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laga.

Riego en Má to en Málaga, tomando el mando de la division del último general, que se componia entonces de unos dos mil y quinientos hombres. A media noche hizo prender á los. generales que alli se hallaban, entre quienes se contaba el mismo Zayas, trasladándolos á bordo; separó á varios gefes, que no le inspiraban confianza y recogió la plata de las iglesias. Loberdo, que procedente de Granada se adelantaba por Loja y Antequera á Málaga, le obligó á ausentarse de la ciudad. Llevaba Riego el encargo de inflamar el espíritu militar de las tropas de Ballesteros para que se separasen del convenio ajustado, y el 3 de Setiembre, siguiendo la costa de Levante, se encaminó á Nerja; y superando las montañas por la izquierda se metió entre Loja y Granada, llegando el 10 á Priego, donde Ballesteros habia sentado el cuartel general.

1823.

Apenas habia evacuado Málaga posesionóse de ella Loberdo, mientras Bonemaine se dirigia contra el general español en direccion opuesta á la que habia tomado. Cuando Ballesteros supo que Riego se acercaba púsose tambien al frente de sus fuerzas, y le salió al encuentro con ánimo de venir á las manos si no retrocedia. Llegados á la vista unos de otros la refriega parecia tan inevitable que las guerrillas habian roto ya el fuego: mas los soldados de Riego, instruidos de antemano del papel que habian de representar, dejando las armas y dando al aire los morriones gritaron: "viva la union: vivan los generales Ballesteros y Riego. Entonces éste último se acercó al primero y le rogó que tomara el mando de todas las tropas y que rompiese el convenio estipulado con Molitor: Ballesteros espuso el estado del pais y de la opinion popular, y se afirmó en no separarse ni una coma de los artículos de la capitulacion.

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Acamparon en seguida los batallones de ambos

llesteros.

gefes, y aprovechándose despues el don Rafael del descuido de Ballesteros sorprendió y desarmó la guardia de su alojamiento y le arrestó en compa- Arresta á Bañía de los individuos del estado mayor que alli se hallaban: Mas habiéndose divulgado la noticia, Balanzat se puso en movimiento con una brigada, y adelantándose á la cabeza de un escuadron libertó á Ballesteros. Riego abandonó el campo y se retiró á Alcaudete, sin que le siguiese ni un individuo del ejército capitulado, y desamparado al contrario por dos escuadrones de Numancia y de España y por varios oficiales que se unieron al convenio. En situacion tan crítica Riego podia tomar el rumbo de Estremadura ó de Cartagena y reunirse á las tropas constitucionales de uno ó de otro punto: su mala estrella le guió al último, y se encaminó á Jaen al frente de 2500 hombres escasos y en el mayor desaliento. Bonemaine, que costeando el mar se hallaba en Almuñecar, sabida la llegada de Riego á Nerja y sus intenciones torció hácia la derecha, y marchando á la vega de Granada le alcanzó el 13 en Jaen, donde le atacó y derrotó con pérdida de quinientos hombres. Batido Riego Riego. se retiró por Mancha Real á Jodar, donde le sorprendió el 14 un cuerpo de caballería destacado por el general francés que cubria la comunicacion del camino real de Andalucía. Tomáronle los contrarios setecientos prisioneros, dispersándose las restantes fuerzas, y resultando un desorden tan completo que Riego solo pudo escapar con tres personas para colmo de desgracia. Eran estas el capitan don Mariano Bayo, el teniente coronel piamontés Virginio Vicenti y el inglés Jorge Matías. Resolvieron dirigirse á Ubeda, donde existia una division de Ballesteros, ó cruzar á Estremadura: mas llegados á un cortijo del término de Vilches, donde habia dos porquerizos, envió Riego

Derrota de

á uno de ellos al pueblo inmediato de Arquillos á comprar comida, ofreciéndole quince onzas de oro si guardaba secreto y le acompañaba hasta el punto que despues le indicaria. Anduvo el gefe liberal tan imprudente y poco cauto en sus palabras que no tardó el porquerizo en adivinar quién era; y asi lo dijo al comandante realista de Arquillos en el momento en que pisó el lugar. Reunió el comandante á los escopeteros que alli habia, y el oficioso cura en vez de ejercer el ministerio de paz empuñó el fusil, corriendo todos juntos al cortijo y Su prision. arrestando sin resistencia á Riego y demas compañeros, que muy tranquilos estaban almorzando. El comandante de realistas de la Carolina, donde fue trasladado el 15 de Setiembre y sepultado en un calabozo de la carcel pública, se glorió el bárbaro en el parte dado á la Regencia de que asestando al pecho de Riego la punta del sable con ánimo de traspasarlo le obligó á decir: "muera la Constitucion y viva el rey absoluto." Reclamaron su persona los franceses y condujéronle á Andújar en nedio de la fuerza armada, para evitar quizás que el populacho de la Carolina, alborotado y enfurecido por el fanatismo religioso, despedazase al preso.

1823.

El encarcelamiento del que pasaba plaza de gefe de los liberales llenó de alborozo los pueblos del fanatizado reino; y en todas partes lo celebraron con muestras de alegría, que generalmente iban unidas á los insultos y atropellamiento de los pacíficos ciudadanos. La estrella de la libertad presentábase eclipsada y sin brillo en toda Europa; y los partidarios del despotismo, viendo tan inmediato el cumplimiento de sus deseos, enardecíanse aun mas en sed de venganza. Parecíales que para asegurar el pedestal de la tiranía sobre una base de hierro necesitaban esterminar la generacion liberal,

apoderarse de sus bienes, y no dejar sobre la tierra mas vivientes que sus partidarios.

La presencia del duque de Angulema alentó á las tropas francesas que sitiaban á Cádiz; mas antes de atacar aquel baluarte de la libertad presentóse delante de sus muros el 17 de Agosto un parlamentario con una carta para el rey, en la que intentando Angulema preparar los ánimos de los gaditanos á las ideas mismas que habian empleado sus agentes para seducir á los guerreros españoles, persuadia al monarca á que libre diese al pueblo una amnistía y las antiguas Cortes. Decia asi:

"Querido hermano y primo. La España está ya libre del yugo revolucionario: algunas ciudades fortificadas son las únicas que sirven de refugio á los hombres comprometidos. El rey mi tio y señor habia creido, y los acontecimientos no han cambiado nada su opinion, que restituido V. M. á su libertad, y usando de clemencia, sería conveniente conceder una amnistía, como se necesita despues de tantas disensiones, y dar á sus pueblos por medio de la convocacion de las antiguas Cortes del reino garantías de orden, justicia y buena administracion. Cuanto la Francia pueda hacer, asi como sus aliados y la Europa entera, se hará, no temo asegurarlo, para consolidar este acto de vuestra sabiduría.

"He creido de mi deber dar á conocer á V. M. y á todos aquellos que pueden precaver aun los males que les amenazan las disposiciones del rey mi tio y señor; si en el término de cinco dias no he recibido ninguna respuesta satisfactoria, y si V. M. permenece todavía privado de su libertad, recurriré á la fuerza para dársela, y los que escuchan sus pasiones con preferencia al bien de su pais serán solos los responsables de la sangre que se vierta.

T. III.

18

1823.

Carta de Angulema á Fernando.

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"Soy con el mas profundo respeto, mi querido hermano y primo, de V. M. C. Luis Antonio. Cuartel general del Puerto de Santa María 17 de Agosto de 1823. "

Fernando, ó hablando con mas exactitud el ministerio, contestó en estos términos:

"Mi querido hermano y primo. He recibido la carta de V. A. R. fecha 17 del corriente, y es en verdad muy particular que hasta el dia no se me hayan manifestado las intenciones de mi hermano y tio el rey de Francia, cuando hace seis meses que sus tropas invadieron mi reino, y despues que han ocasionado tantas penalidades á mis súbditos que han tenido que sufrir esta invasion.

"El yugo de que cree V. A. R. haber librado á España no ha existido nunca, ni jamas he estado privado de ninguna libertad sino de la que ine han despojado las operaciones del ejército francés. El único modo de devolvérmela sería dejando poseer la suya al pueblo español, respetando nuestros derechos como respetamos los de los demas, y haciendo que cese un poder estrangero de entrometerse en nuestros asuntos interiores por medio de la fuerza arınada.

"Los paternales sentimientos de mi corazon estan por todo aquello que me indique la regla mas segura y el medio mas eficaz para buscar y hallar un recurso á las necesidades de mis súbditos. Si para la conservacion del orden y de la justicia desean fuertes garantías, yo convendré en ellas con su acuerdo, esperando que V. A. R. me permitirá le diga que el remedio que me indica es tan incompatible con la dignidad de mi corona como con el estado actual del mundo, la situa cion política de las cosas, los derechos, las costumbres y el bienestar de la nacion que gobierno. Restablcer despues de tres siglos de olvido una

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