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JULIA CONTRIBUTA, CERCA DE FUENTE DE CANTOS.

Al cap. 70, del lib. 3 de la Corografia.

El acierto de mi conjetura en decir en este capítulo que el lugar que llama Plinio Contributa Julia, fué en un despoblado que está entre las villas de Fuente de Cantos y Calzadilla, consta por una inscripcion, que en estas mismas ruinas poco ha se ha descubierto, y me remitió copia de ella el licenciado Juan Vicente Carrillo, persona de buenas letras, natural de aquella tierra, lo cual será para mi siempre muy agradable, tanto mas cuanto en estas materias se suele errar: en las cuales aquel que ajusta mas su conjetura haciendo verisimil lo que dice, cumple para con los doctos su obligacion, supuesto que en estas cosas tan apartadas de nuestro siglo la memoria de los hombres, no se puede hacer mas. Pero si la buena dicha halla testigos tan fidedignos, como las inscripciones de aquellos tiempos, no le queda mas que hacer ni al mas curioso lector que desear ni buscar, pena de incurrir en la culpa de porfiado y demasiado de presumido, ascendientes por línea recta de los que estudian toda la vida para ser y parecer muy necios. Pondré aqui la copia de la inscripcion que se me remitió, si bien juzgo estar la piedra de donde se trasladó truncada.

y

PATRIA. CONTRIBVTENSES

FIVNIVS. T. F. GAL. CRASSIDIANVS
P. ANNOR. L

TERENTIA. PITHNE. MATER. ANN. XXXX.
FIVNIVS T F·GAL·FVNDINVS ANN.XVII.

Aunque le faltan algunas señales de sepultura, no dudo lo es, porque el número de los años no se ponia sino á los muertos, y asi dice en romance: «Los naturales del lugar llamado Contributa, >>Fiunio hijo de Tito, de la tribu Galeria, Crassidiano padre, de

>>edad de cincuenta años: Terencia Pithne, madre, de treinta y cin>>co años: Fiunio, hijo de Tito, de la tribu Galeria, Fundino de >>diez ocho años»,

Despues me trajeron otra inscripcion hallada en el término de Zafra, que es alli cerca; tiene las letras siguientes:

D. M. S.

Q. MANLIVS. AVITVS.
GAL. CONTRIBVTENSIS.
IIVIR. BIS. ANN. LXXVI

H. S. E. S. T. T. L.
MANLIA. AVITA. PATRI

PIENTISSIMO. D.

<«< Consagrado á los Dioses Manes. Aqui está enterrado Quinto >>>Manlio Avito, de la tribu Galeria, natural de Contributa, que fué >>duumviro dos veces, y vivió setenta y seis años. Séate la tierra >>liviana. Manlia Avita á su padre muy piadoso le dió esta se>>pultura».

VILLA DE PALOS.

Al cap. 76, del lib. 3.

En esta villa murió el ínclito caballero Gonzalo de Sandoval, uno de los heróicos varones que conquistaron el gran imperio de Méjico y Nueva España, compañero infatigable del nunca bastantemente alabado D. Fernando Cortés, el cual viniendo en su compañía á estos reinos, habiendo tomado puerto en esta villa de Palos, adoleció gravemente y murió con mucho sentimiento de su buen compañero y amigo. Y porque la sepultura de caballero tan ilustre basta á dar fama á esta villa de Palos, y es justo que la posteridad no lo olvide, me pareció hacer aqui esta memoria, y

que se sepa que Gonzalo de Sandoval está enterrado en el monasterio de la Rábida, que ahora es de frailes descalzos de San Francisco, como ya lo dejó escrito Bernal Diaz del Castillo en la historia, que como testigo de vista, escribió de la conquista de aquel reino, cap. 195, aunque con el ordinario olvido de las cosas memorables, también se ignora esto, aun de los mismos religiosos que alli viven. Parece que hablaba con el ínclito caballero Hernando Cortés y con sus invencibles compañeros en aquellos elegantísimos versos del lib. 1.° de bell. troi, Cornelio Nepote (1).

O qui magnanimo domuistis remige fluctus,
Qui freta, qui ventos primi libastis, et astra;
Iratum didicistis iter, non nota sequuti,
Discite dura pati, sola est quæ conterit hostem,
Virtutesque regit patientia; sola triumphis

Militat innocuis, et honestae consulit irae.

Son dignos de la participacion de tan ajustadas palabras el valor, osadia y no vencida constancia de aquellos ilustrísimos conquistadores, los vecinos y naturales de esta villa, los Serranos digo y los Pinzones, y otros valerosos soldados que fueron los primeros vencedores del Océano y descubridores de los extendidos reinos del Nuevo Mundo, adquiriendo para nuestros reyes y su gloriosa monarquia los innumerables vasallos que alli ganaron, no solo para su aumento, sino tambien para la Iglesia Católica, que habiéndole quitado el demonio toda la Asia, se recompensó con la extendida América, despues de Dios, por el valor de estos caballeros y otros que sucedieron en su lugar y hazañas inmortales.

(1) El autor de este poema fué un monge de nacion inglés, llamado Josefo Iscano. Floreció en Inglaterra, su patria, en el siglo XII y principios del XIII. Las primeras ediciones de este poema llevan el nombre de Cornelio Nepote. Descubierto el verdadero nombre del autor que fué Iscano, todas las ediciones modernas llevan su nombre.

TOMO 1.

57

VEAS DEL CONDADO.

Al cap. 77 y 82 del lib. 3.

En estos dos capítulos del lib. 3 de mi Corographia, descubrí la antigüedad de la villa de Veas que retiene el nombre romano: en el capítulo 77, en lo que toca á Veas, y en el 82 defendí la villa de Niebla contra el sentir de Ambrosio de Morales. A lo que alli discurri añado aqui en favor de la villa de Veas, que está de Niebla dos leguas no mas, que los vecinos de estas villas fueron los que hicieron aquella gran hazaña de socorrer á Sevilla cuando la ganaron los moros, juntamente con los vecinos de Niebla alli cercanos, y no pudieron ser los de Beja en Portugal, como dice Ambrosio de Morales, libro 12, cap. 73; porque Beja la de Portugal se llamaba Pax-Julia y dista de Niebla mas de veinte y cuatro leguas, nueve la tierra adentro pasado Guadiana, y no le tocaba en nada la defensa de Sevilla, ni es verisimil que pueblos tan distantes se juntasen en ocasion en que cada una tenia harto que defenderse previniéndose para sí mismos. Tampoco pudo ser Beger, como dice la Historia general, porque este lugar está junto á Tarifa en el mar Mediterráneo, y ya lo tenian los moros ocupado; y toda la verisimilitud concurre por Niebla y Veas, lugares hermanos, vecinos, sujetos á la metrópoli de Sevilla, y asi se han de entender el moro Rasis, el arzobispo Don Rodrigo y la Historia general del señor Rey D. Alonso, citadas por mí. Ni puede ser Peñaflor, Elepla por las razones que en estos capí tulos yo traigo, de manera que se pueden gloriar justamente los vecinos de Niebla y los de Veas, que acometieron la mas orgullosa hazaña que sucedió en la miserable perdicion de España, si bien el suceso no correspondió á su valentía, porque el cielo estaba airado contra ella con las causas que su divina disposicion habia justificado. Estas dos ciudades, que tan juntas estaban en su sitio, se juntaron tambien en el ánimo generoso y resuelto, y ballando los ára

bes como vencedores descuidados y los cristianos ofendidos de que les hubiesen quitado su mejor ciudad, y donde se habia recogido gran multitud de los que se perdieron en la funestísima batalla de los campos de Sangobala junto á Jerez, viendo la orgullosa resolucion de los de Niebla y Veas les correspondieron matando los moros, babian quedado de presidio en Sevilla, hasta que por entonces la volvieron á restaurar.

que

LUGARES NUEVAMENTE AÑADIDOS A LA COROGRAPHIA
POR EL DOCTOR RODRIGO CARO.

CUNISTORGIS.

No sin mucha propiedad compara Marco Varron la antiguedad á una selva espesa llena de altos y acopados árboles, en la cual hay pocas y mal descubiertas sendas, que antes ocasionan á errar que guian al caminante; el cual tiene por no poca ventura si á costa de algun cansancio lo acertó y salió de la espesura. Esto mismo sucede á los que en la oscura selva de la antigüedad vamos investigando los lugares antiguos por las cortas señas que de ellos hallamos ya en las inscripciones, ya en los autores que nos quedan de aquellos remotos y oscuros siglos, tras cuyas pisadas vamos guiando nuestros medrosos pasos. Asi, si pareciere á algunos que reiteramos los mismos caminos por donde ya pasamos, no será poca dicha encontrar con lo que no vimos, bien para enmendarlo, ó de nuevo darlo á la noticia de los que lo ignoraban.

De esta clase es la antigua y famosísima ciudad de Cunistorgis ó Conistorsis, de quien solo ballamos hecha memoria en Apiano Alexandrino y Estrabon: aquel autor dice que los lusitanos, ofendidos de los romanos y andaluces por la guerra que les bacian, y deseando tomar venganza de muchos agravios, tomaron las armas contra los Cuneos (esta gente habitaba entre Guadiana y Guadalquivir), siendo su capitan un valeroso Jusitano llamado Cancheno, á quien de comun consentimiento eligieron por caudillo; y aunque ellos vi

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