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entre ellos Muley Xeque, hijo de Muley Mohamed, que marchó á Portugal con Martín Correa de Silva, y tuvo la dicha de ser bautizado con el nombre de D. Felipe de África, siendo su padrino el Monarca español 1. Los demás quedaron muertos ó prisioneros: la guarnición de Arcilla, no creyéndose segura, abandonó la plaza, que al punto ocuparon los vencedores. Sobre el campo de batalla se alzó por Emperador de Marruecos al que ya lo era de Fez, Muley Achmed, hermano del valeroso Abd-el-Malek y que mandaba en la acción la caballería.

Por la muerte del Rey D. Sebastián pasó la corona á su tío Don Enrique, y por fallecimiento de éste púsose en litigio el trono portugués. Aspiraban á la succesión, Felipe II, el Duque de Saboya, el hijo del Príncipe de Parma, Ranuccio Farnesio; la Reina viuda de Francia, Doña Catalina; la Duquesa de Braganza y D. Antonio, Prior de Crato. Para mayor confusión, el Pontífice Gregorio XIII pretendía también, que el nombramiento para la corona vacante le correspondía por ser féudo de la Santa Sede. Fueron cediendo de sus pretensiones, según iban perdiendo las esperanzas del triunfo; pero concertábanse todos contra D. Felipe, ayudados por la Reina de Inglaterra y los Flamencos que temían que creciese el poder de su terrible enemigo, con la unión de Portugal y de Castilla.

Aclamado en Santarem por la plebe, Rey de Portugal, el bullicioso Prior de Crato, envió el Español al Duque de Alba, que desbarató fácilmente á los parciales de D. Antonio, con lo cual D. Felipe fué jurado en Lisboa el 12 de Septiembre de 1580, realizándose por este medio la ansiada unión ibérica, sin la que nunca logrará la Península verdadera y durable grandeza.

Al mismo tiempo que Lisboa, reconocían su autoridad Ceuta, Tánger y Mazagán: Muley-Achmed, deseoso de congraciarse con el poderoso Felipe, dió libertad al Duque de Barcelo y á D. Juan de Silva, y accedió á la reclamación que aquél le hizo por medio de D. Pedro Venegas 2, de volver sin rescate, el 10 de Diciembre de 1578, el cuerpo del

1 Felipe II le hizo merced del hábito de Santiago y le señaló crecidas rentas. Fué padrino en su bautizo Felipe III, siendo Infante todavía. D. Felipe de África murió en Flandes defendiendo los derechos é intereses de España.

2 Del trato que dió D. Pedro Venegas al Duque de Barcelos, quejóse éste: primero por medio del Duque de Osuna; después por el de D. Cristóbal Moura. Creyo éste que las quejas eran contra el Rey Felipe, y hubo de manifestarlo asi; entonces Barcelos protestó, que sus quejas eran contra Venegas, no le pasando de le jamais pe lo pensamento imaginallo.-Copia de un papel remitido á S. M., que manuscrito se halla en la Real Academia de la His

infeliz D. Sebastián, que, desenterrado de Alcazarquivir, se entregó al Gobernador de Ceuta y luego se trasladó á Lisboa 1.

No era desinteresada la blandura del Marroquí; habíase amparado de Felipe un hermano de Achmed, llamado Muley-Nazar, que pretendía el trono de Marruecos. Felipe, por las razones que tanto sobre su ánimo pesaron al negarse á amparar al Xerife negro, siguió ahora la misma línea de conducta; dejando, no obstante, á Muley-Nazar, en libertad de emprender por su cuenta la jornada. Fué Nazar á Melilla; casó con la hija de un poderoso Xeque de las sierras de Mexara, y con la gente que allegó, dirigióse hacia Fez; pero fué desbaratado por su sobrino MuleyXeque, que gobernaba la tierra en nombre de su padre, el Emperador Muley-Achmed. Fugitivo y herido, escondióse; pero descubierto y entregado por los Cabilas, los Alcaydes Mumen, Bucorcia, Amubeya y Bernuda, le asesinaron.

Este fué el periodo más tranquilo de la dominación española en África. Sólo interrumpieron la paz algunas escaramuzas por la parte de Orán y Ceuta, en 1587 y 1588, contra los Moros fronterizos.

No olvidaban, sin embargo, los piratas visitar de vez en cuando nuestras costas: en Junio de 1586, el Argelino Amurat, con siete galeras y 1.200 hombres, los 400 Turcos; repitió su incursión en Lanzarote, con tanta fortuna, que cautivó 200 personas, y entre ellas á la mujer y á la hija del primer Marqués de aquella Isla, D. Agustín Herrera y Rojas. En 16 de Agosto de 1590, saquearon los Berberiscos la villa de Lepe, y en 1593, Xaván Arráez pilló la Isla de Fuerte Ventura, quemando y destruyendo cuanto quiso, con derrota de un refuerzo de 200 hombres, mandados de la Gran Canaria.

Atreguado Felipe II con el Marroquí, por diez años, concibió el plan de asegurar las costas, sin embarazos de grandes conquistas territoriales en África, y propuso al Emperador el trueque de Mazagán por el de Larache, á la entrada del Estrecho, y que impedía las excursiones de los corsarios de Salé, á vuelta con los piratas de Holanda, Inglaterra y Francia, que se les unían contra España. Cinco ó seis años anduvieron de negociaciones inútiles, por medio de D. Pedro Venegas de Córdoba y D. Diego Marín. Muley-Achmed, que por intervención de Francisco de

toria, tomo A. 50, Varios. -Parece ser de D. Rodrigo de Castro ó Alencastro, Arzobispo de Sevilla.

4 La entrega se hizo en presencia de Dionisio de Pereira, Rodrigo de Meneses, D. Francisco de Zúñiga y Fr. Roque del Espíritu Santo. Rey de Portugal Felipe II, hizo trasladar el cadáver al Monasterio de Belem.

Zúñiga había mantenido inalterable amistad con el Rey Católico, tuvo industria bastante; accediendo de palabra á todo lo que se le proponía, sin comprometerse formalmente; para no llevar á efecto el cambio propuesto, ni menos quebrar las buenas relaciones con el Monarca español, que murió en 13 de Septiembre de 1598.

A Felipe II se debió la unidad de la Península ibérica y la defensa de la religiosa. Felipe fué la encarnación en un hombre, del pueblo que gobernaba. El odio de los Protestantes y extranjeros, le apellidó el demonio del Mediodía. ¡Gran título de gloria!: para católicos y Españoles no es dable mayor elogio. Europa le llamó el Prudente, y la posteridad imparcial le ha confirmado por el más grande entre los grandes Monarcas que han regido los destinos de la nación española.

4 Ni en el apodo fueron originales los enemigos de Felipe II.-D. Alonso de Santa María ó de Cartagena, de cuya diócesis era Obispo; en su discurso al Concilio de Basilea, probando la preferencia que debía tener el reino de Castilla sobre el de Inglaterra, ya usó esta misma frase. Hablando de las Órdenes que, dependientes del Rey castellano, peleaban contra Infieles, dice: «y á la parte del Mediodía, contra aquel Mahomat, al que podemos llamar demonio del Mediodía. »

M.S. de la Bibliot. Nac.

CAPÍTULO XVIII.

Expedición frustrada contra Argel.-Otras del Prior de San Juan y Marqués de Santa Cruz contra los corsarios.—Alianzas con los Reyes de Persia y del Cuco. —Ataques á Tánger y Arcilla.-Alianza con Muley-Xeque.-Empresas del patrón Simón y de D. Luis Fajardo contra Argel y Túnez.-Guerra de Muley-Xeque con Muley-Cidán.-Por intervención de Juanetin de Mortara, cede aquél á Larache.-Descripción de Larache.-Se obstruye el puerto de la Mahamora.-Capturas de corsarios y de la recámara de Muley-Cidán.Muerte de Muley-Xeque.

La muerte del temido Monarca español conmovió á Europa. Los piratas berberiscos principiaron otra vez en grande escala sus depredaciones, de modo que en 1601 tuvo Felipe III que proveer saliese D. Martín de Padilla á refrenarlos. Ya las temibles escuadras de los Draguts y Barbarrojas habían desaparecido; siete galeras fueron bastantes para que el mar quedase limpio y castigada la avilantez de los corsarios.

Grandes preparativos se hacían por entonces en el virreinato de Sicilia. El Almirante genovés, Juan Andrea Doria, salió de sus puertos con una armada de 70 galeras y 10.000 hombres de desembarco, y se presentó á la vista de Argel.

Sólo entonces entendió la ciudad el objeto de la expedición, y hallóse con sus fustas esparcidas por los mares, y ella casi sin defensa. Posible fué tomarla de rebato; pero conferenciaron los Capitanes, y creyeron más conveniente suspender el ataque para otro día. En tanto, el protector constante de Argel acudió en su socorro. Un recio vendaval obligó á la escuadra á echarse mar afuera buscando refugio en Mallorca y Barcelona. Mucho sintió el Rey que se malograse expedición tan costosa y tan ardientemente deseada por sus pueblos.

Quedó desde entonces reducida la guerra á choques parciales con los corsarios, impotentes para reunir grandes fuerzas, desde que el Gran Turco, por las treguas con España y por el decaimiento de su poder marítimo, dejó de auxiliarles con sus temibles armadas. Así fué que en 1603, el Prior de la Orden de San Juan, recorrió el Mediterráneo, apresando varias embarcaciones piráticas en las costas españolas; mientras

que el Marqués de Santa Cruz las perseguía en los mares de Sicilia. Para distraer las fuerzas turcas por todos lados, é impedir que favoreciesen á los Berberiscos, formó alianza Felipe con los Persas, y por la parte de África, con el Rey del Cuco; pequeño estado de la costa; á quien ofreció auxilios de gente, dinero y naves. Ambos emprendieron la guerra, pero Felipe no pudo ayudarles y lograron poco efecto.

Falleció en este año Muley Achmed, que siempre mantuvo paz con los Españoles: la división del reino entre sus hijos produjo abundante mies de guerras intestinas. Pero retrocedamos algo para explicar los sucesos que tuvieron lugar en el Occidente de Berbería. Ensoberbecido Muley Xeque con la victoria obtenida contra su tío Muley Nazar, y aguijoneado de impaciente ambición, levantó armas contra su padre; el ejército no le siguió, y los principales Alcaides le aconsejaron que borrase el delito, poniéndose en sus manos. Justamente irritado Muley Achmed, le mandó encerrar en Mequinez, y al morir, en 14 de Agosto de 1603, dejó á su bijo Muley-Abú Fer el reino de Marruecos, y el de Fez al menor, Muley-Cidán: Muley-Xeque, hijo mayor desheredado y preso, logró la libertad, y con ella numerosos partidarios; atacó á Muley-Cidán, y despojóle del reino. Abd-Alláh, hijo de aquel, dió muerte á Abú-Fers, ayudado por el Alcaide Hamuz-ben-Elch; pero no pudo conservar á Marruecos, por habérsele opuesto los principales, capitaneados por MuleyBoazón, Alcaide de gran séquito é influencia, que proclamaron al fugitivo Cidán 1. Tío y sobrino lucharon larga y encarnizadamente con varia fortuna; pero temiéndola Muley Xeque, quiso prevenirse, estrechando la amistad con España, acorde con la política de su padre. Al efecto, y con motivo de una victoria obtenida por su hijo Abd-Alláh, contra Cidán su hermano, envió á Juanetín Mortara, Genovés, residente á la sazón en Marruecos, hombre astuto y determinado; á fin de que le lograse un salvoconducto para entrar en las posesiones españolas, cada y cuando le conviniese, y tal fué el manejo del Genovés, que se lo logró en 24 de Abril de 1608.

Durante este período de espantosa anarquía porque pasaron Fez y Marruecos; sin motivo aparente, los Fecíes dieron una brusca arremetida á Tánger y Arcilla, pero fueron rechazados con igual ardimiento;

4 De tal modo discuerdan los autores sobre estos hechos, que muchos suponen que Abú-Fers, vencido por Abd-Alláb, se refugió en las montañas de Sus; que después reconoció á su hermano Muley Xeque por señor de todo el Mogreb, y uniéndosele con grueso ejército, peleó contra Muley Cidán, y que le derrotó, y á Muley-Abd-Alláh, hijo de MuleyXeque, en la batalla que se dieron á orillas del Buregreb, ó Buragrag.

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