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APENDICE NÚM. 25.

(Pág. 301.)

MISIONES EN BERBERIA.

Fundada la Orden de Menores Franciscanos en los primeros años del siglo XIII, bien pronto fué el África el objeto de sus desvelos. San Francisco de Asís, fundador, determinó pasar á Marruecos, sin poderlo verificar, por una grave enfermedad que sufrió en España, y destinó á Fray Bernardo de Corbio, como Superior, y á Fray Pedro de San Geminiano, Fray Otón, Fray Adyuto y Fray Acursio, todos Italianos. Hospedóles en su casa, D. Pedro, Infante de Portugal, que allí se hallaba por desa venencias con su hermano el Rey Alfonso II. Pronto fueron los Misioneros víctimas de su apostólico celo. El 16 de Enero de 1220, predicaron delante del Emperador, quien, irritado, desenvainó su cimitarra y les cortó la cabeza; siendo canonizados por Sixto V en 4484, conservándose sus restos en Coimbra, donde los transportaron los Portugueses.

En 1221 arribaron á Ceuta, Fray Angel, Fray Samuel, Fray Dónulo, Fray León, Fray Nicolás, Fray Ugolino y Fray Daniel, que iba como Superior; todos procedentes de Calabria; quienes en el mismo año, según unos, y según otros en 1227, fueron degollados y arrastrados sus cuerpos por orden del Gobernador Arbaldo, conservándose sus reliquias en el barrio de la Alhóndiga, habitado por los comerciantes extranjeros, y de allí trasladados al convento de Santa María de Marruecos, cabeza de las Misiones. El Pontífice León X inscribió sus nombres en el catálogo de los Santos en 1516.

En 1227 llegaron otros Misioneros, presididos por Fray Agnelo, compañero de San Francisco, siendo electo Obispo de Fez y Marruecos en 1233, y el primer Fraile que sobre el sayal franciscano vistió las insignias episcopales. Muerto en 1243, le succedió en 1246 Fray Lope, ó Lupo Fernández Dain, Aragonés. Logró éste penetrar en lo interior del país, y de tal modo se captó las simpatías de los Gobiernos, que el Emperador de Marruecos le confió la comisión de proponer la paz á los de Fez, con quienes peleaba: tan bien la desempeñó, que se aceptaron las proposiciones, y en recompensa, se les permitió predicar libremente y edificar conventos en Fez y Mequinez; cuyas ruinas se ven aún hoy, y las llaman los Moros, las casas de los sabios de los Cristianos.

Durante las guerras entre Almohades y Merinitas, apenas quedó un Religioso en el Mogreb. En el reinado de Mohamed-ben-Oataz, llegó á Fez el V. P. Fray Andrés de Espoleto, á quien Torres, en su Historia de los Xerifes, llama Fray Martín; el cual obró tantos milagros, que la plebe mahometana le mató á pedradas en Enero de 1532, por hechicero.

En 1631 la provincia franciscana de San Diego en Andalucía se encargó de proveer de personal á las Misiones africanas, enviando primeramente al Beato Juan de Prado, con sus dos compañeros, Fray Matías de San Francisco y Fray Ginés de Ocaǹa, que fueron atormentados por Muley-Luelid ó Valid.

El Sultán de Marruecos, Muley-Abd-el-Kerím, les derribó el convento é iglesia que reedificaron, y que volvió á destruir Muley-Arxid en 4670.

También les derribaron el convento de Fez; pero lo reedificaron en 1673, cuando Muley-Ismael trasladó á esta ciudad todos los cautivos que tenía en Marruecos, permitiéndoles después que construyeran capilla en Tetuán; y en Mequinez, dos iglesias y cuatro capillas, dos de Franceses y dos de Portugueses.

Carlos II, queriendo favorecer el establecimiento de las Misiones, que hasta entonces se habían mantenido con sus propios recursos, les señaló 2228 pesos fuertes, con cuyo auxilio llegaron á tener á principios del siglo XVIII; iglesias con hospicios en Fez, en Rabat de Salé y en Tetuán. En Mogador hubo también iglesia desde 1760, y en Mazaghán y en Saffi, y en Larache, además; se conservó un convento, aun después de perderse la plaza por los Españoles.

En tiempo de Sidy-Mahomet, fué tal la consideración y respeto que disfrutaban los Misioneros, que en uno de los artículos del tratado que se ajustó posteriormente, se decía: «que el ministerio y operaciones de los Misioneros, lejos de causar disgustos á los Marroquíes, les habían sido siempre agradables y beneficiosos, por sus conocimientos prácticos en la medicina, y por la humanidad con que habían contribuído á sus alivios.» Los privilegios concedidos por varios Emperadores, les fueron reconocidos solemnemente en el artículo 4.° del Tratado de 1.° de Marzo de 1799 y en el 10, del de 26 de Abril de 1860.

Con la supresión en España de las Ordenes religiosas, la provincia de San Diego no pudo ya mandar más personal á Marruecos; si bien esta misión había perdido ya gran parte de su importancia desde que Muley-Solimán, en 1816, dió libertad á todos los cautivos, y abolió en 1817 el corso y la piratería.

En 14 de Julio de 1856 se inauguró en la villa de Priego, provincia de Cuenca, un Colegio de Misioneros Franciscanos de la Observancia, con el objeto de enviar á Tierra Santa, Religiosos que sostuvieran allí los derechos correspondientes á la Corona de España. En 10 de Julio de 1859, llegaron á Tánger varios Religiosos de este convento. Con motivo de la declaración de guerra, hubieron de dirigirse á Algeciras, y de allí á Ceuta, donde fueron destinados á los hospitales de sangre. La Sagrada Congregación De propaganda fide, nombró Superior de las Misiones católico-franciscanas al R. P. Fray José Antonio Sabater, y los servicios de los Misioneros en los hospitales de coléricos y en los de heridos fueron imponderables. Tambien bendijeron la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, en Tetuán. Concluída la guerra, la Misión quedó definitivamente asentada en Tánger y en Tetuán; con autorización, en virtud del Tratado de Guad-Ras, para establecerse en Fez ó donde mejor le pareciese. Hoy hay iglesias en aquellas dos ciudades, en Casa-Blanca, Mazaghán y Mogador.

Las Misiones, que antes sellando con su sangre su celo por la predicación evangélica, se ocupaban en consolar á los cautivos, y en socorrerlos material y espiritualmente, y en mantener en su fe á los cuerpos españoles que asoldaban los Sultanes para su defensa; hoy día sostienen las iglesias y su culto, establecen escuelas gratui

tas y públicas de primera enseñanza, y en la de Tánger, además, pagan clases de música, inglés, francés, árabe, latín y español.

Aunque lentamente, la civilización cristiana va por estos medios infiltrándose en el Mogreb; así es que el eminente político, el Excmo. Sr. D. Francisco Merry y Colom, representante de España en Tánger, solía decir: «Las actuales pequeñas capillas de la Misión, serán con el tiempo las iglesias matrices y catedrales del país marroquí regenerado. »

El Gobierno presidido por el Sr. Cánovas del Castillo, agregó la Agencia de Preces á la Obra Pia de Jerusalem, que desde 1877 ha atendido con bastante esmero á las Misiones marroquíes, sufragando los gastos de la iglesia, que el 2 de Octubre de 1881 se inauguró en Tánger, y ayudando á la construcción de la capilla, que el 24 de Junio de 1883 se abrió al culto en Yebel Kibir, de la misma ciudad.

(Extracto del Apéndice, del P. Fray Manuel de Castellanos, Las Misiones franciscanas en Marruecos.)

APÉNDICE NÚM. 26.

(Pág. 305)

PÉRDIDA Y RECOBRO DE ORÁN.

Á tan poca costa se recobró Orán, cuya pérdida en 1708 cuentan así los Árabes: «El Dey de Argel Bakdaché encargó á Sid Husún Hassán. Atacaron primero el Fuerte de las Fuentes (Bordy el Aioun) 4. Dirigieron la artillería contra las puertas de la plaza y acometieron á los Españoles, que sin duda estaban fuera; los derrotaron y los persiguieron hasta el pie de la muralla; pero los que allí se habían refugiado y la guarnición fusilaba á los perseguidores, hasta que dado fuego á una mina se desplomó gran parte de la fortaleza, y al día siguiente el presidio se rindió á discreción. Al cabo de 56 días de sitio, 545 cristianos quedaron esclavos, sin contar mujeres y niños.

»Á seguida pusiéronse á atacar el fuerte de la montaña (Bordy-el-Dgebel) 2 con artilleria y minas peleando la mitad de los sitiadores y descansando la otra mitad y reemplazándose: los defensores tuvieron que entregarse al tercer día quedando prisioneros 106 hombres y 6 mujeres.

>>>En posesión los Musulmanes del Castillo de Santa Cruz, pudieron hacer ya un vivo fuego contra los otros castillos y contra la plaza de Orán.

>>De allí pasaron á sitiar el Fuerte de Hocen-Eben-Zahwa 3. El ejército se colocó de modo que pudiese ofender al fuerte por todas partes, creyéndola fácil presa; pero de tal modo se defendieron los Españoles que hicieron retirar á los Árabes, muertos muchos de ellos y desanimado todo el ejército. Entonces el Kalifa recurrió á las minas, y después de dos que no causaron daño, la tercera abrió un ancho boquete que permitió montar la brecha: 37 días duró este sitio. Los Españoles fueron pasados á cuchillo; algunos prisioneros cargados de cadenas fueron enviados á Muley-Ismael, Emperador de Marruecos.

>>Tomado éste, cercaron el Fuerte de la Mona (Bordj-el-Yahudi): otra mina quebrantó los muros, y por la brecha fué entrado por asalto y toda la guarnición pasada á cuchillo. Los Españoles de Orán que estaban mirando desde las murallas, quedaron desanimados completamente.

4 El fuerte de San Fernando, obra avanzada del Castillo de San Felipe que substituyó á la antigua torre de los Santos, y que defendía las aguas. Probablemente la conocida en nuestra historia, por Torre del Nacimiento del Agua.

2 Al parecer el Castillo de Santa Cruz.

3 Quizá el Fuerte de San Gregorio al que últimamente llamaban los indigenas BordjTopana.

>>Emprendióse entonces el sitio de Orán: á la fama acudieron tantos Árabes, que parecía aquello un inmenso campamento de peregrinos en la estación del Arafat 1, 6 una nube de langostas.

>>>Sin esperar órdenes se derramaron por los alrededores de la plaza y la circunvalaron y asaltaron, rechazados con pérdidas; pero al son de las fanfarrias y al grito de la guerra santa, volvieron al asalto y entró el ejército victorioso. Muchos de los Cristianos habían huído antes, y todos puesto en salvo sus bienes. Los Cristianos que quedaron no tuvieron valor para defenderse, y los Musulmanes no tuvieron que hacer uso de sus armas.

Sólo quedaba el Bordj-el-Ahmar ó Bordj-el-Djedid 2 que entregada Orán, resistió un dia y capituló quedando cautivas 560 personas.

>>La parte de la guarnición que no había quedado en los fuertes se refugió en Houm-al-Marsa ó plaza de Mazalquivir, creyendo poder escapar por mar; pero á fin de evitarlo, vino una escuadra argelina.

>>>Varias veces atacaron, aunque en vano, tratando de apoderarse primero de un pequeño fuerte que tomaron al poco tiempo. No pudiendo lograr la plaza, la minaron, y despues de tres minas inútiles, la cuarta derribó un trozo de las fortificaciones, y asaltada y tomada, pasaron á cuchillo á tres mil hombres. >>

(Crónica árabe titulada «El Tefat-el-Mardhia» (El Homenaje agradable), traducida phonso Rousseau.)

por

Al

4

Una de las estaciones que hacen los peregrinos cuando van á la Meca. 2 Castillo nuevo, ó nueva Casbah (Alcazaba).

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