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ya otro impulso que el de sus pasiones; pues dicha respuesta se reducia á eludir la obediencia á esta órden bajo diversos pretestos especiosos. >>

<< Hallábanse las cosas en tal estado, cuando el presbítero don Juan Echevarría se presentó en Lesaca, acompañado por el cura de dicha villa, y despues de una conferencia con S. M., declaró que los refugiados de Vera estaban dispuestos ȧ someterse á la voluntad soberana. Esta palabra dada por un ministro del altar no dejó duda de su cumplimiento, y se creyó que los rebeldes llegarian al punto que se les había designado; pero no ha sucedido asi y su desobediencia ha llegado al mas alto punto. S. M. que sin comprometer su real dignidad no podia ver con indiferencia esta insubordinacion Y falta de respeto á sus órdenes soberanas, mandó al comandante general de Navarra que reuniese las fuerzas necesarias para reducir con las armas á los que ciegos y faltando al amor que deben á su real persona, llenaban de amargura su paternal corazon; con este motivo y para que los leales habitantes de estas provincias y de este reino fiel, su valiente ejército y la Europa entera sepan la marcha que se ha seguido en un asunto tan delicado, ha dirigido S. M. á su ejército la siguiente alocucion. >>

« Voluntarios: La insurreccion del 5.° batallon de Navarra en un momento en que se hallaba al frente del enemigo dispuesto á invadir nuestro territorio, ha llamado mi soberana atencion, y queriendo cortar el mal en su raiz, he dejado otros negocios no menos graves y he venido aquí para invitarles á que desistiesen de su temeraria empresa, volviesen á las filas de este valiente ejército, y continuasen dando dias de gloria á nuestra causa. Las paternales exhortaciones de personas respetables y que merecen toda mi confianza no han bastado para hacerles entrar en el sendero del honor Y del deber, y no permitiéndome mi dignidad soberana que deje impune un atentado tan criminal, he resuelto hacer uso de la fuerza, puesto que la dulzura no ha conseguido resultado alguno. »>

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«Voluntarios: testigos habeis sido de mis esfuerzos para hacer volver a vuestras filas á ese puñado de estraviados que abusando de todo lo mas sagrado y hasta de nuestra santa religion, clavan un puñal homicida en el seno de nuestra muy amada patria. Conociendo bien la decision y lealtad os distinguen, espero que dareis una nueva prueba de amor à vuestro rey, y contribuireis con vuestras armas á esterminar ese gérmen de insubordinacion cobarde y de vil traicion. Eso es lo que espera de vosotros vuestro rey y general.-Cárlos.»

Poco satisfecho Maroto de los efectos que pudiera producir esta proclama en el ánimo de los causantes de la insurreccion, que conocian bien los verdaderos sentimientos de su rey, y calculando que era de poco momento la separacion de algunos de los insurrectos siempre que no se destruyese la principal cabeza, determinó variar de rumbo y emplear una bien estudiada

BLIOTECA UNIVERSITARIA

DONACION DEL EXCO.

SR. D. J. F. CAMADHO 1894

MADRID

política para conseguir el apoderarse de sus enemigos y embotar para siempre sus insidiosos tiros. Con este objeto se dirigió al canónigo Echevarría por medio de la siguiente carta.

Señor D. Juan de Echevarría.»

«Muy Sr. mio: mucho me sorprende que sea usted quien dé el golpe mortal á la causa del Rey con la sublevacion del 5.o de Navarra y demas. Reflexione, arrepiéntase y desista de tan temerario empeño, en la firme inteligencia de que jamás se hallarán en mí otros principios que los de rey y religion, y en particular el bienestar de estas provincias, como espero probar algun dia. Si le fuese á usted posible seria conveniente que nos viésemos para conferenciar juntos. El enemigo invade el pais con fuerzas numerosas; si no hay union será imposible resistirle, y usted y los que le acompañan serán los unicos culpables de las desgracias que nos sucedan por no hacer caso de esta noble y franca invitacion. »><

Soy de usted afectisimo y seguro servidor Q. S. M. B.—Rafael Maroto. »

«Elorrio 23 de Agosto de 1839. »

A pesar del disimulo, y del artificio y dulzura del lenguaje no dejó de conocer Echevarría la red que se le tendia, y se guardó muy bien de caer en ella; bien por el contrario creyendo ver en aquel documento una nueva prueba de la doblez de Maroto y de la simulacion que caracterizaba su conducta, dejó franco el paso á la cólera que encerraba su pecho vertiéndola en abundancia en la contestacion que sigue:

«Señor D. Rafael Maroto: »

«Quien da el golpe mortal á la causa del rey, á la religion y á las provincias, es usted: el traidor, el asesino, el enemigo declarado del uno y de las otras. Hablen por nosotros los sucesos. ¿Quién fué el autor de los asesinatos de Estella.? ¿quién obligó al rey con un puñal á la garganta á firmar el contra decreto? ¿quién ha vendido y entregado à Ramales, Guardamino, Balmaseda, Orduña, Urquiola y Durango? ¿quién ha perseguido á muerte á todos los fieles partidarios del rey y de su causa?»>

Jamás me uniré con asesinos y traidores.como, usted. Con menos tropas y recursos hemos podido siempre contrarestar al enemigo é impedirle que invada el pais: ahora han atravesado como en triunfo parages en donde hasta el último debiera haber perecido. Pero ¿qué estraño es esto siendo público y notorio que hace ya largo tiempo que está usted vendido à ESPARTERO?»

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« Pero no crea el traidor Maroto que los batallones 5, y 12. sean los 5. últimos que levanten el grito de viva el rey, muera Maroto, no; este ejemplo será seguido por todos los verdaderos realistas, y en especial por denodados navarros. Sus obras lo demuestran asi. »

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Me admira que un impio se atreva a hablar de religion, cuando todos los actos de su conducta prueban que usted es su mayor enemigo..

Pero yo, mis mayores amigos y todos los oficiales y soldados, estamos penetrados de la obligacion que nos impone nuestra conciencia de defender hasta el último suspiro al rey y la religion, y no consentir nunca una humillante transaccion con los principios que nos propusimos defender, y confiamos en que el pueblo apoyará nuestros votos y deseos.»

«Es de usted servidor.-Juan Echevarría.

«Santisteban 26 de Agosto de 1839.»

Imposibilitada de este modo toda avenencia entre el gefe de E. M. del ejército carlista y los insurreccionados continuaron estos en Vera entregán-. dose á toda clase de escesos y deseosos de dar al traste con los planes de los traidores que tal era la calificacion que les merecian todos los que secundaban los proyectos de Maroto. Dejémoslos en tal situacion hasta que el curso de estos acontecimientos nos brinde la ocasion de volvernos á ocupar de ellos.

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CAPITULO XIX.

Entrada del ejército constitucional en Durango y conquista gloriosa de los pueblos fortificados dé Allo y Dicastillo.-Continuacion de los anteriores.

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IENTRAS que atizado con oportunidad el fuego de la discordia devoraba lentamente la causa de don Carlos; mientras que arrastrado el general Maroto por la fuerza natural de los acontecimientos, mas allá tal vez del punto á que se habia propuesto llegar, calculaba las dificultades que embarazaban sa marcha, los riesgos que le amenazaban y obedecia en tan enojoso estado á las indicaciones del momento, ora proponiéndose castigar en persona á los amotinados, ora dirigiéndose à don Cárlos como arrepentido y pesaroso de la mala obra que le hacia, ora demandando á ESPARTERO una tregua en las hostilidades, ora en fin acudiendo á los representantes de las potencias aliadas para que sirviesen de mediadores; mientras que alternando en tan diferentes estremos, gastaba las fuerzas del ánimo no menos que las del cuerpo que ya le faltaban y le precisaron á sucumbir á una grave enfermedad que le tuvo por algun tiempo en Villareal privado de todas sus facultades, el DUQUE DE LA VICTORIA que espiaba todos sus pasos y que no perdia la ocasion de adelantar en su plan facilitado por las escisiones de los carlistas y sostenido por su propia constancia y decision emprendió su movimiento el dia 20 de agosto sobre el fuerte de San Antonio de Urquiola que los enemigos despues de defender de

bilmente hubieron de abandonar con todos sus abastecimientos, municiones y la indispensable pérdida de gente ocasionada por los caballos y el plomo mortífero de los leales.

La necesidad de esperar los convoyes no le permitió continuar su marcha al dia siguiente; pero la verificó el dia 22 á la cabeza de 11 batallones decidido á apoderarse de Durango, no obstante la noticia que tenía de ocuparle Maroto con fuerzas considerables; sus esperanzas se cumplieron exactamente y aquel mismo dia tremolaba el pendon nacional en Durango, cuya villa abandonaron los enemigos tomando la direccion de Elorrio. Apenas hubo tomado posesion de ella cuando arengó á sus tropas en los términos siguientes:

<«<Soldados: Cuando vuestro general en gefe os ha dirigido la voz, lo ha exigido à vuestro bien, ó la justa causa que defendemos. Yo cuento como una de mis principales glorias vuestra fiel correspondencia á las escitaciones que os he hecho. Era preciso vencer ó morir antes que sucumbiese Bilbao, y vuestro heróico esfuerzo salvó nuestra existencia política y el trono de nuestra inocente Reina. Era necesario libertar á las provincias del interior de la dominacion rebelde, y vuestro denuedo encerró en sus guaridas á las hordas que acaudilló el Pretendiente. Era indispensable moralizar el ejército del Norte, restablecer la disciplina, y lavar las manchas que empañaban su lustre, y vosotros dísteis al mundo entero aquel grande, aunque doloroso espectáculo, que sirvió de base al órden inmutable que os habia de hacer invencibles. Lo fuísteis en cuantas ocasiones pude proporcionaros, librásteis de espediciones enemigas al interior, pacificásteis la sierra de Burgos, y en Peñacerrada obtuvísteis un triunfo que preparó la anarquía y la division del potente bando rebelde. »

«Ceñido el enemigo á la defensiva, era necesario un plan bien entendido y meditado que en la presente campaña produjese ventajas positivas. Vuestra ciega confianza en mi buen deseo, las virtudes que os distinguen, el conocimiento exacto del terreno, el estudio de esta guerra y otras seguridades me hicieron esperar fecundos resultados. Como preliminar del sistema me propuse sustituir un prudente rigor á la blandura y lenidad que tan osados hizo á nuestros enemigos. Por esto las represalias con que enfrené su ferocidad. Por esto las espulsiones de las familias desafectas á pais donde sus hijos nos hacian cruda guerra. Por esto la órden general de incendiar las mieses donde no pudieran recogerse, para privar al enemigo los medios de subsistencia Por esto, en fin, el estrecho bando de bloqueo para hacer mas crítica su posicion. Las medidas gubernativas debian armonizarse con el plan de guerra que se habia de desarrollar tan pronto como el gobierno facilitase los auxilios que completasen la organizacion del ejército, y asegurasen su subsistencia. El cuerpo de Navarra dirigido por el bizarro general TOMO II,

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