Imágenes de páginas
PDF
EPUB

marqués de Branciforte, hubiese cometido los mismos abusos, se mantuvieron exentos de ellas todos los virreyes, que como Revilla Gigedo, Azanza y Marquina, fueron ejemplos de pureza é integridad (42). En cuanto al crímen de infidencia que se le atribuia era imposible probarlo, pues el único cargo que con fundamento podia hacérsele, era el intento de reunir una junta ó congreso, y este quedaba desvanecido con el ejemplo que habian dado en iguales circunstancias todas las provincias de España, y si habia habido una intencion siniestra y miras torcidas y traidoras, no era posible averiguarlo por los medios que puede emplear la justicia de los hombres. Debo agregar que ví y traté á Iturrigaray en Madrid el año de 1814, y aunque fuese tan grande la diferencia de edad que parecia no dejar lugar á muy franca comunicacion, este obstáculo lo habian hecho desaparecer las recomendaciones con que le fuí presentado (43), y en las muchas veces que hablamos sobre los sucesos de México, siempre me aseguró que no habia tenido el pensamiento de hacer la independencia como se le atribuia, y aun me dijo haber ofrecido al rey Fernando VII, restablecido entónces en el trono, pasar á Nueva España si se lo mandaba, creyendo que solo su presencia, por el influjo que se imaginaba tener en el país, bastaría para poner fin á la revolucion y asegurar la obediencia á su autoridad, en lo que ciertamente se engañaba.

Este ruidoso suceso de la prision de Iturrigaray ha sido presentado por los americanos como la primera causa de la revolucion, y por los españoles como lo único que por entonces la evitó y contuvo: conviene, pues, examinarlo con algun detenimiento. Que Iturrigaray, con sanos ó siniestros fines, tuviese resuelta la reunion de un congreso, no puede dudarse, como ni tampoco que este intento

(42) El gobernador y república de un pueblo de indios de los Llanos de Apam, hizo á Revilla Gigedo el obsequio de un ramo de flores con unas onzas de oro. Revilla Gigedo hizo que el subdelegado lo devolviese públicamente.á los que se lo habian remitido, advirtiéndoles, que no volviesen á valerse de tales medios para recomendar sus negocios. Está el expediente en el archivo general, índice virreyes.

(43) Yo tenia entonces veintidos años, é Iturrigaray setenta y dos. Me recomendó á él, el marqués de Rayas, que era su apoderado. Mucho siento que la verdad histórica me haya obligado á tratar con severidad á un hombre, á quien en lo particular debi muchas consideraciones.

quedó del todo frustrado con su prision: lo que hay, pues, que examinar es, cuáles hubieran sido las consecuencias de la reunion de aquel cuerpo, en las circunstancias en que iba á verificarse. Iturrigaray, en el cuaderno de su defensa publicado por Lizarza, (44) pretende que esta reunion, en el estado en que España se hallaba, era absolutamente indispensable y no daba lugar á peligro algu no, porque además de ser tan recientes las pruebas de lealtad acendrada que acababan de dar todos los habitantes de Nueva España, la mayoría de los individuos que habian de componer el congreso seria probablemente de españoles; que este cuerpo, con solo voto consultivo, no podia resolver la separacion de la metrópoli, porque no la habria permitido el virrey que habia de tener el voto decisivo y conservar el mando de las armas, y que por último, las noticias que pocos dias despues se recibieron del triunfo obtenido por las tropas españolas en Baylen, entrada de éstas en Madrid, y establecimiento de la junta central y union de toda España, habrian llegado muy oportunamente para desvanecer cualquier intento de independencia.

Estas razones podrian tenerse á lo más por prueba del alucinamiento y engaño con que Iturrigaray procedia, pero están muy léjos de ser suficientes para convencer que no habia el riesgo que los españoles recelaban y que los hizo. tomar tan atrevida resolucion. Aun cuando los promovedores de la reunion del congreso no hubiesen puesto en claro despues de hecha la independencia, que esta era el objeto que desde entónces tenian, ó que pudiera tenerse esta declaracion por sospechosa, pretendiendo con ella hacerse un mérito de lo que acaso no habian imaginado, hay muchos hechos y documentos contemporáneos que prueban que tal fué el intento que se llevaba. Entre los papeles cojidos al P. Talamantes en el acto de su prision, de los que ántes se ha hablado, se encontró una instruccion sobre el modo de proceder á la reunion del congreso y sobre las facultades que éste habia de ejercer, en que se leen estas notables palabras: "aproximándose ya el tiempo de la indepencia de este reino, debe procurarse que el congreso que se forme, lleve en sí mismo, sin que pueda percibirse de los inadvertidos, la (44) Párrafo 74 del cuaderno de Lizarza.

semilla de esta independencia sólida, durable, y que pueda sostenerse sin dificultad y sin efusion de sangre," y las facultades que designa al congreso de variar muchos puntos de la legislacion, tratar con las potencias extranjeras y arreglar la sucesion al trono, son todas correspondientes al ejercicio pleno y entero del poder soberano. El alcalde de corte Villa Urrutia, aunque sin ir tan lejos en sus intentos, trataba segun manifiesta en sus apuntes y queda dicho arriba de hacer un cambio esencial en el gobierno establecido, pues contando con ser individuo del congreso cuya forma y composicion no estaba determinada y por lo mismo cada uno se la figuraba segun su idea, y la de Villa Urrutia era que debia concurrir á él la audiencia de que era miembro, se proponia promover desde la primera sesion, que se le quitase al virrey todo conocimiento en materias de hacienda y de justicia, reduciendo sus facultades á solo lo gubernativo y militar. No era, pues, el congreso que iba á reunirse tal como Iturrigaray se lo figuraba, ni era tampoco cierto que la mayoría de los individuos que habian de componerlo hubiese de ser de europeos, pues no habiendo sido convocados mas que los procuradores ó apoderados de los Ayuntamientos, las elecciones habrian recaido casi todas en mexicanos, como que lo eran la mayor parte de los regidores perpétuos y lo eran tambien la mitad de los alcaldes y regidores que cada año se variaban y casi siempre los síndicos; y aunque algunos Ayuntamientos como el de Veracruz y Zacatecas estuviesen fuera de esta regla, estas excepciones eran muy poco numerosas y no podian hacer cambiar el sentido en que hubiera estado la mayoría de los votos, con tanta más razon cuanto que, aunque en las provincias no se hubiesen propagado todavía las ideas turbulentas de la capital, es muy verosimil que venidos á ella los diputados, se uniesen al partido ya formado por el Ayuntamiento de ésta, que ejercia tanto influjo y gozaba entónces de tanta consideracion.

Todo inclina, pues, á persuadir, que apenas se hubiese reunido el congreso, se hubiera declarado soberano: que como se verificó más tarde en idénticas circustancias en Buenos Aires, Santa Fé y Caracas, habria depuesto al mismo virrey que lo convocó, y habria rehusado reconocer á cualquier gobierno establecido en Espa

ña, que no hubiese sido el mismo Fernando VII, y esto solo míentras se tenia por seguro que no saldria nunca del poder de Napoleon. Aun el Dr. Arechederreta, hermano del que esto escribe, que en su historia manuscrita habla con tanto ardor y acrimonia contra los aprehensores de Iturrigaray, porque en su opinion, de lo que éste trataba era de procurar la quietud y buen órden, poniéndose de acuerdo todas las autoridades, y formando un gobierno legítimo, en cuyas manos descansara confiadamente la Nacion," reconoce que "reunido el congreso, era muy probable que en ese caso, la América (45) hubiera pensado en realizar la independencia de España, á lo menos interin duraba la cautividad del soberano," y ya hemos visto que por esto se entendia una cosa que no habia de tener término, y así es, que segun se prevenía en los apuntes del P. Talmantes, uno de los objetos del congreso habia de ser, declarar quién habia de ser sucesor de Fernando VII.

El gran resentimiento que los americanos mostraron, por haberse impedido por los europeos con la prision de Iturrigaray la reunion del congreso, demuestra tambien cuales eran las esperanzas que en aquel se fundaban. Si en realidad no se hubiera tratado de otra cosa que de formar un gobierno provisional cuya duracion habia de ser solo hasta que se estableciese una autoridad general en España, reconocida por toda ella; la instalacion de la junta central se verificó tan próximamente, que el congreso no hubiera llegado ni aun á reunirse, y poco motivo habia de queja. Este gran sentimiento, lo duradero de él, las calumnias y exajeraciones prodigadas contra los aprehensores del virrey, los excesos que se les imputaron ó que se presentaron con tanto aumento y acrimonia, (46)

(45) Era muy comun entre los mexicanos hablar de toda la América cuando se trataba de México, fuese por jactancia, ó porque siendo México una parte tan principal de la América, se creia que ésta habia de seguir su ejemplo en todo. Vino despues otra época de que hablaremos en su lugar, en que la antigua Nueva España se denominaba "el septentrion", voz que estuvo muy en boga quizé por lo sonoro de ella, como si en la América septentrional no se comprendiesen tambien los Estados-Unidos. Todo esto prueba la idea exageradísima que los mexicanos se hacian de la importancia de su país. ¡Qué triste ha sido el desengaño!

(46) Despues de todas las declamaciones de violencias, desórdenes y robos de los voluntarios, todo lo que D. Cárlos Bustamante dice que importó lo robado segun la carta n. 508, t. 236 de la correspondencia de los virreyes, (Sup.

TOMO. I-33

todo demuestra que hubo un grande interés frustrado, grandes esperanzas desvanecidas, una profunda herida en el orgullo nacional.

Uno de los argumentos que los defensores de Iturrigaray hacian con más triunfo, mientras sostuvieron que aquel no habia intentado nada contrario á la fidelidad que debia á su patria y á su soberano era, que ¿cómo podia concebirse que hubiese formado una conspiracion de tanta trascendencia, cuando no aparecieron otros cómplices que dos regidores, un abogado, dos canónigos y un religioso, que son los que fueron presos, y de estos los más quedaron luego en libertad? Pero la conspiracion en que Itnrrigaray habia entrado sin conocerlo, no consistia en reunir cierto número de personas que le auxiliasen á dar un golpe de mano, sino en establecer un principio que habia de ser fecundo en consecuencias, y en dar impulso al espíritu de independencia con la reunion del congreso. El medio de ejecucion era, pues, el ejercicio de su autoridad suprema, y por esto comprendieron muy bien sus contrarios, que el privarlo de esta bastaba para cortar en su orígen unos intentos que solo habian nacido y progresado por ella.

No falta quien piense que si la independencia se hubiese hecho por Iturrigaray ó por el congreso que él habia convocado, hubiera podido consolidarse mejor y se hubieran evitado todos. los males que se han seguido, porque entonces se habria efectuado por toda la gente respetable reunida, teniendo al frente al mismo que ejercia la autoridad suprema, y ántes que las Córtes de Cádiz hubiesen esparcido con la constitucion de 1812 la semilla de la anarquía que ha producido tan copiosa y funesta cosecha. Me parecen poco a los tres siglos, t. 3o, f. 238,) suponiendo que lo fuesen las perlas de que hemos hecho mencion, fueron $. 11,244 Nótese que habia en la tesorería.... 14.500,000 $, en pesos fuertes, y que en la vivienda de Iturrigaray se encon traban la multitud de alhajas, vajilla, oro, plata, onzas y pesos que se ven en el inventario. De todo esto solo se echaron de menos esas perlas, y nada tendria de extraño que entre tanta gente como allí entró, hubiese uno menos es crupuloso que se las tomase; pero esta prueba que todos los demas eran gente pundonorosa, á quien no movian intereses rateros ni miras siniestras. Si hubiesen existido estos tesoros en palacio en Diciembre de 1828; en todo el año de 1833; en Julio de 1840 y en Agosto y meses siguientes de 1847, ¿qué hubiera quedado de ellos en manos de las patriotas que se apoderaron de aquel edificio?

« AnteriorContinuar »