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ba; retirado su obispo á Asturias al verificarse este hecho y situada en paraje muy desventajoso para su tranquilidad, no tardó en ser destruida por los musulmanes ; si bien restaurada en 912 por D. García, tuvo la satisfaccion de ver veinte y un años mas tarde, bajo sus muros, derrotado á Almudhaffar, por las huestes de Leon y Castilla al mando del rey Ramiro y del conde Fernan Gonzalez.

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Poco mas de un lustro transcurrió desde este suceso, cuando cayó en poder de Abderrahman, quien la hizo arrasar una vez mas; el conde Gonzalo Tellez la repobló nuevamente al siguiente año, de órden del rey Ramiro.

Las correrías de Almanzor, primer ministro del imbécil califa omníada entonces reinante, llevaron consigo en 989 la destruccion de Osma, que, apenas repuesta de tal desastre, sufrió otro nuevo en el año 1000, ocasionado igualmente por los enemigos de la fe, no tardando sin embargo mucho en ser reedificada, por cuanto que siete años mas tarde, cayó en poder de Almudhaffar y en 1010 volvió á poder de los cristianos. No tardó mucho en ondear de nuevo el estandarte de la media luna en sus muros y dueños de Osma los agarenos la dieron en 1013 al conde D. Sancho; mas á poco la recobraron para verla caer despues en poder de Alfonso VI que seguro ya de dominar en su territorio, una vez realizada la conquista de Toledo, dedicóse á repoblarla, verificándolo así en 1088.

Mas hábil Marco Claudio Marcelo, sucesor de Fulvio, trató de atraerse políticamente á los oxmenses, y si bien lo consiguió al pronto, no tardaron estos en recordar que por sus venas corria la indomable sangre celtibera y unidos á los recien rebelados segedanos, contribuyeron con sus esfuerzos á la obra de Viriato, hasta que con el asesinato de este y la posterior destruccion de Numancia, desapareció toda esperanza de independencia.

La guerra de Sertorio vuelve á poner en conmocion á los habitantes de Osma, que abrazaron entusiastas su partido, causando con esto su perdicion, pues vencedor Pompeyo de los sertorianos no perdonó á las ciudades que con mas empeño se le resistieran y, al igual de otras varias, Osma fue destruida por haber dado asilo dentro de sus muros á las reliquias del ejército rebelde que en ella se refugiaron despues de el asesinato de su caudillo. Ocurrió este lamentable hecho el año 664 de Roma.

En tiempo del imperio, fue reedificada y adscrita para lo civil y contencioso al convento jurídico de Clunia (Coruña del Conde), señalándola el Itinerario romano como ciudad de descanso en la via de Astorga á Zaragoza. En varias copias de este Itinerario se adultera el nombre de Uxama muy diversamente, haciendo de él el descuido y la ignorancia de los copistas Uxaman, Vasana, Vasama, Vasania y Vasaman; tambien por igual causa hallamos en los antiguos manuscritos convertida la primitiva denominacion en las de Vixaman, Vesana, Vesaniam y Vesariam; pero autoridades tan respetables como Plinio y Ptolomeo no la dan otro nombre que el de Uxama y muy raras veces el de Uxamensis.

No falta quienes confunden esta poblacion con otra de su mismo nombre perteneciente á los austrigones y próxima á ella; mas ya en su tiempo Ptolomeo supo diferenciarlas, llamando á la primera Uxama Argela y Uxama Barca ó Burca á la segunda, y colocándolas á los 11° 15' de latitud por 42° 26' de longitud, y á 13o de latitud por 44° 15' de longitud respectivamente. Plinio nombrando solo á Uxama de los arévacos entre los pueblos concurrentes al convento juridico de Clunia, y Antonino Pio determinando en su Itinerario las distancias que la separaban de esta última poblacion y de la de Veluca hacen mas imposible aun cualquiera confusion y prueban hasta la evidencia que eran en todo diferentes Uxama Burca de los austrigones y Uxama Argelæ de los arévacos.

Varias han sido las explicaciones que acerca del significado de este calificativo se han dado, queriéndole unos derivar de la palabra hebrea archela tomada en sentido de la antigua aunque propiamente significa metrópoli; otros del término griego arges, activa ó vivamente, y otros finalmente tomando la palabra argele en sentido propio afirman que la denominacion de Uxama fue la de la blanca ó arcillosa; esta última tésis es la que reune mayor número de probabilidades de certeza.

Algunos han supuesto que en tiempo de los godos fue nuevamente destruida esta ciudad y es lo cierto que aunque nada sabemos de positivo, ó no sufrió tal destruccion ó de sufrirla, en breve fue reedificada, puesto que la vemos figurar como silla episcopal bajo el nombre de Oroma, del cual vino á los prelados la denominacion de oxomenses.

Con la invasion de los árabes comenzaron para Osma los verdaderos dias de prue

ba; retirado su obispo á Asturias al verificarse este hecho y situada en paraje muy desventajoso para su tranquilidad, no tardó en ser destruida por los musulmanes; si bien restaurada en 912 por D. García, tuvo la satisfaccion de ver veinte y un años mas tarde, bajo sus muros, derrotado á Almudhaffar, por las huestes de Leon y Castilla al mando del rey Ramiro y del conde Fernan Gonzalez.

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Poco mas de un lustro transcurrió desde este suceso, cuando cayó en poder de Abderrahman, quien la hizo arrasar una vez mas; el conde Gonzalo Tellez la repobló nuevamente al siguiente año, de órden del rey Ramiro.

Las correrías de Almanzor, primer ministro del imbécil califa omníada entonces reinante, llevaron consigo en 989 la destruccion de Osma, que, apenas repuesta de tal desastre, sufrió otro nuevo en el año 1000, ocasionado igualmente por los enemigos de la fe, no tardando sin embargo mucho en ser reedificada, por cuanto que siete años mas tarde, cayó en poder de Almudhaffar y en 1010 volvió á poder de los cristianos. No tardó mucho en ondear de nuevo el estandarte de la media luna en sus muros dueños de Osma los agarenos la dieron en 1013 al conde D. Sancho; mas á poco la recobraron para verla caer despues en poder de Alfonso VI que seguro ya de dominar en su territorio, una vez realizada la conquista de Toledo, dedicóse á repoblarla, verificándolo así en 1088.

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Con todo, hasta 1096 no fue restaurada la silla episcopal, pero esto no impidió que el primero de la nueva série de obispos oxomenses, Pedro de Burges, arcediano de Toledo, tuviera la gloria de ser contado en el número de los santos. Otros muchos prelados de la ciudad se hicieron célebres por la fama ya de sus hechos, ya de sus virtudes, contribuyendo con ello á dar mayor lustre é importancia á esta silla episcopal.

Despues de su repoblacion por Alfonso VI, gozó Osma un período de tranquilidad que terminó á principios del siglo XII con los disturbios del reinado de D. Urraca y D. Alfonso de Aragon que la hicieron padecer bastante. Ni fue tampoco mas afortunada en las subsiguientes revueltas surgidas con motivo de la rebelion de D. Sancho contra su padre Alfonso el Sábio; continuando asimismo aquel estado de agitacion y alarma en que se hallaban los osmenses, durante el reinado de Sancho IV el Bravo, en que D. Juan Nuñez de Lara al frente de sus parciales y de algunos navarros estuvo talando los campos de Osma, Calahorra y Sigüenza, hasta que las tropas del monarca le obligaron á renunciar á sus correrías.

Tambien á continuacion de este hecho debió sucederse una época de quietismo y reposo para la antigua Uxama, y no vuelve á mencionarse hasta 1430 con motivo de la recepcion que en ella hizo D. Juan II á los embajadores aragoneses, cuando se disponia á invadir el Aragon, resultando de las conferencias babidas entre aquellos y este, la estipulacion de unas treguas en cuya virtud D. Juan licenció su ejército, no sin darle antes órden de volver á reunirse en la siguiente primavera, para hacer una campaña contra los infieles.

En 1469 vuelve a hablarse de Osma por haber ido á ella disfrazado y en compañía tan solo de cuatro fieles servidores, el entonces infante de Aragon, D. Fernando, mas tarde uno de los Reyes Católicos, con objeto de tener una entrevista con su futura esposa D.* Isabel; en esta ciudad se encontró al conde de Treviño, partidario de su union con la reina de Castilla, que le esperaba, y al frente de doscientos caballos se partieron para Dueñas.

Este es el último hecho digno de notar en que figura la ciudad de Osma.

A partir de él, su importancia material é histórica empieza á decaer, sin haber nada que la detenga en su camino hacia el no ser, si semejante expresion puede permitírsenos; hoy, segun saben ya nuestros lectores, está reducida á un par de centenares de casas con un corto vecindario y nada en su estado actual demuestra su pasada grandeza.

El Burgo de Osma, situado como sabemos á una media legua escasa de la poblacion ha absorvido por completo la importancia de esta, atrayéndose gran número de pobladores y procurándose multitud de comodidades de que ella carece y que han hecho que no solo el obispo, si que tambien varias otras personas, le hayan tomado por su habitual residencia.

No obstante haber sido Uxama una ciudad de tanta importancia en la época romana, son pocas las ruinas de aquel tiempo que en ella pueden observarse; esto, que sorprende á primera vista, tiene sin embargo, segun Loperraez una explicacion satisfactoria, á saber, que verificada la invasion de los árabes y apoderados de este y mu

chos otros puntos, la precision en que se vieron de construir con toda premura castillos y fortificaciones les obligó á emplear en su construccion los restos de las poblaciones romanas que, por lo demás, proporcionaban excelentes materiales.

Esta explicacion se confirma con el exámen de la fortaleza que existe frente á la ciudad, en cuyas piedras se observan letras, adornos y otras varias señales que denuncian su orígen romano; donde mas ruinas de este género han subsistido es en las inmediaciones del Burgo, en las que se han descubierto algunas habitaciones subterráneas con bóvedas de piedras, trozos de columnas con estrias mas o menos profundas, basas, capiteles y zócalos de no escaso tamaño.

En compensacion de la escasez de esta clase de monumentos, abundan los de otro género, de la misma época, en todo el ámbito que ocupaba la ciudad antigua, en el que podian cómodamente hallar cabida hasta seis mil vecinos. Consisten dichos monumentos en multitud de fragmentos de piedra labrada, ladrillos de regular grosor, cuyas diferentes formas manifiestan los diversos usos á que estaban destinados, tejas planas y semicirculares, medallas de municipios, colonias y emperadores, y trozos de vasijas de barro, delgadas, pero tan perfectamente cocidas que cuesta mucho trabajo romperlas.

Hanse encontrado tambien mosaicos con dibujos de colores variados y caprichosos, conocidos de los antiguos con el nombre de opus telesatum, y formados por piedras coloreadas cogidas entre una argamasa que à una gran diafaneidad reune tal dureza y consistencia que no hace en ella el acero mella alguna; prueba es esta de un gran adelantamiento en las artes, que vienen á confirmar el hallazgo de varios pedazos de armas y de anillos primorosamente trabajados, sobre todo sus piedras, en las que se representan deidades gentilicas y asuntos fabulosos y mitológicos.

Por sí lo ya anteriormente expuesto no fuera bastante á probar toda la importancia de que Osma ha gozado en mas remotos tiempos, á continuacion transcribimos las siguientes inscripciones, hallada la primera en las murallas de Segovia:

G. POMPEYO. MVCRONY
VXAMENSY

AN. XC.
SODALES

T. C.

La segunda copiada por Loperraez en Clunia (Coruña del Conde) dice así:

M. AEMYLYVS
MVRRYANVS
CARBYLY. T.
VXAMEN. AN. LXIII.
G. T. AN. XIIII.

Finalmente, la tercera, que se encontró en el monasterio de Santa Ursula de Alcalá, de donde la tomó Ambrosio de Morales, está concebida en los siguientes términos:

LYCYNYVS YVLYANVS
VXAMENSYS. AN. XX.

H. S. EST.

YVLYA. MATER.
T. C. S. T. T. L.

Para terminar cuantas noticias á Osma se refieren, dirémos que su escudo de armas se compone de un rey sobre un castillo en campo azul, que es patria de un fa

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