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reconcentrando el ánimo dentro de sí mismo, y casi mirándose ya en presencia de Dios, escudriñaba los secretos de su corazon y los ponia de manifiesto. Lo mas singular es que no se encuentra rastro ni vestigio de que estuviese á la sazon Pulgar aquejado de ninguna dolencia; y antes bien solo alude al peligro comun á que está expuesto el hombre, y añade expresamente que se halla en su seso y entendimiento natural (93). No parece sino que el cielo, en su misericordia, quiso recompensar las virtudes de tan gran caudillo, manteniéndole sano de alma y cuerpo hasta los últimos instantes de su vida.

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Ordenó Pulgar, ante todas cosas, que le sepultasen en su propio enterramiento, al lado de sus dos mugeres, que allí mismo yacian (94); pero mirando con desden la vana ostentacion con que suele alimentarse el orgullo hasta en los mismos arreos de la muerte, previno en términos expresos: "mando que mi enterramiento sea con toda moderacion é sin fausto ni pompa : é mando é ordeno á mi muger é á Fernan Perez del Pulgar, mi fijo, é á mis nietos é descendientes, é á doña María del Pulgar, mi hija, é á sus hijas, é á mis criados é suyos, que no traigan ni pongan luto por mi.» De la propia suerte ordenó que no se celebrasen honras ni cabo de año, segun costumbre de aquellos tiempos. ¡Cómo se eleva el ánimo, al ver á un guerrero tan ilustre mostrándose llano, modesto, llevando hasta mas allá del sepulcro la moderacion y templanza!

Recomienda con piedad religiosa que ofrezcan sufragios por la paz de su alma; pero aun en aquel acto se acuerda con ternura de sus compañeros y amigos, y oral mismo tiempo sean ofrecidos "por las perso

dena

que

nas que viviendo con él, murieron en la guerra de este reino de Granada.»

Tenia Pulgar varios esclavos de uno y otro sexo, y á cada cual le menciona por su propio nombre, y á ninguno de ellos olvida al repartir sus beneficios: á cual le da la libertad desde el dia mismo en que él fallezca; á cual le obliga solo á que sirva durante algunos años, y le concede luego que disfrute de un bien de tanto precio. A todos sus criados les deja alguna manda; de todos se despide con cariño, y como pudiera hacerlo un padre.

que

ΕΙ asi trataba á personas tan poco allegadas, mal podia olvidar á su esposa; á la cual dejó algunos bienes para que los disfrutase por los dias de su vida, en prueba del amor que le tenia.

Tambien dejó un legado á favor de Mencia Perez del Pulgar, su hermana; la misma que estuvo casada con aquel Francisco de Vedmar de que se ha hecho mencion en esta obra (95),

No sé si acontecerá á otros lo que á mí me sucede: me embelesa estudiar la condicion é índole de los varones insignes, no en sus hechos famosos, sino en sus acciones mas pequeñas, hasta en pormenores tan ténues que apenas se divisen. Me agrada ver á un Hernando del Pulgar, el de las hazañas, recomendando á su hijo que dé todos los años á la Capilla Real de Granada y á otras iglesias y monasterios “harina de trigo candeal para hostias, molido en el molino del Salar con las piedras de la cañada de Fuente del Junco, porque hacen blanca farina: é esto que sea muy limpio é ahechado; é se miembren con quanta diligencia é cuidado é limpieza lo hacia Doña Elvira de Sandoval su madre.» ¡Qué recuerdo tan tierno y tan

sentido! Él solo bastaria á mostrarnos el alma de Pulgar. A pesar del natural anhelo de perpetuar con gran copia de riquezas el lustre de su casa, y no obstante las costumbres y máximas de aquel siglo, es cosa digna de notarse que Hernando del Pulgar habia compartido la mayor parte de sus bienes entre sus dos hijos varones, fundando un mayorazgo á favor de cada uno de ellos; mas habiendo arrebatado la muerte á Rodrigo de Sandoval, sin dejar sucesion, determinó su padre que se juntasen en uno entrambos vínculos, y recayesen en su primogénito Hernando Perez del Pulgar, á quien dejó mejorado en el tercio y en el remanente del quinto.

Las demas disposiciones, en el testamento contenidas versan sobre arreglos domésticos; notándose en todas ellas el claro entendimiento de Pulgar, el buen manejo de su hacienda, su cuidado solícito por evitar dudas y disensiones, declarando prolijamente los débitos que dejaba, las fincas que habia enagenado, , y hasta el paraje y sitio en que se hallarian á la mano los títulos de propiedad.

El dia 2 de agosto del año de 1531 aparece hecho el testamento en la ciudad de Granada (96); y el dia 11 del mismo mes y año falleció el ilustre caudillo, como lo expresa la misma lápida que cubre sus cenizas (97). No Consta, por desgracia, ninguna circunstancia de su muerte; mas por lo que sabemos de su vida, de sus claros hechos y virtudes, bien pudiera apellidarle España, como Francia al famoso Bayardo: el caballero sin miedo y sin

mancilla.

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Real cédula expedida por el Emperador Cárlos v; CH la ciudad de Granada, á 29 de setiembre del año de 1526, qué se conserva original en el archivo de la casa de los Pulgares! (Véanse los documentos del Apéndice. )467 6754-** * Smol

2. Acerca de la diferencia de uno y otro Pulgar, véansé los apuntes contenidos en el Apéndicell sb o my

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3. En ninguno de los documentos existentes en el archivo de la casa del Salary ní) en los demas que el'autor ha tenidò sá mano, se halla indicado el pueblo ni menos el año ó el dia en que nació Hernando del Pulgar; y solo me parecia probable que hubiese nacido en la Mancha, atendiendo á que su padre dé casó en Ocaña y murió en Ciudad-Real: En este último pues blo no se ha hallado tampoco rastro de tal nacimiento, ni aun de semejante familia por el trastorno de los tiempos ; mas` regisė trando una obra impresa en Granada (Historia de la casa de Herrasti), eserita por un caballero muy principal, emparenta do con la familia de los Pulgares, y que consultaría probable mente los documentos de su Casa, se ha venido en conocimiento de lo que contantò anhelo se buscabariab

(

4. «Consta ser público y notorio que la Casa y Solar deb Pulgar está en el Principado de Asturias, en el valle de Guerna, en el lugar de la Cortina, que es del concejo de Lena; y que es de los mas ilustres y hobles que hay en dicho concejo y Principa➡ do, cuyos poseedores siempre han sido reconocidos y estimados por caballeros y principales señores.» &c. (Testimonio judicial de la ascendencias hechos servicios, &c. de está casa de hizo peticion de Juan Hernando Perez del Pulgar, Señor del Salár relos años de 1673, y con vista de los documentos originatės por del Archivo donde se custodia el testimonio impreso.) En el ard chivointigao deltagar de la Cortina concejo de Lena, se

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