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to Fabricio de Vagad, monge del Cister, publicó cuatro años despues su Crónica de los muy altos y muy poderosos Principes y cristianismos Reyes del siempre constante y fidelissimo Reino de Aragon, y aunque se tomó las libertades que con bastante dureza le criticó Garibay, al detallar la eleccion de Garci Ximenez y ereccion de la Monarquía, conviene en que, el elegido despues de proclamado, les manifestó: <<< Consiento que me publiqueis ya por Rey... y escogido como godo Real y como quien por recta sucesion y línea desciende de los mismos Reyes godos, que regieron la Hespaña, y les pertenece por ende el derecho de reinar: assi que tal eleccion: mas es ó parece continuacion de mi dominio y derecho: que entrar en posesion de nuevo señorío.» Garci Ximenez concluyó manifestándoles, que pues todos habian concurrido á ganar aquella tierra «Asi me place y quiero mas á voluntad y grado vuestro regir que no el mio: escoged entre vosotros las leyes que mas vos pluguieren, y que mas al bien publico y á vuestro grado y querer fueren conformes: que segund aquellas quiero reinar y regir... mas quiero que rijamos todos...>> y continua este cronista: «No se

puede bien scrivir ni dar á entender, de cuanto les agradó: y en demasia le agradecieron: y le tomaron á señalada merced, todos sus altos cavalleros y quantos presentes se fallaron.» Acerca la eleccion de Iñigo Arista, añade en otro lugar: « Primero fue levantado por Rey: que Conde fue primero de Begorra: ó fijo primogenito de aquel, que viniendo á socorrer los cristianos con ciento de caballo y en llegando en Arahueste hovo de pelear con los moros... Los montañeses... le escogieron y levantaron por Rey. Mas fizose aquesta eleccion bien... primero fue requerido el magnanimo señor D. Iñigo Arista, que jurasse los privilegios, fueros y libertades del reino... fue luego mucho contento el esclarecido Rey D. Iñigo Arista de los otorgar quanto pidian y ahun por los mas animar: les otorgó poder y licencia de escoger nuevo Rey: y aun pagano: si cristiano fallecia do caso que los el agraviasse, ó quebrantase lo prometido; esto bien que lo el otorgase, los aragoneses no lo recibieron.» La primera eleccion, pues, se realizó en un vástago Real y áun se usaron palabras que denotan aspiraciones á la legitimidad hereditaria; y si hubo concesio

nes fueron espontáneas del mismo Rey, que los caballeros le agradecieron como señalada merced. Lo que pasó en la eleccion de Arista, segun este historiador, lėjos de tener el carácter democrático que despues se le atribuia, es una generosidad Real que no es dado á todos comprender. Por más que esta época se estime como la region de las fábulas y de todo linaje de consejas, ni áun como tales se permitieron los historiadores de Aragon alterar la narracion de los hechos, que sólo la tradicíon recuerda.

Establecido legalmente en Aragon el oficio de cronista, fué nombrado para este cargo el insigne D. Jerónimo de Zurita, en 1548, y en sus renombrados Anales comenzados á publicar en 1562, manifiesta que hay en la opi nion «grande diversidad entre muy graves autores acerca del orígen y principio del reino.» En cuanto al primitivo gobierno de Aragon indica «< la grande autoridad que gozaron los ricos hombres, que ninguna cosa se hacía sin su parecer y consejo y sin que ellos la confirmasen, y que todo el gobierno de las cosas del Estado y de la guerra y de la justicia fué de allí adelante de los nobles y principa

les Barones que se hallaron en la eleccion y en la defensa de la tierra, á los cuales y á sus descendientes legitimos llamaron ricos hombres, á quien los Reyes tenian tanto respeto, que parecia ser sus iguales, con quien eran obligados de repartir las rentas de los lugares principales que se iban ganando, y ellos. á servir con sus caballeros y vasallos, segun la cantidad que montaba lo que en cada ciudad y villa se señalaba al rico hombre, que llamamaban honor, y no se puede negar, que los Reyes que reinaron en España despues de la entrada de los moros, fueron muy semejantes á lo que leemos, de los primeros que alcanzaron esta dignidad en la tierra, que eran como unos perpetuos caudillos y generales de compañias de gentes de guerra.» Ratificóse en esta opinion el ilustrado cronista en sus Indices rerum ab Aragonia Regibus gestarum, ab initiis Regni ad anum MCDX, afirmando que fué militar y esencialmente feudal el principio de la Monarquía aragonesa. Siguió á Zurita en el cargo de cronista Jerónimo de Blancas, quien con gran pureza de estilo reconoce tambien la oscuridad é incertidumbre de los orígenes del reino, sin contar cosa alguna que

pueda dar pretexto á las modernas invenciones. Despues del largo interregno que tuvo lugar tras la desastrosa muerte de Sancho Garcés y del gobierno de los doce rico-homes, las continuas desavenencias entre los cristianos y la angustia á que por ellos los redujeron los árabes, les obligó por fin á volver la vista hácia la Monarquía; pero el temor de perder completatamente las franquicias y privilegios de que se hallaban en posesion los poderosos, les movió á andar muy despacio en la nueva eleccion de Rey. Acordaron armonizar previamente la forma ulterior de su gobierno; ganaron tiempo consultando al Romano Pontifice y á los lombardos, como quien siente dejar el poder que se disfruta, y establecieron al fin las leyes cons titutivas de Sobrarbe, que Blancas formula en los siguientes términos:

I. In pace et justitia regnum regito; nobisque foros meliores irrogato.

II. E mauris vindicabunda dividuntor inter ricoshomines nonmodo; sed etiam inter milites, ac Infantiones: peregrinus autem homo nihil inde capito.

III. Jura dicere regis nefas esto, nisi adhibito subditorum consilio.

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