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Este es Pin: un hombre dotado de las más singulares aptitudes; un sér privilegiado que hace siempre lo que se propone. Una compañía de ómnibus que tuvo el acierto de nombrarle su gerente, vió trocar las pérdidas que experimentaba por grandes ganancias, merced á la iniciativa de Pin, que rebajó en dos tercios el precio de los pasajes.

Pero á qué pintar al hombre en sus afanes de la vida material, cuando lo que á Pin singulariza son sus obras literarias?

Los felibres provenzales, conocíanle, apreciábanle y solían invitarle á sus fiestas, giras y expediciones, cuando aquí, en Cataluña, era su nombre completamente desconocido; pero en la prensa marsellesa, sus sabrosos artículos suscritos con el pseudónimo de Le Vieux, eran muy leidos y apreciados... Se presentó con su primera novela, hará á lo sumo unos cuatro ó cinco años, si bien mucho tiempo atrás había publicado sus primicias literarias, en el periódico que veía la luz en esta ciudad, titulado La Prensa, antes de la Revolución, y La Prensa Libre, despues de la batalla de Alcolea.

Digamos para finalizar, que sus obras teatrales, le han valido generales aplausos, por su asombroso espíritu de observación y análisis artístico.

Tal es, á grandes rasgos, la biografía de nuestro compatricio D. José Pin y Soler.

Q

QUERALTÓ (D. José).-Cirujano de Cámara del Rey D. Carlos IV, natural de Tarragona. Ningun cirujano de Europa ha simplificado y reformado el tratamiento de heridas por armas de fuego, como el Sr. Queraltó.

Este célebre compatricio, inventó un método enteramente nuevo de curarlas, por los años 1793 y 94, siendo director de los hospitales militares de Navarra y Guipúzcoa.

«No tengas miedo, que como llegues vivo al hospital, no te mueres».

Tales eran las expresiones con que columnas enteras del ejército español alentaban á los soldados heridos que encontraban en sus marchas. ¡Andad á pries! decían á los conductores. Tal confianza merecía á todos la ciencia y habilidad práctica de nuestro Queraltó.

A él deben, los cirujanos españoles, el haber sido los primeros en separarse de la creencia y opinión general entonces, que consideraba venenosas las heridas por arma de fuego; en desterrar de nuestros hospitales la práctica bárbara de sajarlas y mudar su figura; y el Sr. Queraltó fué el primero que enseñó á conducir las heridas por arma de fuego á una pronta cicatrización, cubriéndolas con unas simples hilas, un vendaje y unos emolientes ó calmantes cuando lo exigía el dolor, salvando de esta suerte á muchos milita

res que en sus graves heridas creyeron sus extremidades perdidas para siempre.

Este esclarecido compatricio era tan modesto, que apenas dejó impresa ninguna de sus producciones.

Solo constan algunas de sus sabias doctrinas, en un cuaderno impreso en Sevilla en 1800, con este título: «Medios propuestos por D. José Queraltó para que el pueblo sepa desinfeccionar y precaver que se vuelva á reproducir la epidemia que le ha consternado; los publica en obsequio á la humanidad, revistos por su autor, un amante del Rey y de la patria».

Y unas Observaciones acerca los gases ácidominerales, que por su orden publicó el doctor D. Miguel Cabanellas, en Sevilla, en 1801.

R

RIU (Fr. Pedro).—Sabio Carmelita, conocido también con el nombre de Perpiñá, en donde fué Conventual.

D. Nicolás Antonio dice que este apellido se halla diversamente expresado por los autores, llamándole unos con el apellido latinizado de Rivo y otro Rimi y Rimes. Las Memorias le ponen bajo el título de Perpiñá (Pedro de), expresando que murió en 1360; y después ponen un Riu, (Fr. Pedro), también Carmelita, diciendo que vivió en dicho año 1360. La igualdad de profesión, de nombre y de época, como asímismo la circunstancia de atribuirse á los dos la célebre obra Comentario in psalmos, nos inclina á tomar á ambos por una misma persona.

Escribió algunos libros de Sentencias, excelentes todos ellos, dos tomos de Sermones y el Miserere en catalán.

ROCA Ó ROCHA (Pedro).-Natural de Ta

rragona.

Pons de Icart, hablando de este sabio tarraconense, dice: «Tiene traducidos de lengua toscana, de Pedro Aretino, en lengua castellana, los libros de la Humanidad de Cristo y de la vida de Nuestra Señora y de los siete Salmos de la penitencia de David, y de Juan Bocaccio, en la misma lengua, el Corbocho y la Fiometta con no menos ingenieso estilo y elegancia que Bocaccio y Aretino los escribieron».

ROCA (Dr. D. Tomàs).-Célebre médico que floreció en 1523.

Fué médico del Almirante mariscal de Castilla D. Federico Enriquez de Cabrera.

Escribió una muy celebrada obra, confutando por incidencia los hechos de armas del Rey don Carlos I, y dos Epistolas, una de ellas contra los nigrománticos y otra reprendiendo por manera hábilmente argumentada, ciertas fatuidades de la astrología.

RIPOLL (Fr. Tomás).-Natural de Tarragona. Era General de la Orden de Predicadores. Murió en Roma, el día 22 de Setiembre de 1747.

Quién fué y lo mucho que le debe la literatura catalana, esprésanlo dos inscripciones que copiaron D. Andrés Pí y Arimón y D. Jaime Ripoll Vilamajór. La primera se leía al pié de su busto en mármol, al natural, colocado en la portería del convento de Santa Catalina de Barcelona, y la segunda estaba puesta al pié de su retrato existente en la que fué biblioteca del mismo convento.

ROVIRA (D. Antonio).-Sabio arquitecto, natural de Tarragona.

Fué el autor del acueducto que abastece de aguas potables á esta ciudad.

Albiñana, hablando de la obra de este ilustrado tarraconense, se expresa en estos términos: «Es una obra que inmortalizará el nombre del Sr. Rovira, por el acierto y pericia en conducir el agua desde la ermita de Nuestra Señora del Hospitalet, cosa de dos leguas distante, hasta el fuerte del Olivo, y de aquí á la ciudad por las

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