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HISTORIA CRITICA Y APOLOGETICA

DE LA VIRGEN NUESTRA SEÑORA

DEL PILAR DE ZARAGOZA

Y DE SU TEMPLO Y TABERNÁCULO

DESDE EL SIGLO I HASTA NUESTROS DIAS;

POR EL DOCTOR

D. MARIANO NOUGUÉS Y SECALL,

Abogado de los Colegios de Madrid y Zaragoza, ex-decano de este, Auditor de Guerra
de la Capitania General de Extremadura, Socio de mérito de la Sociedad Económica
Aragonesa y de la Academia Juridico-Aragonesa, Academico de número de la de
Arqueologia de la Corte, Corresponsal de la Real de la Historia, de la de Arqueolo-
gia de Bélgica, de la de Buenas Letras de Barcelona, de la de Legislacion de Tolosa
de Francia, y otros cuerpos literarios; Secretario honorario de S. M., Caballero de
la Real y distinguida órden de Carlos III, dos veces de la de Isabel la Católica,
Comendador de la última, etc.

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María no quedó en vano sobre la tierra despues de la Ascension de su Hijo. Tenia que hacer en ella una obra que debia abrir el camino à la de Dios: la obra de la fe cristiana.

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Así el corazon de la Virgen Santisima es el primer Evangelio de Jesús.
Maria segun el Evangelio, por AUGUSTO NICOLÁS, cap. XXI, pàg. 432 y 463.

La Virgen

Traditiones ecclesiasticas, præsertim quæ fidei non officiunt, ita observandas ut à majoribus traditæ sunt. —D. HIERON., in epist. 117, ad Lucium.

Traditio est; non quæras amplius. — S. J. CHRISOST., hom. 4, in cap. II, Epist. 2, ad Thesal.

Id enim propium est christianæ modestiæ, non sua posteris tradere; sed à majoribus accepta servare. STEPH. PAP. ad Episcop. Africa.

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LA REINA DOÑA ISABEL II

Y

EL REY D. FRANCISCO DE ASÍS.

Ha llegado el momento de pagar una deuda de amor,

de respeto y de gratitud, poniendo á los pies del trono la Historia de NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE Zaragoza, cuya dedicatoria se dignaron aceptar VV. MM. y cuya impresion costean generosamente. Si el Emperador Constantino trasladó al lábaro, ó estandarte imperial, la brillante insignia de la Cruz, VV. MM. que la llevaban ya en su corona, y el dictado de Católicos no herencia de Fernando é Isabel I, sino asímismo

solo por

por un Pedro de Aragon, han añadido á sus blasones el de una devocion pura á NUESTRA SEÑORA DEL PILAR.

Una columna simboliza á esta Virgen, y colocado sobre esta ara sagrada el corazon de VV. MM., queda por el mismo hecho colocado tambien el trono en que se asientan. Sobre tan firme fundamento permanecerá inmoble sin duda por largas generaciones. Al África

y

á Santo Domingo se extienden con nuevo esplendor los rayos de su diadema, y la Real familia de Borbon de España será indudablemente una de las prosapias regias, que enlacen la gloria presente con la pasada, y bajo cuyo cetro el adelantamiento material y el intelectual y religioso se vean unidos para enseñanza de los pueblos y de los reyes.

Así lo desea y lo espera el que con el más profundo respeto y acendrado amor

B. L. R. P. de VV. MM.

Mariano Mongués.

PRÓLOGO

en el que se exponen los motivos por los que se ha escrito esta obra,

Dos

os cosas han llamado por espacio de mucho tiempo mi atencion, respecto del insigne santuario y advocacion del PILAR DE ZARAGOZA: 1.", esa devocion constante, pura y profundamente arraigada en innumerables personas, provincias y reinos á la sagrada imágen de la Virgen, que se venera en la capital de Aragon bajo el título de NUESTRA SEÑORA DEL PILAR: 2.*, el descuido, no sé si diga culpable, ó á lo menos poco digno de alabanza, en sugetos muy ilustrados, de no presentar á la generalidad de los fieles y á los curiosos los motivos de esta devocion, con todo cuanto pueda contribuir á extenderla y confirmarla.

Y al expresarme en estos términos no se crea que mi intencion sea asegurar que no haya obras que traten de NUESTRA SENORA DEL PILAR. Nada de eso: sé que hay muchas, muy extensas, muy eruditas y apreciables, como lo demostrará la relacion que de ellas y sus títulos pondré en el Apéndice; pero en mi humilde concepto, y reconociendo el celo religioso y plausible fin que las dictó, ninguna de ellas es adecuada á las circunstancias actuales, ni tiene los requisitos indispensables para proporcionar una noticia breve, razonada y filosófica de los antecedentes que deben saberse.

Basta leer los títulos de algunas de las obras indicadas para convencerse de que la mayor parte no llena, ni puede llenar, el objeto y aspiraciones de la generacion actual. No hay persona, por piadosa que sea, que pueda tener suficiente caudal de

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