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Castilla, ensangrentó las calles de aquella ciudad que tan de fiesta se adornaran en los reinados anteriores; profanáronse sus templos, ardieron muchos de sus notables edificios, y fue necesaria toda la destreza y la astucia del Monarca aragonés para obtener del castellano Gonzalo Gonzalez Lucio la entrega de la ciudad en 1361.

En 1484, Fernando el Católico reunió cortes en Tarazona para emprender la conquista de Granada, y en 1592, Felipe II, reuniólas tambien para anular los fueros y libertades que acababa de segar en Zaragoza, con la cabeza del infortunado Justicia D. Juan de Lanuza.

Históricamente considerada desde este punto, cesa ya la importancia de Tarazona. Durante la guerra de sucesion permaneció al lado de Felipe V mientras la mayoría de Aragon era partidaria de la casa de Austria.

Desde entonces su existencia ha sido la de la generalidad de las poblaciones españolas.

Indolencia y abandono en el presente, envuelto en el riquísimo polvo de sus glorias pasadas.

LXIX.

Monumentos de Tarazona.

Descuella sobre la antigua ciudad asomado á la orilla del precipicio, asentándose sobre robustos machones, el que segun fabulosa tradicion llámase alcázar de Hércules, que mas tarde se convirtió en Azuda de los musulmanes, palacio despues de los reyes de Aragon, y tras de haber pasado por distintas donaciones, adquiriólo el obispo Calvillo por 30,000 sueldos jaqueses en 1386, quedando desde entonces vinculado á la mitra como habitacion de sus prelados.

Airosa galería gótica construyó en el primer piso D. Guillen Ramon de Moncada y en los magníficos arcos en que se apoya la robusta fábrica, las platerescas labores del patio y las que adornan la bóveda de la escalera, llevan el blason de D. Juan Gonzalez Munebrega, que todos los prelados desde que el edificio quedó destinado para su mansion, dedicáronse à embellecerle y adornarle.

Tambien el renacimiento tiene su digna representacion en el edificio que nos ocupa. Dos galerías sobrepusiéronse á la primera, produciendo vistas desde abajo un agradable efecto que templa la adustez y severidad del grandioso edificio.

En la gran sala del palacio osténtanse en rica galería los retratos de los prelados Turiasonenses.

Una gran plaza separa del palacio obispal la antiquísima iglesia de la Magdalena, con su alta y gótica torre de ladrillo, catedral que fué, segun las tradiciones, en remotos tiempos.

En el exterior, ha quedado como muestra de su antigüedad el abside bizantino y un portal con góticas molduras; y en el interior, algunos retablos, siendo de admirar el mayor, compuesto de excelentes pinturas sobre tabla, subdivididas en cuatro hileras.

Posicion mas elevada que la de la Magdalena ocupa la parroquia de San Miguel, de sencilla nave gótica y asomada en el derrumbadero á no muy larga distancia. Apoyada en antiguos muros y torreones la iglesia de monjas Concepcionistas, muestra todavía sus góticas formas y sus preciosos adornos de crucería.

Por un capricho incomprensible, la catedral se erigió al otro lado del rio en el sitio que hoy ocupa el arrabal, y que solitario entonces obligaba á que se guardasen las puertas del templo por los vecinos armados, mientras se celebraban los divinos oficios.

Santa María de la Hidria llamósela en un tiempo, y posteriormente de la Vega ó de la Huerta, aludiendo á la pintoresca posicion que ocupaba.

Atraviésase uno de los puentes que ponen en comunicacion los dos barrios, y sobre extensa plaza, tras suntuosa escalinata, aparece la fachada de aquel templo que produce por cierto bien penosa impresion en el viajero acostumbrado á contemplar los ricos exteriores de otros monumentos de esta especie.

Vénse en ella detalles del arte bizantino y del gótico confundidos sin regularidad alguna. Álzase la cuadrada torre en un extremo adornada con dibujos de ladrillo sin gusto y sin escuela conocida, y los pesados botareles del cimborio, tratando de imitar la gótica crestería, producen un efecto completamente desgraciado.

La portada obra del siglo XVI si por algo llama la atencion, es por lo grosero del trabajo de aquellas estatuas y de aquellas labores. Fue costeada por el canónigo D. Martin de Mezquita, tesorero, el cual se halla sepultado en la entrada del templo.

Pero la impresion producida por el aspecto interior de la Catedral, truécase en admiracion y asombro al penetrar en el interior.

Briosa y atrevida elévase la nave principal en agudas ojivas á grande altura, mientras que las laterales bajas y oscuras, desembocan en el espacioso crucero, y prolongándose por detrás de la capilla mayor, parecen unirla con cariñosa reverencia.

Gótica galería extiéndese por encima de ellas abrazando el abside y el crucero, y las varias formas del arte cristiano muéstranse en aquel interior, llamando la atencion de una manera poderosa.

El carácter bizantino se descubre en los adornos de sus columnas, en aquellas flores de ricos relieves que adornan la cornisa y los arquiboltos, mientras que la ojiva muéstrase en la bóveda y en los arcos, viéndose en estos algo de la forma de herradura del estilo arábigo.

El órden gótico destacase poderosamente en las medias columnas que en grupos de tres, arrimadas al muro de la nave principal, suben coronadas por elegantes y bien trabajados capiteles, á servir de punto de arranque á las arcadas.

El ventanaje es puramente plateresco.

En las bóvedas son dignas de notarse las doradas claves y los adornos de crucería del siglo XVI. Cuatro cuadrados pilares, cuyos planos ofrecen transversalmente cinco columnitas, en cada uno, van á sustentar el cimborio que por su forma octógona tiene algun parecido con el de la Seo de Zaragoza.

Débese esta obra al canónigo D. Juan Muñoz, segun se desprende de la inscripcion que hay en el friso, y cuyos restos reposan bajo el pavimento.

Grandioso es el conjunto que ofrece este magnifico templo, no sabiendo que admirarse mas en él, si la delicadeza, mejor dicho, si la riqueza de detalles que brillan por doquiera, ó el golpe de vista general que ofrecen bóvedas y capillas, naves y columnas.

Retablos góticos en las capillas, sepulcros, inscripciones, nichos con labores platerescas, urnas primorosamente labradas, ricas pinturas, hállanse esparcidas por la suntuosa basílica. El retablo principal es precisamente el que menos bellezas encierra; obra de Fr. Diego de Yepes, tratando de hacerlo plateresco, degeneró en barroco, no mereciendo otra calificacion que la de regular.

En cambio el coro que se halla en el centro de la nave principal, es una preciosa obra, cuyas ménsulas, guarda polvos, cornisa y sillería, están primorosamente labrados con delicados primores góticos.

No menos digno de admirarse es el claustro cuadrado y espacioso. Claves y relieves de yeso, adornan el techo de crucería que se apoya en ambos muros sobre ménsulas, en las que se hallan esculpidos pasajes de la vida del Redentor.

Cada una de sus alas se extiende en cinco arcadas, y cada arcada contiene cinco arcos que terminan en el semicirculo, gráfico del renacimiento, pero que aquí se hallan divididos por esbeltas columnitas góticas, nivelándose los cuatro arcos laterales con el central, por medio de ventanas.

Gran parte de todos estos trabajos, de estos calados, de estos arabescos, que aunque pálidamente describimos en el claustro, hállanse lastimosamente mutilados por la multitud de capillas, retablos y sepulturas, con que cada particular de los que habian contribuido á la reedificacion del claustro, creyó prudente hacer.

Si á detallar fuéramos todas las bellezas que encierra el templo que nos ocupa, pecaríamos tal vez de difusos, pues siendo tantos los detalles, la descripcion de cada uno, habria de ocuparnos un buen espacio.

Hemos apuntado lo mas esencial de él, y nuestros viajeros despues de haber dedicado bastantes horas á su contemplacion, le abandonaron con sentimiento, pero satisfechos al mismo tiempo de haber visto otra joya artística sobre las muchas que ya habian contemplado durante su viaje.

LXX.

Noticias generales sobre Tarazona.

Recorriendo la ciudad vieja, échase de ver desde luego la nobleza de aquella poblacion, en los viejísimos palacios con grandes escudos que todavía se conservan, comprendiendo el decaimiento que ha tenido hasta la época presente.

Por la posicion topográfica que ocupa Tarazona, las calles de la parte alta son en lo general pendientes y no muy rectas.

No sucede lo mismo en la ciudad moderna ó el arrabal, cuyo caserío participa de buenas condiciones de comodidad y ventilacion, conteniendo por lo general buenos jardines.

La policia urbana no está tan desatendida como en otras poblaciones, puesto que sus calles están bastante limpias y el alumbrado es regular.

La instruccion pública está perfectamente atendida : hay varias escuelas tanto costeadas por el Municipio como particulares, las cuales reunen un buen número de alumnos.

Hay un Seminario conciliar, el cual está agregado á la Universidad de Huesca.

El Hospital establecido en el antiguo convento de San Francisco, reune todas las condiciones apetecibles en esta clase de edificios, obteniendo los enfermos una asistencia muy esmerada.

Existe tambien un hospicio ó casa de Misericordia, en el antiguo Colegio de Jesuitas, cuya organizacion es bastante recomendable.

El teatro, de antigua construccion, llena cumplidamente su objeto, así como tambien la plaza de toros que es un edificio mas moderno.

Además de las dos parroquias que hemos mencionado, hay otras dos que son la de San Andrés establecida en la Catedral, y la de Santa Cruz que ocupa el edificio que fue de Mercenarios Calzados.

Los otros dos conventos de San Joaquin y Santa Ana, no son tan notables como el de la Concepcion, el cual mencionamos ya al ocuparnos de la parte alta de la po

blacion.

Hay varias ermitas y oratorios tanto dentro como fuera de ella mereciendo especial mencion la de San Atilano, hijo de la poblacion, la cual se halla en la misma casa en que vivió el Santo.

Espléndidamente dotada de aguas se encuentra Tarazona.

Además de las fuentes particulares que existen en muchas casas, y de las naturales que se encuentran en el término de la ciudad, hay en el interior de ella gran número de fuentes particulares situadas en distintos puntos, y en el paseo situado en el arrabal, hay dos, bastante bellas, que contribuyen con la buena distribucion de las calles adornadas de flores y de arbustos, al encanto de aquel lugar.

La poblacion viene á elevarse próximamente á la cifra de siete mil almas; y agricola, en su mayor parte, es de las mas ricas de la antigua Corona de Aragon.

Hubo un tiempo en que la industria de paños en Tarazona no solamente constituia un gran elemento de riqueza, sino que tambien tenia gran fama por la buena elaboracion de aquelos.

Hoy yace muerta esta industria. Únicamente queda la alpargatería y sombreria; pero tanto este ramo cuanto el de la fabricacion de paños arrastran una existencia lánguida y abatida, siendo así que con un corto esfuerzo, con una iniciativa por parte de las autoridades, pudieran utilizarse en grande escala los naturales elementos que la poblacion posee.

El comercio ni es importante toda vez que está reducido á la exportacion del sobrante de sus productos é importacion de los que se carece, ni la poblacion tiene esas grandes necesidades que permiten el sostenimiento de cierta clase de establecimientos comerciales, puramente de lujo y comodidad.

LXXI.

Etimologia del nombre de Tarazona.-Oscuridad respecto á la fundacion de su Sede

Episcopal.

Fuera de toda duda está que el origen de Tarazona se pierde en la oscura noche de los tiempos celtiberos.

Ptolomeo la coloca en la region celtibera, y Plinio dice que obtuvo, como ciudad romana, grandes privilegios y concesiones, pudiendo ventilar sus pleitos en el convento jurídico cesaraugustano y teniendo el derecho de acuñar moneda.

Las aguas de su rio, llamado en aquella remota época Chálibe, eran muy estimadas por el buen temple que daba á las armas.

Extremadamente adicta á Sertorio, tomó parte activa en la guerra que sostuvo este, mereciendo por esta razon no ser castigada por aquel caudillo cual lo fueron algunas de sus convecinas.

Respecto á la etimología del nombre de Tarazona, obsérvanse distintas opiniones. Bajo el nombre de Turriaso, obtuvo su gran celebridad antigua, siendo de opinion algunos etimologistas, que proviene de la frase vascongada iturri-asco, que quiere decir, muchas fuentes, opinion que no nos parece desacertada por cuanto efectivamente, segun ya dejamos expuesto, abundan estas en todo aquel término.

Fácilmente se comprende que el Turriaso con que posteriormente se la conoció, podria muy bien ser una corrupcion de aquel nombre, mas á pesar de lo probable que esta etimología parece, el Sr. Cortes y Lopez opina que proviene de Toro-robusto, aludiendo á tierra en que se criaban toros muy robustos, opinion que sin que nosotros la desechemos en absoluto, nos parece menos admisible que la de iturri-asco.

En la crónica de Idacio llámase á Tarazona Turiasson, y en el anónimo de Ravena se le da el nombre de Tyriasone.

La misma oscuridad que reina respecto á la fundacion de la ciudad que nos ocupa, existe sobre la época en que se estableció en ella la sede episcopal.

Prueba inequívoca de lo importante que era la poblacion en aquellos tiempos, nos la da la ereccion de dicha sede, mas no por esto podemos puntualizar semejante acontecimiento.

Segun el catálogo que se conserva en el archivo de la Catedral, y del cual es una copia exacta el que damos en otro lugar (1) vemos en el año 61 á Paulo discípulo de

(1) Catálogo de los señores Obispos de Tarazona copiado literalmente del que existe en la Catedral de dicha ciudad.

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