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y como era recien cautivado ó hallado, no entendia la lengua de los indios. Yo y Juan Rodriguez fuimos farautes (1) deste hombre y de otros, como ya sabiamos la lengua de los indios; consuelo era aunque triste para los que despues se perdian, en hallar delante compañeros cristianos con que pasar los trabajos y entenderse con aquellos brutos; muchos españoles escaparon las vidas en hallar adecompoñeros cristianos, porque los indios que los to

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ndaban bailar y cantar y no lo entendian,

os indios son tan bellacos, y más los de la Florida, pensaban que no lo querian hacer por rebeldía, los mataban y decian despues á su cacique que por bellacos y rebeldes los mataban, que no querian hacer lo que les mandaba; preguntando el cacique porqué los mataban, respondian esto que tengo dicho; y un dia yo y un negro y otros dos españoles recien cautivos, traLando el cacique con sus vasallos y señores grandes de su córte lo que tengo dicho arriba, preguntóme el cacique, que yo era el más ladino de todos, diciendo «Escalante, decinos verdad, pues ya sabeis que os quiero mucho; cuando mandamos á estos vuestros compañeros bailar y canlar y otras cosas, porqué son tan bellacos y rebeldes que no lo quieren hacer ó hacen que no estiman la muerte ó por no torcer su brazo á gente contraria de su ley? Decímelo, y sino lo sabeis, preguntárselo á esos recien cautivos, que por su culpa son cautivos, agora que por dioses los teníamos abajados del cielo:» y respondiendo á mi amo y señor, dijele luego la verdad: «Señor, á lo que entiendo, no son rebeldes ni lo hacen de mal propósito; es porque no los entienden, y ellos rabian por entendellos; >>

(1) Lo mismo que intérpretes.

díjome que no era verdad, que muchas veces se lo decian y algunas veces lo hacian y otras veces no querian por más que les dijesen; dije yo: «Con todo eso, Señor, no lo hacen adrede ni por rebeldía, por no entender lo hacen; por eso hablalle que lo vea yo y este negro horro vuestro;» y el cacique riéndose dijóles «se le tega, recien venido;» ellos preguntaron que qué les decia el cacique; el negro questaba junto á ellos rióse y dijo al cacique: «Señor, verdad os dice Escalante, que no lo entienden y lo han preguntado á Escalante, que ques lo que decís, y no se lo quiere decir hasta que se lo mandeis;» y entonces creyó el cacique la verdad y dijo á Escalante «declaráselo, Escalante, que agora os creo de veras;» yo se lo declaré que quiere decirse le tega, corre, mira si viene gente al miradero, (miradero quiere decir tejive; abrevian más en la palabra que nosotros los de la Florida;) y visto el cacila verdad, dijo á sus vasallos, que cuando hallasen cristianos ansí perdidos y los cojiesen, que no les mandasen nada hasta avisar, para que fuese uno de los que entendiese la lengua, y ansí fué este el primero arriba declarado que habia nombre Piriguini y en lengua nuestra quiere decir Mártires, marinero arriba declarado que venia en la flota de Méjico y se perdió. Y dejando esto aparte, quiero hablar de las riquezas que los indios de Ais hallaron, que sería hasta millon y más en barras y en oro, y otras cosas de joyas hechas de manos de indios mejicanos que traian los pasajeros, lo cual lo repartió el cacique de Ais y Jeaga y Guacata y Mayajuaca y Mayaca, y él tomó lo que le pareció ó lo mejor. Con estos navíos y otros dichos, y carabelas perdidas y indios de Cuba y de Honduras perdidos en busca del rio Jordan, que venian ricos y los cojian Cárlos y el de Ais y

que

Jeaga y las islas de Guarugumbe, son ricos como dicho tengo de la mar y no de la tierra. Desde Tocobaya hasta Santa Elena, que habrá de costa seiscientas leguas, no hay oro ni menos plata de natural de la tierra, sino es lo que dicho tengo por la mar; no quiero decir si hay tierra. para habitar, pues los indios viven en ella, abundosa para ganados y para sembrar azúcar caña, no lo sabré de cierto; algunas sembraron y nacieron, pero como no estaba yo de sosiego cuando se sembraron, no ví en lo que paró: todas estas provincias que he declarado, dende Tocobagachile hasta Santa Elena, son grandes pescadores y nunca les falta pescado fresco; son grandes flecheros y traidores, y tengo por muy cierto que jamás serán de paz, ni menos cristianos; yo lo firmaré de mi nombre por muy cosa cierta, porque lo sé; sino toman mi consejo, será trabajo y peor que antes; que los cojan á buena manera, convidándoles la paz y metellos debajo de las cubiertas á maridos y mujeres y repartillos por vasallos á las islas, y aun en Tierra Firme por dineros, como algunos señores en España compran al Rey vasallos, y desta manera habrá maña y amenguándolos; y esto digo que seria cosa acertada, y podrian hacer los españoles unas granjerías para criar ganado y guarda de tantos navíos como se pierden de la provincia de Sotoriba, puerto de San Agustin y rio de San Mateo, á dó los luteranos de Francia tenian hecho fuerte é rincon para robar á todos cuantos venian de Tierra Firme, ora sean de Méjico ó del Perú ó de otras partes como lo hacian, y recogíanse al rio de San Mateo, como dicho tengo, donde reside este cacique traidor de Sotoriba y Alimacani y otros lugares, sus vasallos; y en medio del rio de San Mateo, sesenta leguas á la tierra adentro, hay otro cacique, rey por sí y señor

de su tierra, que se llama Utinayserabai y Moloa y otros muchos sus vasallos hasta llegar á Mayajuaca, tierra de Ais, hácia el cañaveral, que dicen los pilotos nuestros que navegan, estos dos caciques tomó paces Pedro Melendez; no tienen oro, ni plata, ni perlas; son miserables y grandes bellacos y traidores, flecheros, andan desnudos como los demás que arriba tengo dicho: por este rio de San Mateo pueden ir á Tocobaga, de la otra banda de la Florida hácia Poniente, y no digo que siempre por el rio, sino desta manera entrar por la barra de San Mateo y llegar á Sarabai, questá cincuenta ó sesenta leguas á la tierra adentro del rio arriba ó á la provincia de Utina, y de allí desembarcar y ir por la banda de Poniente, tomando por arriba, de pueblo en pueblo y dar consigo á la Cañogacola, vasallos de Tocobaya, y de allí al lugar mismo de Tocobaya, que entra otro rio muy grande a donde Soto estuvo y murió. Y con esto fenezco y no diré más, porque si fuera pretender la conquista desta tierra no diera más relacion que tengo dada; aunque á su Magestad le conviene para la seguridad de sus armadas que van al Perú y á la Nueva España y á otras partes de Indias que pasan por fuerza por aquella costa y canal de Bahama, y se pierden muchos navíos y perece mucha gente porque los indios son contrarios y muy flecheros; y ansí como digo, conviene haber alguna fuercezuela por dó pudiesen 'segurar aquella canal con alguna renta que se pudiese sacar de Méjico y, del Perú y de las islas de Cuba y de todas partes de Indias para el remedio y mantenimiento de los soldados de guarda en la tal fuertezuela, y esto es lo que convenia y otra cosa más de ir á buscar las perlas, pues otra riqueza no hay en aquella tierra. Y para ello concluyo, y si fuere necesario, etc. Lo

1.

firmó Hernando Descalante Fontaneda.-Entre dos rá

bricas.

MEMORIAL DE D. ANTONIO VELAZQUEZ, SUCESOR DEL ADELANTADO DIEGO VELAZQUEZ, SOBRE LA GRACIA QUE PIDE Á SU MAGESTAD POR LOS MÉRITOS DE SU ANTECESOR, QUE SE ESPLICAN. ISLA FERNANDINA, CUBA. -DESCUBRIMIENTOS (1). (Sin fecha.)

Memorial del negocio de D. Antonio Velazquez de Bazan, cerca de la merced que pide á su Magestad, como pariente más propinquo y heredero del adelantado Diego Velazquez.

Presupónese que habiendo pasado á las Indias Diego Velazquez con D. Cristóbal Colon, año de 8, se embarcó en la Española con noventa españoles y vino á la isla de Cuba y la conquistó y pobló, y hizo en ella siete villas y les puso los nombres que hoy dia tienen, y puso justicias en nombre de los señores Reyes Católicos.

Entendido esto por su Magestad la Reina doña Juana, el año de 13, dió provision al Diego Velazquez para que repartiese los indios de la isla de Cuba, prefiriendo á los criados de sus altezas, y luego á los descubridores y conquistadores, y despues á los que tuviesen cédulas rea

(1) Archivo de Indias. Patronato. Est. 1.o Caj. 1.o Leg. 18.

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