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de España, copiado de un códice de el Escorial; repite que el historiador Moret, que trató de propósito esta materia despues de haber consultado los archivos, y á cuyo buen juicio y espíritu investigador hacen justicia los mismos que difieren de sus opiniones, sienta como cosa incontestable, que el Fuero de Sobrarbe no pudo redactarse hasta fines del siglo XI, en tiempo de D. Sancho Ramirez; y despues de traer á la memoria estos elocuentes recuerdos, sienta como propia opinion, que los vascones del Pirineo y montañeses de Jaca, viéndose acometidos por los moros, y con noticia de la resistencia que á los mismos opusieron los cristianos de Asturias, se unieron y aliaron más estrechamente de lo que ántes estaban, y reconociendo la necesidad de elegir un caudillo que los gobernara en la paz y er. la guerra, y obrando conformes á su espíritu de independencia y á sus costumbres, impusieron á este jefe, bien se llamara García Jimenez, bien Iñigo Arista, bien García Iñiguez, ó bien Sancho Garcés, ciertos pactos y condiciones que creyeron necesarios para conservar sus libertades y para que el Gobierno que se iban á dar, no degenerara en un despo

tismo, como el de los últimos Monarcas godos, cuya memoria tuvieron acaso presente. No creemos que para esto fuese necesario tal grado de ilustracion como el que para algunos modernos parece exigir la redaccion de aquellos Fueros; bastaba para dictarlos el sentimiento de libertad y de independencia, que era como innato en aquellos rústicos montañeses.

Tenemos, pues, por cierta la existencia de un pacto entre los pueblos aragoneses y navarros, todos vascones en aquel tiempo, y sus primeros reyes, cuyo pacto se llamaría entónces ó despues Fuero de Sobrarbe. Y así como convenimos en que aquellos primeros soberanos, más que verdaderos Monarcas, serian los caudillos militares, á quienes aquellos pueblos tambien guerreros confiaran el ejercicio de un poder mixto de legislativo, judicial y militar, así tambien convendremos en que los referidos Fueros, ó no se escribieron en el principio, supliendo el juramento á la escritura, ó si se consignaron por escrito, perdiéronse en aquella época de turbulencias y de guerras, quedando acaso mejor retenidos en la memoria tradicional que en las diferentes copias que de ellos.

nos han conservado diversos autores, las cuales, en opinion del juicioso Yanguas, con la cual concordamos, han sido variadas y adieionadas, no existiendo ya el primitivo Fuero. Ya sostuvo en 1860 D. Tomás Muñoz y Romero, en su discurso de recepcion en la Academia (1), al examinar algunos puntos interesantes de la historia de la Edad Media, que el supuesto Fuero de Sobrarbe es coleccion de orígen privado, cuya autenticidad no excede de fines del siglo xin, segun prueba su propio lenguaje, el espíritu de las leyes que inserta y el de las costumbres que refiere.

Impugnó las afirmaciones del historiador Moret el P. Fr. Domingo de la Ripa en su obra sobre la antigüedad del reino de Sobrarbe, citando en su apoyo las opiniones de Blancas, Briz Martinez, Morlanes y Gauberto; y recordando el testimonio del Justicia Juan Jimenez Cerdan, que había dicho que en Aragon «primero hovo leyes que reyes; » sostuvo además la legalidad de que el Reino con el Rey, y éste con el Reino hiciesen las leyes, y adujo para ello las autoridades de Gauberto Fa

(1) Discurso citado, pág. 29.

bricio y del Jesuita Palao (1). Los Sres Marichalar y Manrique en su Historia de la Legis. lacion, aceptan la opinion del P. la Ripa, como la que más se acerca á la verdad, y por toda prueba presentan el preámbulo ó prefacio del mismo Fuero (2), pero sin indicar de dónde

(1) Marichalar. Tomo Iv, pág. 286.

(2) En el nombre de Jesu Christ, que es é será nuestro salvamento, empezamos este libro por siempre remembramiento de los fueros de Sobrarbe é de Christiandad exaltamiento.

Cuando Moros conquirieron Espaynna sub era de 702 aynnos por la traycion que el Rey Rodrigo fillo del Rey bitizanus fizo al conde D. Julian su sobrino que sel jacio con la muyller é lo vuo á su sobrino embiado á los moros, et pues por la grant onta é pesar que ovo el Conde D. Julian ovo fablado con moros con miramomelin, Rey de Marruecos é con Abozubra et aboali é otros Reyes de Moros et fizieron exir á la batailla al Rey Rodrigo entre Murcia et Lorca an el campo que dicen de Sangonera et Ovo y gran matanza de cristianos, é perdióse y el Rey Rodrigo que á tiempos fue trobado el cuerpo en un sepulcro en Portugal, que avie escripto que alli jazia el Rey Rodrigo, entonces se perdió Espaynna de mar á mar entroa á los Puertos, sinon en Galicia, las Asturias é ata Alava, bizcaya é de la otra part bartan la berueca, é deiari anso é sobre jaca et encara Roncal é ensarasatz sobrarbe é aynsa. En estas montaynas se alzaron muy po

está tomado y cuidando de rectificar el absurdo del nombramiento de Pelayo en Sobrarbe y Ainza, que no merece ser refutado siquiera. Reconocen despues, que tanto el Padre Abarca en su Historia del reino de Aragon, como Blancas en sus Comentarios, hablan de dos interregnos ó períodos en que no hubo Reyes; suponen el primero á mediados del siglo vin, es decir, inmediatamente despues

cas gentes é dieronse apie faciendo cavalgadas é pusieronse á cavayllos é partien los vienes á los plus esforzados entrao que fueron en estas montaynas de aynsa é de Sobrarbe plus de 300 á cabayllo et non era ya ninguno sobre las ganancias et las cavalgadas baraylaban qui ficies pro otro é fó embidia grant entre ellos é sobre las cavalgadas varayllavan é ovieron lur acuerdo que tramitiese en Roma por Seyllar como farien al Apostóligo aldebrano qui estoce era, é otro sí á Lombardia que son omes de grant justicia et en francia et estoce, trasmisieron les decir que oviesen Rey por qui se cabdeyllasen. Et primeramente que oviesen lures establecimientos jurados é escriptos et ficieron como les conseyllaron. Et escribieron lures fueros con consello de Lombardos é franceses quanto meyllor pudieron como homes que ganaban las tierras de los Moros é pues esleyeron Rey al Rey Don Pelayo que fó de linage de los godos é guerreos de Asturias é de todas las montaynas á moros.

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