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de su ingrato soberano. Despues de este hecho nada sabemos ya de Ateca hasta 1139, en que, al decir del P. Mariana, mientras el Emperador Alfonso VII se hallaba sitiando el famoso castillo de Aurelia, hoy Oreja, una hueste de treinta mil hombres formada por las tropas reunidas de Aben-Gania de Valencia y Tachfin de Marruecos, se presentó ante la villa, donde á la sazon se encontraba la emperatriz D. Berenguela, y comenzóla á expugnar poniéndola en un grave aprieto; pero ¿qué dirán Vds. que hizo la esposa del monarca castellano en aquel trance?

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-¿Engañar á los enemigos con algun ardid ingenioso?-interrogó Azara.
-Tampoco.

-¿Rendirse?-aventuró Sacanell.

---Mucho menos.

Castro no dijo una palabra, pero su sonrisa indicaba claramente que sabia á qué atenerse sobre aquel punto.

Viendo, pues, D. Cleto que nadie daba explicacion satisfactoria, creyó que debia aclarar ya el enigma y prosiguió diciendo:

-Lo que hizo D. Berenguela fue enviar un mensaje á los sitiadores, exponiéndoles lo vergonzoso que era para unos tan valientes guerreros luchar contra una mujer pudiendo hacerlo con el mismo Alfonso, con lo que dejóles tan corridos, pues tal era el espíritu caballeresco de la época, que la ofrecieron retirarse siempre que accediera á dejarse ver desde los muros para que pudieran saludarla antes de marcharse, como en efecto se verificó. ¿Qué dice V. á esto, Castro?-interrogó al terminar la narracion viendo que el andaluz no dejaba de sonreirse.

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- Que me perdone el venerable Mariana,-repuso este, pero no puedo estar conforme, sino con el hecho que tengo por cierto, mas no con el lugar en que lo coloca. Y la razon es óbvia; Oreja se halla á unas ocho leguas de Toledo, y por lo tanto á muy considerable distancia de Ateca, asi es que considero altamente inverosímil que unas tropas enviadas al objeto de socorrer à los sitiados por Alfonso, dieran un rodeo de tanta consideracion y tan poca utilidad; además de que segun consta por una antigua crónica á la que siguen Lafuente y otros historiadores de nota, fue en la misma capital del reino godo residencia mucho mas á propósito para una emperatriz, donde tuvo lugar el hecho referido, á consecuencia del cual, cuando los de Oreja hubieron de entregarse, fueron tratados con gran benevolencia y aun agasajo, por el Monarca que les permitió retirarse libremente á Calatrava. Además recuerde V. D. Cleto que algo sobre esto nos dijo al visitar las provincias de Guadalajara y Cuenca.

--Chico, que buena memoria has hechado-exclamó Azara al terminar Castro su razonamiento.

-Verdaderamente que ante argumentos tales no hay mas remedio que bajar la cabeza y confesarse vencido, y así lo hago con gusto por lo que á mí toca, pero sintiéndolo por la pobre Ateca que de los pocos hechos notables que en su historia cuenta, pierde el que quizá lo era mas.

-Tiene V. razon, yo he hablado ya de eso y por demás me consta que el hecho en cuestion se refiere á Toledo, mas queria ver si Vds. se acordaban de lo que sobre el particular aun cuando incidentalmente les dije. Despues de esto solo dos acontecimientos referentes á esta villa puedo citar á Vds. de la Edad media, á saber: la celebracion en 1334 de una entrevista de Alfonso XI de Castilla con su hermana D. Leonor, esposa de Alfonso IV de Aragon llamado el Benigno, al objeto sin duda, de adoptar las disposiciones necesarias para contener los progresos que el partido de D. Pedro, hijo primogénito del aragonés y de su primera mujer, á quien aquella odiaba de muerte, iba haciendo, y la conquista de la villa por D. Pedro el Cruel, hijo de Alfonso XI, en una de sus varias incursiones contra el Aragon, ocurrida en 1362.

-¿Y en la Edad moderna, no hay suceso alguno que ilustre la historia de Ateca? -Solo tres conozco; dos del tiempo de la guerra de la Independencia y el tercero de la guerra civil, consistiendo aquellos, uno en la reunion verificada en este punto por las fuerzas al mando de D. José Duran y el célebre Empecinado, de órden del general Blaque, en 1810; y el otro, en el triunfo conseguido dos años despues por el general Villacampa, venido á la sazon de Murcia, sobre los franceses Launetier y Palombini. El último hecho, en fin, no puede ser mas lastimoso, y se refiere á la sorpresa verificada á mediados de diciembre de 1835 por Cabrera y Quilez, de unos setecientos hombres pertenecientes al bando isabelino, que en la poblacion se hallaban, y de los cuales fueron degollados los mas y dispersados los restantes. Hé aquí cuanto sobre Ateca puedo decirles á Vds.

Y tras estas palabras la conversacion giró sobre varios asuntos de ningun interés para nosotros. El dia se empleó parte en descansar y parte en pasear por la poblacion sin adquirir noticia alguna que ya no sepan nuestros lectores, retirándose en consecuencia los cinco amigos á su habitacion llegada la noche, con ánimo de partir al siguiente dia en direccion á Calatayud.

VIII.

Calatayud. Su situacion.-Idea general de la poblacion, y de su término.

Conforme lo tenian determinado partieron al otro dia en direccion à aquel punto donde, llevados por el poderoso medio de locomocion llamado ferrocarril, no tardaron en llegar.

Calatayud, ciudad con Ayuntamiento, de la provincia, audiencia territorial y capitanía general de Zaragoza, cabeza del partido judicial de su nombre y perteneciente á la diócesis de Tarazona, se halla situada en la orilla izquierda del Jalon, en sitio próximo al de la confluencia de este rio y el Jiloca, y los cerros y colinas que la rodean como su extensa y hermosa vega, contribuyen á darla un aspecto por demás pintoresco y á hacer su clima templado y agradable.

Compónese la poblacion de mil y pico de casas de buena fábrica por lo general y con bastantes comodidades, en las que se albergan unas siete mil almas; está di

vidida en dos partes, tituladas alta y baja, de la primera de las cuales hablarémos á su debido tiempo. La segunda tiene mas de sesenta calles y cási la mitad de plazas y plazuelas, y en una de ellas, tal vez la mejor, está situado el mercado.

Entre sus edificios que mas adelante describirémos, se cuentan dos colegiatas tituladas de Santa María y del Santo Sepulcro, buen número de parroquias, un palacio episcopal, un hospicio, varios conventos, dos hospitales y algunos otros. Para recreo de sus habitantes hay un teatro, una plaza de toros y diversos paseos, entre los que merece mencionarse el que situado en la parte S. E. y empezando en las mismas puertas de la ciudad se dilata como á unos tres cuartos de legua, en el cual hay un hermoso parque al que prestan gran amenidad frondosos olmos, álamos y otras variedades de árboles y plantas. Próximas á él se encuentran dos fondas bastante bien servidas y algunas posadas; los demás paseos tambien en su generalidad ofrecen bellos puntos de vista y pintorescos paisajes, pero á la naturaleza y no á la mano del hombre se lo deben.

Tambien para comodidad de los vecinos existe, en las afueras de la puerta de Alcántara y en las inmediaciones del puente de su nombre, una fuente titulada de los Once caños, aunque hoy dia solo tiene diez de bronce, y el agua que por ellos sale, traida por un acueducto de piedra de sillería desde una colina distante unos tres cuartos de legua de la poblacion, viene á caer en un recipiente igualmente de piedra y de forma rectangular, al que los árboles de que está rodeado, no solo le proporcionan sombra sino que le prestan gran atractivo. Hay en ella una inscripcion latina cási borrada de la que solo son legibles las siguientes palabras: venite et bibite, anno 15...; otras dos fuentes hay llamadas de Mirabella y de los Nudos, cuya antigüedad es grande, toda vez que el romano Marcial habla ya de ellas en sus Epigramas.

El término de Calatayud está limitado al N. por los de Torralba y Embid de la Ribera; al E. por los de Almendrilla, Sediles y Villalba; al S. por el de Paracuellos, y al O. por los de Terrer, Cervera y Ateca; su extension es de unos doce ó trece kilómetros de N. á S. y de diez y seis á diez y ocho de E. á O., y dentro de él, aparte de varias ermitas y santuarios de que tratarémos con posterioridad, hay dos barriadas que se conocen con las denominaciones de la Huermeda y Torres, y distantes ambas como una legua de la poblacion, pero situadas la primera al N. E. y mas al E. la segunda; así una como otra, tienen su correspondiente iglesia, dependientes respectivamente de las parroquias de San Pedro y de San Juan. A una media hora de la poblacion al N. y N.O., se hallan dos cementerios de buenas condiciones, y por todas partes multitud de fuentes que surten de agua la ciudad y fertilizan sus campos en union de los rios Jalon, Jiloca, Ribota ó mas propiamente Clares y el Miedes ó Brejil; el primero de los cuales está atravesado por tres puentes; el de Algar, á una media legua de la poblacion por la parte superior; el de la Fuente, frente á aquella, y el de San Lázaro en la parte inferior y á solos quinientos pasos; todos estos rios dan movimiento á varios molinos harineros, un batan y fábricas de curtidos, jabon duro, aguardiente y papel de estraza.

Igualmente pueden verse en el término diversos barrancos, entre ellos el de Ar

mantes, junto al cual hay un dique de sólida construccion destinado á contener sus avenidas que de otro modo, pondria en peligro á la ciudad; este barranco toma un poco mas abajo el nombre de el Salto porque se precipita perpendicularmente desde una regular altura, y en sus inmediaciones existen algunos manantiales de aguas ferruginosas, que contienen magnesia y son muy buenas en baños y bebidas, para ciertas enfermedades: su temperatura es invariablemente de catorce grados del termómetro Reamur.

El terreno que en parte es de regadío, en parte de secano, y erial ó de pastos el restante, es bastante fértil y produce principalmente trigo, cáñamo y vino, además de avena, cebada, centeno, judías, y bastantes frutas y hortalizas; los pastos mantienen algun ganado lanar, cabrío y vacuno; en los bosques se encuentran conejos y liebres, codornices y perdices, y finalmente no faltan en los rios anguilas, barbos, y en el Jiloca, algunas exquisitas truchas.

Los montes que posee el término de Calatayud están formados cási en su totalidad por los terrenos secanos no cultivados, excepto algunos de dominio particular; de los que no lo son, hay una parte que ni aun sirven para pastos, pues los que producen son escasos y de no muy buena calidad; pero otra es muy á propósito para la propagacion de varios géneros de arbolado y plantas, no obstante lo cual solo hay cultivo en la falda de la sierra de Vicor; así pues, todos los montes están desprovistos de bosques, lo que se debe en parte al gasto de combustible, y los que proporcionan la caza se hallan situados en las márgenes de los rios que ya hemos nombrado, conservándose merced al celo de los poseedores de fincas bien de recreo, ó de labranza en las márgenes de aquellos, toda vez que sirven de defensa á sus propiedades.

Proporcionan alimento al ganado una extensa dehesa abundante en varias especies de plantas, y un prado naturial y érial, denominado Pradejon, que mas especialmente se destina para la sustentacion de las reses vacunas. El no bastar una ni otro á subvenir á las necesidades de la poblacion agrícola, ha precisado el establecimiento de prados artificiales de alfalfa y zanahoria de los que el de la segunda, es mas extenso y de mejores resultados..

Cruza como sabemos el término de Calatayud la línea de ferrocarril que de Madrid se dirige á Zaragoza; pero además hay una carretera en la misma direccion y varios caminos transversales y locales, unos y otros muy descuidados y en pésimo estado.

Esto influye como no puede menos de suceder, en la industria, á la que no bastan las grandes y extensas vias, sino que necesita tambien de las pequeñas para su desarrollo; así es que, merced à la circunstancia antes citada y al descuido é incuria no tanto de las autoridades como de los mismos particulares, aquella se halla limitada en Calatayud, á la agrícola y las fábricas que mas arriba hemos mencionado en el campo; y á las que las necesidades de la poblacion, absolutamente exigen, en el casco de esta, habiendo muerto por completo las antiguas ferreterías que tan buenos productos proporcionaban, gracias al fino temple que las aguas del Jalon daban á los instrumentos cortantes. Tambien carece enteramente la ciudad de fábricas para elaborar el lino y cáñamo, fábricas que tan grande utilidad podrian reportar y producir artículos de tan buena calidad, dada la excelente de las materias primeras.

Como la poblacion no es escasa, el comercio interior es bastante animado y puede decirse que hay mercado todos los dias con bastante concurrencia así de productores como de consumidores; siendo no menos numerosa la que asiste á la feria anual que celebra la poblacion y que dura tres dias.

El comercio exterior, por el contrario, se reduce á la exportacion del sobrante de cáñamo, vino, frutas y algunos otros productos, y á la importacion de aquellos que exigiéndolos la necesidad ó la comodidad de los vecinos, no los produce el país.

IX.

Edificios notables de Calatayud. - Instruccion pública.-La ciudad alta. — Ruinas árabes.

-Con que, amigo D. Cleto, ¿cuándo comenzamos nuestra excursion por la ciudad, que à juzgar por las apariencias tiene no poco que ver?

Esta pregunta se hacia por el andaluz Castro á el avellanado Mentor de nuestros cuatro Telémacos que, sino en busca de su padre, iban en la de esa segunda madre que se llama Instruccion, y que á la sazon se hallaban en una de las dos fondas de que en otro lugar dejamos hecho mérito.

--Por mi parte ya saben Vds. que siempre estoy á su disposicion; por lo tanto no es á mí á quien debe dirigir esa pregunta sinó á sus compañeros, contestó el in

terpelado.

-Y nosotros à nuestra vez, dejamos enteramente á su arbitrio la fijacion del plan que crea mas conducente á nuestro propósito, con la plena seguridad de que será el mejor que podamos seguir.

-Esa confianza me honra y procuraré corresponder á ella.

-Para empezar á hacerlo,--insistió Castro, díganos V. desde luego en que vamos á emplear el dia.

-Como ya es un poco tarde, si no quieren Vds. perder por completo la mañana, nos marcharémos en seguida y visitarémos algunos de los mas notables edificios, dejando para otro dia las colegiatas é iglesias que son numerosas y algunas exigen gran detenimiento; volverémos á comer y emplearémos la tarde en pasear por los alrededores de la poblacion y examinar los restos de fortificaciones árabes que en las colinas inmediatas se conservan.

-Pues empecemos por lo primero,-dijo Sacanell tomando el sombrero y haciendo los demás preparativos propios del que va á salir á la calle.

Imitáronle sus amigos y unos y otros salian á poco de la fonda y empezaban á recorrer guiados por D. Cleto, las calles de la ciudad.

Uno de los edificios que con mas detenimiento visitaron, fue el antiguo seminario de nobles de la Compañía de Jesús, situado en la plaza de San Juan, y que entre los diversos usos á que está hoy destinado, cuenta los de hospital en el que bajo el título de la Misericordia, se han refundido los dos que con este título y el de los Lunas, existieron en otro tiempo, hospicio y casa de expósitos.

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