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den la gloria que hemos atribuido á Sisebuto de la conquista de Tánger y de Ceuta 1; pero al fin cae en poder de Hassán, y los habitantes que quedan con vida se derraman por Sicilia y por las costas de España 2. Algunos Griegos se rehacen, mas derrotados por el feroz Árabe refúgianse los restos en Hipo Regia (Bona) y en Bugía.

El corrompido Vitiza empuña el cetro: los vicios de los Reyes, certísimos nuncios de la destrucción de las monarquías: Don Julián es nom. brado Conde de la España africana; la invaden los Árabes y se apoderan el 707 de Tettequín, Arcilla 3 y Tánger; asaltan á Ceuta y el Conde Don Julián los rechaza con ánimo esforzado; ¡el Conde D. Julián, que pocos años después había de entregarla á los Árabes, y con ella á su Rey y á su patria.

Por este tiempo (año 709), Teodorico ahuyenta y dispersa nuevamente á la armada enemiga, que otra vez amenaza las costas españolas.

Empéñase Vitiza en nuevos excesos: mata á D. Favila, padre de D. Pelayo, que se refugia en los estados cantábricos; saca los ojos á Teodofredo, y le encierra en una mazmorra, donde muere infelizmente. Su hijo Ruderic, ó Rodrigo, huye á la Bética, donde levanta parcialidad, favoreciéndole Godos agraviados y Griegos vencidos.

De muerte natural en Toledo, afirman unos que murió el tirano en el año 710 ó 711 4; á manos de Rodrigo, otros; verosímil lo último; que la ambición y la venganza reciamente aguijan, y eran sobrado impacientes los magnates godos para esperar trono y desagravio del curso natural de los sucesos.

4 Entre otros Faria y Sousa.

2 Tuvo lugar este suceso en el año 697, según la mayor parte de los historiadores. Bouillet, en su Diccionario, lo pone en el 693. A lo último asentimos, pues es probable que la irrupción de Hassán se diese la mano con los tratos y conspiración de los Judios, para impedir que los Godos socorriesen á los Griegos. La conspiración de los Judios la denuncia el Rey Ejica en el concilio 17.o de Toledo, año 694, al parecer, como que acababa de descubrirse. «Ex templo eorundem infidorum conspiratio ad unionis nostræ pervenit auditus eo quod non solum contra suam pollicitationem, suorum rituum observatione, túnicam fidei..... maculaverint; sed et regni fastigium sibi, ut præmisum est, per conspirationem usurpare maluerint. »

3 Algunos aseguran que Arcilla, mandada por el Conde D. Requila, se sostuvo hasta la pérdida de la monarquía. Juan León, el Africano, dice que se tomó el año 94 de la Hegira, que corresponde al 715-716 de nuestra era; pero al hablar de Tánger asegura que se rindió con Arcilla, y es averiguado que cuando los Árabes pasaron á España, ya estaba Tánger en su poder. Luis del Mármol expresamente afirma, que la poseyeron los Godos hasta el 94 de la Hegira, dos después de la destrucción de España..... «Ceuta estuvo dos años por los Godos, hasta que considerando que no podía ser socorrida, se entregó.>>

4 Masdeu afirma que murió antes de la mitad del mes de Febrero de 709.

La monarquía flaca, los Príncipes corrompidos, los populares de torpes costumbres, sin bríos los guerreros, sin murallas las ciudades, sin armas los pueblos; tal era España al coronarse Rodrigo: «grandemente miserable.>>

Tenía el nuevo Rey aventajadas partes; pero en una corte que era más bien real lupanar, trocó en breve sus virtudes por la deshonestidad y el desenfreno. La persecución que sufrió de Vitiza vengóla en sus hijos Olmundo, Rómulo y Ardabasto 2, que, como él en otro tiempo, huyeron á la Bética, y de allí se salvaron en África; aunque reconciliados con Rodrigo, volvieron después á la corte.

En el año 330, había instituido Constantino la dignidad de Conde de España, que entendía en todo lo concerniente á la milicia. Imitándole los Godos, también nombraron Condes ó Gobernadores militares en ciertos puntos. De las marinas cisfretanas y transfretanas, éralo á la sazón Elianus, Illán ó Julián, conde de Espartaria, de quien hemos hablado, que tenía por segundo al Conde D. Requila 3. Bien indignado por el agravio inferido á su hija Florinda, hecho harto dudoso por cierto, bien porque descendiente de Romanos 5 mirase como enemigos á los Godos; bien, y es lo más probable, porque puesto por Vitiza siguiese la fortuna de sus hijos, entró en negociaciones con los Árabes de allende el

Estrecho.

4 No es exacta la opinión general de que Vitiza mandó demoler las murallas de todas las ciudades. D. Lucas de Tuy dice, que conservaron sus muros Toledo, León y Astorga. Escolano afirma que los Moros llegaron á Valencia, ciudad bien cercada, y que una guarda que estaba en una torre de la ciudad hirió de un flechazo al parlamentario de Tarif. Mérida y Orihuela tenían murallas. Es probable que Vitiza mandase desmantelar las ciudades sublevadas en favor de D. Rodrigo, y se estimó por los escritores que después historiaron, medida general el particular castigo.

2 Siseberto y Evario ó Eván les llaman Luis del Mármol y otros. El Pacense da á los hijos de Vitiza los nombres de Olmundo, Rómulo y Ardabasto. Sisebuto y Opas fueron hermanos de Vitiza.

3 Otros le llaman D. Recila, y le tienen, con más fundamento, por Duque de la proviucia tingitana, y á D. Julián por Conde o Gobernador de Ceuta, subalterno de aquél.

4 De las falsas historias de Abderrahmán-ben-Abd-el-Haquem, Isa Arraci, á quien nosotros conocemos con el nombre del Moro Rasis, lo tomó el cronicón del Monge de Silos. De éste, Ximénez de Rada y D. Alfonso el Sabio; en cuyas fuentes bebieron Mariana, Ferreras y Fr. Luis de León en su inmortal oda Profecia del Tajo. El diligente historiador Cavanilles, con Masdeu y otros, lo entregan al dominio de la novela. Lafuente no se atreve á decidirlo. Algunos niegan, hasta que Ceuta perteneciese entonces à los Godos.

5 Lopez de Ayala dice: «Este Conde D. Illán non era de linaje godo, si non de linaje de los Césares; que quiere decir de los Romanos.» Luis del Mármol indica que era sobrino del Rey Rodrigo. Aun hay quien supone que no estaba al servicio de los Godos, sino al

de Muza.

Muza-ben-Noseir era su caudillo, y en su ánimo pesaba ya grandemente el deseo de invadir á España. En el año 710 había explorado la costa por medio de Tarif-ben-Amrú, que con 500 hombres pasó desde Tánger, corrió la tierra sin oposición, saqueó á Gades y dió espuelas á la codicia de Muza con el mucho botín y la ninguna resistencia.

Oye éste al conjurado: los hijos de Vitiza por su medio le reclaman ayuda, para derribar del trono que goza contra derecho, al usurpador Rodrigo. Pintanle lo flaco del reino, y le aseguran numerosos parciales: prudente Muza, y no fiando en esperanzas de apasionados, que el deseo abulta y el interés sostiene; pónelo en conocimiento del Califa, quien le manda tentar la suerte, sin que aventure la de todo el ejército. Envía, más como auxiliares que como conquistadores, 7.000 Mauros mandados por Tarif, y con él se embarca el Conde D. Julián, que había entregado la plaza de Ceuta. A podéranse de Calpe, llamada por los Árabes Gezhira Alhadra ó isla Verde, y después Aljheziras. Thadmir, ó Theodomiro, que con 1.700 hombres quiso prohibirles el paso del Estrecho, es derrotado. Conmuévese España: por todas partes preparativos de guerra. Al verse tan pocos, en región extraña y alarmada, pásmanse los Maurita nos, claman por África, y Tarif, su jefe, quema las naves, émulo de Agatocles y modelo de Hernan-Cortés.

Fortifícanse los expedicionarios en el monte Calpe, llamado entonces por los Moros Ghebal-Alfeth (monte grande), y después Ghebal-Tharic (monte de Tharic), nombre que Abd-el-Mumen, cinco siglos después, quiso en vano cambiar por el de monte de la Victoria; avisan á Muza, quien envía á Tharic-ben-Zeyat con 12.000 hombres, confiándole el mando de todo el ejército. Entra en campaña, y sabiendo que se acerca D. Rodrigo con el poder del reino; solicita auxilio, y recibe el de 5.000 combatientes.

Chocan los ejércitos: los hijos de Vitiza y el Obispo D. Opas se pasan á los Mahometanos en la furia de la pelea, y el Guadalete, entre sus sangrientas ondas, lleva rodando hombres, armas, caballos y la corona del infeliz D. Rodrigo, que la perdió con la vida en aquella funesta jornada, remate desastrado del ínclito imperio de los Godos..

4 742 dice Conde, y lo acepta Lafuente. Según los historiadores árabes, Muza tomó á Tánger en 1707. El conde D. Julián, convenido con Taric, y en abierta rebeldía, saqueó las tierras de Algeciras á fines del 709, y Tarif, en Julio de 710, las de Tarifa.

2 Algunos suponen que Calpe era una ciudad distinta; pero lo niegan Flores, Ayala, Ferreras y otros.

En Julio del 711 se dió la batalla. La Bética, Toledo, corte de los Reyes, y luego Aragón con su tierra hasta los Pirineos, se entregan sin contradicción alguna. Opónese Valencia; rechaza un asalto 2, y temiendo las iras del vencedor, capitula. En el año 716 toda España, menos los riscos cantábricos y parte de Vizcaya, obedecía al gran Califa de Damasco, el poderoso Abul-Valía, cuchillo de Dios.

Aún hay patria; los que prefieren lucha gloriosa á servidumbre tranquila, allí acuden; se agrupan al rededor de Pelayo, resisten, triunfan. Tras un combate de ocho siglos, las tribus agarenas serán lanzadas á los desiertos de la Libia de donde salieron, y Covadonga salvará la nacio nalidad española. ¡Ay! ¡Cuánto de sudor y de sangre para recobrar lo que se perdió en un solo día!

4 Es muy controvertido el año en que tuvo lugar, inclinándose unos á que fué en el 712 y otros en el 714. La última opinión es la más corriente, aunque no la más segura. Luis del Mármol sostiene con insistencia que fué el 703; pero fija la época de la llegira en el 643, es decir, nueve años antes de que tuviese lugar. Después, el mismo refuta su opinión, y cuenta los sucesos con el común de los historiadores, «arrimándose á lo que dicen todos.» D. Pedro López de Ayala, en su Crónica del Rey D. Pedro, afirma que la entrada de los Moros en España fué el 714, y la batalla de Guadalete en el mes de Junio del 746. Lafuente y Amador de los Ríos dan como cosa averiguada que fué en Julio de 741; el último señala el día 19 como el de la batalla; el primero el 31. Cabanilles la fija en el 12 de Noviembre de 712. Lo más cierto parece ser que principió en 19 y concluyó con la muerte de D. Rodrigo, en 26 de Julio de 711.

2 Abuleacin, Crónica de España, citado por Escolano. Probablemente será Ahmed Arrazi, á quien los Árabes llaman por antonomasia El Cronista, y que escribió una Historia ó Crónica de España.

CAPÍTULO III.

La Berbería durante los Cartagineses.-Son vencidos por los Romanos. -Ciudades que éstos edifican.-Masinisa y Yugurta.-Boco I.-Yuba, Boco II y Bogud.—Yuba II.—Se agregan las Mauritanias al imperio romano.-Unese la Tingitania à la Bética.-Se divide en tiempo de Constantino.-Se separa en el de los Vándalos.-Belisario concluye con el imperio de estos. Se unen otra vez las dos costas del Estrecho.-Los Godos. -Fundan ciudades.—Eximen de tributos á los Cristianos.-No hay certeza de que dominasen en Canarias.-Invasión árabe.

El deseo de no truncar la relación de los hechos, nos ha impulsado á reunir en capítulo aparte, las noticias históricas que restan de las vicisitudes porque pasaron nuestras posesiones africanas en los tiempos que ligeramente acabamos de bosquejar.

Se da como cierto que los Cartagineses dominaron el Estrecho; pero las memorias que nos quedan son demasiado escasas para que podamos afirmar que alguna de nuestras posesiones africanas les perteneciese; aunque Ceuta fué el puerto donde el año 204 antes de Jesucristo se refugió Adherbal con cinco galeras, resto de su flota, batida en el Estrecho por Cayo Lelio Nepote '.

Lanzados de España los Cartagineses, y asolada su capital, quedaron los Romanos dueños de toda la Berbería. Si destruyeron algunas ciudades edificaron muchas, infiltrando su religión, instituciones y raza en los paises conquistados, por medio de colonias que daban salida á su exuberante y turbulenta población 2.

4 Scilax, geografo griego, dice en su Periplos: «Las ciudades y plazas mercantiles, desde las Hesperides hasta las columnas de Hércules, pertenecen todas á los Cartagineses.

2 Cuéntanse como fundaciones romanas, con algunas otras, Arfa, Ain-el-Calu, Adendum, Amergo, Adrumetum * (África ó Mehedia), Alfacus ó Sphacus (los Esfacos, Alfaques), Brexa ó Brech, Bagaya (Bugia), Cebta ó Septa (Ceuta, la Esilisa de Tolomeo, y según algunos la Civitas Romanorum), Cammart, Carba, Casce ó Capes (Cabez), Caphsa, Castra (Tegdemt), Chollo, Constantina, Civitas Vecchia (Bejjia ó Badjia), Callops magnus (Coll ó Collo), Darel-Hela, Deusen, Disteffe, Emniana, El-flamma, Eraclea, El-Carbat, Gadaum, Hipo (Aphrody* Según Mármol: otros suponen que Adrumetum, que posteriormente se llamó Justiniana, corresponde á Hamamet ó Hercla; pero la opinión que parece más fundada es la que la coloca donde se halla Susa. Xi. ménez Sandoval: Guerras de Africa en la antigüedad.

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