»provinciæ caput est Hispalis et metropolis Betica». Francisco de Castilla en el tratado de los Reyes de España y sus buenas virtudes en verso de arte mayor, dedicado al Emperador Cárlos V, é impreso en su tiempo, hablando del Rey Santo. Pues callo las villas, que en propia persona Mario Arecio Siracusano, en los diálogos de España, tratando del rio Bétis; «Hic ergo et mediam Bæticam influit Cordubam tot »claris viris insignem et Hispalim ejus provinciæ caput expulsis >>barbaris à Ferdinando Rege». El bachiller Luis de Peraza en una historia que escribió mas ha de cien años, cuyo original MS. tiene el licenciado Sancho Hurtado de la Puente, oidor de la Real audiencia de Sevilla, y en él se contienen muchas antigüedades de esta ciudad, en muchas partes de ella le llama cabeza del Andalucia; y en el cap. 8, fol. 15, tiene escrito por lema, este título: «De la no>>>bilísima provincia Bética ó Andalucia, cuya cabeza es la imperial >>>ciudad de Sevilla». Ferreolo Locrio en la obra que intituló: Mariæ Augustæ, lib. 4, cap. 20: «Hispalis celebre Emporium Hispaniæ et >> Bæticæ caput». Georgio Braunio en su insigne Theatro en la prefacion. <«<In Hispania Bætica sive Andalucia tantum illud comme>>morabimus quod cum Hispalis ejus provinciæ caput, expulsis >> barbaris à Ferdinando Rege». Gerónimo Brioso in compendio rerum memorabilium, cuyo ejemplar MS. estuvo en la libreria del Sto. arzobispo D. Pedro de Castro mi señor, y ahora lo tiene el licenciado Alfonso Gordillo Sanchez, abad mayor de la universidad, cap. 16, hablando de la epístola del Papa Anteros, dice asi: << Rescribens autem Romanus ipse Pontifex Prælatis Bæticæ et To>>letanæ provinciæ quæ inter cæteras Hispaniæ provincias nitore >>fidei catholicæ elucebant Bæticam aperte visus est prætulisse, et >>> nostram civitatem, quæ cum omnibus aliis multum præstaret, >> plurimis de causis, sicut Bæticæ totius, et caput extitit et prin>>ceps ita sedis primatum debuit, procul dubio tenuisse». Habla aqui en particular de Sevilla y sus grandezas y despues tratando de los silingos: «quorum nimirum regia sedes, præcipuumque »regni caput Hispalis». Joan Olivario sobre Pomponio Mela, lib. 2: <«<In Bætica vero primas tenet Hispalis quæ nunc Sibilia vocatur». Joan Mariana, aun despues de interpelado por el P. Martin de Roa, no se retractó de su opinion, antes en el lib. 6, cap. 15, no habiéndolo dicho en este lugar en la Historia latina lo añadió en la de romance, y en el prólogo de esta última edicion, que fué la cuarta de su obra, dice: Que como autor añade y quita á la historia latina, y que esto último quiere que sea y se tenga por su opinion. << Las ciudades sufragáneas al arzobispado de Sevilla, eran >> la primera Itálica, que hoy es Sevilla la vieja, legua y media >> de aquella ciudad nobilísima, cabeza del Andalucia». Alonso Sanchez en el Anacephaleosi de rebus Hispaniæ, lib. 5, cap. 7: <«<Interea Ferdinandus Rex hispalense bellum urgere cum in una >> principe civitate caput regni, Maurici restare videretur, quo >>sublato reliquum corpus concidere necesse erat». La historia del Santo Rey D. Fernando en la prefacion. «Estando el Rey D. Fer>>nando en Córdoba aparejando los instrumentos bélicos para su » guerra, vino á besarle las manos Remon Bonifaz, é era hombre » muy sabio para regir una flota de armada por la mar, y él tenia >> acordado de bacer naos y galeras de armada para aprovecharse >> por la mar para quebrantar ese fuerte y alto capitolio del coro>>> namiento real». Habla aqui de la espedicion que prevenia para conquistar á Sevilla, á quien llama alto capitolio y coronamiento real. La Corónica del Rey D. Alonso el Sábio, cap. 44, tratando de la diferencia que los grandes tenian con él, que el noble Don Fernan Perez, Dean de Sevilla fué á hablar á los señores de parte del Rey, y dijo asi: «Dicinos el Rey D. Alonso nuestro y vues>>tro señor, que tuviesedes por el á Sevilla, que la mejor ciudad de » todos los reinos y muy honrada con muy grandes retenencias». Parecerá ya superfluidad traer mas autores para prueba de este intento, pero no puedo envolver en el silencio dos testimonios que á mi parecer son prueba de la grande estimacion de Sevilla sobre todas las ciudades de España. El primero es de Andreas Bernaldes, en la historia que escribió de los Reyes Católicos que MS. corre con título del Cura de los Palacios. Este autor escribe varias cosas con mucha curiosidad como testigo de vista de aquellos tiempos. Dice en el cap. 76, hablando de un recibimiento de los ejércitos á la valerosa y sabia reina Doña Isabel. « E ficieronle un re»> cibimiento muy singular en que salieron al camino los primeros el >> duque del Infantado que habia venido desta vez á la guerra muy >> pomposo y muy poderoso é el pendon de Sevilla é su gente é el >> Prior de S. Joan fasta uua legua y media del Real: é pusose una >> batalla á mano izquierda del camino por donde ella venia to>> dos bien aderezados como para pelear: é como la Reyna llegó >> fizo reverencia al pendon de Sevilla é mandole pasar á la mano >> derecha. En este mismo capítulo dice: que luego los otros pen>> dones de las demas ciudades se abatieron á la Reyna, faciéndo» le gran reverencia». Pasó esta accion entre Loja y Antequera, no lejos de la Peña de los Enamorados. El segundo testimonio sea de D. Fadrique Enriquez, Almirante de Castilla que por orden y mandado del Emperador D. Carlos vino de Cataluña, donde se habia retirado por ser ya muy viejo, con plena comision de quietar las comunidades que amenazaban á España fatales daños. Vino pues á Tordesillas, donde se hallaban los comuneros con mucha gente de guerra y con tanta insolencia y atrevimiento, que destruian las ciudades; y dando cuenta á SeviIla de todo lo que pasaba por una carta cuyo sobrescrito era: «A >>la muy noble y muy leal ciudad de Sevilla: » y dentro de ella en 1 la parte superior. «Muy magníficos Señores: hasta ahora no he El libro de las Etimologias es de S. Isidoro, arzobispo de Es tan propio el gran Isidoro de nuestra ciudad, que la gloria de sus escritos y obras de admirable erudicion toca tambien à la ciudad donde aprendió y leyó con tanta fama en toda la Iglesia Católica: y asi su defensa en la parte que recibiere agravio corre por cuenta de la misma ciudad, pues es su patrono y tutelar. Dice el P. Martin de Roa, fol. 28: «Deste tiempo fueron los dos Isidoros mayor y »menor, señalados ambos en letras y santidad. Escribió el último >>sobre el libro de los Reyes y Evangelio de S. Lucas, y el otro >>>compuso los libros de las Etimologias, que por yerro se atribuyen »á S. isidoro, arzobispo de Sevilla, que floreció muchos años des>>pues. >>> Quien leyere esta proposicion tan absoluta, tan nueva, tan sin razon ni probanza, no dudo (si ha leido algo de antigua bistoria) que admirará la mayor novedad que se ha dicho en nuestro siglo, y pues Martin de Roa dice que el atribuirse el libro de las Etimologias á S. Isidoro Hispalense ha sido yerro, será necesario para sacarle del suyo repetir los tiempos antiguos y los autores de la edad en que el Santo escribió, supuesto que Isidoro Cordubense fué doscientos años mas antiguo que el Hispalense. Sea el mismo S. Isidoro el primer testigo, que á buen seguro no se abrogará obra agena, teniendo tantas propias de que poderse preciar. En la epístola dedicatoria de este libro la inscripcion es: «Domino meo et Dei servo Braulioni >>episcopo Isidorus». Habia comenzado á escribir las Etimologias á ruegos de S. Bráulio, arzobispo de Zaragoza, su discípulo, y aunque no lo habia puesto en perfeccion ni acabado, le dedica el libro como cosa que el Santo habia trabajado y meditado; luego no es ni puede ser de Isidoro cordubense, ni tal libro era en el mundo. Sea el segundo testigo S. Bráulio cesaraugustano, el cual en el libro de Viris illustribus, refiriendo las insignes obras que su maestro escribió, dice: «Isidorus vir egregius Hispalensis ecclesiae episco>>>pus Leandri episcopi succesor et germanus». Buenas señas son todas estas para que nadie dudase, y despues de haber contado los muchos libros que escribió, prosigue: «Ethimologiarum codicem >>nimia magnitudine distinctum habeo titulis non libris, quem ro»>gatu meo fecit quamvis imperfectum ipse reliquerit». No es de menos crédito, santidad y dignidad el testigo que se sigue. Este es S. Ildefonso, arzobispo de Toledo, discípulo tambien de S. Isidoro, en el apendix de Viris Illustribus, dice asi: «Isidorus post Lean>>drum fratem Hispalensis sedis propiæ Bæticæ cathedram tenuit, >>vir decore simul et ingenio pollens. » Y habiendo referido algunas de sus obras que escribió, dice: «Scripsit quoque ultimo ad petitio>>>nem Braulioni episcopi librum Ethimologiarum, quem eum multis |