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otro lugar, pero la direccion se negó, apoyada en un artículo del reglamento que solo autorizaba el descuento hasta la cantidad de diez mil pesos de una misma persona, como si la dicha Junta de Fomento pudiese estar sujeta á reglas generales que no tenian mas ob jeto que evitar pérdidas, y como si la dicha Junta fuese un simple particular y no ofreciese todas las garantías que hacian imposible el desfalco, que se quiso evitar con el reglamento. Habia además en el Banco doscientos mil pesos que no se habian puesto en circulacion, y era contrariar las miras de su institucion no admitir el sólido negocio que proponia Feijóo. Por estas y otras consideraciones de no ménos peso, el general Pezuela dispuso que se hiciese un descuento que á nadie perjudicaba, que ningun riesgo suponia, y que era el complemento de la proteccion que se habia dispensado por mandato de S. M. al introductor de gallegos (1). Si no hubiese mediado en la operacion Feijóo Sotomayor, todo el mundo hubiera aprobado la conducta del fundador del Banco; pero empeñados en hostilizar al empresario gallego, se calificó de infraccion del reglamento, y aun se asomaron responsabilidades que no se temian y que no han tenido efecto, á pesar del decidido empeño que ha habido en arruinar la empresa recomendada por S. M., censurando á la vez los actos del Gobierno anterior.

(1) Téngase presente que los intereses confiados à la Real Junta de Fomento eran tan públicos como los del Banco; de suerte que la operacion no suponia mas que una traslacion momentánea.

El 21 de setiembre tomó posesion del mando de la isla el general Concha; en los primeros dias le faltó tiempo para recibir incienso, y sin embargo, el 26 ya dispuso la suspension de las obras del ferro-carril central. Puede asegurarse sin temor de faltar á la verdad, que no habia visto el espediente, y que procedió en virtud de informes poco exactos.

El general Pezuela no tenia motivo alguno de deferencia hácia Feijóo, á quien no conocia, y contra el que mas bien estaba prevenido, por ser uno de tantos que habian aspirado al privilegio de introducir colonos. Hizo únicamente lo que debia; lo que le habia mandado su Reina, proteger la empresa de inmigracion que se habia calificado de alta medida de gobierno. Se ha supuesto, hasta en la tribuna pública, que el Marqués habia olvidado la causa de los colonos, por atender á la de Feijóo, y esto no pasa de una calumnia. Mientras llenaba los deseos de S. M. protegiendo á Feijóo en todo lo que estimaba justo, recomendaba á las autoridades inmediatas á los lugares en que estaban los gallegos que procurasen averiguar por todos los medios posibles si se les cumplia la contrata, y que no tolerasen la menor infraccion. Cuando la oposicion se hace de mala fe, se incurre fácilmente en crasas contradicciones. Hasta aquí hemos visto atribuir al marqués de la Pezuela sentimientos de estremada filantropía; ahora ya se le quiere pintar como opresor de los pobres gallegos, para proteger al empresario que no conocia. ¿Quién que haya tratado al general Pezuela podrá dar asenso á semejante patraña?

Se han escrito y dicho, hasta en el Congreso, muchas vulgaridades, y no pocas inexactitudes contra la empresa de Feijóo Sotomayor, que ha tenido mas razon que tacto al rebatirlas. ¿Quién que conozca un poco la isla de Cuba, no preferirá dar veinte pesos por el jornal de un esclavo, que hacerse cargo de un gallego á razon de seis, con las demás obligaciones que se impuso Feijóo? El mismo Feijóo que padeció la equivocacion de suponer que el trabajo del colono era mas barato que el del esclavo, demuestra en su Memoria lo contrario (1), lo que es yo no necesitaba de ajenas demostraciones; me sobraba la que me dieron los catalanes. En el ramo de manutencion solamente hay una diferencia de cuatro á cinco duros mensuales. No es posible suponer que un hombre libre, nacido en la zona templada, trabaje diez ocho horas diarias, como trabajan los` esclavos, á lo ménos durante la zafra. El que busque las ventajas de la colonizacion en la parte económica, no hallará mas que desengaños; pero yo, hacendado, preferiria tener menos renta y gozar mas tranquilidad, y gobierno, tener súbditos leales en vez de enemigos.

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El general Concha, que sin duda consideró poco feliz la suerte de los gallegos importados en la isla de Cuba por Feijóo, los agregó á los cuerpos del ejército, los elevó á la brillante posicion de soldados, para que sirviesen en la seccion de sanidad, y fuesen por las calles de la Habana á retaguardia de los regimientos con las

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camillas, en tiempo de paz, siendo el objeto de la burla de naturales y estraños. De lo dicho se desprende que el marqués de la Pezuela, al proteger la colonizacion, no tuvo mas miras que atender à la falta de brazos que debia ocasionar por de pronto la supresion de la trata, y crear un elemento de moralidad, de órden y de bienestar futuro; que hizo por Feijoó lo que hubiera hecho por otro cualquiera que hubiese sido recomendado por el Gobierno de S. M. sin desatender en lo mas mínimo á los gallegos inmigrados.

DETENCION DEL BLACK WARRIOR.

La detencion del vapor americano Black Warrior fué un hecho insignificante por su naturaleza, si bien notable por las consecuencias á que ha dado lugar la mala fe por un lado, y la debilidad por otro. Pudiera citar muchos casos análogos que no han producido conflictos ni reclamo alguno de nacion á nacion. Las infracciones de los reglamentos de aduanas se han considerado siempre, y en todos los países, como casos comunes: reservado estaba á Pierce, Soulé, Luzuriaga y Zabala dar al asunto un carácter grave del que podia surgir un casus belli.

Aunque los periódicos y las Córtes se han ocupado, y han de ocuparse todavía, de este asunto, y aunque el -mismo general Pezuela en su carta al Sr. Luzuriaga, fechada en Marsella el 9 de abril último, ofrece publicar los hechos y documentos que contienen toda la verdad en tan ruidoso y desgraciado negocio, yo me propongo

reunir cuantos datos sean indispensable para demostrar que el marqués de la Pezuela hizo lo que debia y lo que exigia el honor nacional, al paso que la indemnizacion concedida por el Sr. Luzuriaga era indebida, deshonrosa y de funestísimas consecuencias.

El Black Warrior fondeó en el puerto de la Habana á las siete de la mañana del 28 de febrero de 1854. Al practicarse la visita de entrada, el jefe del resguardo entregó al capitan la instruccion de las obligaciones á que están sujetos, y de las penas en que incurren por su infraccion. Para que no pueda alegarse ignorancia, dicha instruccion está en tres idiomas, español, francés, é inglés. El capitan Bullock se negó primero á recibirla, y luego á firmar el ejemplar que con este objeto se da por duplicado. Entre dichas obligaciones se halla la de dar el capitan del buque al comandante de carabineros, ó al que haga sus veces, una manifestacion de la carga que contiene, con espresion del número de fardos, pacas, etc. El capitan Bullock manifestó que el Black Warrior venia en lastre, y algunas horas despues pidió permiso para salir del puerto. Dispuso el administrador la visita de fondeo, y al practicarse, se encontró que en vez de lastre, estaba el buque cargado de pacas de algodon, y se creyó que era posible que trajese otros efectos, segun se habia susurrado (1).

Conforme al artículo 161 de la instruccion reglamentaria para el servicio de las Aduanas en los puertos ha

(1) Corrió la voz de que traia armas.

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