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teniente coronel D. José Manuel de Ochoa, despues de haber recobrado á Zacatecas, (28) se hallaba el 28 de Marzo en la hacienda de la Noria con direccion al Saltillo, con una division de tropas de la comandancia general, de la que destacó quinientos hombres á las órdenes del teniente D. Facundo Melgares, para que pasasen á Monclova á custodiar los presos y caudales tomados en las norias de Bajan. (29)

Aunque en la colonia del Nuevo Santander las tropas que habian abandonado á su gobernador Iturbe, hubiesen hecho una contrarevolucion á principios de Abril en la villa de Aguayo, prendiendo al lego Herrera que se habia refugiado allí huyendo de Garcia Conde, (30) el coronel Arredondo, que mandaba las fuerzas que se embarcaron en Veracruz con destino á aquella provincia, tuvo motivos para sospechar de la sinceridad de aquellos militares, que con dos revoluciones sucesivas, habian hecho desconfiar de su buena fé. (31) Dióse aviso á Arredondo que intentaban pasar á cuchillo su division en la noche misma del dia que entrase en Aguayo; confirmaban esta noticia las declaraciones de varios prisioneros que hizo en su marcha, y le daba mayor peso la fuga precipitada de los vecinos de las rancherías por donde la division pasaba, y los incendios que se veian en la serranía á no muy larga distancia; pero lo que quitó toda duda á Arredondo sobre las intenciones de los indultados fué, la solicitud que hicieron para que pasase él sólo á ponerse á su cabeza separándose de su ejército, á pretexto de arreglar así mejor las cosas, y el haber impedido, con frívolos 'pretextos, que fuesen á reunirse con él el cura de la villa y el capitan Cao, á quien habia enviado á tomar el mando de aquellas fuerzas y á asegurarlos del indulto. Arredondo creyó entonces que debia oponer la astucia á la perfidia, y divulgando que iba á dar un dia de descanso á su tropa fatigada, en el campo de las Comas, á cinco leguas de la villa, se puso en marcha á las diez de la noche, sorprendió la poblacion al rayar el dia y se apoderó de todos los su

(28) Véase libro 2o, capítulo 7o de este tomo.

(29) Su parte en la gaceta extraordinaria de 9 de Abril de 1811, núm. 42, fol. 301.

(30) Véase libro 2°, capítulo 7o de este tomo,

(31) Su parte, gaceta de 10 de Mayo de 1811, tomo 2 núm. 55, fol. 411.

blevados, tomándoles sus armas y artillería. Dispuso en seguida fusilar á Herrera y á otros jefes y oficiales, segun dijo al virrey en su parte, en el que pidió se le aprobase el seguir castigando á los cabecillas que cayesen en sus manos: de los soldados como ántes se ha dicho, unió á sus tropas á los que estaban forzados entre los insurgentes, y mandó á los demás á Veracruz á disposicion del gobernador. Desde Aguayo envió un destacamento á ocupar á S. Cárlos, capital entonces de la provincia, y se dispuso á marchar coutra el lego Villerias que estaba en Hoyos, con una fuerza de dos mil hombres, é hizo quemar públicamente una exposicion que le dirigió el P. Fr. Francisco Gonzalez, invitándolo á tomar parte en la revolucion. (32)

La posicion del Nuevo reino de Leon era bastante comprometida, estando situado entre el Saltillo, ocupado por Rayon, y el Nuevo Santander, en donde se hallaban con las armas en la mano en Aguayo las tropas sublevadas. (33) No obstante, apenas supieron aquellos vecinos el suceso de las norias de Bajan, cuando se declararon por el gobierno, aunque no tuviesen para sostenerse en caso de ser atacados, más que cinco escopetas, algunas libras de pólvora y veintitres hombres con lanzas del pueblo de Guadalupe de Tlaxcala, antígua colonia tlaxcalteca, que como otras del mismo origen, se establecieron por los virreyes en diversos puntos de las provincias del interior, en S. Luis y Zacatecas, y fueron siempre fieles al gobierno. Habiendo tomado parte en la revolucion el gobernador de la provincía Santa Maria, se hallaba ésta sin autoridad superior, y para suplir su falta, se estableció una junta, que fué reconocida y obedecida en todos los pueblos de su comprension, la que se ocupó con empeño en recojer armas, organizar compañías y otros medios de defensa, poniéndose en comunicacion con las autoridades de Coahuila y con el general Calleja, é instruyendo de todo al virrey, en una exposicion en que se glorian de haber recobrado su libertad sin auxilio de nadie, y de que aunque aquella provincia fué ocupada por la fuerza, se mantuvo siempre ilesa de insurreccion y fiel al virrey.

(32) Parte citado de Arredondo.

(33) Véase la exposicion de la junta al virrey, ya citada, inserta en la gaceta de 1o de Octubre de 1811, núm, 110, fol. 904.

En Zacatecas, desde la toma de la ciudad por Ochoa, habia quedado una corta guarnicion y en la provincia no habia por entónces reunion que pudiese dar cuidado; pero en la de Guanajuato, apénas salió de ella el ejército del centro para Guadalajara, cuando se comenzaron á levantar partidas con jefes oscuros y desconocidos, algunos de los cuales, por los daños y devastacion que causa. ron, obtuvieron en adelante funesta nombradía. Entre ellos se distinguió sobre todos Albino García, más conocido por el manco García, nativo de Salamanca, (34) en cuyo pueblo y en el inmediato del Valle de Santiago se fijó de asiento, haciendo sus excursiones en todo el país circunvecino, cortando la comunicacion y embarazando el tránsito de los convoyes de Querétaro á Guanajuato. Por el otro lado de la sierra de este mineral, en Dolores y sus inmediaciones, habia otras partidas que se comunicaban con las que habían quedado en la provincia de S. Luis, en la que habiéndose propagado la insurreccion por las riberas del rio de Tampico hasta la costa, se hallaba en movimiento toda la serranía de là Huasteca, que comprende parte de las provincias de Veracruz y México, y por ésta se daban la mano con las partidas que ocupaban la Sierra Gorda, con las de Villagran, que seguia hostilizando desde Huichapan el camino de Querétaro á la capital, y con las que se habian levantado en los Llanos de Apan al Norte de esta.

Calleja situado en San Luis Potosí, en el centro de este vórtice revolucionario, destacaba secciones de su ejército á los puntos que lo requerian, y con el grueso de él observaba los movimientos de la masa principal de los insurgentes, que como se ha dicho, habia quedado en el Saltillo El teniente coronel D. Miguel del Campo se hallaba con una de estas secciones en la hacienda de la Quemada, á mediados de Marzo, cuando recibió aviso del intendente de Guanajuato, de estar amenazada aquella ciudad por las partidas del Anglo-americano, que sin expresar su nombre, era muy conocido por el país de su nacimiento, del padre Garcilita y del religioso domínico Fr. Santiago Rodriguez, que se habian reunido en Sa

(34) Dícese comunmente que era amarrador de gallos, lo que no es ciorto: llámase así al que en las peleas de gallos ata la navaja al pié del gallo. Estas peleas eran muy frecuentes y habia gran aficion á ellas en estos pueblos de Salamanca é inmediaciones. Estaba manco por una caida de caballo,

lamanca. Campo mandó en auxilio de aquella capital dos escuadrones de dragones de S. Cárlos, y siguió á reunirse en Dolores con el mayor de Celaya, Alonso, que con un batallon de su cuerpo y alguna caballería habia desbaratado en el puerto del Gallinero, cerca de la hacienda de la Erre, una numerosa reunion, á que concurrió la gente del pueblo de Dolores, y la que capitaneaba Cristóbal el Habanero. (35) Los insurgentes, sabedores de la marcha de Campo, se dirigieron á atacar á Celaya en donde fueron rechazados, y volviendo hácia Guanajuato, Campo, combinando sus operaciones con las tropas salidas de Leon y Silao, los derrotó en el punto de la Calera, poniéndolos en completa dispersion. (36) Pasaron en seguida Campo y Alonso á Tula, en el camino de México, en el que tambien operaban contra Villagran con poco efecto, el teniente coronel de Nueva-España D. José Castro y el mayor Calafat. Otra de las secciones destacadas por Calleja, á las órdenes del capitan D. Antonio Linares, batió en el Ojo de Agua, en las inmediaciones de San Luis de la Paz, á una reunion de insurgentes, mandada por José Antonio Verde, y cerca de Tierra Blanca á una porcion de indios que intentaron impedirle el paso. (37)

Mientras esto pasaba en las provincias circunvecinas al ejército del centro, Cruz, de regreso á Guadalajara de la expedieion de Tepic y San Blas, con el acierto y actividad que lo distinguian, habia distribuido en varias divisiones las tropas de su mando, y para poder disponer de todas ellas en la campaña sin ocuparlas en la guarnicion de la capital, hizo que todos los vecinos distinguidos de ésta tomasen las armas, formando cuerpos de infantería y caballería. La reunion principal de los insurgentes se hallaba en los pueblos de Zacoalco, Sayula y Żapotlan el Grande, y para desbaratarla hizo Cruz salir de Guadalajara el 26 de Febrero á su segundo, el capitan de navío D. Rosendo Porlier, con casi todas sus tropas. Este entró sin resistencia en Zacoalco, que como todos los demás pue(35) Parte de Alonso, gaceta de 19 de Abril de 1811, tomo 2o, núm. 46, fʊl. 328.

(36) Parte de Campo, gaceta extraordinaria de 20 de Abril, tomo 2a, nám. 47, fol. 339.

(37) Parte de Linares en la gaceta de 3 de Abril de 1811, tomo 2%, núm. 51. S. Luis de la Paz, se llamó así por haber establecido allí los jesuitas una mision para pacificar á los bárbaros chichimecas.

blos de su derrotero, habia sido abandonado por los habitantes: al acercarse á Sayula, la guerrilla cojió cuatro hombres armados, que fueron fusilados y quedaron colgados en las avenidas de la poblacion. En la mañana del 3 de Marzo, dirigiéndose á Zapotlan, encontró el grueso de los insurgentes situado en la cuesta que conduce al pueblo, y habiéndolos atacado vigorosamente, los puso eu dispersion. Siguiendo el alcance, notó Porlier que en lo alto de la cuesta se dejaba ver un cuerpo considerable de caballería é infan-. tería, que formado en batalla parecia dispuesto á esperar nuevamente á los realistas. Ordenó el ataque, pero teniendo que pasar por un estrecho desfiladero, sospechó que podia haber en él alguna asechanza, por lo que suspendió la marcha hasta hacer ocupar las cumbres que dominaban aquella angostura, y avanzando entónces y andados como doscientos pasos sin que la guerrilla hubiese notado cosa alguna, un indio que estaba perfectamente escondido, y que fué luego muerto de un balazo, dió fuego á una mina á cuya explosion siguió la de otras cuatro. Los insurgentes entónces, creyendo que los realistas habian sido sepultados eu su mayor parte entre los escombros, se echaron sobre ellos, pero los recibieron con firmeza los batallones de marina y Toluca, y cargando al mismo tiempo la caballería, los puso en fuga causándoles una gran pérdida. Distinguiéronse en esta accion Negrete, Mozo, Quintanar é Illueca, y además merecieron especial recomendacion de Porlier, D. Ruperto Mier, el mismo que mandó contra Cruz las fuerzas independientes en Urepetiro, y D. José Antonio López Merino, los cuales habiéndose indultado, servian de soldados en el ejército real, y siendo empleados en las guerrillas y puestos más peligrosos, cargaron con la caballería en la cuesta de Zapotlan, y combatieron bizarramente, dando muerte á cuantos se les pusieron delante. Despues de esta accion, Zapotlan y demás pueblos insurreccionados fueron ocupados sin dificultad. (38)

Entre Zacatecas y Guadalajara se halla el territorio de Colotlan, que por haber permanecido largo tiempo despues de la conquista ocupado por indios salvajes, se llamaba la frontera de Colotlan y Nayarit. Los jesuitas llevaron á él la religion y la civilizacion

(38) Gaceta extraordinaria de 14 de Abril de 1811, tomo 2o, núm. 46, f. 311.

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