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por escritores altamente interesados en nuestro descrédito. (1)

El cúmulo de vicios que se supone arraigado en los ramos de la economía y del derecho judicial lo reduciremos á la nulidad, comparando nuestros errores con los que se advierten cada dia en todos los demas pueblos del mundo, sin esceptuar á la propia España en su natural territorio. Y por lo que hace á la desigualdad de los derechos políticos, tan incautamente alegada por algunos, muy pocos, para evidenciar el exclusivismo de la madre pátria, tambien apuntaremos los argumentos naturales que, por consideraciones de utilidad local y por los más altos principios de eterna justicia, nos han de relevar del que parece, sin previo exámen, el cargo más razonable entre todos los que de algunos años á esta parte se nos han dirigido.

No se esconderá por eso á una inteligencia clara que, aun despues de lo dicho, quedan en pié esas deslumbrantes teorías con que los modernos filósofos han querido encargarse de lo que se llama arreglo universal de las nacionalidades naturales. Mas como quiera que la independencia de los pueblos pequeños es una vana quimera, si por desdicha á otro más poderoso pueden servir de utilidad reconocida; y por otra parte las anexiones han simbolizado de ordinario la completa renuncia de todos los derechos, incluso el de la misma naturaleza, bien podrá ser que el caudal de nuestros discursos, dedicados á esta parte de la obra, les haga rebosar del papel y saltar á la inteligencia, sin necesidad de que todos queden escritos, ni siquiera para ilustrar sobre el asunto á las generaciones que han de sucedernos.

(1) Muchas reformas administrativas políticas y económicas se han hecho en nuestras provincias de Ultramar hasta hoy, desde que se escribió esta Memoria; las cuales y las que están en estudio para hacerse tambien, demuestran la bueua fé de nuestros argumentos y los excelentes deseos de acertar que sobre estas materias presiden siempre en la Metropoli.

Aunque una experiencia general no sea el norte absoluto de nuestros trabajos, puesto que para ordenarlos se hayan gastado algunos años útiles, sin omitir estudio ni consulta que pudieran concurrir á su perfeccionamiento, tambien en ellos se dará cuenta de los desvelos que el poder ha tenido, y sigue teniendo, para concertar el sistema más útil á la administracion de nuestras provincias ultramarinas. La creacion de un consejo especial, en que más particularmente se traten las necesidades de nuestras Antillas: aquellos proyectos de suma trascendencia que la ciencia económica ha presentado al público exámen, como preludio de infinitos bienes para uno de los más importantes ramos de la agricultura cubana: el singular cuidado con que diariamente se estimula el fomento de la poblacion, eximiendo las idustrias de toda clase de tributos, y facilitando á los nuevos pobladores las mayores garantías; y la gravedad con que se ha agitado ya en el gobierno superior el pensamiento de crear un ministerio especial de Ultramar, si por acaso fuese oportuno, todo ha de concurrir en un punto dado, para rechazar dignamente los gritos de la maledicencia. (1)

Finalmente, cerrará las postreras columnas de los trabajos enunciados, una reseña histórica de las últimas agresiones que á mano armada se hicieron en la isla de Cuba; y pues familiarizados estamos con la filosofía de la guerra, no solamente se analizarán dentro de la ciencia las operaciones ya practicadas, si no que tambien habrán de exponerse los sistemas de defensa más adaptables á los recursos y fisonomía natural de dicha isla.

Examinaudo con imparcialidad el espíritu y carácter peculiar de sus naturales, se pondrá en evi

(1) Como se anunciaba en esta Memoria, se creó al fin el Ministerio de Ultramar en España, ó sea una Direccien general de todos sus ramos, perfectamente comprendida y admirablemente desempeñada. Con este motivo el Consejo de Ultramar que antes ilustraba al gobierno, quedò definitivamente suprimido.

dencia la escasez de medios con que cuenta la ambicion extranjera dentro del pais codiciado, en virtud del corto número de sus adeptos, y de las favorables tendencias de los otros en pró de lo existente; y tambien se hará ver á la luz de la razon, aunque el fanatismo de unos y el recelo de otros no permitan la mayor claridad á la inteligencia de todos, cuán imposible es que, por la accion agresiva de tal ó cual número de insurgentes, pueda vacilar en aquella isla la existencia del gobierno español, hoy que el estado político y económico de la Península nos coloca como nacion á una altura no muy vulnerable.

En virtud del importante encargo que ha de sustentar en el público palenque de nuestra nacionalidad una obra de semejante carácter, fuera oficioso enumerar las ventajas que sus doctrinas han de reportar á la salud moral de nuestras provincias del Nuevo Mundo. La historia, que desde Herodoto hasta La Martine viene siendo el libro de la experiencia escrita, y como tal considerada antorcha de la mente, saldrá á disputar palmo á palmo el terreno de la verdad á nuestros calumniadores: y pues no se trata de vanas declamaciones y argumentos filosóficos, sino de hechos probados con irrecusables testimonios, la claridad que se difunda por las masas populares será el mejor preservativo contra las doctrinas que se afanan por hacer la revolucion moral, y poner expedito el campo de la guerra.

Por fortuna los gobiernos benéficos han profesado siempre la máxima de prevenir y estorbar el extravío de la razon, antes que sea necesario el castigo; y en España, donde todo sentimiento humano ha fructificado, por los mayores grados de religiosidad que nos han distinguido entre todos los pueblos del orbe, cuantos monarcas contamos, desde una á otra Isabel, han tenido especial cuidado de facilitar la publicidad á las ideas benéficas, y despertar con ellas el patrio

tismo de sus hijos, cuando el discurso quiso apartarse de las vias conciliadoras.

La proteccion que esta obra ha merecido á los públicos poderes, es un testimonio irrefragable de tan consoladora doctrina; y aunque la insignificancia del nombre que vá al pié de esta Memoria no pudiera garantizar el desempeño de los trabajos, es lo cierto que, habiéndose emprendido con el beneplácito del gobierno de S. M. y continuado allá en Occidente con el más decidido apoyo de la primera autoridad de la isla de Cuba, parece en verdad como que se continúa la accion benéfica de los Felipes con los Padilla, Estrada, Mendoza, Melo y Moncada; la de los Cárlos, con los Becattini, Flores Feijóo y Vargas Ponce; y la de los Fernandos con los Ulloa, Juan, Capmany y Navarrete: que no á ménos alta proteccion pudiera deberse el brillo de tales génios.

Pero aunque los límites de nuestra inteligencia no puedan abarcar la ancha extension de tan espinosa tarea: por más que la inexperiencia de los años y la distancia á que se hallan de nuestra vulgaridad las esferas del poder administrativo, nos estorben con frecuencia la inspiracion de mejores discursos, todavía con los que estén á nuestro alcance habremos prestado un servicio inmenso á la pátria de ambos mundos; y animados y satisfechos con el bien que pueda causar á la humanidad la pureza de nuestra doctrina, concluiremos honrando la alta mision de nuestro apostolado, por el brillante camino de la verdad y de la justicia eterna.

COLON Y ALONSO SANCHEZ.

Aunque parece claro el camino de la verdad es difícil: porque los hombres diligentes se cansan y enojan de investigar lo cierto, ó por no parecer ignorantes no se avergüenzan de sus mentiras.

Plinio. Lib. V. cap. II de Hist. Nat.

Cierto es que si la proposicion del sábio filósofo y naturalista pudiera muy bien poner á contribucion de justo arrepentimiento el caudal de mi insuficiencia, todavía por lo que hace á las causas donde aquella se afirma, apelo al tribunal de la imparcialidad, con los testimonios de mi conciencia: pues aunque de la pequeñez de mi ingénio y cortas letras que alcanzo se verifique, bien á mi pesar, la primera parte del argumento, en lo de la segunda agenas probanzas acudirán en mi ayuda; que no por los campos de la libre imaginacion ha de correr mi discurso; antes, sujeto al yugo de la historia, en cuanto errare declinará su involuntario delito en las autoridades que lo hayan motivado.

En virtud de lo dicho, y porque el asunto especial de este capítulo no admite dilaciones, que hartas padeció el héroe que lo inspira, tiempo es ya de poner la vista en el descubrimiento de estas Indias Occidentales: no para reproducir cansadas noticias, que

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