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No fuera prudencia estirar en esta oportunidad la justicia. No hay tahur, que no sepa que es bueno quando pierde mudar baraja, pero ha de ser sabiendo, que tiene otra. Á no tener otra á mano, fuera imprudencia rasgarla, porque fuera imposibilitar el despique, que pretendia. No habiendo baraja nueva entera, lo mas dis creto será descartarse de las cartas peores. Echando cartas á monte, se quitan los encuentros de la

suerte.

No debes estrañar esta atenta suspension, porque Augusto, Príncipe el mas discreto, y el mas dichoso, arrepentido de la entrada en su gobierno, debió á Libia la restauracion, y la penitencia. Anegó á Roma en la sangre de sus enemigos; y al paso que corria por los cadahalsos, se encendia en los corazones. Llegó á la secreta conjuracion en que entraba el sobrino de Pompeyo Cinna, y persuadido de la discreta Libia, trocó la justicia en clemencia, y ganó piadoso, lo que no consiguió vengativo.

En estos exemplos prácticos, yerra tal vez la aplicacion, porque se varian los individuos. La política es una civil medicina, que guiada por las veredas universales. es muerte, y conducida por las condiciones de los achacosos es vida.

A algunos los empeora el castigo, y á otros los ensoberbece el agrado. Para elegir la senda de piedad ó rígor, se necesita el conocimiento comprehensivo de los genios. Á los ánimos generosos los castiga el cari✩

ño,

, porque tienen por feo vicio lo ingrato. A los ruines los anima, porque no teme la censura quien no galan tea la fama. El rigor á los generosos los hace desesperados. La piedad á los cobardes los vuelve atrevidos.

Dificil es penetrar estas inclinaciones, siendo el es-
Tom. V.

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tudio mas aplicado de todos los políticos no desplegar sus ocultos senos; pero la prudencia es muy discreta zaho rí, porque reparando en la repeticion de sus operaciones, se averigua lo que se esconde. Quien se ha vendido una vez, se venderá treinta. Yo no admito penitencias en lo político, sino en lo christiano. Al que siempre ha obrado consagrando sus acciones al altar del pundonor, se le puede fiar la enmienda, si ligeramente ha errado. Es la fama el Dios de los honrados, y solo quien la ,.y galantea con ansia, no echa borron en su limpieza.

Diestrísimo piloto pide este desarbolado baxel del Gobierno ; no tanto porque tiene contrarios los mares, y los vientos, quanto porque faltan los marineros; y piloto sin marineria es cuerpo sin brazos. Los conductos por donde han de correr las órdenes del remedio algunos están viciados, y otros rotos. No puede el mas diestro timonero conducir á playa el baxel, sin esperar los soplos de mi favor. Lo que casi irrita la igualdad de mi paciencia, es contemplar que no se estime un gigante fa⚫ vor. Dos males, padecia la Monarquía; uno presente, y otro futuro. Padecia lo que lloraba, y lloraba lo que temia. De este mal que habia de suceder, la ha librado S. A. Todos le deben el remedio de lo que era preciso padecer á no haber venido. Siendo esta obligacion tan crecida, no es estimada; porque como el mal de que ha librado es invisible á los ojos, y solo visible á los juicios, solo le estiman los discretos; porque para discursos crasos se necesitan beneficios de vulto.

Estos discursos, como de conversacion arrebatados, y.como sin meditacion poco cultos, te servirán, Esperanza mia, de desahogar tus vanos temores, y si aún escrupulizas mis verdades, yo te doy palabra de irte satisfacien do mas cada dia.

Esperanza. Con razon, Tiempo amigo, te llamó Tha

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les el mas sábio, porque solo tu luz lo penetra todo. Debo agradecer los sustos de mis dudas, por haber lo-grado la alegria en tus respuestas ; y ya que me he purgado de todos mis escrupulos, quiero limpiarme de mis enfados. ¿Qué sientes de unas Gazetas contrahechas que -han corrido?

Tiempo. Esas son unas balas sin polvora ni municion, -disparadas del vano cañon de una hipócrita pluma. La turquesa en que se forman, y la tinta con que se escriben, es una complicacion de ingredientes de Ginebra, interés, ambicion, sagacidad, engaño, impiedad, cautela, codicia, y venganza. De estos ingredientes se forma la tinta, y los polvos para que se conserve escrita sin borrarse los vende con disimulo una República parecida á la de Venecia, no en la reflexion de su juicio, sino en ser tan temporal, como su vidrio.

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Esperanza. Permite que te diga que no me parece sagacidad muy discreta derramar mentiras, que se averiguan por falsedades.

Tiempo. Torpemente engañas tu juicio, porque mas 'daño ocasionan en lo político, y militar las mentiras, que las verdades. Una voz falsa ha turbado invencibles esquadrones. Un movimiento mal penetrado ha cortado el curso á muchas victorias, Poco sabes, si ignoras, que los mas ciudadanos del mundo no son advertidos, y que las armas falsas asustan á los vi soños.

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Pretenden con esas derramadas mentiras tomar el pulso á los corazones, y ganar los cándidos, ό parar los afectos. La escondida reflexion de sus políticas es, que todas las vanderas humanas viven repartidas entre tres Capitanes generales, Amor, Odio, ó Neutralidad. Todos los soldados son como los Generales, Amigos, Enemigos, ỏ Neutrales. Al escuchar que S. A. no pue

de subsistir, que la edad del Rey no es constante, que viendo el mal irremediable ha de ceder á lo imposible, los amigos sencillos se entibian, los ene migos se esfuerzan, y los neutrales se confirman.

Mas daño provocan en los que quitan, que en los que ganan; porque muchos que condenando su ociosa neutralidad, se alistáran en la vandera de la razon, como flojos se retraen, y como cobardes se detie nen. Consiguen á lo menos de los tibios neutrales, que no se arrimen, y de los afectos no muy sagaces que se desmayen.

Mas delicadas reflexiones te revelára de esta maliciosa política, á no ser mejor que se ignoren hasta que se castiguen; porque es peligrosa revelacion la de sagacidades, que dexa noticiosos, y no enmendados. Ya es tiempo que no me detengas, pues sabes faltaré á mi oficio en pararme un instante, y quexándose todos de mí de que soy breve, solo en esta conversacion habrẻ parecido largo.

Al pisar el umbral para salir, divisó la Esperanza un vulto tan escondido, como dinero de avariento, y tan envuelto en la nube de un manto, muger fea que puros desprecios ha conocido su cara. ¿Quién es esta fantasma? dixo la Esperanza.

á

Tiempo. No es fácil que lo conozcas, porque muchas veces has registrado su semblante; pero eres tan olvidadiza , que desconocen tus ansias lo que han llorado tus experiencias. Este es el Desengaño, que anda tan oculto, y escondido, no solo por verse des conocido, sino por mirarse despreciado. Tantas veces le has visto, quantas han salido tus esperanzas infieles; pero se te olvidan tan presto sus facciones, que desengañada en una te engolfas presurosa en

otra.

Es

Esperanza. Ni puedo negar mi delinquente flaqueza, ni me dexa mi genio proponer la.enmienda, por mas que me corra el conocimiento de mi culpa; pero no me admira tanto mi reincidencia, como mirar al Desengaño en Palacio, como si fueran sus patios claustros, sus tribunales celdas, y sus salones hermitas.

Tiempo. No discurras tan injuriosamente, que imagines asidas las virtudes á los lugares, quando sus palacios son los corazones. Es verdad que habia algunos años, que faltaba de Palacio : políticamente le desviaron, porque le oyeron. Fuese fugitivo á Zaragoza con S. A., donde le ha servido de Consejero todo este tiempo de su retiro, y ahora en la jornada de S. A. vino como fiel criado acompañándole á Palacio.

Esperanza. Temo, que enojado de mis desprecios, no quiera hablarme. Por tu vida que interpongas tu amistad, para que logre el alivio duplicado.

Tiempo. No se negará á mí, porque profesamos -tan íntima inclusion, que él se compone de mis minutos, y yo me califico con sus verdades. Amigo Desengaño, la Esperanza nuestra conocida, quiere comu-nicarte su pena; y pues no te niegas á ningun mortal, no te escuses á su fiel deseo.

Desengaño. Siendo quien soy, es preciso que sea muy breve. Yo te respondo lo que te ha dicho mi amigo el Tiempo. En prendas de nuestra verdad, te damos por fiador nuestra firme amistad. Yo te doy por fiador al Tiempo, y el Tiempo te dará mi Desengaño.

Á Dios, dixo la Esperanza: y ví que se desapareció, porque como entró con tan claro Desengaño á ser pose◄ sion, dexó ya de ser Esperanza.

CON

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