente, vino á él un hombre, é hincadas las rodillas delante de él, le dijo: Señor, apiadate de mi hijo, que es luná-N aquella hora se llegaron los distico, y padece mucho: pues muchas EN cípulos á Jesus, diciendo: ¿Quién veces cae en el fuego, y muchas en el piensas que es mayor en el reino de los agua.

15 Y lo he presentado á tus discípulos, y no le han podido sanar.

cielos?

2 Y llamando Jesus á un niño, lo puso en medio de ellos :

16 Y respondiendo Jesus, dijo: ¿O 3 Y dijo: En verdad os digo, que generacion incrédula y depravada ? sino os volviereis, é hiciereis como nihasta cuándo estaré con vosotros?ños, no entrareis en el reino de los hasta cuándo os sufriré? Traédmelo

acá.

17 Y Jesus lo increpó, y salió de él el demonio, y desde aquella hora fué sano el mozo.

18 Entonces se llegáron á Jesus los discípulos aparte, y le dijeron: ¿Por qué nosotros no le pudimos lanzar ?

19 Jesus les dijo: Por vuestra poca fé. Porque en verdad os digo, que si tuviereis fé, cuanto un grano de mostaza, direis á este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.

20 Mas esta casta no se lanza sino por oracion y ayuno.

cielos.

4 Cualquiera pues que se humillare como este niño, este es el mayor en el reino de los cielos.

5 Y el que recibiere á un niño tal en mi nombre, á mí recibe.

6 Y el que escandalizare á uno de estos pequeñitos, que en mí creen, mejor le fuera que colgasen á su cuello una piedra de molino de asno, y le anegasen en el profundo de la mar.

7 ¡Ay del mundo por los escándalos! Porque necesario es que vengan escándalos mas ay de aquel hombre, por quien viene el escándalo.

8 Por tanto si tu mano, ó tu pie te 21 Y estando ellos en la Galiléa, les escandaliza, córtale, y échale de tí: dijo Jesus: El Hijo del hombre ha porque mas te vale entrar en la vida de ser entregado en manos de los hom-manco ó cojo, que teniendo dos manos bres: ó dos pies, ser echados en el fuego

22 Y lo matarán, y resucitará al ter-eterno. cero dia. Y ellos se entristeciéron en extremo.

23 Y como llegáron á Cafarnaum, viniéron á Pedro los que corbaban los didrachmas, y le dijeron: ¿ Vuestro Maestro no paga los didrachmas ?

24 Dijo: Si. Y entrando en la casa, Jesus le habló primero diciendo ¿Qué te parece, Simon? Los reyes de la tierra de quién cobran el tributo ó el censo? ¿ De sus hijos, ó de los extraños?

9 Y si tu ojo te escandaliza, sácale, y échale de tí: porque mejor te es entrar en la vida con un solo ojo, que tener dos ojos, y ser echado en la gehenna del fuego.

10 Mirad que no tengais en poco á uno de estos pequeñitos: porque os digo, que sus ángeles en los cielos siempre ven la cara de mi padre, que está en los cielos.

11 Porque el Hijo del hombre vino á salvar lo que habia perecido.

12¿Qué os parece? Si tuviere algu-pañero, le rogaba, diciendo: Ten cien ovejas, y se descarriare una de un poco de paciencia, y todo te lo paellas; ¿por ventura no deja las noventa gare. y nueve en los montes, y va á buscar aquella, que se extravió?

13 Y si aconteciere el hallarla: dígoos en verdad, que se goza mas con ella, que con las noventa y nueve, que no se extraviáron.

14 Así no es la voluntad de vuestro Padre, que está en los cielos, que perezca uno de estos pequeñitos.

15 Por tanto si tu hermano pecare contra tí, ve, y corrígele entre tí y él solo. Si te oyere, ganado habrás á tu hermano.

16 Y si no te oyere, toma aun contigo uno o dos, para que por boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra.

30 Mas él no quiso sino que fué, y le hizo poner en la cárcel, hasta que pagase lo que le debia.

31 Y viendo los otros siervos sus compañeros lo que pasaba, se entristeciéron mucho: y fuéron á contar á su señor todo lo que habia pasado.

32 Entonces le llamó su señor, y le dijo: Siervo malo, toda la deuda te perdoné, porque me lo rogaste:

33¿ Pues no debias tú tambien tener compasion de tu compañero, así como yo la tuve de tí?

34 Y enojado su señor le hizo entregar á los atormentadores, hasta que pagase todo lo que debia.

35 Del mismo modo hará tambien con vosotros mi Padre celestial, si no co-perdonareis de vuestros corazones cada uno á su hermano.

17 Y si no los oyere, dilo á la Iglesia. Y si no oyere á la Iglesia, tenfo mo un gentil, y un publicano.

18 En verdad os digo, que todo aquello que ligareis sobre la tierra, ligado será tambien en el cielo y todo lo que desatareis sobre la tierra, desatado será tambien en el cielo.

19 Digoos otrosí, que si dos de vosotros se convinieren sobre la tierra, de toda cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre, que está en los cielos.

20 Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos.

21 Entonces Pedro llegándose á él, dijo: ¿ Señor, cuantas veces pecará mi hermano contra mí, y le perdonaré ? ¿hasta siete veces?

22 Jesus le dice: No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete

veces.

23 Por esto el reino de los cielos es comparado á un hombre rey, que quiso

entrar en cuentas con sus siervos.

24 Y habiendo comenzado á tomar las cuentas, le fué presentado uno, que le debia diez mil talentos.

25 Y como no tuviese con que pagarlos, mandó su señor que fuese vendido él, y su muger, y sus hijos, y cuanto tenia, y que se le pagase.

26 Entonces el siervo, arrojándose á sus pies, le rogaba, diciendo: Señor, espérame, que todo te lo pagaré.

27 Y compadecido el señor de aquel siervo, le dejó libre, y le perdonó la deuda.

28 Mas luego que salió aquel siervo, halló á uno de sus consiervos, que le debia cien denarios: y travando de él, le queria ahogar, diciendo: Paga lo que me debes.

29 Y arrojándose á sus pies su com

CAPITULO XIX. Enseña el Señor, que es indisoluble el lazo del matrimonio, y que solo hay una causa para la separacion ó divorcio. Otra vez vuelve a po-~ ner á los niños por ejemplo, de los que han de entrar en el cielo. Enseña cuál es el camino de la perfeccion, y del cielo; y cuan grande impedimento son las riquezas para lo uno y para lo otro. Concluye diciendo el premio incomparable que tendrán, los que por su nombre dejaren todas las cosas.

Y ACONTECIO, que cuando Jesus hubo acabado de decir estas palabras, se fué de la Galiléa, y pasó á los confines de la Judéa de la otra parte del Jordán,

2 Y le siguieron muchas gentes, y los sanó allí.

3 Y se llegáron á él los Fariséos tentándole, y diciendo: ¿Es lícito á un hombre repudiar á su muger por cualquiera causa ?

4 El respondió, y les dijo: ¿No habeis leido, que el que hizo al hombre desde el principio, macho y hembra los hizo? y dijo:

5 Por esto dejará el hombre padre, y madre, y se ayuntará á su muger, y se, rán dos en una carne.

6 Así que ya no son dos, sino una carne. Por tanto lo que Dios juntó, el hombre no lo separe.

7 Dícenle: Pues por qué mandó Moisés dar carta de divorcio, y repu diarla?

8 Les dijo: Porque Moisés por la dureza de vuestros corazones os permitió repudiar á vuestras mugeres mas al principio no fué así.

9 Y dígoos, que todo aquel que repu

diare a su muger, sino por la fornicacion, | seguido: ¿qué es pues, lo que tendre y tomare otra, comete adulterio y el mos? que se casare con la que otro repudió, comete adulterio.

10 Sus discípulos le dijeron: Si así es la condicion del hombre con su muger, no conviene casarse.

11 El les dijo: No todos son capaces de esto, sino aquellos á quienes es dado. 12 Porque hay castrados, que así pac'éron del vientre de su madre y hay castrados, que lo fuéron por los hombres y hay castrados, que á sí mismos se castráron por amor del reino de los Cielos. El que puede ser capaz, séalo.

13 Entonces le presentáron unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase: mas los discípulos los

renian.

14 Y Jesus les dijo: Dejad á los niños, y no los estorbeis de venir á mí: porque de los tales es el reino de los cielos.

15 Y cuando les hubo impuesto las manos, se fué de allí.

16 Y vino uno, y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para conseguir la vida eterna?

17 El le dijo: ¿Por qué me preguntas de bien? Solo uno es bueno, que es Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

18 El le dijo: ¿Cuáles? Y Jesus le dixo: No matarás: No adulterarás: No hurtarás: No dirás falso testimonio:

19 Honra á tu padre, y á tu madre; y amarás á tu prójimo como á tí mismo. 20 El mancebo le dice: Yo he guardado todo eso desde mi juventud: ¿qué me falta aun ?

21 Jesus le dijo: Si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes, y dalo á los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo: y ven, sígueme:

22 Y cuando oyó el mancebo estas palabras, se fué triste: porque tenia muchas posesiones.

28 Y Jesus les dijo: En verdad os digo, que vosotros, que me habeis seguido, cuando en la regeneracion se sentará el Hijo del hombre en el trono vosotros sobre doce sillas, para juzgar á de su magestad, os sentaréis tambien las doce tribus de Israél.

hermanos, ó hermanas, ó padre, ó madre, 29 Y cualquiera que dejare casa, ó ó muger, ó hijos, ó tierras por mi nom bre, recibirá ciento por uno, y poseerá la vida eterna.

30. Mas muchos primeros, serán pos treros y postreros, primeros.

Declara el Señor por medio de una parabola la
CAPITULO XX.
que dijo en el último versículo del capítulo
precedente. Llegando cerca de Jerusaléņ
explica á sus discipulos las circunstancias de
su muerte, y de su resurreccion. A la pre
tension de la madre de los hijos de Zebedéo
responde con admirable doctrina, enseñándolos
á humillarse, á que ántes bien sirvan, que
pretendan ser servidos. Cura á dos ciegos
junto á Jericó.

SEMEJ

EMEJANTE es el reino de los lias, que salió muy de mañana á ajustar cielos á un hombre padre de fami trabajadores para su viña.

bajadores darles un denario por dia, los 2 Y habiendo concertado con los tra envió á su viña.

3 Y saliendo cerca de la hora de tercia, vió otros en la plaza, que estaban ociosos.

mi viña, y os daré lo que fuere justo.
4 Y les dijo: Id tambien vosotros á

5 Y ellos fuéron. Volvió á salir cerca de la hora de sexta y de nona, é hizo lo mismo.

6 Y salió cerca de la hora de vísperas, dijo: y halló otros, que se estaban allí, y les ociosos? Qué haceis aquí todo el dia

Dice

23 Y dijo Jesus á sus discípulos: En ninguno nos ha llamado á jornal. 7 Y ellos le respondiéron: Porque verdad os digo, que con dificultad entra-les: Id tambien vosotros á mi viña. rá un rico en el reino de los cielos. 24 Y además os digo: Que mas fácil de la viña á su mayordomo: Llama los 8 Y al venir la noche, dijo el dueño cosa es pasar un camello por el ojo de trabajadores, y págales su jornal, couna aguja, que entrar un rico en el reino menzando desde los postreros hasta los de los cielos. primeros.

25 Los discípulos, cuando oyéron estas palabras, se maravilláron mucho, y dijeron: Pues quién podrá salvarse? 26 Y mirándolos Jesus, les dijo: Esto es imposible para los hombres: mas para Dios todo es posible.

27 Entónces tomando Pedro la palabra, le dijo: He aquí, que nosotros todo lo hemos dejado, y te habemos

ido cerca de la hora de vísperas, recibió 9 Cuando viniéron los que habian cada uno su denario.

creyéron, que les darian mas: pero no
10 Y cuando llegáron los primeros,
recibió sino un denario cada uno.

el padre de familias,
11 Y tomándole murmuraban contra

12 Diciendo: Estos postreros sola

una hora han trabajado, y los has hechosaba, y comenzáron á gritar diciendo: iguales á nosotros, que hemos llevado el Señor, Hijo de David, tén misericordia peso del dia, y del calor. de nosotros.

13 Mas él respondió á uno de ellos, y le dijo: Amigo, no te hago agravio ¿no te concertaste conmigo por un denario?

14 Toma lo que es tuyo, y vete: pues yo quiero dar á este postrero tanto como

á tí.

15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero? ¿Acaso tu ojo es malo, porque yo soy bueno ?

16 Así serán los postreros, primeros; y los primeros, postreros: porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos.

17 Y subiendo Jesus á Jerusalém, tomó aparte á los doce discípulos, y les dijo:

18 Ved que subimos á Jerusalém, y el Hijo del hombre será entregado á los príncipes de los sacerdotes, y á los eseribas, le condenarán á muerte,

19 Y le entregarán á los Gentiles para que le escarnezcan, y azoten, y crucifiquen; mas al tercero dia resucitará.

20 Entonces se acercó á él la madre de los hijos del Zebedéo con sus hijos, adorándole, y pidiéndole alguna

cosa.

31 Y la gente los reñia para que callasen. Pero ellos alzaban mas el grito, diciendo: Señor, Hijo de David, tén misericordia de nosotros.

32 Y Jesus se paró, y los llamó, y dijo: ¿Qué quereis que os haga?

33 Señor, le respondiéron: que sean abiertos nuestros ojos.

34 Y Jesus compadecido de ellos, les tocó los ojos. Y viéron en el mismo instante, y le siguieron.

CAPITULO XXI

Entra Jesus en triunfo en Jerusalém. Echa del templo á los que estaban en él vendiendo, y cura allí cojos y ciegos. Responde á los principes de los sacerdotes y doctores de la ley, que se indignáron de oir las aclamaciones que le daban unos niños. Se seca una higuera, á la cual el Señor echó su maldicion. Los sumos sacerdotes y el senado de Jerusalém le piden cuenta de sus obras, y poder con que las hacia; y el Señor por medio de una parábola les muestra su rebeldía á Dios con color de santidad; y con otra satisface à su pregunta, dándoles à entender lo que habian de ejecutar con él, y el castiga que sobre ellos vendria.

CUANDO se acercáron á Jerusa

21 El le dijo: ¿Qué quieres? Ella Ylem, y llegaron a Bethphage al

le dijo: Di que estos mis dos hijos se sienten en tu reino, el uno á tu derecha, y el otro á tu izquierda.

22 Y respondiendo Jesus, dijo: No sabeis lo que pedis. Podeis beber el cáliz, que yo he de beber? Dícenle: Podemos.

23 Díjoles: En verdad bebereis mi cáliz mas el estar sentados á mi derecha ó á mi izquierda, no me pertenece á mí darlo á vosotros, sino á los que está preparado por mi Padre.

24 Y cuando los diez oyéron esto, se indignáron contra los dos hermanos.

25 Mas Jesus los llamó a si, y dijo: Sabeis que los príncipes de las gentes avasallan á sus pueblos: y que los que son mayores, ejercen potestad sobre ellos.

26 No será así entre vosotros: mas entre vosotros todo el que quiera ser mayor, sea vuestro criado:

27 Y el que entre vosotros quiera ser primero, sea vuestro siervo.

28 Así como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en redencion por muchos. 29 Y saliendo ellos de Jericó, le siguió mucha gente,

30 Y he aquí dos ciegos sentados junto al camino, oyéron que Jesus pa

monte del Ŏlivar: envió entonces Jesus á dos discípulos,

2 Diciéndoles: Id á esa aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallareis una asna atada, y un pollino con ella: desatadla, y traédmelos:

3 Y si alguno os dijere alguna cosa, respondedle que el Señor los ha menester: y luego los dejará.

4 Y esto todo fué hecho, para que se cumpliese lo que habia dicho el Profeta, que dice:

5 Decid á la hija de Sión: He aquí tu Rey viene manso para tí, sentado sobre una asna, y un pollino hijo de la que está bajo de yugo.

6 Y fuéron los discípulos, é hicieron como les habia mandado Jesus.

7 Y trajeron la asna, y el pollino: y pusieron sobre ellos sus vestidos, y le hicieron sentar encima.

8 Y una grande multitud de pueblo. tendió tambien sus ropas por el camino : y otros cortaban ramos de los árboles, y los tendian por el camino:

9 Y las gentes que iban delante, y las que iban detras, gritaban, diciendo: Hosanna al Hijo de David: bendito, el que viene en el nombre del Señor: Hosanna en las alturas.

10 Y cuando entró en Jerusalém, se

conmovió toda la ciudad, diciendo: las gentes: porque todos miraban a ¿Quién es este?

11 Y los pueblos Jesus el Profeta de Nazarét de Galiléa.

Juan como un Profeta.

decian: Este es 27 Y respondieron á Jesus, diciendo: No sabemos. Y les dijo él mismo: Pues ni yo os digo, con qué potestad hago estas cosas.

12 Y entró Jesus en el templo de Dios, y echaba fuera todos los que vendían y compraban en el templo; y trastornó las mesas de los banqueros, y las sillas de los que vendian palomas:

13 Y les dice: Escrito está: Mi casa, casa de oracion será llamada: mas vosotros la habeis hecho cueva de Jadrones.

14 Y viniéron á él ciegos, y cojos en el templo, y los sanó.

15 Y cuando los príncipes de los sacerdotes, y los escribas viéron las maravillas que habia hecho, y los muchachos en el templo gritando, y diciendo: Hosanna al Hijo de David: se indignáron,

16 Y le dijeron: Oyes lo que dicen estos? Y Jesus les dijo: Sí. Nunca leisteis, que de la boca de los niños, y de los que maman sacaste perfecta alabanza?

17 Y dejándolos, se fué fuera de la ciudad á Betania; y se estuvo allí.

18 Y por la mañana, cuando volvia á la ciudad, tuvo hambre.

19 Y viendo un árbol de higuera junto al camino, se acercó á ella: y no hallando en ella sino hojas solamente, le dijo: Nunca jamas nazca fruto de tí. Y se secó al punto la higuera.

20 Y viéndolo los discípulos, se maravilláron, y decian: ¿Cómo se secó al instante?

21 Y respondiendo Jesus, les dijo: En verdad os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no tan solamente hareis esto de la higuera, mas aun si dijereis á este monte: Quítate, y échate en la mar, será hecho.

22 Y todas las cosas que pidiereis en la oracion, creyendo, las tendreis.

28 Mas qué os parece? Un hombre tenia dos hijos, y llegando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy, y trabaja en mi viña.

29 Y respondiendo él, le dijo: No quiero. Mas despues se arrepintió, y fué.

30 Y llegando al otro, le dijo del mismo modo: y respondiendo él, dijo : Voy, señor; mas no fué.

31¿ Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Dicen ellos: El primero. Jesus les dice: En verdad os digo, que los publicanos, y las rameras os irán delante al reino de Dios.

32 Porque vino Juan á vosotros en camino de justicia, y no le creisteis. Y los publicanos y las rameras le creyéron: y vosotros, viéndole ni aun hicisteis penitencia despues, para creerle.

33 Escuchad otra parábola: Habia un padre de familias, que plantó una viña, y la cercó de vallado, y cavando hizo en ella un lagar, y edificó una torre, y la dió á renta á unos labradores, y se partió léjos.

34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos á los labradores, para que percibiesen los frutos de ella.

15 Mas los labradores, echando mano de los siervos, hiriéron al uno, matáron al otro, y al otro le apedreáron.

36 De nuevo envio otros siervos en mayor número que los primeros; y los tratáron del mismo modo.

37 Por último les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto á mi hijo.

38 Mas los labradores, cuando viéron al hijo, dijéron entre sí: Este es el heredero, venid, matémosle, y tendremos su herencia.

39 Y travando de él, le echáron fuera de la viña, y le matáron.

40 Pues cuando viniere el señor de la viña, ¿qué hará á aquellos labradores?

23 Y habiendo ido al templo, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se llegáron á él á sazon que estaba enseñando, y le diJéron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas?¿Y quién te dió esta potestad? 24 Respondiendo Jesus les dijo: 41 Ellos dijéron: A los malos desQuiero yo tambien preguntaros una pa- truirá malamente: y arrendará su viña labra: y si me la dijereis, yo tambien á otros labradores, que le paguen el os diré, con qué potestad hago estas fruto á sus tiempos.

cosas.

25 El bautismo de Juan de dónde era? ¿ del cielo, ó de los hombres? Y ellos pensaban entre sí, diciendo:

26 Si dijéremos, del cielo, nos dirá: Pues por qué no le creisteis? Y si dijéremos, de los hombres, tememos

42 Jesus les dice: ¿Nunca leisteis en las escrituras: La piedra, que desecháron los que edificaban, esta fué puesta por cabeza de esquina? Por el Señor fué esto hecho, y es cosa maravillosa en nuestros ojos:

43 Por tanto os digo, que quitado os

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