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Sin embargo, no parecia darse por satisfecho todavía Pravia puesto que dijo: -¡Caramba! estoy procurando recordar una cosa que se me ocurrió durante el relato de D. Cleto y que por no interrumpirle no lo dije entonces.

-¿Acaso respecto á alguna duda que tenga? preguntó el anciano.
-Creo que era mas bien sobre una omision que V. ha hecho.
-- Pues que conocia V. acaso ya la historia de esta poblacion?

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-No señor, pero... ¡Ah! ya sé lo que es. Me parece que ha dicho V. que el patron de la ciudad es san Saturio, hijo de Soria.

Cierto.

-Y queria preguntarle si no se tiene de él ninguna noticia, porque he observado que nada nos ha dicho respecto á ese particular.

-Tiene V. razon. Olvidéme pór completo y me place que me hagan esas preguntas, pues ellas me prueban la atencion que ponen en lo que ven. Saturio desciende de una de las mas ilustres familias godas. Desde su niñez mostró tan buenas disposiciones y tan piadosos sentimientos, que sus padres se apresuraron á cultivar las unas y á fomentar los otros obteniendo felicísimos resultados.

La muerte de sus padres proporcionóle la ocasion de realizar su mas querido deseo que era el de retirarse á la soledad a fin de poderse entregar sin testigos á las penitencias y austeridades de la vida eremítica.

Una gruta á las orillas del Duero sirvióle de albergue, haciendo en ella un pequeño oratorio dedicado á san Miguel, ante cuya imágen pasábase largas horas en oracion.

Alimentábase de yerbas silvestres, imponíase las mas duras penitencias y por espacio de treinta años vivió de este modo siendo objeto de una gran veneracion por parte de aquellos naturales, admiradores de su virtud.

Hallábase el Santo anacoreta una mañana segun su costumbre haciendo oracion á la entrada de la gruta, cuando en la opuesta orilla del Duero vió un joven que se disponia á vadear el rio.

El peligro que corria, alarmó à Saturio, quien subiéndose sobre una peña empezó á gritar al jóven para que desistiera de su empeño.

Pero este, que no era otro que Prudencio, obispo mas tarde de Tarazona y varon virtuosísimo ya, léjos de detenerse lanzóse audazmente sobre las aguas y pasó al otro lado corriendo á arrodillarse ante Saturio demandándole su bendicion.

Este á su vez admirado ante tan gran milagro no pudo menos de pedirle tambien la suya y juntos penetraron en el oratorio dando gracias al Señor.

El objeto de Prudencio, al visitarle, no era otro que el de hacer en su compañía la vida eremítica.

Saturio aceptóle á su lado y durante siete años permanecieron juntos hasta que enfermando Saturio rogó a su discípulo le tendiese sobre el suelo y le recitase los fúnebres oficios, durante cuyo acto, espiró.

Prudencio le enterró en el mismo oratorio de san Miguel, poniéndo en la lápida que cubria su cuerpo, una inscripcion.

-¿Y permaneció mucho tiempo allí?-preguntó Azara.

-Cuando Prudencio fue elevado à la silla de Tarazona, trasladó sus reliquias á otro sitio donde tributábale, él, y á su ejemplo toda la comarca, gran veneracion, hasta que finalmente fueron sus restos trasladados á la Colegiata de Soria.

-Y dígame V., D. Cleto, como es que el obispado ha de ser de Osma y no de Soria, que es la capital de la provincia.

-Mucho se ha trabajado respecto á eso, y aun hubo un tiempo en que el obispo titulábase de Soria. En 1867 elevó el Ayuntamiento una exposicion al Gobierno pidiéndole esta traslacion, pero del mismo modo que otras gestiones hechas anteriormente, quedó sin resultado (1).

(1) El documento mencionado, notable por mas de un concepto, insértale integro el ilustrado historiador de Soria, Sr. Perez Rioja, cuya obra consultamos para rectificar nuestros apuntes, y de quien le tomamos. Dice así: <Señora : El Ayuntamiento de la muy noble y muy leal ciudad de Soria, capital de la provincia á que da nombre, llega á los Reales piés de V. M. reverentemente pidiendo una gracia, que confia alcanzar de vuestra soberana munificencia: la traslacion de la silla episcopal de la diócesis de Osma, á que Soria pertenece. Otras poblaciones han conseguido ver satisfecho tan legitimo deseo, y algunas mas gestionan tambien para realizarlo. Cada una alega en su apoyo las razones particulares que le asisten. Empero, todos vienen á coincidir en dos fuertisimos apoyos, que son, el espíritu, por lo menos, del Concordato vigente con la Santa Sede, y la necesidad y conveniencia politica y económica de asimilar la circunspeccion eclesiástica á la civil. Y uno y otro conducen à la realizacion de un gran

-Parece extraño que el obispado lleve el nombre de una de las villas de la provincia, y que el prelado y como consecuencia inmediata todas sus dependencias residan en aquel punto y no en la capital de la provincia.

-Precisamente esa era una de las razones en que el Ayuntamiento se apoyaba. -Y eso que indudablemente seria beneficioso para la ciudad, quedó sin resolver. -Mas beneficioso todavia que eso, fuera otra cosa en que Vds. no han reparado todavía tal vez y que desgraciadamente no se atiende como debiera, es verdad que en esto no es solamente el Gobierno el culpable.

-¿Qué es?-preguntaron los jóvenes.

--La despoblacion de los montes. Sabido es que el arbolado atrae las lluvias, las lluvias son necesarias para las cosechas y faltando aquel, escasean estas y como consecuencia natural vienen las sequias.

-Que tanto se padecen en algunas provincias de España.

-Y para las cuales no suele á veces emplearse otro medio que las públicas rogativas, como si eso fuera suficiente,-añadió Castro con irónico acento.

fin, que puede llamarse de moral social, y de lo imperioso y urgente de que desde los grandes centros donde, por desgracia la corrupcion va en aumento, se haga sentir mas inmediata y salvadora la accion evangélica de los pastores de la Iglesia. Bajo estos princípios, y con la esperanza que á su sombra nace, el Ayuntamiento de Soria se atreve á llamar la atencion de V. M. con la presente instancia.

«Soria, una de las mas esclarecidas ciudades de Castilla, viene gestionando para el logro de este importantísimo deseo desde la remota antigüedad que su historia encierra. Los últimos tiempos de la dominacion agarena aun recordaba la ciudad de Uxama, cuando destruida y pobre por efecto de las guerras desoladoras de la reconquista, vió levantarse su arrabal, el Burgo, y ya Soria se acercaba al trono, pidiendo la traslacion de la silla episcopal, y ya entonces, ademas de fundadisimas razones de localidad, alegaba las disposiciones del derecho canónico y las del municipal de España, que prevenian estar situadas las iglesias catedrales en ciudad ó lugares de los mayores que hubiese dentro del distrito del obispado.

«Soria era entonces, como es hoy, cabeza de provincia, con una iglesia colegial. Pero además indicaba sus numerosas parroquias y monasterios de religiosos y religiosas, sus cuatro hospitates y sus cuarenta cofradías, aduciendo baliarse ilustrada «con cinco cuerpos santos y otras muchas reliquias de grande devocion.» Y si en lo religioso tenia titulos tan ak onados, en lo civil no eran menores por la mucha nobleza que encerraba, y por el crecido vecindario que en ella vivia.

En cambio, Osma, la antigua Hotzama de los celtas, que bajo la denominacion de Uxama Argelae, era de una de las ciudades mas notables que con los romanos litigó en el convento juridico Cluniense, yacía débil, abatida, y convertida en ruinas, de que no se ha levantado, y el Burgo un pueblo con escasa gente.

«Ac.ec endo Sora en nou.bre é importancia obtuvo del sabio rey D. Alonso en 1236 un fuero particular de legislacion, por el grande renombre que le d eron sus servicios a los monarcas de Castilla, y tanta fue la predileccion con que a honró durante su reinado, que solicitó y obtuvo del soberano pontifice Alejandro IV dos señaladas gracias. una, ia de Lamarse ciudad, y otra la de erigir en catedral su colegiata de San Pedro; mercedes ambas que Su Santidad concedió por bula expedida en Viterbo en 8 de enero de 1260.

«Desde entonces, y por efecto de su concatedralidad, los prelados se llamaron obispos de Soria por mucho tiempo, y aun exi te en la Iglesia-colegial la tabla genea ógica que los enumera.

«Es notable la gestion que Soria hizo en el año 1337, cerca del rey D. Felipe II, en demanda de la division del Obispado de Osma y ereccion de la silta episcopal en ella. El Rey p dió informe al ilustre Prelado de Osma, entonces D. Francisco Tello de Sandoval, el cual aseguró haber visto el traslado de la bula post ficia, que Soria obtuvo mas de trescientos año, antes, declarandola ciudad y obi pado; pero combatio la division del de Osma, fundándose en que siendo Soria y sus pu blos lo mas pingüe de él, quedaria el de Osma reducido à escasas rentas.

«Ni aun esta aparen.e razon milita hoy en favor de Osma, desde que por efecto del actual sistema económico y administrativo, del Tesoro público dependen todos los gastos del culto y del clero.

«Por otra parte, las necesidades de esta época exigen imperiosamente que los principios religiosos se conserven con mayo- empeño en las localidades populosas, donde por efecto de multitud de concausas, la relajacion es mas fácil que en cortos vecindarios. Un clero numeroso sigue á la silla episcopal, y la predicacion y el virtuoso ejemplo se ejercen mas de cerca.

a Lo contrario sucede al presente. Relegada la silla episcopal en un rincon de la provincia, sin roce apenas con la capital civil, no es posible que su accion moralizadora y santa llegue al único centro de importancia con la eficacia que las necesidades sociales exigen.

Por otra parte, el Burgo, cuya importancia y vecindario son infinitamente menores que los de Soria, no re

-Diré á V. señor Castro,-repuso D. Cleto,-respetemos porque respetar se deben las creencias de un pueblo, y natural es que los cristianos, en esas grandes calamidades que á veces les afligen dirijen sus preces á Dios. Esto es natural y digno de elogio en los pueblos que de religiosos se precian, lo que si debemos decir es que á la par que esto se haga no debe dejarselo todo á la Providencia, debe el hombre poner de su parte lo principal, que es el trabajo y de este modo es mas fácil que sea ayudado por aquella (1). -Es mucha verdad y acepto la leccion que tan discretamente acaba de darme. -No es leccion, es únicamente hacerle presente que a veces nos reimos de cosas que encierran en sí un gran principio moral y religioso que podrá ser falseado por algunos que las tomen solo como distraccion y entretenimiento, pero que no por eso debe dejar de merecer elogio la idea que las inspira. Ahora sí, que me diga V. que no son solamente las rogativas las que pueden atraer las benéficas lluvias si no que esto obedece á otras leyes fisicas á las cuales contribuye poderosamente el trabajo del hombre y que este es el que se debe estimular, desde luego se lo concederé. Á Soria como a otros muchos puntos que sucesivamente hemos de recorrer, le hace esto gran falta.

quiere, no necesita igual cuidado espiritual. Bástale con el clero parroquial que habia de quedarle, y en verdad que al llegar á este punto una sola observacion convence. El Burgo cuenta una sola parroquia, y con e la tiene a cubierto todas sus necesidades. Soria tiene ocho parroquias, y aun no es número bastante para el pasto espiritual que apetece. Otra prueba de su respectiva importancia y á la vez de la inconveniencia de que la cabeza del Obis, ado esté relegada en un extremo de a provincia.

«Continuando Soria sus incesantes gestiones el año 1831, elevó respetuosa instancia á S. M., y en 1832, su Ayuntamiento acordó que se dirigiesen preces a Roma para la traslacion de la silla.

« Hé aquí, Señora, á grandes rasgos trazada la historia de esta ciudad en cuanto a sus incesantes deseos de obtener lo que hoy de nuevo p.de, y las vicisitudes porque es e importantísimo asunto ha pasado.

«Hoy, como entonces y como siempre, la ciudad confia en la justicia con que piue; pero además espera alcanzar la realizacion de su justo y natural deseo, por la bondadosa mediacion de V. M; por la gran necesidad de asimilar la circunscripcion eclesiástica a la civil; por la conveniencia social que ha de resultar religiosa, politica y económicamente considerando de que las capitales de provincia sean a la vez capita es de los obi-pados; por la importancia y alta consideracion que tiene el que los prelados residan en las poblaciones de ma importancia de sus diócesis, y ocupando el lugar altísimo à que son llamados, en vez de estar en puntos secundarios donde aparec.n Telegados; por la necesidad de que ni aun aparentemente se ofrezca a la imaginacion del vulgo divorciado, has a cierto pun o', la autoridad civil de la eclesiástica, y esta como en inferior esca a, cuando tan opo tuno es, atendido el de cuido de la educacion moral en los grandes centros, que hasta la imaginacion y los sentidos del vulgo vean que si la una es fuerte por su proceder, la otra es grande por su mision y su importancia, y ambas se ayudan, y juntas viveu, y mandan y gobiernan.

«Seguro es, Señora, que cuando esto vieran las gentes cesarian de oirse ciertas palabras que ofenden el pudor y escandalizan la moral, sin que la vigilancia de las autoridades ni la rigidez del Código puedan poner el correctivo eficaz, que por desgracia elude una sociedad harto combatida por el genio del mal.

«El Ayuntamiento de Soria, al elevar ante V. M. esta respetuosa instancia, si bien atiende al interés de su localidad, en primer término tiene en cuenta una necesidad social, a la vez que el mayor prestigio y lustre de episcopado, y las consideraciones que se desprenden de la conveniencia de acomodar la division territorial eclesiastica á la civil.

«En méritos de todo lo expuesto, para que esta pretension pueda llegar hasta nuestro Santisimo Padre, ya que en virtud del artículo 3.o del Concordato vigente obtuvo el Gobierno de S. M. la raslacion de la silla episcopal de Calahorra á Logroño, y á fin de que este precedente sirva de regla en el presente caso, el Ayuntamiento de Soria á V. M. rendidamente suplica se digne acceder a esta solicitud, elevando las correspondientes preces á su Santidad para que la residencia y silla del prelado diocesano de Osma, sea y se entienda fijada para lo sucesivo en la capital de Soria, a cuyo efecto se compromete á procurar tener los edificios necesarios, tanto para el ilustre Prelado y sus dependencias, cuanto para seminario conciliar y demás. Gracia, etc.>>

(1) En prueba de la verdad que existe en las frases de D. Cleto, debemos citar la opinion de un distinguido escritor muchas veces mencionado en nuestro trabajo respecto á esta provincia, el cual dice, «Que la repoblacion no es en los bosques obra de un dia, pero alguna vez se ha de empezar. La falta de lluvias puede ser un aviso providencial que debemos aprovechar, como deberíamos hacerlo con todos aquellos que acerca de otras cuestiones, no menos interesantes, se nos dan un dia y otro. El ejemplo de otros pueblos trabajadores puede servirnos, porque al esperarlo todo de la misericordia divina, olvidamos lo que el Cristianismo nos enseña. Ayúdate y te ayudaré.» (Perez Rioja; Crónica general de España.-Historia de la provincia de Soria).

-Segun eso tambien Soria padece del mismo mal que Cuenca.

-Sí, señor. El gran elemento de ambas son los montes, si estos se desatienden poco puede ser el fomento y adelanto de ellas.

-Y dígame V., D. Cleto, antes de que terminemos todo lo referente á la capital, ¿qué hijos de ella se han señalado mas en la esfera del saber ó en el ejercicio de las armas ó de la política ?

-Hay varios en toda la provincia, pero respecto á Soria no debe omitir á D. Francisco Mosquera y Barnuevo.

-¿Qué hizo ese señor?

-Dedicarse tanto al estudio de la jurisprudencia y de las bellas letras como al servicio de las armas, siendo muy elogiado su esfuerzo obteniendo varias mercedes del emperador Carlos V, y escribiendo varias obras, entre ellas el poema titulado La Numantina, que dedicó á los doce Linages de que ya hice mérito.

-¿Hay algun otro personaje notable?

-Sí, señor; el Dr. D. Juan Fernandez de Soria, médico que fue de D. Enrique IV el Impotente.

-¡ Hombre ! indudablemente su opinion serviria para darle esa calificacion con que la historia le señala.

-Está V. en un error.

-¡Cómo!

-Por el contrario, solamente el sostuvo contra todos, que no existia semejante impotencia y que la infanta D.a Juana era su hija.

-Importante es esa declaracion.

-A pesar de ella esa desdichada señora despues de haber servido de juguete a tantas ambiciones fué á sucumbir oscura y abandonada léjos del trono al cual segun el indicado doctor, tan legítimos derechos tenia.

-Sin embargo, España mejoró notablemente con el reinado de los reyes católicos. -Eso es innegable y todos debemos felicitarnos de que estos fueran los que sustituyesen á aquella princesa.

-Despues de ese doctor ¿nos queda algun personaje mas importante tambien ?

-El bachiller Pedro de Rua que escribió tres cartas eruditas impresas con las del obispo D. Antonio Guevara y otras varias obras tanto en verso como en prosa, y don Francisco Antonio de Salcedo marqués de Vadillo, corregidor que fue de Madrid y muy estimado de Felipe V. El cuartel de Guardias de Corps, el Hospicio, el puente de Toledo, la ermita de la Virgen del Puerto y la fuente de la Red de san Luis, monumentos todos existentes en la corte, fueron hechos bajo su direccion.

Otras varias celebridades existen en la provincia de las cuales nos iremos ocupando al visitar las poblaciones de su nacimiento.

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