triotas de las exageraciones de los partidos contendores en la guerra de la Independencia, y averiguar la verdad comparando entre sí las diferentes narraciones. Fuera de estas obras, hemos tenido presentes al escribir la Historia de la Revolucion de Venezuela multitud de documentos, memorias y folletos, impresos y manuscritos, que poseemos relativos á esta parte de la HISTORIA DE NUESTRA REVOLUCION. En cuanto á la tercera, que expresamente trata de la Historia de Colombia desde su formacion hasta que se disolvió, ninguna guia hemos tenido, pero sí cuantos documentos hay existentes en los archivos de Bogotá. Debemos el que se nos franqueáran originales á la bondadosa proteccion que dieron á nuestra empresa los presidentes de la Nueva Granada Francisco de Paula Santander, José Ignacio Márquez, Pedro A. Herran y Tomas C. Mosquera, así como sus respectivos secretarios. Ningun documento, por reservado que fuera, se nos negó cuando lo pedimos, y esta es la ocasion en que debemos manifestar públicamente nuestro reconocimiento y gratitud á tan distinguidos patriotas por este importante servicio. Muy raros han sido los documentos que no hemos podido conseguir pertenecientes á la HISTORIA DE COLOMBIA. Sin embargo, no nos lisonjeamos de haber acertado siempre en referir la verdad, pues todo el mundo sabe cuán difícil es, por no decir imposible, para un hombre, hallarla en todos los detalles históricos. Empero, sí podemos asegurar que profesamos á la verdad un culto religioso, y que como historiadores la hemos investigado con paciencia, asiduidad y constancia, y por cuantos medios nos han sido posibles. Igual cuidado hemos puesto en ser imparciales, y no dejarnos arrastrar por las pasiones contemporáneas de los partidos políticos que reinaron en Colombia. Tememos no haberlo conseguido siempre, aunque siempre lo hayamos procurado. Los contemporáneos y la posteridad nos dispensarán este defecto, si lo hallaren. Pueden estar seguros de que hemos procurado evitarlo y servir lealmente á nuestra patria, consagrando algunos años de trabajo á escribir la HISTORIA DE SU GLORIOSA REVOLUCION, empleando así todo el tiempo que nos dejaban libre las tareas oficiales del destino de jefe de la Casa de moneda de Bogotá, que hemos servido. Con la primera parte de la HISTORIA DE COLOMBIA publicamos en 1827 tres tomos de documentos. Sabemos que esta publicacion ha parecido bien importante á hombres capaces de juzgar en la materia. Por tanto pensamos agregar á la HISTORIA COMpleta de ColomBIA un Apéndice de documentos importantes, aunque sin citarlos en el curso de la narracion, á fin de no distraer la atencion de los lectores. Insertarémos solamente las piezas relativas á nuestra revolucion que no se hayan publicado hasta ahora. Siguiendo este sistema, se formará una coleccion completa de documentos colombianos, los que servirán para que en lo venidero se escriba una HISTORIA aun mas exacta de nuestra gloriosa revolucion. Bogotá, 13 de setiembre de 1848. INTRODUCCION. LA HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LAS VASTAS COLONIAS QUE LA ESPAÑA POSEÍA EN el continente amERICANO, es muy fecunda en sucesos que deben interesar á todos los hombres y especialmente al filósofo observador. En efecto, ver desprenderse de su antigua metrópoli á un grande y rico continente desconocido en mucha parte del resto de las naciones; ver presentarse como de repente nuevos Estados que despues de una lucha sangrienta comienzan á brillar entre las potencias ya conocidas; ver á hombres que jamas habian hecho la guerra ni intervenido en el gobierno ocupar en poco tiempo un lugar distinguido entre los capitanes y los políticos mas célebres; ver, en fin, á pueblos que trescientos años habian vivido en la esclavitud mas degradante, dominados por la Inquisicion y por el sistema colonial, darse leyes é instituciones capaces de asegurar la libertad que puede el hombre disputar en el estado social, variando sus hábitos, sus costumbres y sus preocupaciones, son acontecimientos verdaderamente raros y que deben contener lecciones muy útiles á la posteridad. La HISTORIA GENERAL DE LA REVOLUCION del Continente AMERICANO, regido ántes por la España, es asunto digno de una pluma tan elocuente como la de Tácito; pero que pasarán algunos años sin que se pueda escribir, hasta que por autores que hayan sido coetáneos y testigos imparciales de los sucesos se formen Historias particulares de las Revoluciones de Colombia, del Perú, de Chile, de Buenos Aires y de Méjico. El deseo de recordar los hechos de los ilustres guerreros y de los políticos que han fundado la República de Colombia, nuestra patria, nos ha puesto la pluma en la mano, con el objeto de trazar un cuadro de la HISTORIA DE SU REVOLUCION, de la que hemos sido testigos. Imparcialidad y verdad, hé aquí los dos principales caractéres que nos proponemos dar á todo cuanto escribamos. La República de Colombia, obra del inmortal Bolívar, fué creada por el Congreso de Venezuela, reunido en Santo Tomas de Angostura, por la ley fundamental de diez y siete de diciembre de mil ochocientos diez y nueve, confirmada por el Congreso general constituyente que se juntó en la villa del Rosario de Cúcuta, y por otra ley tambien fundamental de veinte y dos de julio de mil ochocientos veinte y cinco. Por tan solemnes actos de los representantes de los pueblos se formó una sola República del territorio que en tiempo del gobierno español comprendia el vireinato del Nuevo Reino de Granada ó de Santafé, y la capitanía general de Venezuela. Estos pueblos, que así en el régimen antiguo como en el nuevo, despues de haberse separado de la metrópoli se habian gobernado con absoluta independencia unos de otros, presentan una division muy natural y necesaria para la HISTORIA DE SU REVOLUCION. Siguiéndola, dividirémos la que nos proponemos escribir en tres partes: la primera contendrá la Historia de la Revolucion de la Nueva Granada hasta el principio de mil ochocientos diez y nueve; la segunda, la de Venezuela hasta fin del mismo año; y la tercera comprenderá la Historia de los dos pueblos unidos bajo el título de República de Colombia (1). Mas para que la posteridad pueda juzgar imparcialmente sobre los inmensos beneficios que la revolucion debe traer á los pueblos de Colombia, y para que vea los progresos del espíritu humano en estos países, es necesario fijar el punto de donde partió. Así rápidamente darémos una idea de los límites exteriores de la Nueva Granada y de Venezuela, del aspecto físico del país, de sus climas y producciones, de la division política de su gobierno, de su administracion de justicia, civil, criminal y eclesiástica, del derecho de patronato; en fin, de la ilustracion, usos, costumbres, religion y carácter de sus habitantes: todo en el tiempo que la España gobernaba estas regiones, y en los últimos años que precedieron á la revolucion. Despues de haber formado una sola República la Nueva Granada y Venezuela, poco importa saber los límites de estas dos secciones de la América ántes española. Los de Colombia por la costa del Atlántico son desde el cabo Nasau, ó mas bien desde el rio Esequibo, antiguo` lindero de la Guayana holandesa hasta el rio Culébras, límite de la (1) Esta INTRODUCCION fué escrita en 1824 con mayor extension. Ahora la publicamos quitándole cuanto no era esencial para el objeto que nos propusimos, y corrigiéndola, provincia de Veráguas (1), ó Punta-Careta al occidente de la laguna de Chiriquí, entre las Bocas del Toro y el puerto de Matina ó Moin, correspondiente al Estado de Costa-Rica en el Centro-América; inclúyense las islas de Margarita, San Andres, Vieja-Providencia, y otras mas pequeñas. Desde el rio Culébras ó Punta-Careta, que nos dividen del Estado de Costa-Rica, los límites interiores atraviesan el istmo de Panamá, y vienen á caer sobre el Pacífico en la punta Burica ó rio Chiriquí-Viejo, situado al este del golfo Dulce. Desde aquí los términos de Colombia siguen las costas occidentales de la América del Sur y las islas adyacentes hasta la embocadura del rio Túmbes, límite setentrional del Perú por los tres grados treinta y cuatro minutos de latitud sur. Los rios Túmbes y Macará hasta su origen en el páramo de Sabanilla continúan dividiendo la provincia de Loja de Colombia de la de Piura del Perú: de allí la línea divisoria de las dos Repúblicas corre por la cima de la cordillera hasta el nacimiento del Huancabamba, este abajo hasta la embocadura del Yancan en el Marañon ó Amazónas. Dicho rio sigue dividiendo por largo espacio á Colombia y al Perú, cuyos linderos no están bien fijados, porque los territorios de ambas Repúblicas pertenecian á una misma potencia. En la confluencia del Yabarí principia Colombia á ser limítrofe de los establecimientos portugueses del Brasil, al que corresponde la márgen austral del Amazónas, y la setentrional á Colombia hasta la boca mas occidental del Yapurá ó Caquetá. Siguen despues los límites entre Colombia y el Brasil, conforme se arreglaron por los tratados entre España y Portugal de 1o de octubre de 1777 y de 11 de marzo de 1778, cortando el Rio-Negro enfrente á Loreto, hasta dar con la cima de la sierra de Yaraguaca ó Maraguaca, siendo de Colombia la parte occidental, y la oriental del Brasil. Esta sierra y la de Pacaráima, que dividen las aguas del Orinoco y del Marañon, continúan hácia el este, siendo el lindero bien pronunciado de las dos naciones hasta llegará la Guayana, ántes holandesa y ahora inglesa, rodeando las cabeceras del rio Rupumunuri y del Alto-Esequibo, cuyas aguas separa de las del Marañon la sierra de Tumicuraque. Desde allí se busca la confluencia del rio Sibroma en el Esequibo, y este rio continúa dividiendo la Guayana inglesa de la de Colombia hasta la embocadura del Cuyuní; el territorio occidental es de Colombia, y el oriental de la Gran Bretaña. El Cuyuní sigue formando (1) Véase la nota 1a. |