é

considerado, y en presencia de algunos grandes y caballeros de mis reinos, vos armé caballero, por ante Fernando de Zafra mi secretario en 17 del mes de agosto de este año de 1489, que fué un dia despues que acaeció la dicha batalla, en lo qual yo ove verdadera informacion de vuestro esfuerzo , y del peligro á que en ella vos pusisteis por me servir. Por donde quiero é es mi merced é mando que hayades é gocedes é vos sean guardadas todas las honras é gracias, é mercedes, franquezas, libertades, esenciones, preeminencias, prerogativas, inmunidades, é todas las otras cosas é cada una de ellas, de que son é gozan é deben haber é gozar todos los otros caballeros é fijosdalgo de so lar conocido de mis reinos; é por que de vuestros méritos é virtudes quede memoria de vos é dellos, é para que gocen de ellos vuestros descendientes, por la presente vos doy licencia é autoridad, para que podais traer é traigais de aqui á delante, VOS vuestros fijos é fijas é sucesores despues de vos, para siempre jamas un leon, é una toca bandera, en una lanza é once por castillos al dicho género (como se ven estampadas en el dicho original en este lugar, donde prosigue) por armas ; las quales es mi merced é voluntad que trayades en vuestro escudo en esta manera. Y mando al príncipe don Juan, mi muy caro y amado hijo, y á los infantes, duques, condes, marqueses, ricos-homes, maestres de las órdenes, priores, y á los del mi consejo, y oidores de mi audiencia, notarios, justicias y oficiales de mi casa y corte, y chancillería, y á los comendadores y subcomendadores y alcaides de los castillos y casas fuertes y llanas, y á todos los concejos, corregidores, asistentes, alcaldes, alguaciles, regidores, caballeros, escuderos, oficiales y homes buenos de todas las ciudades, villas y lugares de mis reinos, y señorios, y á otras qualesquiera personas mis vasallos y súbditos y naturales, de qualquier estado, condicion ó preeminencia, ó dignidad que sean, y á cada uno de ellos, que os guarden y hagan guardar todas las dichas honras é preeminencias, é prerrogativas subsodichas, y segun y en la manera que son y deben ser guardadas á todos los caballeros y hijosdalgo de solar conocido de mis rei

nos y señorios, é que hayan las suso figuradas por armas vuestras, y de vuestros descendientes para siempre jamas, é que vos non pongan ni consientan poner en ello, ni en parte de ello embargo, ni contrario alguno, é los unos, ni los otros no fagades ni fagan ende al por alguna manera, sopena de la mi merced y privacion de los oficios y confiscacion de los bienes de los que lo contrario ficieren para la mi cámara y fisco. Y ademas mando al ome que les esta mi carta notificare, que les emplaze que parescan ante mi en la mi corte, do quier que yo sea de dia, que les emplazará quince dias primeros siguientes, bajo la dicha pena, bajo la qual mando á qualquier escribano publico que para esto fuese llamado, que dé al que la mostrase testimonio sellado con su sello, para que yo sepa como se cumple mi mandato, y de esto os mandé dar la presente, firmada de mi nombre, y sellada con mi sello. Dada en el real de sobre la ciudad de Baza, á 29 dias del mes de diciembre de 1489 años, año del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Yo el Rey. Yo Fernan Alvarez de Toledo, secretario del Rey nuestro señor la fise escribir por su mandado.

NUMERO 11.

Historiadores que mencionan la parte que tuvo Pulgar en la defensa de Salobreña.

que

Ya se insertó en el cuerpo mismo de la obra lo refi ́rió acerca de este hecho el mismo Hernan Perez del Pulgar, que lo habia ejecutado; cuyo testimonio debe ser tanto menos sospechoso, cuanto calló su nombre, y publicó aquella hazaña cuando duraba reciente su memoria, y probablemente cuando aun vivirian algunos de los que della habian sido testigos.

El otro Pulgar cronista de los Reyes Católicos refiere en

sustancia el mismo hecho; y aunque se espresó en una nota copiada de la edicion que de su crónica se hizo en Valencia, año de 1780, que faltaba en el M. S. del Escorial la parte en que nombra espresamente á Hernan Perez del Pulgar, se halla no obstante íntegra en otros M. S. S. (como uno que he registrado en la biblioteca real) y en ediciones antiguas de la crónica de los Reyes Católicos, v. gr. la que se hizo en Zaragoza por los años de 1567.

Fr. Juan Benito Guardiola, aludiendo á los hechos de Pulgar, refiere entre ellos: este caballero descercó la villa de Salobreña, estando cercada del rey chico de Granada con gran número de moros, y mató muchos dellos en la retirada." (Cap. 36. fol. 98).

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Siguiendo las huellas de los antiguos historiadores, se expresa Washinton Yrving de esta suerte, hablando de la defensa de Salobreña: "La nueva de haber ido el rey moro sobre Salobreña cundió por la costa inspirando mil temores á los cristianos. Don Francisco Henriquez, tio del rey, que mandaba en Velez Málaga, convocó á los alcaides y caballeros de su jurisdiccion para que fuesen con él en socorro de aquella importante fortaleza. De los que acudieron á su llamamiento fué uno Hernan Perez del Pulgar el de las hazañas, el mismo que en una correría que hicieron los caballeros del real de Baza, se distinguió acaudillando á sus compañeros con un pañuelo por bandera. Habiendo reunido un corto numero de gentes, se puso don Francisco en movimiento para Salobreña. La marcha no podia ser mas aspera y trabajosa, pues todo era subir y bajar cuestas, algunas de ellas muy agrias y precipitosas; y ces guiaba el camino por la orilla de un precipicio, al pie del cual se veia espumear y agitarse con impotente furia el mar embravecido. Cuando llegó don Francisco con su gente al elevado promontorio que se extiende por un lado del valle de Salobreña, quedó confuso triste, al ver acampado en derredor de la fortaleza un ejército moro de mucha fuerza. El pendon de la media luna ondcaba sobre las casas de la poblacion,

á ve

y solo en la torre principal del castillo se veia una bandera cristiana.

Viendo que no era posible con la poca fuerza que traía hacer impresion alguna en el campamento more, ni menos socorrer el castillo, se colocó don Francisco con su tropa en una peña cercana al mar, donde no podia hacerles daño el enemi— go; y elevando alli su estandarte, esforzaba á los cercados animandoles con la seguridad de ser en breve socorridos por el rey. Entretanto Hernan Perez del Pulgar, rondando un dia el campamento moro observó en el castillo un postigo que daba al campo; y como siempre ardia en deseos de distinguirse con algun hecho brillante, determinó meterse por aquella entrada, y propuso á sus camaradas que le siguiesen. La proposicion era temeraria; pero tambien era temerario el valor de aquellos españoles. Guiados por Pulgar rompieron estos valientes por una parte del real enemigo donde habia poca vigilancia, y llegaron peleando hasta el postigo de la fortaleza: al instante se les abrió la puerta, y antes que el ejército moro tuviese entera noticia de este arrjo, ya estaban dentro del castillo.

Con este refuerzo cobró animo la guarnicion, y fué mas vigorosa su resistencia. Pero los moros, sabiendo que habia escasez de agua en el castillo, se lisongeaban que la necesidad pondria muy pronto á los sitiados en terminos de rendirse. Para que perdiesen esta esperanza, mandó Pulgar que se les arrojase desde los adarves un cantaro de agua, y con ella una taza de plata, como en efecto se verificó.

NUMERO 12.

Acta del cabildo de la iglesia de Granada dando cumplimiento á la cedula del emperador Carlos V, sobre el privilegio de asiento y sepultura concedido á Hernan Perez del Pulgar.

Nos el dean y cabildo de la santa iglesia de Granada, generales administradores della y de todo su arzobispado, sedevacante, estando juntos en nuestro cabildo, como lo habemos de uso y costumbre, conviene á saber don Fernando de Carvajal, arcediano de Granada protonotario apostolico, y don Jorge de Torres, maestre escuela, protonotario apostolico; el doctor don Pedro Santaren, chantre, y el doctor don Francisco Cabezas, tesorero; y el licenciado don Gerónimo de Madrid, abad de santa fé, é Juan Cabezas y el bachiller Pedro de Villate; y el licenciado Estevan Nuñez y Pero Fernandez de Utiel; Y el licenciado Francisco Muñoz; y el bachiller Francisco Velez, é Pero de Orduña, y Francisco de Mazuecos, canonigos todos capitulares de la dicha santa iglesia. Facemos saber á todos los que la presente vieren, asi á los que ahora son, como á los que seran de aqui adelante, para siempre jamas, á cada uno, y qualquiera de vos, que ante nos en el dicho nuestro cabildo pareció Fernan Perez del Pulgar, señor del Salar, é regidor de la ciudad de Loja, é nos presentó una cedula del emperador é rey nuestro señor, firmada de su imperial nombre, y refrendada de Francisco de los Cobos su secretario, señalada de algunos de su muy alto consejo, el tenor de la qual de verbo ad verbum es este que sigue. (Aqui se inserta la cedula de 29 de setiembre de 1526 y despues continua).

E en la dicha cedula estaban tres señales de firmas, la qual dicha cedula suso incorporada por el dicho Fernan Perez del Pulgar á Nos presentada, leida y entendida, y con debida re