El convento de Carmelitas descalzas se encuentra en uno de los puntos mas elevados de la poblacion, y merecen verse las pinturas que le adornan. En la plaza de la Catedral y ocupando uno de sus testeros, hállase el convento de Justinianas, fundado por el canónigo Alonso Ruiz. Su forma es elíptica y la arquitectura corintia. Sus proporciones son muy regulares. En las bóvedas admíranse varios frescos ejecutados por D. Luis Balaguer, y las esculturas y demás obras de talla se trabajaron en Zaragoza por D. José Ramirez. Al lado de san Salvador están las Benitas Bernardas unidas en el convento que ocupaban las primeras, y que nada digno de atencion encierra. El de la Concepcion angélica se encuentra en el arrabal, y debe su fundacion á D. Constantino del Castillo, sin que el artista ó el curioso encuentre en él nada de notable. Tambien el de la Concepcion Francisca se halla en el mismo sitio y fue fundado en 1504 por Alvar Perez de Montemayor, canónigo de Toledo. La gran ermita de san Anton, de ovalada cúpula y con algunos frescos de no escaso mérito, está situada entre la preciosa alameda del Jucar y el arábigo puente de dos ojos, por los cuales pasan ya unidos los dos rios. Su portada completamente plateresca, merece verse, así como tambien la inscripcion que en caractéres góticos está sobre la puerta que conduce á las habitaciones inmediatas. Dice así: «Esta obra y la iglesia hizo el venerable Sr. Frey Xpistobal Agustin de Montalvo, comendador de las casas y encomienda de san Anton de Cuenca, Murcia y Huete; acabóse en el año de mil y quinientos y veinte y tres años. >> La iglesia fue renovada á fin del pasado siglo por D. José Martin de la Aldegüela, arquitecto residente en Cuenca, y que tambien renovó el Hospicio y los conventos de Justinianas y Concepcion Francisca, dando á todos estos edificios las formas rotondas ó elípticas que hoy tienen. El convento de Benedictinas fue fundado allá por el año de 1446 por el canónigo D. Pedro Arias Baamonde, siendo su primera abadesa D.' María de las Mulas. Nada mas respecto á templos encierra Cuenca, y como se ve, fuera de la catedral poco de notable encierra. Arruinados unos, inhabilitados otros, destinados á usos distintos de los de su primitiva creacion por efecto de los cambios políticos ocurridos en nuestro país, ha perdido su antigua fisonomía, y esto, unido á las restauraciones ó renovaciones de los subsistentes, les ha hecho olvidar su severidad y primitivas formas que tan bien sientan en los antiguos monumentos. Nada mas desagradable que un viejo remozado; los afeites y los cosméticos no sientan bien en los arrugados rostros y en los hundidos ojos, y del mismo modo sobre las ennegrecidas piedras, sobre los arcos airosos y desnudos de ornamentacion, los blancos cendales de la cal y los colores de los modernos embadurnadores, producen un desagradable efecto. VI. Instruccion pública y beneficencia. Por distintas vicisitudes han pasado estos dos ramos de tanta importancia en la poblacion de que nos ocupamos. De los varios hospitales que en lo antiguo existian, solo resta el titulado Real de Santiago que perteneció en sus tiempos á los caballeros conventuales de Santiago de Uclés. Fundose en el año de 1182, y está situado al O. de la poblacion, en una altura y perfectamente ventilado. Otro existe bajo la advocacion de san Jorje, donde se recogen los pobres enfermos transeuntes. En el año de 1784 establecióse de órden del Monarca, una casa de Misericordia para recoger los pobres, la cual, por las malas condiciones del edificio, se trasladó en 1798 á los edificios ocupados por las Recogidas en el hospital que fue de san Anton. Pero nada de esto podia corresponder á la idea que presidiera para su creacion, pues ni el nuevo edificio ni el antiguo, reunia las condiciones necesarias. Así fue que el obispo Palafox mandó construir un local á sus espensas, en el cual se encuentran con la debida separacion los albergados de uno y otro sexo. El edificio reune cuantas condiciones pueden exigirse por su capacidad y solidez. Tambien á este mismo prelado, siendo arcediano, cúpole la suerte de terminar la casa de Recogidas, á la que en 1837 se unió la de expósitos. La escasez de recursos hace que tanto esta como la de Misericordia no se hallan en el floreciente estado que debieran, atendida su benéfica mision. -Además añadia D. Cleto á la par que esplicaba á sus compañeros lo que anteriormente hemos expuesto, no es en este país donde abundan mucho los pobres que necesitan de tales asilos. Son pobres, pero no reina la miseria como en otros puntos, privándoles por completo de toda clase de recursos. -¿Y la instruccion?-preguntóle Castro. -Calculo que desde la última vez que estuve en Cuenca, no debe haber sufrido grandes alteraciones ni en bien ni en mal, pues escasamente hará unos ocho meses que negocios particulares me trajeron aquí. Con todo, ahora lo sabrémos. La instruccion particular se halla en bastante regular estado, sin que por esto podamos decir que es de los puntos en que mas floreciente está. Hay varias escuelas de instruccion primaria, tanto de niños como de niñas, que tienen bastante concurrencia. El personal de maestros y maestras, sin ser notable, está á la altura de su mision. Respecto á estudios mas elevados tambien los posee, y no en una escala despreciable. Capital de provincia y cabeza de diócesis, natural es que tenga mayores elementos de instruccion que otras poblaciones que carezcan de aquellos requisitos. 1 Cuando en los últimos años del siglo pasado se crearon las sociedades de Amigos del País, la de Cuenca comprendió que debia fomentar la pública instruccion, y estableció dos escuelas que quizás hubieran sucumbido por la falta de recursos, á no ser por la munificencia y generosidad del prelado Palafox, el que á sus espensas construyó un edificio destinado exclusivamente á la enseñanza, con habitaciones para los maestros y maestras. Además existe otra escuela costeada por los fondos municipales que tiene bastante asistencia. El Seminario de san Julian lo fundó el obispo D. Gomez Zapata, destinándole para las clases algunas casas particulares, pero el obispo Pacheco compró terreno para construir un edificio ad hoc, y en tiempo de su sucesor el prelado Pimentel, que fue en 1618, trasladáronse definitivamente los colegiales al nuevo seminario que estaba á espaldas de la parroquia de san Pedro. Pero todavía no permanecieron los seminaristas en este edificio; faltaba capacidad para las aulas que se le debian añadir, y el obispo Flores Osorio costeó la mayor parte de la obra de un nuevo edificio en el barrio del Alcázar, el cual se dotó convenientemente, añadiéndose despues varias mandas de distintos eclesiásticos para contribuir á su sostén. Aumentáronse las cátedras con las de filosofía y teología, y posteriormente, ampliándose los estudios, se le agregaron las de teología escolástica, prima y otras. Las rentas habian ido aumentando, y por lo tanto los estudios han seguido la misma proporcion. La biblioteca que en el Seminario existe, es notable por mas de un concepto. Formada, tanto por las compras verificadas con los fondos del mismo Seminario, cuanto por varias donaciones, aumentóse con la magnífica que tenian los padres Jesuitas, y posteriormente con las de los conventos suprimidos. Tambien fue una gran adquisicion para la biblioteca la donacion que de la suya, que era escogidísima, le hizo el Excmo. Sr. D. Alfonso Clemente de Arostegui. VII. Arrabales, puentes y diversiones. -Pues señor-decia nuestro amigo Azara dirigiéndose á D. Cleto,-prescindiendo de la posicion que ocupa Cuenca, y que la hace verdaderamente original, y de los pocos restos que guarda de su pasado, nada de notable encierra. -Tiene V. razon. Cuenca es una poblacion renovada por todas partes, que de lo antiguo solo conserva ruinas, pues las restauraciones hasta han cambiado las formas y la fisonomía de los edificios que restan. Los nuevos arrabales ó barrios que hay al otro lado de los puentes son completamente modernos, así es que prescindiendo como ha dicho V. muy bien de su original situacion y de su historia, poco tiene que ver. —¿Y de qué vamos á ocuparnos hoy?-preguntó Castro. -Visitarémos los arrabales, verán Vds. los puentes y darémos una ojeada por el teatro. -Pues vamos allá. Nuestros amigos fueron poco á poco abandonando las empinadas y peligrosas calles de la ciudad, y pasaron el rio Huescar por el famoso puente de San Pablo. -Aquí tienen Vds. una obra admirablemente concebida,-dijo D. Cleto indicando á sus compañeros el puente en cuestion. -Por la osadía y atrevimiento que presidieron á su construccion debe ser del tiempo de los romanos. -Está V. en un error, amigo Sacanell, la creacion fue de un oscuro canónigo, del mismo que fundó el monasterio de San Pablo, que se vé en ese lado, y que se reservó en él una humilde sepultura (1). -D. Juan del Pozo, hombre bastante rico y de grandes pensamientos. -Unicamente pudo ver los cimientos, pues falleció al poco tiempo. Pero repare qué altura tan prodigiosa la de esos pilares, que se elevan desde el fondo del rio. -¿Qué altura tienen? V. (1) En medio del crucero hállase su efigie sobre la losa con la siguiente inscripcion: «Aqui está el cuerpo del indigno canónigo Juan del Pozo primero fundador de esta iglesia y monasterio; pide y ruega por reverencia de Nuestro Señor Dios le supliquen aya misericordia de su ánima: murió año de 1539 á 5 de noviembre.> -Unos ciento cuarenta y cuatro piés, y se prolonga unos trescientos para unir los dos empinados cerros. -¿Sin duda seria para facilitar el paso de la ciudad al convento? El puente de San Pablo consta de cinco arcos de piedra toscamente trabajada. Los pilares que les prestan apoyo tienen, como D. Cleto dijo muy bien, ciento cuarenta y cuatro piés de altura, siendo la longitud total del puente la de trescientos. Mas de cincuenta años se emplearon en su construccion, pues empezó en 1533 y terminó en 1589. El total de la obra fue de 63000 ducados. -¿Y quién fue el arquitecto que llevó a cabo este pensamiento? Azara. preguntó -La gloria principal, es decir, el que le concibió, y puso los cimientos y adelantó bastante su construccion fue Francisco de Luna, vecino de Uclés; á este sucedieron Juan Palacios y Juan Gutierrez de la Oceja. -Y este puente debe haber sufrido alguna recomposicion, porque parece que ese trozo de fábrica es mas moderno,-dijo Pravia indicando uno de los estribos. -Ya lo creo, como que se hundió uno de los machones en la noche del 7 de mayo de 1786. -¡ Caramba! -Desde el principio se advirtió que la obra no estaba muy segura. 42 T. I. |