Imágenes de páginas
PDF
EPUB

BLASCO DE GARAY.

OBSERVACIONES IMPORTANTES SOBRE SU INGENIO, FUNDADAS EN LA MÁS NOTABLE DE SUS CARTAS AL SEÑOR REY Y EMPERADOR CARLOS V.

Mejor es, y más valiente el que confiesa sus faltas por convencimiento, que el que por vanidad persevera en sus errores.

Con el permiso competente registraba yo el famoso archivo de Simancas, satisfaciendo los deberes de una vasta comision literaria, el año de 1848; y queriendo aprovechar las diversas curiosidades históricas que por ventura se me viniesen á las manos, hube de tropezar con aquellos, sobre el ingenio de Blasco de Garay, documentos curiosos, que el erudito Sr. D. Tomas Gonzalez habia denunciado, adulterando su espíritu, y de los cuales el sábio Navarrete dió cuenta en su famosa Coleccion de viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles, etc., para reclamar en favor de España las primicias del más famoso invento que en los tiempos que corren se ha logrado.

La diferencia que desde luego advertí entre lo que

se atribuia á Blasco de Garay y la realidad de los hechos, me estimuló á recojer sobre el asunto cuantos datos existiesen; con cuyo motivo no solamente he copiado para mis colecciones, diplomáticas hasta cuarenta y tres documentos relativos á dicha novedad, sino que anhelando restablecer la verdad en una cuestion histórica de tanto bulto, me dispuse á publicarlos sin pérdida de tiempo.

Hubiéralo hecho en efecto, por amor á la justicia, si el encargo que inmediatamente recibí de escribir la Historia de la Marina española no me aconsejara reservar aquellos diplomas, para acomodarlos en dicha obra como en lugar más competente; pero abrumado con la responsabilidad que esta echaba sobre mí, y obligado por otros compromisos que me hicieron viajar al Nuevo Mundo, abandoné á más peritas manos el tomo segundo de la referida Historia de la Marina, ántes de que el órden de los sucesos y las reglas de la cronologia me hubiesen permitido satisfacer la verdad y arrojar de nuestra conciencia el baldon de la impostura.

No entró en mi propósito el de renunciar para siempre al que de antemano habia acariciado; porque celoso de nuestra honra, y comprendiendo la facilidad con que podria ser lastimada por cualquier extranjero curioso de los que están autorizados para registrar nuestros archivos, si por acaso daba en el de Simancas con los citados documentos, siempre tuve por más noble el que nosotros mismos deshiciéramos nuestros propios errores, que el que la gente de fuera nos los echase en cara un dia, apostrofándonos á la vez de presuntuosos y falsarios.

En este concepto, y aprovechando la primera ocasion que á la mano se me vino, hace ya algunos años que publiqué en Lisboa cierto opúsculo, donde al hablar de los trámites que habia seguido el descubrimiento del vapor aplicado á la mecánica, y más especialmen

te á la navegacion, me explicaba en los términos siguientes:

"Habráse echado de ménos el nombre de Blasco de Garay entre los más famosos que han adelantado las experiencias del vapor, hasta la perfecta aplicacion que de éste se hace en nuestros dias; y la omision parecerá tanto más notable, cuanto que siendo español nuestro escrito, deberia ser mayor el cuidado de mencionar al ilustre ingeniero, colocándolo al frente de todos los modernos descubridores.

"De autorizada pluma partió el crédito de Blasco de Garay hasta el mundo de los sábios; como que pregonó su peregrino invento el Excmo. Sr. Navarrete en el tomo primero de la Coleccion de viajes y descubrimientos, etc., nada ménos que apoyado en una carta del Ilmo. Sr. D. Tomas Gonzalez, tan docto en las preciosidades históricas del archivo de Simancas; como que fué el encargado de su arreglo por el Sr. D. Fernando VII, despues del escandaloso traslado que de él hicieron los franceses cuando la guerra de la independencia.

"Pero aun así mi conciencia de historiador, y la veneracion que tengo á la fama universal del Sr. Navarrete, no me permiten disimular la impostura que sorprendió su buena fé, siquiera deje mal parada la veracidad del canónigo. La carta de éste en que se apoyó aquel ilustre escritor, para reclamar á favor de España las primicias del descubrimiento del vapor, es absolutamente positiva; pero su contenido se debe declarar á todas luces inexacto.

"No un experimento en Barcelona, sino hasta cuatro se hicieron sobre naves de distinta magnitud en dicha ciudad y en la de Málaga ántes; resultando de todos que el ingenio de B.asco de Garay se reducia á un aparato de ruedas semejantes á las que hoy usan los barcos de vapor, el cual se movia á fuerza de brazos, bien que economizándose muchos de los

que ordinariamente necesitarian para andar á remo unos buques de tanto porte.

"Recuerdo bien que en una de sus cartas dice Blasco de Garay al Emperador Carlos V. que le remite adjunto el plano de su ingenio; y es lástima por cierto que en el trasiego que hicieron los franceses de nuestro archivo general, ó tal vez ántes, se haya extraviado aquella traza. Posible es que sobre ella se hayan perfeccionado las aplicaciones del vapor á la navegacion, si como dice mi ilustrado amigo el Sr. D. Jeró nimo Lobé, cónsul general de los Paises-Bajos en la Habana, algunos documentos relativos al invento de Blasco de Garay anduvieron en manos extranjeras (1); pero siempre conviene asegurar que al buen ingeniero español se le ha atribuido una gloria superior á sus conocimientos físicos, la cual rebaja en gran manera cuanta le corresponde por el extraordinario impulso que dió á la mecánica.

"Yo siento no tener á la mano mis colecciones diplomáticas ni mis libros, de suerte que estoy haciendo de memoria este insignificante trabajo; mas no renuncio á la idea de publicar en la primera oportunidad algunos de aquellos documentos, para que sobre datos más ciertos se conjure toda adulteracion, y sea equitativo el repartimiento de la gloria."

Es muy posible que la intencion manifestada en el último párrafo del escrito anterior no hubiese dejado de serlo hasta que el tiempo y la fortuna me permitiesen dar á luz, ordenadas por materias, mis ya crecidas colecciones de documentos inéditos: salvo si algun arranque de exagerada nacionalidad no me provocaba á la polémica ántes de sazon, ó si tareas impre

(1) Mi segundo viaje a Europa, página 74, donde dice de este modo: "Si es cierto que Fulton fué el primero que en 1807 aplicó el vapor á la navegacion fluvial, abriendo la comunicacion entre Albany y New-York en el rio Hudson, no tiene duda tampoco que el célebre ingeniero español Betancourt, que servia en Francia ántes de aquel año, comunicó en Paris el pensamiento de Garay y los planos perfeccionados á unos norte-americanos, que muy probablemente fueron de quienes Fulton los obtuvo."

vistas no me obligaban á ampliar aquellas indicaciones. Pero es el caso que habiendo caido el restablecimiento de la verdad en las hábiles manos de mis amigos los distinguidos literatos Ferrer del Rio y Ribot y Fontseré, hiciéronlo con tanto primor que toda añadidura parece excusada; y bastaria leer una sola vez, ó trasladar como autorizados comprobantes sus excelentes escritos sobre Blasco de Garay, publicados en el número 4 de La América el primero, y en los 19, 20, 22 y 23 del Museo Universal el segundo, para creer cuanto dicen como artículo de fé, si por desgracia, un espíritu harto apasionado y entusiasta, no se opusiera á la marcha natural de la justicia, con argumentos improcedentes.

A juzgar por la réplica que da á éste el celoso historiador de Cárlos III y de las Comunidades, y del silencio en que el segundo se quedó, parece como que no tienen á la mano de los documentos relativos á Garay, puesto que no creyeron necesitar otra cosa, más que algunos apuntes. Por esta razon, y porque los que rendimos culto á las letras, descartando los hechos positivos de los que no lo son ni siquiera lo parecen, tenemos en mucho la verdad y no pecamos de vanidosos, háme parecido conveniente terciar en este litigio con las mejores probanzas que pueden ofrecerse; las cuales consisten en la copia auténtica de una de las cartas que Blasco de Garay dirigió al emperador Cárlos V desde Málaga en 1540, y en un párrafo de otra que, sobre el propio asunto, me escribió el actual archivero de Simancas el 24 de agosto de 1849.

Este voy á anticipar, para que se vea hasta qué punto andan errados los que aceptan como buena la inventiva del canónigo Gonzalez, para poner en tela de juicio las intachables relaciones de Ribot y Ferrer del Rio; los cuales tan esclavos de la verdad procedieron en ellas y tan reputados están como escritores de conciencia, que ó no merecian las ofensas de

« AnteriorContinuar »